Partida Rol por web

-Toma asiento por favor

El enano se le ve ya achacado por la edad, si eso es algo que se puede decir de un enano. Él toma asiento también y continua su discurso. 

- Hijo mio, no sabes donde te metes. Los espíritus de tu familia están contigo y tus ancestros te protegen. No vamos a permitir que te lances de una forma tan descarada a la muerte y a la putrefacción. Huye de este lugar, quémalos a todos, sólo así no se levantarán después. No hagas caso de nada ni de nadie. Mátalos y quema los cuerpos. Huye y buscate una nueva vida. 

Me siento, un poco aturdido por las palabras de mi padre

¿Te refieres a que queme el pueblo? Sabes que no desconfío de tus palabras padre, pero ¿estas seguro de lo que aconsejas?

digo extrañado

- No dejes vida a tu paso, quémalos a todos y elimina todo rastro de la existencia de este pueblo. Si alguna vez alguien habla de lo que aquí ocurrió que no sea más que una leyenda largo tiempo olvidada. 

La máscara de repente cae. La carne que se ve bajo la máscara está corroida, descompuesta y llena de gusanos. Por lengua, una serpiente asoma por la boca, desprovista de dientes. Las cuencas de los ojos son dos pequeñas rendijas en llamas que arden con la fuerza de la pasión de aquel que anhela destruir y calcinar. Sus ojos son una muestra de lo que te ordena hacer en Öboroak. Comienzas a ver las casas en llamas, las familias huyendo, las gentes corriendo para salvar la vida. Tras ellos, esgrimiendo una espada bañada en sangre, a donde las almas de los caidos acuden buscando refugio, a lomos de un caballo de cuyo hocico sale un gas nocivo para cualquier ser vivo, una montura infernal, te ves a ti mismo, reclamando la vida y la muerte del lugar. Reclamando su existencia y entregando los cráneos al trono de tu padre. A tu espalda, tus valientes hombres, todos muertos vivientes, te siguen sin cuestionar tu voluntad. 

¿No crees que hay nadie que valga la pena en esta ciudad? Tal vez haya algunos que solo sean víctimas de la tiranía del resto...

digo reflexionando un poco al ver el extremismo que se me proponía; y la visión que se me mostraba. Luego me horrorizo al ver la cara de mi padre.

¿Que te ha pasado padre?

- Eres un chico listo. siempre lo has sido. La muerte se ha cernido sobre mi. Ha desplegado su negro manto.- De sus manos salen unos zarcillos negros, de la textura de una nube. Se extienden hacia ti, dando latigazos con los extremos.- Primero me atacó a los sentidos.- Los zarcillos se tiran sobre tu cara, metiendose por la nariz, tapandote los ojos, golpeando tus orejas.- Después, me absorbió las entrañas.- Los zarcillos te hacen presión en el tórax, buscando tu corazón.- Y finalmente, morí. 

Caes al suelo, la caida se te hace muy larga, como si nunca fueses a parar de caer hasta que finalmente tocas el suelo*