Partida Rol por web

Parece que por fin Willie recupera un poco de su sobriedad y las palabras amables y comprensivas de Walter surten efecto.

Se mesa un poco el cabello y se seca los restos de las lágrimas de las mejillas. Mira alrededor vuestro para asegurarse que no hay nadie cerca y se dirige a Walter.

La sirena es un tugurio de mejicanos, un bareto donde caballeros como vosotros no deberían ir. Me llevó el doctor un par de veces hace tiempo. Está cerca del río. En Kingsbury Road. Si véis al doctor yo no os he dicho nada, ni os conozco ni nada..

Después de este breve período de lucidez, Willie parece volver a las brumas del alcoholismo y empieza a canturrear una vieja canción de borrachos. Parece haber olvidado por completo vuestra presencia.

Walter se endereza y se vuelve hacia el grupo, mientras enciende un cigarrillo.

Dudo que podamos sacarle nada más a este pobre hombre... en cualquier caso, ha sido una conversación productiva. Dejando de lado todo este sinsentido del tiempo y el torbellino, que requeriría un examen mucho más concienzudo para sacarle algo en claro, parece que tenemos una nueva pista: un tugurio en Kingsbury Road.

Ahora mismo dudo mucho que los sitios donde pernoctaban las otras dos víctimas reconocidas del asesino vayan a cambiar en breve, o sea que lo mejor sería dirigirnos hacia los lugares más "calientes", si me permiten usar algo de "jerga", je je... o sea, hacia el bar de mejicanos, para tratar de encontrar a este misterioso Doctor.

El problema es que no sabemos qué aspecto tiene... solamente podríamos identificarle gracias a su tatuaje. Pese a todo, creo que vale la pena dirigirnos hacia allí. ¿Qué les parece, colegas?

Walter duda que nadie ponga inconvenientes en el plan, pero más vale asegurarse.

- Sin duda es nuestra mejor pista - comentó Bernard no muy convencido - aunque dudo mucho que podamos encontrar nada, en un sitio así. Es agente se huele los problemas a leguas y sin duda no pasaremos desapercibidos.. por lo que no creo que podamos encontrar nada útil.

Quién sabe - respondió Walter calándose el sombrero. Parecía que iba a ser una noche fría. - Quizás les caigamos simpáticos, o podría ser que tuviéramos algo de suerte, como aquí en la comisaría.

Viendo que la mayoría parecía aceptar la opción de ir a echar una ojeada al bar de mexicanos, Walter se dispuso a salir de allí.