Partida Rol por web

Una mujer de mediana edad, pero enormemente atractiva te atiende, sus ropas son elegantes y sus modales exquisitos.

- ¿cuantos dias a van a quedarse? Hoy debe haber una convención, pero tu has tenido suerte, tienes una amiga que me ha avisado de que ibas a venir

Su sonrisa se expande divertido.
Una gran amiga, la verdad.
Y luego cambia de tema sin que esto disminulla su aumentada sonrisa.
La verdad no se cuanto tiempo nos quedaremos, nos... que poco comun le sonaba decirlo asi. Espero que no haya problema

-          ¿ Por que a mi? ¿ es que acaso he hecho algo malo? Parece que no solo tenemos una  “ pequeña reunión” si no que además tenemos a un intruso. Si me disculpa un segundo tengo un asunto del que ocuparme personalmente.

El rostro de esta casi angelical mujer, que a pesar de ya no ser ninguna niña era de belleza cautivadora, de exquisitos modales y elegancia extrema, se torno en una dura mirada de decisión y de determinación. En ese momento  Marco pudo notar el poder, sentía la fuerza mágica que desprendía ella, como si de un dulce aroma se tratase, el cual le embriagaba al notar la intensidad del mismo hasta tal punto que se le erizaron los cabellos de la nuca.

Sorprendido al no saber el porque de la reacción de la mujer se aparta suavemente, pero al notar la subida mágica sonríe un poco al darse cuenta de que posiblemente sea algún conjuro de escrutinio que la haya avisado.
No se preocupe no tenemos prisa la esperaremos.
Le comenta mientras la sigue con la mirada.

La mujer antes de desaparecer ante tus ojos te mira. - Quizás esto tenga algo que ver contigo, si quieres venir estas invitado a a hacerlo. - En su voz no habia ruego, si no mas bien una inflexión del tipo " si quieres hacer algo bien hazlo tu misma "

Mira a la mujer con mirada de "pero que me estas contando", acaba de entrar en el local y ya lo quieren meter en follones, ahora es un hombre responsable de una niña pequeña que no se le quiere despegar, y ademas como quiere que vaya si simplemente ha desaparecido en su cara.
Suelta un suspiro Aiinss con la niña de la mano decide ir a hechar un vistazo a ver si se entera de que demonios esta pasando.

De repente eres puedes ver a la mujer y eres consciente de que nadie puede verte. La mujer te guía por un pasillo y tras guiarte por un laberíntico entramado de pasadizos ves como se detiene ante una pared maciza.

Por favor, será mejor que le tapes los ojos a la niña

Suelta un ligero suspiro se agacha y le tapa los ojos a la niña mientras le susurra.
Confía en mi, mantén los ojos cerrados, no te voy a soltar en ningún momento.
Luego mira a la mujer y asiente.

- Ves a esa figura de alli dijo señalando hacia un lugar de la estancia, ese es el que se ha atrevido a profanar mi lugar de forma poco habitual. Me da igual las razones que tenga y que mi señora lo haya preparado o que ella te haya salvado la vida, pero que entre sin ser invitada y por la puerta de atras es mas de lo que puedo tolerar -La mujer señalo a una figura encapuchada que permanecia oculta, pero que de alguna forma ahora eran visible para ella. - en un momento la mujer pareció mirar hacia algún lado.

Un poco de tranquilidad, por favor. Yo ando tan perdido como tu, no se exactamente que piezas se están moviendo ni a que juego se juega, pero no hay que perder los nervios
Su voz suena calmada y tranquila.
Mira lo mas sencillo es ir, hablar y averiguar quien es y por que ha hecho lo que ha hecho, y ya luego decidir

la roca de entrada a la cueva pareció desprenderse, como si fuese a sellar la puerta recién atravesada, liberando virutas de arenisca hacia el fondo aparentemente marino. Como si de millones de veces aceleradas estalactitas se trataran, dos enormes columnas comenzaron a brotar del arco, para converger en una más amplia que liberó al húmedo suelo... ¡OH, CIELO SANTO!

Cita:
Sólida, rígida e imponente. 300kg de placas de roca, descollan en el paisaje como una efigie perfecta de lo aberrante que puede llegar a ser la creación. Las recias costras de lava, recortadas a modo de conchas insectoides se agolpan sobra un mar de escamas cobrizas. Oleadas de músculo, escamas, hueso y quitina, ostentosas e irregulares ondulan por entre las junturas, buscando un respiro de aire puro que las haga olvidar al engendro que forman.

Los gruesos y desmedidamente largos troncos torneados que la sostienen, vestidos en su lóriga natural, desembocan en un abdomen fragmentado, con un portentoso pecho, que tal vez otrora fuera femenino, capaz de frenar a un toro en carga. Seis poderosos brazos crecen desde sus prominentes hombros, hasta hundirse en sólidas y afiladas garras del tamaño de dagas cortas. Las extremidades agitan nerviosas sus tres dedos oponibles y articulados. Los seis apéndices, desmedidamente largos en proporción con el cuerpo al que permanecen apresados, mantienen un baile armonioso y espasmódico, muestra de una coordinación casi perfecta. La cabeza que remata la figura la componen dos mitades pétreas enlazadas, en una tétrica parodia de lo que podría haber sido un dragón enterrado vivo y empujando hacia su presunta salvación sin éxito alguno. Dos pozos esmeralda de fuego inextinguible enjoyan el desesperante ídolo, luciendo sobre una boca de expresión intranquilizadora.

De la ancha y abultada espalda brotan, como malas hierbas en un roquedal, dos sublimes alas emplumadas, envidiables por cualquier figura angelical. Mas ahí termina toda su belleza, pues la sangre empaña la nívea superficie algodonosa en chorretones discontinuos, como si la raíz de tales apéndices llorara su prisión de pesadilla. El fluído vital empapa una fina capa de armiño escurrida entre los portentosos dorsales, que ha adquirido el mismo intranquilizador tinte carmesí de los apéndices que la flanquean. La figura parece surgida de un mal sueño.

Alguna mente macabra orlo la efigie de terror con los complementos de una vida mundana. Un cinturón de cuentas de mithril y un collar de aguamarinas cortan en latitudes la recia túnica de tejido elaborado que cubre su lacra. Bajo la ropa hecha a medida se adivinan los eslabones de un camisote de mallas de brillante metal a juego con el cinto, engalanado con una bella aguamarina en el centro. Bajo las vestiduras se adivinan dos botas de piel curtida y de acabado inmejorable, a juego con un par de guantes que visten sus brazos inferiores. En torno al ceñidor, seis vainas alojan otras tantas espadas cortas, de hoja denodadamente ancha y de corte muy simplista. Desde su espalda las acompaña un arco que parece enteramente hecho de puro acero. Una mochila de viaje de tamaño considerable descansa a su lado, protegida por la mano enguantada que reposa sobre ella. En su frente, marcando una etnia que nunca existió, una tiara tallada en una sola pieza de hueso en semicírculo parece haberse incrustado directamente en su cráneo.

En sus ojos reptilianos se percibe lo unico tal vez someramente humano que quede en ella: su alma torturada y rota. Un alud de melancolía tan descorazonador como para hundir en la más negra oscuridad el infinito. Un infinito sombrío alimentado por una única llama al borde de la más arrasadora de las locuras: una hoguera de venganza.

Su boca se abrió, liberando tan solo un denso torrente de burbujas al agua del sensual embalse. La sangre de sus alas teñía tétricamente el agua circundante, mientras las junturas de sus placas liberaban furiosas nubes de vapor, que ascendían con rapidez.

Exasperada, la figura batió las alas y ascendió a la superficie, gritando allí los mismos sonidos de nuevo, esta vez mucho más audibles:

-¡YALASHAD! ¡TÚ ERES YALASHAD! ¡NO TE ASUSTES! Soy... era... a... amiga de Eanor. Drysiel; me llamo Drysiel.- dijo el ser monstruoso con una expresión tal vez similar al llanto, un llanto inexistente, o quizá el gesto previo a una carga mortífera, mientras la sirena era víctima de un profuso ataque de pánico que la llevó a encogerse histérica contra el fondo del cubículo.

Mientras la criatura emitía unos gruñidos que no lograba entender, yal movía la cabeza como un loco, buscando una vía de escape rápido, tenemos que salir de aquí increpó a la paralizada sirena. Ya, cuando parecía que comenzamos a movernos, unas palabras, ahora inteligibles, llegaron hasta sus oídos.
Desnudo como estaba y fuera de su elemento, estaba totalmente a merced de cualquier cosa que surgiera de allí, pero ¿quién demonios quiere algo de mí? ese pensamiento cobró vida al ver a la criatura de pesadilla que surgió ante el. Sólo podría tratarse de uno de los lacayos de Acerak.
Mientras la criatura emitía unos gruñidos que no lograba entender, yal movía la cabeza como un loco, buscando una vía de escape rápido, tenemos que salir de aquí increpó a la paralizada sirena. Ya, cuando parecía que comenzamos a movernos, unas palabras, ahora inteligibles, llegaron hasta sus oídos
Esas palabras lograron deternerle unos instantes, al oír el nombre de un amigo, un amigo que cayó defendiéndonos de las hordas de ese maldito liche. Agarrando de la mano a la sirena, la hizo detenerse, ignorando los tirones que daba para seguir con la huída.
túuuuuu, ¿amigo de Eanor? lo cierto es que no pareces el típico amigo que pudiera tener Eanor -dijo con suspicacia

-Amig... a... amada, en realidad. Supe por Ikritt de su muerte y... Es una larga historia.dice mientras dos de sus brazos se dirigen hacia su cráneo, aferrñandolo como si tuviera un terrible dolor de cabeza.

El monstruo agita la testuz y acto seguido extiende otros dos hacia el mediano, mientras ordena más que pide:

-No hay tiempo; es una larga historia. Mi señor te espera en Cormanzhor. Vamos, debemos de llegar cuanto antes; sígueme: te llevaré en vuelo.- dice apremiante la figura.

Estirando los brazos hacia delante

Quieto parao donde estás. ¿crees que iré contigo tan solo porque me has dicho un par de cosas?, negando con la cabeza nada de eso, además arriba está Cedric junto a Rogan y Grok, por no hablar de la carta que tengo que entregar al consejo.

Lo siento mucho, pero si quieres que vaya contigo antes tendrás que venir tú conmigo. Se giro hacia la sirena va a ser que no nos dejan disfrutar de un rato agradable. Pero tranquila, que volveré y lo retomaremos donde lo hemos dejado, jijiji.

Volviendo de nuevo la atención sobre esa criatura Vamos arriba. A propósito ¿no te han enseñado lo que viene siendo la intimidad?, además, eso era algo que Eanor creo era bastante celoso