Un vehículo negro de lujo se aproximó a la nave industrial y se detuvo a las afueras de aquellas instalaciones, detenido con el motor encendido, en silencio y con los faros iluminando la fahada esperó a que Hiroyuki Yamagawa saliera de la construcción y lo abordara para que con el mismo hermetismo con el que apareció el vehículo, este desapareciera en medio de aquellas desoladas calles.
El japonés se ha marchado.
El LaSombra no se había alejado demasiado de la escena, si no reposicionado estratégicamente para poder permanecer totalmente oculto, camuflado con el oscuro entorno gracias a su juego de sombras. Prestó atención a los movimientos del japonés y, una vez se asegurase efectivamente hubiese subido al taxi y marchado de la escena, dio una señal visible para su hermano que debía hallarse ofuscado en algún sitio que no lograba rememorar.
- ...Está hecho. - Anunció con un tono solemne, audible seguramente también para su hermana setita que debía estar escuchando por medio de la grabación. Se reagruparía con ambos, apartados ahora sí completamente de la escena original. - He tenido que pagar un pequeño precio, mas tal parece he obtenido parte de su confianza. Los verdaderos resultados quedarán por verse durante las siguientes noches... Aún en el peor de los casos, me aseguraré de avisarles de cualquiera de sus movimientos con antelación. No nos volverán a tomar desprevenidos. - Aseguró. Era cierto que había algo de incertidumbre en aquello aún, no obstante, se encontraba en una posición menos precaria que en la anterior, si bien lejos de ser ideal. No había sumo orgullo en su expresión, mas era un avance. - De igual manera, aconsejo asegurar un refugio personal y mantenerlo en secreto de ahora en más. Será una contingencia necesaria. - Sugirió por otro lado. No pretendería que sus hermanos durmiesen junto al Assamita si era un riesgo que preferían evitar.
Tras ello, permaneció en silencio. Probablemente sus hermanos tendrían alguna incertidumbre o cuestionamiento acerca de la situación, o de lo mencionado por el Ductus durante aquella peculiar negociación. Como seguramente se habían percatado, gran parte de los hechos los había torcido a su favor, y en especial dejando en el anonimato toda fuente proveniente de Juanita o la Mano. Sin embargo, aclararía lo que fuere necesario y observaría si su manada le apoyaba o no en esta jugada. Era un hilo fino sobre el cuál el LaSombra había decidido caminar, uno carente de alternativas por duro que fuese admitirlo.
Cuando Santiago se hubo alejado y le llegó el aviso en el telefono, borró el mensaje y la aplicación, para no dejar rastro alguno y salió hacia fuera a la calle. Estaba lleno de sangre y vitalidad, y sabía que ahora se enfrentaba a una encrucijada importante del camino.
Su mentor podia ser un traidor, o no serlo. Podría comprender la causa de Hiroyuki o haberlo usado simplemente. Tenía sentimientos encontrados, perder a su Mentor, su Sire adoptivo, sería un duro golpe que no estaba dispuesto a admitirse en demasía. Era el dique que le había apoyado en la tormenta de la no-muerte...
Y sí, olía a trampa, podía serlo. Pero no podía no acudir, la mera supervivencia sin significado era otra forma de morir. Debía enfrentarse a sus miedos, a seguir luchando, así que subió al coche desde los asientos traseros y se dejó llevar.
El cuchillo impregnado con su sangre, seguía oculto, sólo esperaba no tener que usarlo. Esperaba que eso fuera así...
Pero no apostaría nada por ello.
Con el rifle colgado del hombro, Juanita se acercó hasta donde se encontraba Santiago, sin prisa y mostrando un rostro impasible. Al llegar a su lado miró directamente a los ojos del ductus durante unos instantes sin decir nada, hasta que finalmente empezó a hablar.
—Mas te vale tener fichas de reserva, porque esta mano no la vas a ganar, aunque tampoco creo que lo vaya a hacer él. Ese hombre no tiene ninguna lealtad, le sobra ambición y tiene una visión muy distorsionada de lo que es el honor. Tener un jugador así en cualquier partida es algo nefasto.
Con calma se descolgó el rifle del hombro, tiró de la palanca, y agarró al vuelo la bala que salió disparada. La sujetó con dos dedos frente a Santiago y luego se la guardó en el bolsillo que tenia la chaqueta en el pecho.
—Lo único bueno es que alguien así es como una bala perdida, es igual de peligrosa para todo el mundo.
Guillermo estaba serio, tardo en salir de su escondrijo y acercarse a sus dos compañeros sin dejar de mirar en la lejanía por donde se había ido el japonés.
- ¿Te puedes proteger de su sangre y de eso que mencionaste de las habilidades de los assamitas? Por que quizá debieras preocuparte de ello, jefe.
Le dijo a Santiago a modo de hola.
- Todas las virtudes de un guerrero sin lealtad sirven a sus enemigos. - Dijo Coincidiendo con Juana, pero no sabían nada de Yamagawa, todo lo que sabían era un artificio, hasta la fecha.
- Que iluso, pensar que ese Justicar no le usa y actúa con honradez y por compasión es ridículo. - Se quejó Guillermo.
- Pero sabemos que hay un Justicar en el terreno, sino ha mentido en todo lo que ha dicho. - Dijo aquello como una forma de ver que aquello no había sido una autentica perdida de tiempo.
Se estiró echando los brazos hacia arriba, para acabar entrelazando las manos detrás de su nuca.
- ¿Podemos acceder a las grabaciones de tráfico? Podríamos seguir ese coche hasta donde estén, si van a la torre, pues a mamarla, pero sino, tendríamos un punto de interés nuevo. - Sugirió.
Carraspeó.
- ¿Hacemos recapitulación de todo lo que hemos averiguado antes de hacer un plan? ¿O seguimos dejando que nos guíen a base de varazos? - Preguntó con cierta malicia. No dio tiempo a contestar antes de empezar a enumerar:
Guillermo miró a sus compañeros esperando que añadieran algo a aquel resumen.
Atendió a sus hermanos con solemnidad. Aunque conscientes del riesgo, parecían apoyarle en esta jugada. Una en la que se había expuesto sólo a si mismo y, de salir mal, sería sólo él quien pagase el precio. Era lo justo. Sólo esperaba poder hacer lo correcto en esta ocasión, escudarlos, y no fallarles como lo hizo para con Marcella.
- Poseo un plan para defenderme de sus artes, intentase traicionar esta oscura alianza. Aunque de ahora en más, sugeriría evitar sutilmente cualquier contacto directo con su piel. - Aseguró el Ductus, a medida que continuaba manipulando las sombras que envolvían todo su cuerpo, deslizándose por su traje hasta llegar a concentrarse toda en la palma de su mano... Presionándola.
- Lealtad o no hacia su Justicar, es a la Niña a quien debemos retirar del tablero. Aguardaremos un tiempo hasta dilucidar si Yamagawa muestra verdadera predisposición a plantar una emboscada que juegue a nuestro favor. Mientras tanto, veré si es posible desarrollar una alternativa, aunque no develaré detalles hasta que no sea seguro. - Comenzó a plantear rápidamente Santiago, reenfocando su cerebro en aquel enfoque lógico matemático tan característico de su mente planificadora. - Sabemos que Hiroyuki no responde directamente hacia Ceferino o Rage, o estos a él. Desconocemos si algún miembro más de su Cuadrilla también estuvo presente allí... He divisado que aquellas sombras poseían una especie de cabecilla, alguien con un porte diferente al de un mero secuaz. Podría haber sido otro de sus miembros, por su contextura estoy seguro de que no se trataba de la Niña y dudaría mucho fuese la Príncipe en persona. No obstante, si podemos prever cuando será el siguiente operativo, tendremos una ventana de contragolpe para asestar a la Niña sin cuanto menos tres de sus más grandes escuderos. Aunque para ello, necesitaremos la inteligencia acerca de su Refugio. - Aquel podría ser el señuelo perfecto, mas era sólo un planteo.
- Un Justicar Assamita... Es cierto que el Clan no pertenece a la Secta, mas no me extrañaría que los Justicar actuasen de manera totalmente independiente de ella. En una manera similar a la Mano Negra. - Concluyó, un paralelismo entre ambas organizaciones, lejos de ser el primero o el último. Muchos de los miembros del Manus se rumoreaba eran Assamitas antitribu, quizás cabía la posibilidad de que un Assamita de Haqim asumiese un rol equivalente en una organización contraria, sólo para asegurar una oposición.
- Será difícil acercarse personalmente al Eliseo bajo estas nuevas circunstancias. Aunque Emilio desconocía a qué organización pertenecíamos, está claro que no representamos sus aliados. Necesitaremos crear algunos agentes mortales nuevos capaces de llevar el operativo de observación, y conservar su identidad en secreto. Y un nuevo refugio comunal, uno sacrificable. Lo mejor será prepararnos en refugios individuales y mantener un perfil bajo por el resto de la noche, si para la siguiente contamos con otro punto de encuentro, nos reencontraremos allí a primera hora. - Sugirió el Ductus, ya organizando dentro de su cabeza cuáles serían sus siguientes movimientos por el resto de la noche.
Mientras sus compañeros hablaban se alejó para agarrar una desvencijada caja de madera, acercarla y sentarse en ella despreocupadamente mientras escribía un mensaje en su teléfono.
—Los refugios desechables son fáciles—. Dijo mientras guardaba nuevamente el teléfono. —Y los puntos de reunión también. En cuanto a lo de que nos reconozcan, desde el primer momento me parecía muy mala idea lo de infiltrarnos personalmente en la torre, mejor sería sobornar, extorsionar o torturar a cuantos mortales hagan falta.
Miró pensativa hacia el techo por un momento y soltó un largo suspiro, que obviamente era una forma de expresar los exasperante que le resultaba la situación en la que se hallaban, ya que hacia mucho que el respirar había dejado de ser una necesidad para ella.
—Lo que me preocupa es… te la has jugado a sembrar dudas en la mente de Yamagawa y le has dicho que Rage sabia para quien trabajaba, y que aun así tenía ordenes de matarle, pero ¿Qué pasará cuando intente confirmar esa historia con ese mentor del que habla?
- Entonces esa semilla de duda comenzará a germinar lentamente. De su mentor hacia el Sheriff, o del asesino para con su mentor. - Respondió con bastante seguridad Santiago, dejando sus juegos de sombras se deslizasen hacia su rostro para darle una expresión más macabra. - Aún siendo mis palabras contradichas, los hechos son unos que el Assamita no podrá negar. Su verdadera identidad se ha visto comprometida, una demostración contundente que juega a favor de mi relato. Mas si optase por creer lo he obtenido de otra manera, el relato no se aleja demasiado de la realidad: Sus contratistas no han protegido su secretismo, y le han enviado a su misión a conciencia de haber sido expuesto. - Argumentó el Ductus, con la certeza de que más allá de la teoría que elaborase el japonés, tarde a temprano llegaría a la misma conclusión. Una de la cuál el LaSombra siempre había estado seguro desde un inicio, y sólo necesitaba confirmación.
- Por otra parte, ambos escuchamos su descontento en aquella escucha. Es indistinto si Rage era consciente de su participación y tenía órdenes de eliminarle igualmente, o no se le había informado en absoluto de la misma. Pues ambas premisas conllevan al mismo resultado: El Sheriff no se detendría hasta que toda la manada estuviese acabada. Sea por acción u omisión, sus líderes no se preocuparon en absoluto por la supervivencia de su agente. Es un modus operandi habitual dentro de la Camarilla, al fin y al cabo. - Justificó su segundo punto por otro lado. Aquella grabación ya había delatado un ápice de desconfianza y desconformidad por parte de Hiroyuki, él sólo había logrado identificar aquel punto débil para luego proceder a explotarlo.
Tras ello, deshizo las sombras de su rostro, tomándose una pequeña pausa antes de continuar.
- Es cierto que cabe la posibilidad también de que mencionada semilla también siembre desconfianza hacia mi persona. Mas es una esperada ya por su parte, motivo por el cuál ha exigido el inicio de un vínculo como aseguranza. Seguramente ya tenga en su reserva alguna contingencia de la misma manera que yo lo he hecho, si se considera un agente astuto. La potencial traición de alguien considerado previamente aliado, sin embargo... Posee otro impacto. Un puñal por la espalda es más de temer que una estocada de frente. - Admitió finalmente, no menos consciente de que pese a todo la bala perdida pudiese darle igualmente a él. Era un riesgo calculado, y había sopesado la amenaza de de un falso aliado era mucho mayor de la que podía ofrecer un ya considerado enemigo. Era la ventaja de la que se valdría, por fina que fuese.
- ¿Pero la voulderie no nos protegía de los vínculos? Si ha querido que bebieras su sangre es por otra cosa. - Señaló Guillermo.
- Yamagawa es un tipo con las ideas claras, no dudará. - Sentenció Guillermo. - Aunque haya sido expuesto. - Aclaró. - Conozco a muchos perros sacados de la calle por los carteles, les dan un hueso, les dan algo de respeto, les dan la sensación de pertenencia y se vuelven fanáticos. -
Se encogió de hombros, no tenía sentido insistir.
- Esperemos que me equivoque ¿Entonces nos vemos mañana? -
Motivo: ¿Que sé de la voulderie?inteligencia + ocultismo
Dificultad: 6
Tirada (3 dados): 7, 9, 4
Éxitos: 2