Partida Rol por web

-Calla

-PERO...

-He dicho que calles.

Dijo Daftpunk al brazo, con una voz más fría que el invierno, al mismo tiempo que este se estremecía, como si por una vez SAGAZ sintiera miedo. Quizás Daftpunk podía soportar parte de sus idioteces. Después de todo, era su experimento. Pero si en tal posición Daftpunk decía que te callaras, te callas, por mucho que el Imperio tuviera control sobre Sagaz. Por el momento, Daftpunk se iba a quedar mirando, con las manos en la espalda en posicion firme. El trabajo tenía que ser de ellos dos, y ella no había hecho ninguna promesa. Si el noble le ordenaba actuar, actuaría, pero por el momento se quedaría mirando, vigilante de que todo fuera bien.

   Ante la visión de un Alcalde que a pesar de todo se encaminaba a cumplir con su deber por el bien común, cierta llama de compromiso comenzó a recorrer una vez mas mi cuerpo y sin ayuda de nadie mas que del Elixir que me mantenía con vida empecé a desplazarme hacia la iglesia, buscando dar con el instrumento simbólico con que ajusticiar al rostro visible del poblado ... Si hay suerte solo se conforma con lo de dejarle colgado hasta que se aburra...

Como se suele decir "Tres Son Multitud", por lo que Croquet A. usó este refrán para evitar estar trabajando activamente en el hecho de colgar al alcalde en la cruz; eso sí, hizo lo que tenía que hacer al respecto para fingir estar trabajando, al menos lo suficiente como para no ser mirado mal por su nula acción real en el proceso de la crucifixión.

-Recordad que tiene que ser una "equis invertida". -Indicó el hombre asintiendo con la cabeza tratando así pues de dirigir al resto del grupo que sí que estaban trabajando en el acto de crucificar al alcalde de Sibelburgo- Recordad plantadlo en el suelo, los cimientos son importantes.

En efecto, ni trabajaba ni dejaba trabajar a gusto. Pero lo más importante; hacía que ayudaba.

Mikel se quedó con la corbata en la mano cuando se la anudó por segunda vez. A mucho había sobrevivido tan magna prenda de vestir. Al mismo tiempo, Ken intentaba atravesar la multitud para llegar a la iglesia y recoger los material.

Mientras tanto, la tragedia se mascaba lentamente. El pueblo en silencio, miraba con ojos temerosos al Deus Nobilis y sus perros. El alcalde seguía avanzando pese a los intentos inútiles de su hija, que de los gritos ya había pasado al sollozo desesperado y rendido.

—Padre… Padre no… Para… Para… No... Para…

La chica acabó de rodillas en el suelo llorando desconsolada, mientras Falder Germans llegaba hasta donde estaba su ilustrísima excelencia y los agentes imperiales. El hombre, con dignidad y gesto adusto ofreció sus brazos.

—Aquí me tienen a su disposición—anunció—. Sólo les pido que dejen al pueblo en paz.

Parecía que todo quedaba por resolverse, cuando una voz se alzó entre la multitud justo cuando Ken ya había terminado de atravesarla.

—¡ALTO AHÍ!—era Hefastus, que también avanzaba hacía donde se encontraba el alcalde.

—Hefastus, ¿qué te crees que estás haciendo?—le reprendió Falder.

—Lo que tengo que hacer

El jefe de los mineros miró directamente a Alyon DeVincius, quizás incluso lo miró demasiado directo y desafiante. No parecía la mejor manera de dirigirse a un noble mundial.

—Ilustrísima excelencia, soy uno de los jefe de las minas. Todo lo ocurrido es responsabilidad mía, no del alcalde. Le ruego por favor que me permita a mí recibir el castigo.

De forma heróica Croquet A. se acercó también a Hefastus Brenthurg y usando a su fiel L'Orange como si no fuera más que una regla, empezó a medir su altura y el tamaño de sus brazos y piernas para una posible futura crucifixión en equis invertida de este hombre, no sabiendo si a cambio del alcalde o a mayores.

-Mmmmm... Mmmm... -Comentaba por lo bajo mientras hacia el trabajo para luego girarse hacia el resto de los compañeros- Podría entrar en la equis invertida que tenemos. Así que no sería perder mucho tiempo.

Quizás estas palabras convencieran al noble de aprovecharla y así no perder más tiempo, salvando así pues la vida del alcalde con problemas de corazón y una linda hija.

-O podemos clavarlo del otro lado. -Indicó asintiendo con la cabeza. Añadiendo la posibilidad de NO perder el tiempo y además tener a ambos crucificados.

Daftpunk suspiró con pesadez. Si por ella fuera, diría que los crucificasen a ambos mientras les echaban sal en las heridas por osar que aquella ejecución durase más de lo planeado, pero el problema es que la elección era de Alyon, y por el momento prefería mantenerse obediente y salir de allí lo antes posible. Ya habría un futuro en el que ella se tomase su propio tiempo enlas torturas, fuera ya dentro del Imperio o no.

-Su Ilustrisima ¿que hacemos con el otro?¿Castigamos su insubordinación por detener el proceso crucificándolo también?

El alcalde había llegado hacia ellos, Mikel no dudó y le puso unas esposas mientras susurraba - Lo siento - Para continuar está vez en voz alta - Estás siendo arrestado en nombre de su ilustri... - Ahí fue cuando apareció Hefastus, no podía ser, pese a sus roces, el minero era un hombre capaz que había contribuido a salvar el pueblo, dejó al alcalde esposado y fue rápidamente con el minero - ¿Se puede saber que haces? Te acabas de condenar para nada - Le susurraba mientras hacía que buscaba otras esposas.

 Obviamente, no me sentó para nada bien las acciones del jefe minero, pues aunque en un principio podía parecerse a una visión personal que hubiese tomado en cualquier otro escenario… el mismo Hefastus estaba olvidando quien era y representaba su ilustrísima.

 No desperdicies el esfuerzo de vuestro líder… — mentaba mientras buscaba el sitio por donde menos personas pudiera importunar … Lo dicho… odio las turbas… — No cuando ha logrado solucionar todo con un solo acto de Auto-sacrificio… lo cual a nivel personal es lo que debería hacer todo, quien se considere así mismo líder y un héroe… — iba mentando, aunque más mirando también a la turba para que estas comprendieran - Pues el mismo sabe que con este acto, le está dando la oportunidad para que ustedes puedan seguir y con ellos… legar un mejor Sibelburgo para sus hijos y los hijos de sus hijos, un Futuro… en donde la siguiente vez que alguno de los dioses esté dispuesto a mirar a estas mismas tierras, se encuentre con unos dominios de los que él pueda regocijarse por lo que ve… Pero… — Y nuevamente cambiar mi vista al grueso del poblado - Esto no se podrá lograr si no dejan que el destino proceda como su Ilustrisima espera…

 Y tras decir esto, intentar una vez mas pasar entre el tumulto general con la esperanza de que esta vez me dejaran hacerme con las vigas.

—No espero que lo entiendas—le susurró a Marlboro mientras le tendía sus brazos para que lo esposara—. Vosotros tendréis a vuestros dioses omnipotentes, pero nosotros sólo nos tenemos a nosotros. Es como este volcán, aunque lo arrasase todo mientras nuestros lazos sean fuertes no seremos destruidos. Y mi gente siempre estará dispuesta a dar un paso al frente en la peor de las situaciones.

Sin duda se trataba de un discurso peligroso para los intereses del Imperio Mundial. Casi revolucionario. Si Hefastus no era un miembro de la Resistencia Rebelde, bien podrá pasar por uno. Incluso podía ser un potencial candidato.

—Si te sirve de consuelo, no voy a juzgarte. Este pueblo también vive al servicio de la casa DeVincius y estamos sujetos a sus designios. Haz tu trabajo.

La aparición repentina de Hefastus pareció aplacar la furia del noble mundial. Lo cuál era una suerte porque en ese momento ésta iba dirigida sobre Croquet y Ken. Quedaba muy palpable que Alyon DeVincius era una persona realmente voluble. Incluso por un momento parecía que todo se podía arreglar y que el Deus Nobilis iba a perdonar a los dos.

—Sí, es una buena idea Goku—asintió el noble imperial—. Ayuda a Niquel, Purret y Pun. Y cuando terminéis volved al Terris Nobilis. Nos vamos de aquí.

Alyon agarró un bastón de oro macizo que tenía apoyado junto a su sillón y dio dos golpes.

—¡Vamos!—ordenó— ¡Volved al vehículo!

Y sin despedirse de nadie, los esclavos empezaron a moverse.

Por parte de Croquet A. viendo que el jefe se marchaba del lugar, este pudo respirar más tranquilo, a fin de cuentas, su presencia era aterradora para la "poca cosa" que era; si no fuera un fiel siervo del gobierno le habría golpeado con L'Orange en alguna que otra ocasión pero temía que si hiciera eso sus bonus fueran reducidos... si es que los conseguía claro... ah, y la muerte y tortura, claro.

-Pues ya habéis oído, -indicó apremiando el paso a los presentes- Goku, Niquel, Purret y Pun manos a la obra. A mi no me ha nombrado así que me quedo controlando que sepáis hacer una equis invertida correctamente. Y vosotros dos los "equis-cificados invertidamente" extended los brazos en cruz invertida... o lo que sea y acercaros a las maderas... ¿Alguien trajo unas cuerdas?. Aquí lo único que tenemos son clavos y estas cosas no aguantan el peso humano...

En verdad la crucifixión es una cosa curiosa, puesto que los estigmas que algunos muestran en sus palmas de las manos no es debido a ninguna crucifixión, puesto que si tratas de crucificar a alguien por las manos el cuerpo de la persona es demasiado pesado y terminará por resbalar, desgarrando toda la palma y finalmente caer... Se necesitarían cuerdas para atar los brazos y que estas sean las que ejerzan el peso o crucificar directamente en las muñecas entre el cúbito y el radio, que ahí ninguno cae por el peso.

  Bfff...- dejaba escapar un seco suspiro al notar como todo acababa, como en aquel relato del cazador de tesoros y aquella caja milenaria, solo para estirar el cuello y comenzar a contemplar mejor nuestra tarea.

  Considerando... que el Alcalde es el plato fuerte... debería ser El quien quede en la posición correcta de la figura invertida, ¿no ? - mientras dibujaba una equiz con mis manos y luego darle la vuelta, para volver a la posición original y repetir y repetir -  y del otro lado colgamos al minero de cabeza para que en cualquier posición siempre haya uno de cabeza - mentaba intentando ocupar mis pensamientos en otras cosas que no fuera remordimientos, como eran consejos de mi abuelo ... ningún héroe inicia en la gloria... la mayoría tienen que aprender de caminar entre demasiado barro... 

Suspirando de cansancio, Daftpunk se estiró un poco. No la apetecía hacer nada, pero una orden era una orden, por el momento. Además, que demonios, acabar aquella puñetera situación de una santa vez con un poco de sadismo era algo a lo que Daftpunk no podía decir que no. Por suerte, sus compañeros, con una frialdad respetable hablaban tranquilamente de como crucificar a aquellos dos, por lo que no se tendría que preocupar por frivolidades como la piedad o la duda. De hecho, observo Daftpunk con una fría sonrisa mientras iba a por las herramientas necesarias para llevar a cabo la faena, ninguno de aquellos asquerosos aldeanos parecía que fuese a mover un dedo por sus lideres. Sabían que cualquier intento de rebelión era inutil, a pesar de que lo que estaba ocurriendo allí iba en contra de su moral y demás gilipolleces por el estilo, porque preferían el orden traído por el Imperio antes que interesarse lo más mínimo por aquellos dos idiotas. Incluso esos dos habían aceptado ese catigo por ese orden. Definitivamente, quizás hubiera dudado de la inteligencia de las decisiones de DeVincius en aquel viaje, pero el efecto que tenía el Imperio sobre aquellos gusanos si que eraa el propio de algo de caracter divino. Quizás algún día investigase más sobre este hecho. Y quizás, ella tuvera el suficiente poder para conseguir tal control.

-Vamos, Sagaz, acabemos este trabajo en nombre de su Ilustrisima. Quiero salir de esta pocilga. Tengo mucho en lo que pensar después de esta misión. 

Así sea, pero perder a dos pilares a la vez debe ser duro para tu pueblo - Le respondió el agente mientras le terminaba de esposar - A sus órdenes su ilustrisima excelencia - Decía al noble que ya se estaba marchando.

Fue duro, Marlboro era de los que no se manchaban las manos, ser obligado a hacerlo por unos nobles le había tocado, pero tampoco iba a darle mucha importancia, era su trabajo y tenía que hacerlo a la perfección. Miró al pueblo aterrado, no era la primera vez que los veía en esa situación, pero esto era... No lo sabía, su familia había envenenado a miles de trabajadores en sus plantaciones y no le parecía mal... ¿Por qué ahora sentía remordimiento? ¿Se estaba ablandando? No podía permitirlo.

Cuando sus compañeros trajeron los tablones Mikel fue el que puso los clavos, mancharse las manos tenía que ser su muestra de determinación, no podía sentir lástima por la población, al fin y al cabo eran meras hormigas al servicio de dios y Marlboro era uno de sus perros guardianes.