Partida Rol por web

Ignoro el comentario.

El desagradable siseo y las risas de Shadowmancer eran más de lo que los oídos de Down podían soportar. Se los cubrió con las manos, al tiempo que hacía una mueca de desagrado.

 —Oye, espantapájaros. Mis superoídos te agradecerían que no vuelvas a abrir la boca hasta que te hayamos conseguido algunas sesiones de Fonoaudiología.

 —Entonces solo me queda una cosa por hacer en este lugar —declaró Rote—, quería pedir disculpas por tratar de empezar un motín, aunque la culpa sea claramente de los guardias —dijo mirando al tipo de la puerta, luego se giró a los demás y bisbiseó—. La próxima vez irá mejor.

 —Amén, hermana. —comentó Down, sonriendo—. “El año que viene en Jerusalén”.

 Rote se dio la vuelta, y le preguntó a Conrad quien era, con su habitual tono agresivo.

 —Tan solo soy un héroe caído —respondió Conrad—, que aún busca su lugar en este triste mundo, jovencita.

 Down soltó una carcajada.

 —Un héroe… —sonrió y meneó la cabeza, con incredulidad—. Se necesitan huevos para llamarte a ti mismo héroe. Los huevos que no tuviste cuando dejaste morir a Redstar y corriste por tu mami, cagado de miedo en tu pijama de héroe. —se llevó las manos al pecho, y adoptó una expresión de miedo burlona.  

 En ese momento, una mujer y el Doctor, entraron en la sala, discutiendo a los gritos. La mujer se paró frente a ella y se presentó como su abogada. Le anunció que lo que ella ya sabía: Por alguna razón, alguien poderoso estaba tratando de enviarla al Sueño.

 —Como tu abogada de oficio, estoy apelando la decisión porque —le dijó y miró furiosa al Doctor —eres menor de edad.

 Down torció la boca en un gesto de duda.

 —Bueno, no sé… estoy algo cansada. Una siesta no me vendría mal.

 La abogada le entregó un papel al Doctor y luego se marchó. El médico la siguió muy alterado

 —Lo siento tanto, calvito —le dijo Down, fingiendo pena— No vas poder mandarme a la camita esta vez.

 Se inclinó hacia delante y le dió un beso al vidrio.   

 “There ain’t no rest for the wicked” —pensó de modo que el Doctor lo captase y luego le guiñó un ojo, sonriendo satisfecha.  

 —Si quieren unos instantes para despedirse... luego tendrán que seguirme  —dijo el guardia.

 —No veo necesaria ninguna despedida, —replicó Conrad— no creo que tardemos demasiado en volver a vernos... Así que vámonos cuando quieras.

 —Yo sí quisiera despedirme —le dijo Down al guardia—. ¿Quisiera sacarme de aquí para poder darle un afectuoso abrazo a mis amigos?

 RZ abraza a Down y le susurra al oido:

-Traete un boli, un rotulador, algo que pinte y las hojas que puedas.

Rote Zora se acerca al contenedor y le susurra algo a Down, tras lo cual se aparte y sigue las indicaciones del guardia, fuera de la sala. Maxwell va detrás de ella, taciturno, mientras los tres internados quedan a solas en la Enfermería.

Rote se inclina hasta casi abrazar el contenedor, y te susurra:

-Traete un boli, un rotulador, algo que pinte y las hojas que puedas. 

Luego da media vuelta y es escoltada fuera de la habitación.