Somnolencia era la palabra correcta, Marcella Giancomini comenzaba a resentir los estragos de aquella nueva forma, aunque sus sentidos habían mejorado de manera increíble, la maldición nocturna era una realidad, nunca jamás volvería a presenciar un amanecer a menos que quisiera dejar de existir convirtiéndose en cenizas.
Cuando el mortal dio indicaciones y repartió a la manada en diferentes vehículos agradeció con un leve gesto de afirmación para luego acompañar a la Abadesa en la camioneta y apresurar la llegada al verdadero punto seguro, una mansión.
Se alegro en su interior el haberse equivocado e involuntariamente prejuzgar a "La Doña" que al parecer a simple vista los recursos de su antigua ama palidecían ante el poderío de Juanita Quintana.
Al descender de la camioneta perdió un poco el equilibrio y tuvo que sostenerse disimuladamente de la portezuela, la sacerdotisa se detuvo un momento cerró los ojos y levantó el mentón, se ajusto la chaqueta y sujeto el tirante de la mochila.
Apenas escuchaba la conversación entre Santiago y Juanita cuando intervino de manera respetuosa ante sus pares.
-Agradezco infinitamente la hospitalidad brindada hermana, ductus, no me siento en estos momentos con la fuerza suficiente para permanecer de pie por lo que me disculpo y ruego me indiquen en donde podría tomar alimento y descansar ya que como han podido apreciar tengo mucho que procesar.- Se acercó al ductus y le dijo algo que la abades también pudo escuchar.
Haciendo un esfuerzo de férrea voluntad se incorporó y con un ademán que podría resultar antiguo en la actualidad se despidió de ambos para enseguida dar media vuelta y seguir al guardia que le señalaría los aposentos donde podría alimentarse y obtener descanso diurno para posteriormente afrontar la siguiente noche en su nuevo estado.
-He percibido en el hermano Yamagawa el mismo pecado de nuestro Padre Caín, el aura de los hijos de Haquim me perturba, su voluntad es férrea y tajante, incluso puede ser más fuerte que el vinculum que nos une, no tengo pruebas de nada, solo presentimientos y no me atrevería a acusar a ninguno de mis hermanos por afecciones propias, debemos tener cuidado de no convertirnos en sangre de Abel.- Marcella se retira haciendo un antigua reverencia y da media vuelta para ser conducida a la habitación donde pasará el día.
Ante las palabras de Joseph Jonas muestra una sonrisa, ciertamente su hermano de manada estaba en lo cierto respecto a los enemigos, en todos lados, quizás no se expreso de la manera correcta el Tremere, los enemigos en los que el estaba interesado eran los que podían representar una amenaza más inmediata para el grupo, el Tremere simplemente tenía una visión más especifica al respecto, sabía que había enemigos que había que eliminar de inmediato, enemigos que podían irse eliminando sobre la marcha sin mayor prisa y enemigos insignificantes que si bien no era necesario ignorarlos no representaban una amenaza que necesitarán ser resuelta de inmediato, en términos ajedrecisticos no es igual la amenaza de un peón que no ha dado ni un paso adelante desde el inicio de la guerra a uno que esta a 2 recuadros de coronar o peor aún una Reina enemiga a una pieza de por medio del Rey.
Cuando este termino de hablar le respondió con todo el cariño y respeto que sentía por este y de una manera amable dijo, si, tienes razón, muchos antes que nosotros han intentado destruir a la Camarilla acá mi querido Santo, sin embargo, cuantos de ellos habían anteriormente pertenecido a dicha secta? nosotros tenemos algo a favor que posiblemente no tenían los demás y es que ya hemos estado del lado de ellos y sabemos como funcionan y eso en términos de batalla si nos hace originales aunque tu no lo veas así culminando con media sonrisa malevola.
Tras esto continúa con el segundo punto mencionado por el Malkav, claro que tendrá una buena pistola, ese vehículo se transformará en suministro para todos, a Sentencia lo necesitamos vivo y activo, así que necesitará chaleco también no solo una buena arma. Luego de ello hace una pregunta general al grupo.
El sicario iba a responderle al Abad cuando intervino su amo, la voz de Joseph parecía encantar a cualquiera que le pusiera la suficiente atención, la elocuencia embelesaba al criado como cual flauta mágica a las ratas, Santi abrió desmesuradamente los ojos ante tal discurso y asentía una y otra vez emocionado al borde de las lágrimas pues era como si le leyera la mente a lo cuál Santi hubiera reaccionado de manera dócil y gustoso de dar todo por su protector incluso la vida misma si así lo pidiera Joseph en ese instante.
Cuando el Santo le tomo por el hombro Santi se sintió casi bendecido y por poco cae de rodillas para adorar al vampiro pero se contuvo para escuchar atentamente las indicaciones, una vez que entendió la solicitud asintió varias veces confirmando que no fallaría en al encomienda.
-¡Tendrás todo listo a primera hora de la noche patroncito!- respondíó con una amplia y genuina sonrisa pero lo que le hizo aplaudir y cerrar los puños en señal de una emoción desbordada fué la promesa de obtener una arma personalizada cortesía del Abad y después de eso, Santi salió saltando de gusto como si se tratara de un niño al cuál le han prometido algún premio por obtener buenas calificaciones.
Guillermo optó por ver como se organizaban los chicos de la doña y mantenerse callado no llamando la atención, estaba cómodo en el anonimato.
No hizo ademán de moverse mas de lo necesario y siguió al grupo hasta la mansión siguiendo las indicaciones.
Al ver el sitio, tras bajar de la moto, en un primer vistazo se le escapó un silbido de asombro.
- Doña, precioso hogar. - Diría elogiando a su anfitriona y se quedó a la espera de lo que iba a decir el ductus. - ¿Entonces descansamos aquí y todos sabrán que estamos aquí? - Lo dijo cruzándose de brazos, no le gustaba estar en un sitio tan llamativo, pero no se podía negar que era un buen refugio.
- Como digas S. - Diría al Ductus después de que indicara que iban a descansar allí y esperar por noticias. - ¿Alguno juega a las cartas?- Seguiría a Marcella , estirándose como si fuera un gato y acabar poniendo con las manos tras la nuca, con los dedos entrelazados, aparentemente distraido per contando el nº de guardias, mirando cámaras y alarmas a su alrededor.
Una vez hubo atendido los asuntos de su móvil Rafael examinó el lugar por encima, parecía un lugar discreto y adecuado para pasar la noche, sin duda el abad había cumplido su parte.
Una vez revisadas las distintas estancias, Rafael se quitó la chaqueta dejando a la vista una camisa la cual se había puesto tras haber rasgado la suya durante el ritual.
- Bien, parece un buen lugar para pasar la noche. Es hora de poneros al día sobre la misión que nos ha sido encomendada. Jonas, ¿hay algún sitio donde tener privacidad para tratar nuestros asuntos?
Jonas ya casi terminaba de hablar con Santi cuando después de haber hecho un leve reconocimiento Rafael se comunica con este mediante una pregunta a la cual inmediatamente responde, Si, la Iglesia en el Dorado, es nuestro centro de mando por decirlo de una manera, esa de la cual Joseph les ha hablado, solo hay una regla allí y es respetar las personas que trabajan, la Iglesia es amplia para recibir personas y tiene un espacio para que 5 podamos pasar el día cómodamente, y 11 algo apretados, al menos por el momento, al llegar a la ciudad si te parece buena idea puedo encargarme de empezar a buscar sitios estratégicos., tras esto continua con la pregunta que tenía en mente, Quiero saber quienes además de nuestro Sacerdote puede manejar una moto por favor?, nos resultará más práctico movernos de manera individual aun cuando estemos juntos.
Quería materializar la venta del vehículo y la adquisición de insumos lo antes posible.
Las motos están bien para ser escurridizos o ser algo más inadvertidos y en ocasiones son muy útiles. Pero en esta ciudad vamos a necesitar todo terrenos como mínimo. Porque cuando estemos en un tiroteo bajo fuego de armas automáticas, nos disparen desde un helicoptero, nos hostigue un francotirador o un lanzallamas eso va a marcar la diferencia.
Rafael asintió ante a las palabras de Jonas, un sitio seguro en la ciudad era importante, una iglesia podría valer como tapadera siempre que fueran lo suficientemente discretos.
- Yo no conduzco motos, no obstante creo que en la variedad esta la clave. Disponer de motos nos puede servir en ciertas ocasiones, pero estoy de acuerdo tambíen con Matt, deberíamos contar también con algún vehículo más y si puedes conseguir que tenga algo de blindaje ligero sin llamar mucho la atención sería ideal.
El Ductus se acomodó en la silla mientras repasaba mentalmente.
- La iglesia parece un buen lugar para pasar desapercibidos, no obstante es un lugar bastante transitado lo que nos da una ventaja y desventaja a la vez pero servirá bien. Jonas, quiero que designes un segundo refugio en la ciudad, un piso franco que nos sirva en caso de que la iglesia se vea comprometida. Esta segunda localización debe limitarse únicamente a nosotros cinco y nos servirá en caso de reencuentro si algo se tuerce.
El viaje se había hecho largo para el japonés, mientras la sangre aún regaba aquellas parte de su cuerpo que iban necesitando cuidados. Ahora se centraban en la clavícula, aunque pronto empezarían ya a tomar trabajo con aquellas heridas menores, como magulladuras, cortes, desgarros y roturas de menor grado.
Con todo, no perder más sangre y tener los cinco sentidos ya activos, era una pequeña victoria. Pudo contemplar desde el vehículo, el refugio de la Doña. Era impresionante las medidas de seguridad que tomaba, superaban sus expectativas, incluso para él. Y lo más importante, que era sólo una opción, habían más.
Tras el intercambio de palabras entre el resto, el ductus asoció el inminente amanecer con la necesidad del descanso, y el japonés estaba de acuerdo. No intercambió palabras con nadie, aunque escuchó un poco de más. Guillermo queria jugar a las cartas con alguien, y si no fuera porque dominaba los juegos de cartas de sus culturas, quizás le habría dedicado un rato, aunque sólo fuera para aprovechar y conocer un poco más a ese enigmático vampiro. Le daba la sensación de que se hacía el simple, como él mismo.
En vez de eso, sin embargo, hizo un saludo hacia Juanita, inclinado la cabeza a modo agradecimiento.
-Arigato, iré a cenar. -luego miró hacia el ductus- Suelo tener un sueño profundo, me uniré a vosotros probablemente un poco más tarde.
Y se fue a buscar alimento. Cuando se hubiera alimentado, lo siguiente era muy sencillo. No ir a dormir a la habitación que le habían asignado. No sabía si los pecados le iban a perseguir durante el sueño, y él sabía que su sueño no era corto, sino largo. Iba a buscar otro sitio dónde dormir, uno no transitado, lo más recondito posible y sin apenas vigilancia. Probablemente hubiera una bodega, con algún tonel vacio enterrado entre montañas. Podía mirar ahí, o incluso sitios menos complicados si los encontrara...
Si todo iba bien, amaneceria más tarde, iria a dónde estuviera la manada y verificaria como se había tomado la Mano negra la muerte definitiva de Otelo. Sólo entonces, vería que hacer. Por fortuna estaba tranquilo, dado el éxito de su plan y no esperaba que le notaran un nerviosismo ni pista que le vincularan. Sólo tenia que mantener el perfil bajo.
Mientras esperaba el amanecer, terminaría de recuperarse de las secuelas del enfrentamiento.
Cuando tuvo un momento a solas, dónde nadie le mirara ni estuviera tras él, entraría en una de las múltiples habitaciones vacías y llamaría a su Mentor Ibrahim Ibn Abdel. La llamada sería bastante corta, y usaria el aura del silencio de la muerte propia de la extinción, para que nadie escuchara nada de esa conversación:
-He eliminado al Priscus Otelo, pues parecía intuir bastante de mi falta de fe en esta secta. Mi objetivo sigue siendo mi Sire, y cuando esté todo hecho, desvincularme de la manada y volver a las tierras del Clan. Necesitaré orientación, respecto a como llegar a mi Sire, mientras mantengo la fachada del leal del Sabbath. Estoy llamando desde un refugio ajeno, propiedad de Juanita "La Doña", si puedes, investiga su localización a través de mi llamada y busca la manera de que contactemos libremente, creo que cuando mañana se extienda la noticia de la muerte de Otelo, todos estaremos vigilados, en especial los "nuevos".
Esperaría la replica, colgaría y limpiaria el telefono de la habitación que había usado y el pomo de la puerta con un pañuelo, y se iría.
Joseph asiente ante la ventaja tácita que ambos tenían muy claro, pero el malkavian no tenia apuro en ser él quien se juegue la cabeza encarando la Camarilla de frente, Regina parecía ser el mismisimo infierno y tal vez su antigua secta fuese el menor de los problemas.
Jonas acepta la poco sutil propuesta de equipar a su chiquillo y redobla la apuesta concediendole protección. Eso da inicio a la sonrisa del cainita que se va agrandando a medida que ve la inocente y genuina felicidad de Santiago. Cuando Sentencia comienza a aplaudir con los puños, él imita el gesto con las palmas y se queda mirando cómo se aleja a los brincos.
- Me da gusto verlo así de feliz - confiesa al tremere que lo acompaña - Ya es tarde, pero mañana podemos continuar el tema de nuestros antiguos amigos. Por lo pronto esas viejas compañías suponen más un dolor de cabeza que una bendición para mi, al menos hasta que a Matt se le ocurra aceptarme oficialmente... - las prioridades de Joseph eran diferentes a las de Jonas, pero eso no impedía que hicieran un buen equipo.
Se puso de pie cuando el Ductus cortó la comunicación.
La iluminada línea del horizonte fue rota por unas poderosas franjas solares que brillaron con tal magnitud que incluso opacaron a los luceros más rezagados de aquella madrugada anunciando el final de la noche y el comienzo de un nuevo día en aquel territorio de México, la ciudad de Regina.
- FIN DEL PRÓLOGO -