Partida Rol por web

- Tienes razón, no debí pedirte algo así. Sólo son dos trolls, así que simplemente adelántate hasta verlos e infórmame de donde están, luego aléjate de la batalla: si son trolls normales como supongo, no correremos ningún riesgo, y si son trolls poderosos de esos que visten armadura y portan armas mágicas, evitaré la batalla. Lo que pretendo es eliminar a ese par de bestias, no me gustan los trolls en un bosque bajo mi protección, matan más de lo que necesitan, disfrutan matando de hecho, y son tan voraces que alteran el equilibrio del bosque. Y de paso pretendo poner a prueba a esos aventureros. Sin han apuntado demasiado alto recibirán una dura lección, aunque no permitiré que mueran. Si están a la altura, quizás encuentre algún modo de que utilicen su talento para algo más provechoso que simplemente caminar al azar buscando riquezas. Sea como sea, trataré de que no vuelvan a usar este camino.

- Ya sabes que no comparto la forma de ver las cosas de muchos de mis compañeros del círculo, no soy enteramente neutral entre el mal y el bien, prefiero la alianza de la Marca que una horda de orcos, y me parece que si mis sueños no me engañan lo segundo amenaza lo primero, y si una horda de orcos acaba con La Marca, el bosque no estará seguro tampoco. De hecho en mi sueño el bosque quedaba calcinado, y varias personas, tú entre ellas, terminábais muertas. Si es una visión profética, es porque los dioses creen que todavía es posible evitarlo.

-Ohhh pero que trágico te has vuelto amigo mio.. JiJiji Una sonrisa burlona es despedida de sus blancos dientes -tengo mas de trescientos años y creo no haber vivido un año en que los orcos no asediaran esta zona, desde años en que yo ni había nacido...... parece que te estás tomando esos sueños muy en serio, no se si debería preocuparme? -Decía burlonamente mientras Levantaba una ceja y lo miraba con gracia; toma vuelo y desaparece de inmediato.

Cuando la noche caía, el Pixie volvía a su compañero a informarle que se encontraban muy cerca del linde.

-Todo parece indicar que mañana esta gente se internará en el bosque, seguirán a los Trolls donde vayan, parece que ya han salido del bosque.......

Efectivamente, al otro día, los aventureros, no percatados de que los seguían, se alistaban para adentrarse en los páramos eternos y dejar el bosque atrás.

-No pensarás seguirlos, verdad?? ya se han ido del bosque al igual que los Trolls ya dejan de ser tu probllema, quizá nunca mas vuelvan, ya los oiste, irán a Nesmé; probablemente ni lleguen....... y si llegan, no creo que tomen la misma ruta de regreso!!!

Laurel no dijo nada, tenía bastantes dudas sobre como debería proceder en este caso. Finalmente optó por volver a salirles al paso a lso aventureros, justo antes de que saliesen del bosque tras los trolls. Esta vez no se anduvo con rodeos. Los interceptó y dejó que fuesen ellos quienes se acercasen a él.

Seguía teniendo aquel aspecto de muchachito, pero ahora su expresión ya no era la acostumbrada y feliz expresión de siempre, estaba muy serio. Sin preámbulo alguno le habló al bardo. Junto a él estaba Manzanas, alto, poderoso, gallardo, muy erguido y mostrando claramente su enorme cornamenta y su color dorado completamente inusual entre los de su especie.

- Aquí se termina el bosque, y aquí se termina el punto donde puedo protegeros. Más allá de este lugar empiezan los páramos, y ahí ni mi poder sería suficiente para protegeros, y no puedo arriesgar mi propia vida pues me han encomendado proteger el bosque que ahora estáis a punto de abandonar. Los trolls están aquí porque seres más poderosos que ellos, gigantes de las colinas, han ocupado sus antiguos hogares. Si camináis hacia ellos, moriréis, jamás llegaréis a vuestro destino. No estáis preparados para una aventura de ese calibre, sois inexpertos y no lo suficientemente fuertes, por eso preferí acompañaros, y por no herir vuestro orgullo y daros la oportunidad de medir vuestras fuerzas me mantuve cerca pero al margen. Pensaba aparecer en forma de oso si las cosas se os complicaban, y pedir ayuda a mi amigo Manzanas aquí presente. Por eso os advertí de no dañar a los animales del bosque que podrían ayudaros. Pero ya no es posible que eso suceda, y sin mi ayuda dudo que podáis con dos trolls, y desde luego no con gigantes de los páramos contra los cuales mi propio poder es insuficiente. Vuestro ácido y vuestro fuego es completamente insuficiente ante los trolls, no disponéis de arsenal mágico, ni de un mago con conjuros lo bastante poderosos para hacerles daño a suficiente velocidad. No os dejéis engañar por mi aspecto, mi nombre es Laurel y me llaman "el hijo de las fatas". Los dioses del bien me han bendecido y en correspondencia he realizado voto de pobreza, por eso camino de este modo. Pero puedo convertirme en el mayor oso blanco que hayáis visto nunca, pero mucho más poderoso que un oso blanco. Y me acompaña Manzanas, que es un animal venido de los reinos celestiales, una amistad que solo cada varias generaciones es ofrecido a un mortal, y no muy lejos, por algún lado, está revoloteando invisible un poderoso pixie, uno de los representantes del reino de las fatas. No subestiméis ni mi poder, ni el de mis compañeros, ni mi advertencia. Si me hacéis caso, volveréis, os escoltaré hasta la frontera Este, y saldréis del bosque bajo promesa de no intentar de nuevo esta ruta, el bosque no acepta el paso de aventureros y la próxima vez quizás no esté yo para protegeros. Si no me hacéis caso encontraréis la muerte, y vuestra muerte pesará sobre mi conciencia pues creo que no sois mala gente y no deseo la muerte a manos de bestias a ningún ser civilizado que no sea intrínsecamente malvado. Si mis sueños son premonitorios, dentro de no mucho tiempo se producirá un gran ataque orco, y valientes como vosotros seréis necesarios para ayudar en la defensa de las ciudades de La Marca, y los orcos serán enemigos mucho más al alcance que una pareja de trolls o un gigante de las colinas. Y vuestras hazañas mucho más útiles que entablar una batalla como esa en los páramos donde la victoria o la derrota será irrelevante para el devenir de la marca.

- No estoy mintiendo ni exagerando, y como sé que la duda permanece en vuestros corazones os haré una demostración... 

Y, efectivamente, unos segundos más tarde Laurel se transformó en algo que, por tamaño y forma, parecía un enorme oso blanco, pero cuyo pelaje era dorado y parecía relucir cuando algún rayo de sol se colaba por entre las copas de los frontodos abetos. Aquel enorme oso se puso en pie y rugió, y todo el bosque pareció estremecerse ante su poder. Unos segundos más tarde, volvía a ser el mismo Laurel.

- Hacedme caso, volved... -aunque ahora ya no había autoridad en su voz, era un ruego.

Sin duda había sido un discurso absurdo, autolaudatorio y la demostración final absolutamente estúpida. Le daba un poco de vergüenza haber hecho semejante payasada, pero nada de eso se trasmitió a su rostro que permanecía serio y firme. Esperaba que aquel esperpento no hubiese sido en vano. Como casi todos los aventureros, seguramente responderían a una demostración de poder.

La cara de los aventureros demostraba contrariedad absoluta, al principio parecían perplejos, pero a medida que las palabras fluían de los labios del Druida, el Enano, el hombre intimidante y el explorador parecían algo enojados, llevaban sus manos a sus armas, pero no se atrevían a desenvainarlas.

-Pero como te atreves niño, acaso dices que somos unos debiluchos.... tu eres un niño y juro que voy a......

Con gran agilidad, el bardo posa sus manos en el hombro del Enano y con un tono fiero lo interrumpe.

-Calla Enano, deja al druida continuar diciendo lo que tenga que decir!!

La tensión aumentaba cuando el Enano respondió con una fiera mirada a su compañero, pero no dijo nada mas que girar bruscamente y apartarse del grupo, estaba claro que no le interesaba oir lo que Laures tenía que decir.

Por su parte el druida continuaba con su discurso, mientras todos parecían escuchar atentamente, algo de rabia se percibía en los ojos del bárbaro, pero la demostración de transformarse en un gran oso blanco, quizá el mas grande que cualquiera haya visto, hizo que bajara su guardia inmediatamente, parecía algo..... asustado.

finalmente, el clérigo, que no había dirigido la palabra a Laurel daba unos pasos al frente y con tono algo arrogante, típico de los seguidores de Tyr.

-Si me permites, no nos han presentado, soy Licucius de la orden de justicieros de Cormyr, sirvo al justo señor, a Tyr y cada movimiento mio está encausado en su voluntad; creo qn tí compañero..... de los bosques..... los dioses si se comunican mediante sueños!!. -Voltea la cara a sus compañeros, haciendo énfasis en su tesis, como queriendo convencerlos de algo que ha intentado durante algún tiempo -Y no Deranlas, no están ocupados en cosas mas importantes, el propio Tyr me ha enviado a estas lejanas tierras mediante un sueño, un  sueño parecido al tuyo jóven, un sueño donde vi cenizas y fuego y una gran extensión de tierra vuelta cenizas y una ciudad con un puente mágico y un palacio blanco debilitado por olas de lava que caían una y otra vez, y una paloma blanca gigante, cayendo del cielo atravesada por una flecha negra como la oscuridad de Mezoberrazan, investigando y leyendo numerosos tomos en el Candelero, pude entender que estas tierras y Argluna corrian alguna especie de peligro, fue entonces que lo comprendí, era mi señor comunicándose conmigo, queriendo darme un mensaje y ahora puedo decir que me ha enviado otro, disfrazado de un protector de los bosques; a tí pequeño amigo, te doy un saludo y un abrazo de hermano, porque los que somos tocados por los dioses, somos todos hermanos!!!.
Yo no se ustedes, pero yo me largo de aquí, seguiré lo que dice mi amigo y regresaré a la ciudad, a cumplir mi destino, el destino que el justo ha puesto sobre mis pies!!!

Sin decir nada mas, el clérigo empieza su caminata de regreso, seguido por el bárbaro y el Explorador, por supuesto el bardo no quería quedarse atrás y también siguió su marcha pero parecía no estar muy contento, no realizó mas que un ligero asentimiento con la cabeza y sin decir palabra marchó. El Enano lanzó otra fiera mirada y realizó un amago de golpear con su puño a Laurel sin conseguir que este siquiera se inmutara, volteó bruscamente su cuerpo y se perdió en el frondoso bosque junto a sus amigos.....

Laurel esperó unos minutos y después comenzó a caminar despacio siguiendo el mismo trayecto que habían tomado los aventureros, siguiéndolos hasta que hubieron salido del bosque de vuelta a sus casas.

- Zilu, voy a pedirte que nos separemos. Necesito que ese viejo Ent sepa lo que ha sucedido, lo que he soñado, y lo que ha soñado ese seguidor de Tyr. Se avecina un ataque orco, y si la imagen que ese clérigo tuvo de oleadas de lava acosando una ciudad es premonitoria también, no serán orcos lo único que ataque. Pídele de mi parte que el bosque tome partido a favor de La Marca, es posible negociar fronteras con La Marca, pero no con esas bestias y sus aliados. Dile también que en mi sueño el Bosque Alto era atacado y arrasado pues en el bosque que yo vi arrasado estaba el cadáver de la madre de mi hija, y ella no puede dejar su árbol madre. Si se avecina una gran guerra deberemos tomar partido y deberemos tomar partido contra aquellos que nos amenacen, quizás debamos alimentar los ejércitos de la marca, y garantizarles pasos seguros... no sé. Él ya conoce mis argumentos y tomará su decisión, sólo quiero que le trasmitas lo que los sueños dicen y no sólo a mí. Por mi parte voy a ir a uno de esos lugares que a ti no te gustan, voy a ir al Norte, a la capital, a Argluna. Voy a hablar con los civilizados de allí, con sus seguidores de los dioses y con sus mandatarios, a ver si ellos tienen más pistas o más información. En cuanto sepa más y tenga una visión clara de lo que sucede, trataré de volver a casa a contar las nuevas.

El Pixie se encoje de hombros y lanza una triste mirada a su compañero, sabiendo que era una despedida, muy corta como solían serlo, pero una despedida al fin y al cabo.

-Hablaré con Druka, le diré bien lo que ha ocurrido, las premoniciones y los sueños, aunque bien sabes como son esos viejos Ents testarudos, no creen en nada y menos hacen para actuar, muy lentos para decidir, y seguramente no le creerán a un Pixie con problemas de..... bueno, tu ya sabes!, pero haré mi mejor esfuerzo.

No muy convencido y algo contrariado el Pixie se despide con un caluroso abrazo de Laurel y como no, del animal Celestial que era también su amigo, aunque no le entendiera el idioma.
Se vuelve invisible y solo se escucha el sonido del revolotear de las alas que se va desvaneciendo lentamente mientras se aleja....

El camino continúa por un par de horas mas, escondido y sigiloso el Druida seguía a los aventureros para serciorarse de que salieran del bosque bien librados y de que salieran!!, pero escuchaba no mas que alegatos y debates y maldiciones, provenientes en su mayoría de la voz carrasposa del Enano.

Pero tras los alegatos y la bulla, los sentidos agudos del Druida se activaban y detectaban unas voces en otra dirección, una voz cálida y suave, y otra algo mas gruesa, parecían hablar entre ellos pero no se podía distinguir lo que se decía; los aventureros parecian no haberse percatado de aquello...

Laurel se acercó más al grupo de aventureros, y pidió a Manzanas que se adelantase a ellos por su lado derecho, mientras él hacía lo mismo por el lado izquierdo, tratando de mantenerlos protegidos entre los dos. No conseguía entender aquellas dos voces, pero no le gustaba la idea de que emboscasen al grupo. Y dos voces que hablan entre ellas cuando un grupo de aventureros pasa no auguraban nada bueno. Si eran habitantes de los bosques Manzanas y él podrían parar el ataque. Si eran otra cosa... 

En su mente se esforzaba por encontrar significado a lo que hablaban, o de al menos saber de qué especie eran ese tipo de voces.

Cuando las voces quedaron atrás, Laurel se percató de que no eran una amenaza, sin embargo pidió a Manzanas que siguiese con los aventureros un poco más mientras él iba a investigar qué eran esas voces que había oído. Rápidamente caminó hacia ellas, sin tratar de ocultarse. Al fin y al cabo, él era lo más parecido a una autoridad que había en el bosque en aquel momento.

El viento soplaba mientras las voces sonaban un poco mas fuerte a medida que Laurel se acercaba a la fuente.

Ahora solamente se escuchaba una melodiosa voz, cantando en un idioma desconocido pero familiar para el Druida, Élfico.
La voz lograba cautivar al jóven y la curiosidad se apoderaba de él, los nervios por conocer la fuente de tanta belleza se adueñaban poco a poco de su corazón.

Un pequeño riachuelo ramificado del Rauvin serpenteaba a través del bosque, y en una de sus orillas se encontraban cuatro sujetos:

Un hombre canoso, de mas de cincuenta a juzgar por su cabello gris, pero alto y agraciado, una Elfa rubia se encontraba sentada cerca, la autora de tan hermosa voz, cantando una melodía de los de su raza y dirigiéndo su mirada a otra figura encadenada de pies y manos, una figura con piel negra y cabello claro y ojos color ambar al igual que su piel, no cabía duda que se trataba de un Drow, un Elfo oscuro.... aquella raza maligna de las profundidades, Laurel nunca había visto uno, pero si había escuchado historias de ellos, historias terribles y malignas, aunque también había tenido la oportunidad de escuchar la historia de uno valiente que combatía orcos Drizzt era su nombre si mal no recordaba.

A unos cuantos metros, un Goblin yacía inconciente cerca de la orilla del río, vestía una cota de escamas.

Todas las cuatro personas tenían algo en común: Estaban empapados, con cara de aflicción y fisicamente heridos.... Todos.