Partida Rol por web

Esta escena es para poder poner datos importantes que sepas únicamente tu........

Te invito además para que utilices esta escena para darle profundidad a tu personaje, poniendo apartados ya sea de su historia pasada o de sus rasgos de personalidad..

La Familia..... un regalo de los Dioses para mantener a los hombres apaciguados.

En los primeros años de servicio a los Zentharims, jamás hubiera corrido por la cabeza traer hijos a un mundo plagado de sangre y muerte, ni tener una esposa que padeciera los terribles tormentos que acongojaban su alma todas las noches y en algunos momentos durante el día, oh no, él era un hombre orgulloso y fuerte, debía llevar esa gran carga pesada solamente él, algo de bondad había en un hombre que había perdido la cuenta de los asesinados por su espada, quizá no era bondad, sino un ápice de luz de un pensamiento no egoista.

Esa luz poco a poco fue tomando forma, cuando conoció una jóven y bella sirvienta del alcazar zhentil, desamparada y a punto de ser violada por unos soldados.

fue valiente o al menos así pensaba Vylna, de la que se enamoraría y con la que concebiría un hijo fruto de ese amor, Numerov, como su abuelo; poco tiempo después se daría de baja, retirándose a un lugar tranquilo para pasar sus días; Fuerte Nuevo había sido ese lugar, donde su hijo crecería y se formaría para grandes cosas, quizá cosas mas honorables que las que realizó su padre; mas honorable que unas hazañas que quieren ser enterradas para siempre en lo mas profundo del subconciente, pero unas hazañas que han dejado una huella imborrable en el comportamiento del hombre de sesenta y tantos años.

Y que no haría por su familia?, prefería no preguntárselo, quizá la respuesta estaría fuera de su entendimiento racional.

Dicen que los recuerdos son algo divino, se dice incluso que en antaño existía una Diosa de los recuerdos, adorada por los Elfos antiguos, pero que ahora esa diosa ha sido olvidada en la mente de los mortales; vaya ironía!!......

El último recuerdo..... salía en busca de su familia en un viaje a Argluna, cuando fueron emboscados por orcos de las montañas muy cerca de su hogar, su mujer fue tomada prisionera al igual que su hijo y el ex miliciano Zhent fué dejado inconciente en el suelo, los orcos habían pensado que estaba muerto.......

La búsqueda los habría llevado a pensar que habían sido los infames orcos de Baraskur, quienes buscan jóvenes de cabello negro para un ritual secreto, pero con la ayuda de su amigo Erk, un explorador de las montañas, había descartado esa opción; ahora el rastro los habría llevado a Argluna, pero porqué??, el recuerdo era muy borroso..... pero algo recordaba; recordaba haber estado en la gema del norte, investigando en las calles, en las tabernas, buscando algo, pero que era??....

Recordaba haber tomado un barco junto a..... ohh el goblin que ahora se encontraba en el suelo moribundo, lo recuerda del barco y a la Elfa también.... era un barco pequeño, no mas de quince personas que transportaba hacia Eternlud, pero para que Niemerov iría a ese lugar??.....

No recordaba al Drow, pero porqué se arriesgaría a salvarlo con la soga?, probablemente tendría algo que valiera la pena arriesgar su vida, y que sería eso?; tesoro?? no, Niemerov tenía una pequeña fortuna en su residencia, muy bien escondida y custodiada por mortales trampas, información? quizá, información de su familia, sería posible? eso tendría mas sentido, ahora que empezaba a dar respuesta a la pregunta que no se atrevía a responder ¿Que no haría por su familia?....

Las tranquilizadoras llamas de la candela calentaban los músculos del ex agente de la red negra, su ropa empezaba a secarse y su mente a tranquilizarse.....

Poco a poco algún recuerdo insignificante llegaba a su perturbada mente; sabía que se dirigía a Eternlud ya que la búsqueda de su familia lo había llevado a Argluna y luego a Eternlud, donde debía hablar con alguien, pero los borrosos e intermitentes recerdos solo venían en oleadas borrosas.

La barcaza no había sido una mera casualidad, en ella había un personaje encadenado, un Drow prisionero del capitán quien había sido encontrado cerca de las colinas de la escarcha, o al menos eso había dicho el capitán cuando se le preguntó.

Algo o alguien había guiado a Niemerov hasta él, un oscuro ser que poseía informacón clave para rastrear a su familia, quizá por ello habría arriesgado su vida por salvar la del Drow?? o quizá el Drow fuera responsable en el secuestro y simplemente no valía la pena que muriera tan fácil y rápidamente?

Los recuerdos de Niemerov no eran más que ráfagas de color en un torbellino de caos y demencia. Voces y palabras le daban sonido a una maraña de imágenes que rayaban la inmundicia y la violencia más pura, oscilando hasta encontrarse con una belleza que su frágil ser no podía comprender ni concebir. Y sin embargo lo había hecho, a pesar de las huellas que había dejado en el mundo. Escupió en la cara del destino que los dioses habían escrito, allí yacía su mayor logro. Había logrado romper las cadenas divinas, y dejado de ser un agente de muerte y dolor. ¿Cuántas mujeres con sus niños había destrozado, con mano propia o como consecuencia de sus actos?

A pesar de que su cabeza era penetrada por centenares de cuchillas cuando intentaba recordar algo concreto, estaban aquellas memorias que nada podría borrar. El olor a sudor y estiércol que emanaban los barrios bajos del Alcázar Zenthil, los pechos de aquella muchacha que le conocía como Jurgen el Bocón, su mejor cliente; sus ropas absorbiendo la vida que emanaba de las venas de Kirla de Zhay, miles de sucesos que no merecían estar en el mismo lugar de su alma junto al recuerdo del primer llanto de su muchacho, o de los años en los que la daga comenzaba a perder su atractivo.

En el océano de su memoria, sin embargo, navegaba un recuerdo eterno. Era una tarde fría, como todas las tardes junto al Mar de la Luna. Pocas almas recorrían los recovecos de la ciudad, y aquellas lo suficientemente estúpidas o temerosas como para hacerlo por esas partes buscaban algo. Aquella vez, tres hombres buscaban calor entre las piernas de una mujer, excepto que esta lanzaba alaridos y mordidas por doquier, como un oso encerrado al que le sacuden la jaula. Su acero no necesitaba más sangre, pero Niemerov decidió alimentarlo. Cuando acortó la distancia hacia el trío, una parva de despojos de hombre que le invitaban a probar el sexo de una muchacha golpeada hasta la inconsciencia, terminó por convencerse. Desparramó la sangre de los violadores sobre las piedras del Alcázar, que se mezcló con un poco de la suya propia.

Ella despertó junto a un hombre demacrado, adolorida por dentro y por fuera. El agente recibió varios arañazos antes de poder calmar a aquella alma enfurecida. Vylna estaba sola en el mundo, y no le bastó a Kolstye con rescatarla. También necesitaba ser rescatado.