Partida Rol por web

Solo hay unos pocos caballos guardados en este lugar desaseado aunque funcional, cercano a la taberna el Cubo Oxidado. El encargado de las cuadras es un humano gigantesco que se le suelta la lengua por una buena cantidad de oro.

Justo en aquel momento, vuestros compañeros aparecieron por la puerta.

El chico tomó el saquillo con las 10 piezas de oro, las contó una a una y después sonrió. Si, su nombre lo recuerdo, no me lo dijo, pero es conocido en toda la ciudad. Es Kara Calodra, primogénita de Andros Calodra patriarca de la casa de los semielfos, la Casa Calodra.

Este hombre me estaba empezando a caer bien, si hubiésemos sabido mas de la ciudad Lezzard se habría ahorrado vaciar su bolsa, vio una oportunidad y la aprovecho.

-Muy bien, gracias caballero por su información, vamonos antes de que perdamos el rastro- Atara se toco el sombrero a modo de despedida ante el caballero y se dio la vuelta.

Al ver a sus compañeros prefirió no dar a entender al encargado de las cuadras que se conocen, este hombre habla por oro y si alguien nos sigue tambien cantara. Les guiño un ojo y dijo

-Podrian vuestras mercedes apartarse por favor, tenemos prisa

Y salió de los establos siguiendo a Fenrir que estaba como loco por seguir el rastro.

Que casualidad, nosotros veníamos a preguntar con quien había salido Kara Calodra tras comprar caballos, venimos de parte de su padre.

Con la mejor de sus sonrisas Jairee habló en tono normal, como si la "casualidad" le hubiera otorgado el don de la oportunidad recibiendo esa información gratis, o más bien, como si ya la conociera y ese fuera el único motivo por el que estaba ahí.

Ok continuemos Atara...

El chaman no era la persona mas despierta del mundo pero creyó entender la seña de Atara, por lo que le dejo el paso y se dirigió hacia el encargado.
- Buenos días señor.
Observando a los caballos. - Que lindos ejemplares que posee. Le dice tratando de ganar su simpatía.
- Me imagino que son de un buen andar, ¿no?
- ¿Seguramente viene mucha gente a rentarle o comprarle sus caballos?.

Ahora donde vamos, consideras bien haberles dejado solos...?

Al doblar la primera esquina Atara retuvo al ansioso Fenrir, esperaba que sus amigos entendiesen su mensaje y saliesen de las cuadras.

-Aguarda un segundo querido- Dijo mirando a Fenrir. -Esperaremos un minuto, si no salen te acercas un momento y les das un silbido. ¿Te parece bien Lezzard?

La guerrera esperó pacientemente a que la doncella fuese a buscar a su señor, cuando éste llegó la cara del hombre le hizo sentir confianza inmediatamente, aunque no es que fuese a creer todo lo que dijese el señor Bruil a pies juntillas o que no creyese que había otras formas de solucionar los problemas familiares.

- Buenos días señor Bruil, - comenzó con total corrección, esperaba que no le fuese cerrada la puerta en las narices de nuevo - así es. Como señor de una de las mas influyentes familias supongo que estará enterado de muchas cosas, le agradecería si tuviese alguna información, por descabellada que le pudiera parecer, sobre el paradero de Oral Nanzber.

Como no la había invitado a pasar no había hecho ademán de entrar pero algo en su postura indicaba que quizás era mejor tratar el asunto lejos de los oídos indiscretos de la calle.

El señor Bruil contó básicamente lo mismo que ya sabía Xanaphia hasta ahora, Oral no era el único desaparecido, si no que su nieto también lo había hecho. El resto de información coincidió con la ya mostrada por el anciano que les contrató. Así que Xanaphia se dio media vuelta porque vio que allí ya no había más que averiguar.

Pero en cuanto avanzó unos cuantos metros, la anciana criada que había abierto la puerta, y que ahora estaba cerca de la puerta del jardín, paró a Xanaphia para contarle todo lo que sabía al respecto.

Durante los últimos meses, Argens el legítimo heredero de la casa Bruil, desaparecía una vez al mes y estaba fuera de casa unos tres días. Más de una vez, tras su regreso, sus ropas tenían extrañas manchas y desgarrones, y en ocasiones sangre seca. La vieja doncella asumió que simplemente eran productos derivados de indiscrecciones juveniles*.

Tras reunirse todos y disimular un poco por si alguien les seguía, el grupo al completo decidió seguir la pista que había olido Fenrir y que le estaba costando seguir porque su compañera no le abría la puerta. Al final el lobo les condujo hasta las puertas de la ciudad. En aquella dirección habían ido los aventureros.

Xanaphia escuchó atentamente las palabras del señor Bruil, cuando le dijo que su nieto también había desaparecido le expresó su pesar y se ofreció para informarle si llegaba a enterarse de algo concerniente a él, pues pensó que era posible que en su búsqueda de Oral encontrase alguna pista del paradero de Argens Bruil. Para eso le preguntó por su edad y una pequeña descripción física.

Con toda la información que pudo recoger, que no fué mucha, se despidió educadamente del señor de la casa Bruil por haberla atendido y se giró para volver a la taberna. Iskarion y Tisha habían decidido que era un asunto demasiado trivial y habían marchado para resolver la búsqueda que el elfo tenía pendiente en las tierras de Zhar, y no sabía nada del resto de compañeros; eso la preocupaba pues ella sola no creía ser capaz de resolver el asunto, pero si para algo había salido de su tribu era para enfrentarse a retos difíciles y éste, de hacerlo en solitario, parecía ser uno.

No había dado más que unos pocos pasos, todavía dentro del jardín propiedad de los Bruil, cuando la anciana que le había abierto la puerta se acercó a ella y le dijo varias cosas interesantes. Aunque eran sobre el nieto del señor y no sobre el hijo de Nanzber, se dijo que no perdía nada con averiguar el paradero de ambos -La gratitud de un hombre poderoso siempre es un buen pago-.