Partida Rol por web

Apenas os habéis retirado unos minutos y el descanso obtenido en ellos ha sido prácticamente nulo.

No podéis apartar de vuestras mentes lo ocurrido en las horas anteriores. ¿Cuántos de esos malditos criminales se escaparon del furgón? ¿Cuántos se han unido a ellos por uno u otro motivo?

Al menos, pensáis al reuniros en la planta baja, no ha habido más víctimas en este último receso.

Vais en busca de Inquietante que se encuentra junto a la escalera de la bodega, a punto de bajar el cuerpo de Mulder para luego arrojarlo al sótano/foso/letrina.

- ¡Pobre Mulder! Está claro que no era un criminal, sólo había perdido la chaveta.
Quizá el hecho de ver a esa agente y obsesionarse con que era Scully ha acabado de arrebatarle la poca cordura que le quedaba.

En ese momento, cuando Inquietante va a empujarlo a la bodega, Mulder agarra el brazo de la muchacha que, si bien se sobresalta, no grita ni manifiesta su sorpresa de ninguna otra forma.

Kevin empuña entonces el revólver descargado y busca desesperadamente dónde pueden estar guardadas las balas que Inquietante les iba suministrando.
Mulder se incorpora trabajosamente y se sitúa tras la joven encargada, rodeando con fuerza su cuello y tratando de usarla como rehén.

- ¡Manda narices! - Exclama la chica Wendy's poniendo los brazos en jarras. - Después de lo que nos habéis hecho pasar, ¿todavía te atreves a amenazar a la pobre Inquietante? - Menea la cabeza de un lado a otro. - Al menos ten la decencia de morirte de una vez y dejarnos tranquilos.

- A pesar de lo que indiquen las pruebas, puedo dar fe de que no soy culpable. Fijénse lo mal que me caían todos esos criminales y lo bien que me llevaba con Eloni y otros inocentes demostrados.

Sin duda se trata de una conspiración gubernametal para librarse de mí, ya que conozco secretos que harían tambalearse al Pentágono, la Casa Blanca y la Torre Eiffel...

Discretamente, Niles se desplaza de lado para acercarse a Mulder desde fuera del ángulo de visión de éste. Y mientras Kevin sigue buscando munición desesperadamente, Niles White saca su propia arma semiautomática y le pega un tiro a Mulder; esta vez, en la cabeza.

- Estaba reservando esa bala por si alguien trataba de atacarme pero no he tenido que usarla. Al final, nos ha resultado útil igualmente.

La encargada se aparta unos centímetros permitiendo que el cuerpo de Mulder, arrastrado por el balazo, caiga rodando escaleras abajo hasta el fondo de la bodega.

- Después terminaré de trasladarlo, ahora quiero agradecerles que hayan terminado con estos peligrosos criminales y que el motel pueda volver a ser el sitio familiar y acogedor que siempre ha sido. - Si no fuese imposible, diríais que Inquietante os ha sonreído.

Transcurren varios segundos en completo silencio antes de que, como por arte de magia, la radio comience a emitir a buen volumen.

- Buenas madrugadas a los trasnochadores y buenos días a los que madruguen. Les saludamos desde la KTLO, su radio amiga en Mountain Home, Arkansas.

Tenemos más noticias sobre el accidente del transporte de prisioneros ocurrido hace unas doce horas en Interestatal 65. Al parecer, podrían ser seis los presos fugados, cinco hombres y una mujer, que se encuentran actualmente en paradero desconocido.
Les aconsejamos que extremen las precauciones si viven o transitan por las proximidades de Yellville, si circulan por la interestatal 14 o la comarcal 268 o si se encuentran en alguna estación de servicio o motel de la zona como el Happy River.

En otro orden de cosas, celebrar que la tormenta haya cesado hace unos minutos. Ahora mismo disfrutamos de una agradable temperatura y el cielo despejado augura un día muy apacible con rachas moderadas de viento con componente norte...

La emisión continúa pero el sonido disminuye hasta hacerse imperceptible.

- Buenas nuevas.
Aprovecharé entonces para viajar hasta Yellville a dar parte de los hechos y pedir ayuda a mis colegas del departamento del sheriff para tramitar todo este asunto.

Niles saca su placa del bosillo y la cuelga de su cuello mediante la cadena a la que va unida, de manera que pueda verse claramente.

Saca también las llaves de su vehículo y, con un saludo a lo John Wayne, sale de escena rumbo a la ciudad de Yellville y a sus quehaceres profesionales.

- Yo también me voy a marchar. - Dice el profesor. - No quiero verme envuelto en interrogatorios, papeleos, burocracia... Eso puede arruinar la inspiración de cualquiera, y la mía está a tope ahora mismo.

Si mi último relato fue aceptado en Weird Tales, con la novela que tengo en mente, basada en lo que ha ocurrido esta noche, estoy seguro de que fraguaré un bestseller. Las editoriales se pelearán por publicar mi obra y seré aclamado por crítica y público a partes iguales.
Solamente necesito un poco de calma para escribirla, así que me dirigiré a algún tranquilo motel en medio de la nada en el que no ocurran las cosas que aquí. - Mira a Inquietante. - Sin ofender.

La encargada le resta importancia con un encogimiento de hombros y Stephen sonríe abiertamente, por primera vez en toda la noche, antes de salir a toda prisa del motel en pos de su inspiración.

- Mira tía, - mueve la cabeza para echar el pelo hacia atrás - me da que te lo has montado de lujo aquí. Y creo que ya es hora de que deje de encargarme del jodido Wendy's y me busque un curro de verdad.
Con los ahorros que tengo, y algo de dinerillo que he reunido esta noche, - guiña un ojo a Inquietante - es posible que pueda alquilar algún edificio en las afueras de Flagstaff - preferentemente cerca del aeropuerto de Pulliam - y reproducir este modelo comercial para mi propio beneficio. Al fin y al cabo, a mí se me dan bien las personas y ¿acaso no consisten en eso todos los negocios?

Se acerca hasta Inquietante y le da un beso en la mejilla.

- Buena suerte, chica; - dice despidiéndose de la encargada - igual volvemos a vernos algún día.

Dicho lo cual, recoge sus pertenencias (y algunas que no son suyas pero que nadie echará en falta) y sale del motel accionando unas llaves remotamente para ver a qué vehículo corresponden.

- ¿Y ahora qué? - Pregunta Kevin en voz alta sin abandonar su estado permanente de abatimiento a pesar de haber sobrevivido a la oscura noche y haber terminado con los criminales. - ¿Qué crees que debemos hacer?

- No lo sé, papá. Ya recordarás lo que ocurrió la última vez que Singular tuvo compañía...

Una voz surge desde las profundidades del subsótano, luego desde la bodega, y se va acercando paulatinamente hasta que una cabeza con una maraña de greñas rubias asoma por las escaleras.

- ¿P-p-pa-papá? ¡¡P-p-p-papá!! - Va haciendo resonar en su mano buena los guijarros, dientes o huesos (pues aún no está claro lo que son), mientras sonríe mostrando sus dientes un poco prominentes y excesivamente afilados.
Extiende la mano a la que le faltan dos dedos y abraza toscamente a Kevin que le devuelve el abrazo con seriedad pero con cierta dosis de cariño.

Desde el fondo del sótano se escuchan las voces de todos los que han sido arrojados durante las últimas horas. Unos piden salir, otros que les hagan caso y otros no dejan de preguntar si están vivos o muertos.

- Está bien, - asiente mirando a su hijo Singular con una leve sonrisa - puedes jugar con tus nuevos amigos. Pero sólo un rato ¿eh?

El extraño niño (o lo que diantres sea) palmea su muslo con la mano mala en señal de tremendo entusiasmo y se lanza escaleras abajo.

- Inq, querida, cuando termine de divertirse, - le dice a Inquietante con el tono de un preocupado y responsable padre - quémalos a todos; - la chica asiente con el mismo semblante sereno que ha tenido durante toda la noche - no queremos que se nos vaya de las manos como la última vez y acabe en un brote como esos de las películas.

Besa a su hija en la frente y le acaricia el pelo antes de dirigirse hacia las habitaciones del primer piso. - Ahora voy a echarme un rato; ha sido una noche muuuuy larga.