"Hilos místicos, destino, que demonios me está contando este viejo..."
Espina siempre había creído que no existía eso del destino, creía que la gente se autocomvencía para soportar las desgracias que les venían, era cierto que había tenido ciertas cosas que parecían extrañas, pero quería creer en la casualidad antes en pensar que su futuro estaba escrito, no podía permitirse pensar así... también era cierto que aquel chico le hacía pensar en cosas, cosas que antes no pensaba, y lo que le transmitía aquel chaval hacía que se comportase de diferente manera, de echo, el elfo ya estaría muerto seguramente, y no se encontraría en esa situación escuchando a un viejo loco proponiendo algo extraño, aunque quizá pudiera sacara algo de tajada, hacía tiempo, que no hacía ningún trabajo, y necesitaba algo de efectivo rápidamente, pues los gastos eran costos, ahora que no pensaba solo en el...
- No se de que me estás hablando, ni tan siquiera se si quiero saberlo, lo único que me ha quedado algo claro es que si no me equivoco, quieres que investiguemos algo, bien, dime que gano yo a cambio. Ofrece me algo suculento y quizá acepte, y habrá otra condición... El niño... debe mantenerse en lugar seguro hasta mi regreso...
Bien casi había aceptado el trabajo, pues así lo consideraría a partir de ahora, ahora había que negociar las condiciones...
Maestrom hizp un gesto de afirmación con la cabeza como respuesta a las palabras del elfo.
- El niño permanecerá por su propia seguridad en la Torre del Brillo Lunar, nuestra fortaleza - fijó su mirada en el cambiante - si deseas dinero eso tendrás. Sin embargo tu vida se ha ligado a la de este chico.
Su mirada se detuvo en la muchacha monje.
- Quizás encuentres lo que buscas en esta aventura, no me cabe la menor duda.
Luego la mirada buscó los ojos del elfo.
- ¿Qué buscas tú, amigo de los bosques?
Ralflinder se mostró satisfecho ante el gesto que le devolvió el anciano. Sabía que los espíritus le mostrarían un camino claro que podía seguir, pero no le dirían el final aún, eso debía descubrirlo por sí mismo. Hizo una pausa breve ante la pregunta de Maestrom, tomó la jarra y se sirvió nuevamente el fruto de la vid de Aguas Profundas. Comenzó a entender que Mariam estaba en una situación similar a ellos y la miró de soslayo un momento antes de hablar.
Yo... he salido en una búsqueda y me he perdido, tan desastrosamente que estuve a punto de visitar a Kélemvor y pasar su juicio. Si no fui allí y aún podeis encontrarme en Toril, es porque Silvanus no lo ha deseado y ha enviado sus emisarios en mi busca. Bebió un sorbo corto y continuó Por alguna razón que me es totalmente desconocida El Padre Bosque me ha escogido para este momento. Me ha hablado de Los Harpistas, de este lugar y especialmente de este niño. Dejó la copa medio llena en la mesa y se puso de pie, llevándose la mano izquierda a la barbilla. Me gustaría saber a que se dedica exactamente vuestra orden, Maestrom, pues por ahora conozco solamente el nombre. Pero... esa no es la respuesta a la pregunta, sobre qué deseo. Meditó un momento mirando hacia abajo Quiero terminar el camino que me ha pedido recorrer mi deidad, para luego poder volver a mi búsqueda original, si no es que ambas se cruzan, lo cual no me extrañaría nada...
Cuando terminó de responder las inquietudes de su anfitrión caminó con largas zancadas hacia donde se encontraba Espina de pie y le habló bajando el tono pero con volumen suficiente como para que todos pudieran escucharlo. Si quieres protejer al pequeño, el buscar a quien intenta eliminarlo para poder prevenirlo te incumbe e interesa igual que a mi. Creo que la información que nos ha proporcionado Maestrom es útil y nos concierne más allá del simple oro. No está buscando mercenarios. Las palabras salían con tono amable y trataban de calmar los ánimos de la bestia que se había puesto en actitud defensiva hacía unos momentos.
- Nuestra organización, sabio Ralfinder, se extinguió un siglo atrás, pero hay una poderosa fuerza que hnos a hecho resucitar de sus propias cenizas - replicó el anciano bebiendo otro sorbo - su principal cometido es preservar al continente de Faerûn y toda Toril de la creciente amenaza de la Sombra del renacido Imperio de Netheril, gobernada por los 12 príncipes umbras pretenden extender su maligna influencia por todo los medios posibles. Son controladores , mezquinos y intrigantes, y no dudan en provocar destrucción masiva y genocidios si las circunstancias se prestan a ello (en alguna ocasión han recurrido a semejante crueldad). Pero su guerra es secreta, prefieren ocultar sus actuaciones para no llamar la atención. Y aquí estamos nosotros para desbaratar sus planes.
El explorador escuchó con atención mientras volvía a su sitio en la mesa con pasos lentos y calculados, observando hacia abajo y aún con la mano en el mentón. Las gentes de mi tierra y sus aliados de Cormyr se encuentran constantemente en alerta por los espías de Netheril. Es en verdad una nación peligrosa para Faerun, aunque desconocía la magnitud que expones. Su cara se mostró seria y preocupada Entiendo que el señor de los salvaje esté tambien preocupado por el asunto y decida tomar cartas. Es indispensable actuar cuanto antes pero con prudencia, eso me ha enseñado la vida con duras lecciones. Se puso de pie nuevamente y bebió de golpe la último que había en la copa. Puedo guiar a un grupo a través de las tierras salvajes si es necesario, de donde vengo, solamente los elfos más ancianos podían rivalizar con mi sentido de la vista y del oído. Expresó orgullosamente, sus ojos relampaguearon.
Me alegro que haya predisposición por tu parte - replicó el anciano - pero no hace falta que vayas tan lejos. En la aldea de Iluskander podríais encontrar pistas sobre el paradero del Cetro. Sería interesante...y necesario - hizo incapié dándole un énfasis especial en esta última palabra - encontrar el cetro antes de que ese semielfo insconcientes se lo ceda a los Señores Umbras. ¿Qué decís?
Mariam se mostró taciturno durante toda la conversación. Durante las horas de conversación con el maestro Maestrom, había analizado cada palabra y cada gesto del sabio erudito. quizás tuviera razón en sus sabias palabras. Quizás en este viaje de la búsqueda del artefacto encontrara el motivo de su llegada a Everlund. Estaba segura que los Umbras y hetheril tenían que ver con el ataque al monasterio.
PNJotizado por voluntad de su jugador. Va a estar ausente durante dos semanas. Así que tengo que tomar decisiones en su nombre para el avance de la trama.
Espina miró al viejo como esperando una oferta por sus servicios, era a lo que estaba acostumbrado y no partiría sin ella, le habían prometido la seguridad de aquel chaval, y sin saber muy bien por que lo creyó, " Pero por que sigo preocupándome por él, no tiene sentido, nunca antes me había preocupado por nadie, que hacía que lo hiciera por esa criatura?", parecía tener un dilema interno, aún así miró intensamente al viejo...
- Y bien???
- Ya te dije que tendrías lo que querías, cambiante - dijo inclinándose un poco pero sin levantarse de su asiento - acordemos el precio, pues.
Master, no se a cuanto podría ascender los servicios, así que no tengo ni idea de que decir, en este caso, o pones uno que esté bien, o me dices más o menos y lo roleo...
DM: Cobras caros los servicios. Por un simple asesinato has llegado a cobrar 50 Po e incluso alguno ha pagado 80 Po. Con esto en mente hazte una idea, pero piensa que no es el típico trabajo que estás acostumbrado a realizar. También ten en cuenta que el precio estándar de una habitación lujosa en una posada es de 2 po y el precio estándar de ropa elegante es de 30 po, para que te hagas una idea.
El cambiante se acercó un poco donde se sentaba el anciano, era un poco complicar aquel tipo de trabajo, no era su especialidad, pero sabía que este trabajo le costaría tiempo y sudor, y si su inEsstinto no se equivocaba varios peligros casi seguros...
- Está bien anciano, hay que tener muchos factores en cuenta, que deduzco que ya habrás calculado, pues tienes una mirada inteligente, no voy a empezar un regateo por un trabajo que sinceramente no se ponerle precio, pero vamos hacer una cosa, ahora me entregarás para gastos he inconvenientes una cuantía tal cual serán 100 po, para utilizar en tu investigación, después una vez haya finalizado el trabajo, ten por descontado que lo acabaré, siempre cumplo... En esos instantes inconsciente mente echó un rápido vistazo al niño...
- Haremos una valoración total de mis servicios...
- No soy un buen regateador, Espina, así que tendrás lo que quieres - al anciano se levantó de su asiento - Cuando partáis te entregaré tu dinero. Os invito a que os quedéis en mi casa a disfrutar de mi hospitalidad. Mañana podéis partir con mis bendiciones.
Ralflinder se lamentaba hacia sus adentros el hecho de no haber podido convencer a Espina con sus palabras. Se preguntaba si era mal orador o simplemente el cambiante no pretendía escucharlo. Aún así estaba convencido de que había esgrimido razones más que válidas. Esperó en silencio que terminaran de regatear y de cerrar el trato. Inconscientemente dirigió sus ojos al lugar donde Mariam seguía erguida cual centinela.
Cuando Maestrom los invitó a descansar, el elfo asintió levemente y se dispuso a ir hacia donde el humano le indicara.
Es una buena idea descansar hasta antes de la partida, hay que comenzar la jornada con fuerzas renovadas.
-Pstsssss. - Espina hizo oídos sordos del comentario, el sabía lo que quería, y de momento es lo que necesitaba, accedió a quedarse para reponer algo de fuerzas para la marcha, así que esperó a que le enseñaran donde dormirían él y el chaval hasta que se marchasen...
Maestrom se aseguró que sus invitados no les faltaran nada y que disfrutaran de un buen descanso. A la mañana siguiente, un esquife de madera , de quilla recondeada, les esperaba en el embarcadero junto al timonel y dos remeros. El pequeño bote disponía de un pequeño espacio en la proa para albergar a los dos aventureros. untercero podía situarse junto al timonel en popa.
El esquife partió sin más y en cuestión de minutos se alejaron rumbo noreste siguiendo el curso del río. La quietud reina y el sol de la mañana ilumina cálidamente el agua. El viento es apenas una suave brisa y sólo puede oírse el murmullo de las aguas que se abren a medida que la pequeña embarcación va avanzando.
Mariam se encontraba en la cubierta de la embarcación con aire melancólico y pensativo. Había guardado silencio durante la reunión, creía en lo que el sabio le había dicho sobre encontrar su destino y aunque no fuese así la había acogido y cuidado, lo mínimo que podía hacer era cumplir con este encargo para agradecérselo.
Aun sigo liado pero os leo, y tenia ganas de aparecer.
Aunque mantengo que hasta junio aun estaré a mínimos.
Espina sabía que en la noche tenía que descansar, pues a partir de que se hiciera de día, entrarían en una situación en la cual no se sabía que sucedería, estaba acostumbrado, por ello se tomó el descanso muy en serio, no obstante antes de irse al catre tubo unas palabras con el chico que protegía a toda costa, le dio unas indicaciones de lo que debía hacer y comportarse, y de si sucedía algo donde debía dirigirse para que el lo encontrara, pues no las tenía todas con sigo de su seguridad. Después se despidió secamente de él y descansó...
Ahora se encontraba mirando la salida del sol, que hacía un color rojizo en el agua que discurría, estaba ensimismado en sus pensamientos, tenía acompañantes pero Espina parecía no dar cuenta de ellos, seguí dándole vueltas a la situació a la que había llegado y como...
El descanso le había sentado muy bien, aunque estaba acostumbrado a viajar constantemente y a vivir con una disciplina estricta como centinela, necesitaba dormir sin preocupaciones sobre algún lugar blando. Pudo relajarse y dejar de lado el estado de alerta lo caracterizaba durante la noche.
Al amanecer había revisado minusciosamente su equipo, asegurándose de que llevaba todo lo que necesitaba y tomándose la libertad de pedir amablemente a su anfitrión reciones frescas para el viaje. Una vez que estuvo preparado, lo saludó amablemente, agradeciendo por la hospitalidad y con la promesa de que cuando volvieran a encontrarse, hablarían más en detalle de los Harpistas.
Otro día de navegación en el río había comenzado. Una jornada preciosa realmente. Ralflinder se acomodó en la proa atento, con la capucha echada en los hombros y la vista puesta en lo que había delante. Se tomaba su papel de oteador muy en serio, sabía que conocer de antemano lo que podía depararles el destino siempre sería una ventaja.
Una mañana tranquila, esperemos que el día siga así. Comentó como para sí mismo mientras surcaban las claras aguas en el bote. Entre sus dedos jugueteaba una de las hachas de mano de las cuales casi nunca parecía desprenderse.
Media hora más tarde divisáis vuestro objetivo: la aldea de Iluskander. A medida que la pequeña embarcación se va aproximando, notáis que la temperatura va bajando. Mientras respiráis podéis comprobar como el vaho se va condesando cerca de vuestros labios. La orilla está próxima y podéis ver otro esquife encallado en la ella. Un blanco manto cubre la aldea y un frío glacial os saluda.
Cambio de Escena