Partida Rol por web

Alasa respiró hondo. Las palabras del adivino habían calado hondo, la responsabilidad era suya y había estado a punto de rechazarla por miedo.

- Cedric, déjame, es mi labor salvarle si es posible salvarle. Gracias por tu gesto, he estado a punto de traicionar los principios que juré defender.

La sacerdotisa sacó una cuerda de su morral y se la ató a la cintura y lanzó el otro extremo al Lenauro.

- Si alguna trampa acaba con mi vida, intenta recuperar el cadáver, esto es una varita de restablecimiento, por si me atacan en la salud, y recuerda que todos tenemos una poción de quitar maldición y otra de neutralizar veneno, así como una varita de curación. Los demás, alejaos, no sabemos lo que sucederá y con que me exponga yo sóla es más que suficiente.

Durante unos segundos hizo una pausa para prepararse. Primero echando un conjuro sobre sí misma con otra de las varitas que llevaba (1). Despué mientras elevó un rezo a los dioses, un rezo de poder, y una vez más una ténue pero poderosa luz comenzó a emanar de ella, alejándose hasta alcanzar donde estaba el cuerpo rescatado (2)

- Lo haré - el lenauro asintió, admirado por el valor de la pequeña sacedotisa, mientras rogaba que no fuera necesario recuperar su "cadaver" y solo, en el peor de los casos, un cuerpo maltrecho, pero aún vivo.

- Y cuidate - añadió sabiendo que lo suyo eran solo palabras, pero Alasa arriesgaría su vida en el intento de averiguar en que se había convertido el compañero de Malkar.

Aunque marco no aparto la mirada su rostro mostraba una mueca de Horror.
Por el amor de mystra, ¿por que semejante aberración? Por suerte para su falta de reflejos Alessea ya había ocultado la imagen a los ojos de la pequeña.
Y Alasa respondió a su pregunta, una trampa, algún tipo de truco para atraer a los aventureros hacia la perdición.
Desde su posición reviso el cuerpo y las runas que tenían tratando de descifrar que podían ser, si alguna vez en sus estudios había leído algo similar.

En cuanto el Lenauro se hizo cargo de la cuerda supo que no podría participar. No estaba muy segura si se debía a que no se lo permitían o a que su amiguito no era suficiente para Yalashad.

- Tranquilo, él se lo pierde –lo abrazaba y terminó por acariciarle la cabeza para consolarlo, según el criterio de la niña. Aunque, la verdad, si alguien pudiera mantener una conversación con el murciélago compartiría la tremenda indignación que se siente al ser una moneda de cambio. Tal vez por eso se movía inquieto entre los brazos de Joanna.

Lo que vino después fue algo extraño. Ahora entendía por qué debía encargarse Askritt de la cuerda, pero eso no evitaba que su pequeño cuerpo temblara ligeramente. Si era cierto lo que decía Malkar, que ahora no llevaba su máscara (la confundía que veces la tuviera y veces no), en el interior de uno de los estanques estaba el cuerpo de su pupilo. Ese pensamiento hizo que emitiera unos ruiditos, unos muy bajos pero cargados de temor.

Días después de ser rescatada por Marco había soñado que su madre la llamaba desde el fondo del mar. A veces las aguas eran cristalinas y el rostro de su madre aparecía dulce, a veces eran oscuras y ofrecían un aspecto aterrador para la niña. El rápido gesto de Alessea la sacó de aquel recuerdo, y además se sintió muy protegida tanto por ella como por Alasa (que se interpuso ante ella para protegerla).

Afortunadamente no estaba viendo el cadáver, si lo era, del pupilo de Malkar; pero por las palabras de los héroes, y ellos eran los elegidos más valientes, debía ser algo espeluznante. Poco después, no sin sentir la desesperación y afecto de las palabras de Malkar, la clériga se dispuso a hacer todo lo posible por un hombre que ahora sólo era la sombra de lo que fue.

- No mires Kricco –le dijo en cuanto se dio cuenta que la cabeza del murciélago estaba mirando hacia la macabra escena- Deja que se encarguen los mayores.

Al ver el horror que Askritt sacaba de la piscina, hasta yo tuve que mirar, boquiabierto la terrible escena que se nos mostraba. ¿Cómo alguien podía torturar a otro ser hasta esos límites?

Ensimismado ante la visión, no fui consiente de las palabras de mis compañeros y amigos hasta que vi cómo Alasa se acercaba y rezaba unas plegarias a su dios.

Aspirando una gran bocanada de aire, intentando adquirir algo de valor para la tarea que queda por delante, me adelanto acercándome a Alasa Espera, antes de intentar hacer nada, deja que le eche un vistazo. Si hay alguna trampa, nadie mejor que yo para averiguarlo. Para eso he venido ¿no? dice con una sonrisa y guiñándole un ojo a la bella sacerdotisa. Además, si me ocurriera algo puedo confiar en tí ¿verdad?

Sin dar tiempo a una réplica, me levanto un poco la barriguita para subirme los pantalones y me acerco con cuidado al cuerpo, dispuesto a inspeccionarlo con sumo cuidado. Si hay alguna trampa, sin duda no será física, sino de algún componente arcano, y son las más difíciles de localizar y desactivar.

Alasa sonrió al ver adelantarse al pequeño Yal, no estaba segura de que fuese cierto que debiera ser él quien se adelantase, pero tampoco quería disparar ella una trampa por ineptitud.

Lo único que acertó a hacer en esa duda, fue darle un varitazo a Yal, con la misma varita que se lo había dado a ella misma.

- Yal, si hay trampa no intentes desactivarla todavía, ahí podré ayudarte yo un poco.

Eran imaginaciones suyas o el cuerpo había cambiado un poco de color ¿ Quizás estaba más ...vivo?

Trás ser examinado el cuerpo por Yalashad,  el cual no encontró trampa alguna en el mismo, pero si este cuerpo se mantenía con vida era por un tenue hilo

Alasa se acercó al cuerpo, sabía que tras su curación no debería morir de forma inmediata, así que tomó un momento en examinarlo con calma y comprobar enfermedades, venenos o similares. Al mismo tiempo activó de nuevo su aura de curación, para que aquella ligera manipulación del cuerpo fuese acompañada de nueva salud.

Mientras observaba como la sacerdotisa se acercaba al cuerpo e intentaba hacer "algo", el lenauro continuó con su autoimpuesta tarea de vigilancia, volando a poca altura, en circulos, e intentando asegurarse que, si había un problema este fuera el cuerpo... y no nada externo

El examen de Alasa dura varias horas. Alasa se dió cuenta de los terribles sufrimientos por los que ha pasado. Se dió cuenta de que  había sido victima de experimentos y de mutaciones terribles, tanto o mas que las de Drysiel. Lo más curioso de todo es que alguien curo y revirtió los adñinos efectos, algunos de los complejos conjuros y runas de curación aún eran visibles en la piel

- Descansad -dijo Alasa-, esto me va a llevar horas. No creo que haya peligro.

Cuantas horas... Alasa no lo supo, una vez centrada en el examen del cuerpo su mente perdió la noción del tiempo y sólo se dio de cuenta cuando por fin lavantó la vista y vio que sus compañeros estaban, efectivamente, descansando.

- No lo entiendo. Alguien lo torturó y mutiló, de un modo parecido a lo que le sucedió a Drysiel, pero posteriormente alguien revirtió la mayor parte de los cambios, aún hay runas de curación sobre su cuerpo. Este tipo de magia se escapa de mis conocimientos, no soy versada en runas...

- Sigo con ello, pero no olvidéis una cosa, si consigo curarlo puede ser una trampa, un intruso en el grupo programado por Acerak para atacarnos desde dentro, quizás por eso le ha sido restaurada en parte su humanidad. No os fiéis de él nunca, aunque parezca el mismo que fue, no le déis la espalda en una batalla, no dejéis a la pequeña a su cargo.

El erudito, hizo uso de toda su fuerza de voluntad, para permanecer distante pero atento a los cuidados que sobre su pupilo hiciera la cleriga.
Todo esto le producia una repulsion insoportable.

Malkar, era un confeso cobarde, y más de una vez, se vio obligado a voltear la vista hacia otro lado.
Al fin, cuando Alasa se dirigió al grupo dando nuevas esperanzas, el mago se sentó en una esquina, y se recostó tratando de recuperar energias. Cartucho, correteaba a su alrededor, siempre inquieto, pero sin alejarse de su maestro.

Está...está vivo. Susurró el mago tras un buen rato de reposo.
No os preocupeis. Yo...si logras curarlo, hablaré con el. Lo conosco...era...es...es un buen chico.

- No Malkar, a eso precisamente me refiero. Puedo curarlo, o eso creo, pero aunque parezca ser, pensar y hablar como aquel a quien conociste nada nos garantiza que lo sea. Ha sido restaurada en parte su salud y dudo que nadie aparte de nosotros tenga el poder de hacerlo en este semiplano, salvo por supuesto Acerak y sus secuaces. Y si nosotros no hemos sido, hemos de suponer que ha sido Acerak, y si ha sido Acerak ha sido con alguna intención y contra esa intención y ese plan es precisamente contra lo que debemos estar prevenidos. Voy a curarlo, pero no confíes en él hasta que hayamos vuelto a nuestro plano natal y haya podido ser examinado por los superiores de mi orden, incluso sería mejor llevarlo a un plano del bien, como Celestia, para que sea examinado allí.

- Askritt, atento ahora, voy a regenerar el daño que aún tiene, pero puede que eso precisamente dispare la trampa que estoy seguro que es. Los dejás alejaos y cubríos, no podéis hacer nada aquí cerca, y sea lo que sea lo que va a suceder no quiero que suceda cerca de vosotros.

Sin esperar a la réplica, Alasa puso sus manos sobre el pecho del joven y comenzó a entonar una letanía. Una luz anaranjada salió de sus manos y envolvió el cuerpo y algo en él comenzó a cambiar. Donde antes no había ojos ahora comenzaron a moverse dos ojos bajo los párpados. Donde antes no había lengua, ahora algo se movía bajo la piel de las mejillas. Algo en el abdomen onduló, como si un órgano estuviese creciendo allí dentro...

Se llevo la mano a la boca y a los ojos, y con dedos temblorosos palpó sus labios aún cosidos. se hizo un ovillo a un lado y unas lagrimas cayeron por sus ojos. Solo se calmó cuando fijo su mirada en Malkar, y extendiendo su mano hacia el balbuceo algo entre lagrimas.- Ma....Maestro. Su cuerpo desnudo temblaba a causa del trmendo frio que hacía en este lugar y el vaho salía de su boca.

de los puntos que el mismo se había arrancado había salido unos hilillos de sangre,antes de que por el conjuro de Alasa estos se volviesen a cerrar

El lenauro asintió ante las palabras de la cleriga y se dirigio al resto de los presentes - Con todo lo mejor es que estemos atentos. Yo con un par de horas estaré como nuevo. Si ds se ocupan un rato de la guardia, luego continúo yo -

Efectivamente, garcias a su anillo de sustento, un par de horas fueron sufcientes como paar que el lenauro se sintiera tan descansado como si hubiera dormido toda la noche. Una vez terminado ese breve descanso volvió a volar sobre el resto del grupo, manteniéndose atento a lo que pudiera pasar.

Asaron! Asaron, que te han hecho!
El mago, corre a un lado de Alasa, y duda temeroso si tomar contacto o no con su pupilo. Sin embargo, al ver que la cleriga ha impuesto sus manos sin peligro, el mago aferra las manos del joven dagaconjuros y las estrecha entre las suyas enguantadas.
No temas...vas a estar bien, ya verás!
Recordando a Medien el adivino continua susurrándole, tratando de mantenerlo calmado.

Prometí a Medien, y a Malear, que te encontraría!...Y lo he hecho!...Como te sientes? Recuerdas quien te hizo esto?
Al menos, el joven dagaconjuros, había reconocido a su maestro. El poder de Alasa había logrado al parecer, revertir el mal causado por Acerrak.

- Marco, tenías preparado un conjuro de tolerancia planaria, creo que es el momento de lanzarlo. Luego descansaremos todos para recuperar fuerzas y conjuros. Ya va siendo hora...

Aún con Joanna tras ella, Alessëa se acurrucó en el suelo, dejando que su radiante compañera Alasa soportara la carga de traer al pupilo de Melkar de nuevo al mundo de los vivos... aunque sin saber a qué precio.

Nada podía hacer la arquera para ayudar más que cubrir con Askritt la vigilancia de lo que les rodeaba. Así lo hizo, permitiéndose descansar sólo en lo que hacía a su cuerpo, pero con la mente alerta y el ojo avizor para disparar su arco a la menor señal de una presencia peligrosa.

Asaron se agarraba  a Malkar, llorando, balbuceando, y temblando a causa del terrible frio. Su cuerpo desnudo ya estaba tomando un tono azulado a causa del frio