Partida Rol por web

Turno 005

-Grrrmmmm -volvió a gruñir el enano al escuchar las palabras del oficial, mientras maldecía su mala fortuna en aquella ciudad y, en concreto, con la búsqueda de Agranil.

-¿Me podría decir dónde se podría hospedar Agranil en esta ciudad, por favor?.

Gwalin volvió a usar la cortesía viendo que de ese modo parecía conseguir más cosas, aunque no estaba acostumbrado. La rudez de una ciudad enana empapaba todo su ser y le costaba tener que tratar a la gente con más educación.

Gwalin esperó a que el oficial le contestara aunque suponía que éste no le haría ya más caso.

Turno 005

- Vera, no se como decírselo sin parecer grosero - dijo tratando de ocultar su enfado - Debe marcharse, siga su camino - dijo secamente - Por favor - añadió después. - Busque en otro lugar...

​Parecia que allí no conseguiría saber nada.

RESOLUCION TURNO 005
 

El enano comenzaba a perder la paciencia. A ojos de los soldados no era más que un enano loco que al no obtener respuestas, se había puesto a gritar cual infante. Sin embargo, había hecho salir al oficial de guardia que, tratando de ser amable, quiso despacharlo lo antes posible. Pero el naugrim no se daba por vencido, y siguió forzando las respuestas que quería. De nuevo el oficial rehusó a contestarle.

Resignado el enano lanzo una última cuestión, quería saber al menos donde podría encontrar a Agranil, donde podría alojarse si no era en el cuartel. Pero aquel oficial no daba su brazo a torcer y no contaría absolutamente nada, si es que lo sabía, cosa que Gwalin empezaba a dudar.

El enano no sabía por dónde buscar. El posadero le había dicho, no muy seguro, que podría hospedarse en el cuartel. Podría ser verdad, y aquel oficial se negaba a decirlo, pero también cabía la posibilidad de que el tabernero estuviese equivocado. Lo que estaba claro es que, si seguía insistiendo, acabaría con la paciencia del joven oficial y probablemente terminaría en un oscuro calabozo.

Turno 006

Gwalin se fue del cuartel malhumorado. El intento de encontrar en aquel sitio a Agranil se había vuelto infructuoso hasta tal punto que casi acaba en el calabozo. Enrabietado, caminó calle abajo pensando en su siguiente acción a realizar.

-Vamos a ver. Seguramente Agranil esté en alguna posada o algún sitio alojado, habría que buscar dónde. 

-También sé que iba acompañado de sus guardias o un pequeño ejercito, cosa que no pasaría desapercibido si se moviese por la ciudad. Tal vez en la puerta de entrada me puedan decir algo o quizás en la calle alguien haya podido ver algo. Empezaré por la puerta y si son tan tercos como yo...o como los del cuartel quizás tenga que preguntar a alguien. Por una moneda seguro que me lleva a donde estén.

Aclaradas ya sus ideas Gwalin se dirigió hacia la puerta de entrada para preguntar por Agranil y su hueste. Mientras caminaba por la calle en dirección a la puerta, se iba fijando por si había algo que le llamase la atención o le diera alguna pista de la ubicación de Agranil o de su ejercito.

-Buenos días -dijo educadamente a uno de los guardias de la puerta-. Querría saber si por aquí ha entrado Agranil y su ejército. Y si es posible que me dijerais dónde puedo encontrarlo.

El enano había cambiado su terquedad y tosquedad características de su raza y profesión por algo más cordial que le pudiera dar alguna respuesta. Si bien eso no iba con él, sabía que así conseguiría más información.

Turno 006

El enano subió la calle en dirección a la puerta principal, tras el podía verse a lo lejos el rio Anduin y parte de los muelles. Tan solo tenia que ir recto para llegar a la puerta principal. Cuando llego, era la misma puerta por la que había entrado. Era grande, de madera, con bisagras fuertes. Sus dos hojas estaban adornadas con chapas metálicas con grabados y cada una tenia casi cinco metros de alto y al menos dos de ancho. Estaba abierta y flanqueada por dos jóvenes soldados en dos estrechas garitas de piedra.

- ¿Ejercito? - pregunto uno de ellos extrañado - No pasan "ejércitos" por estas puertas - dijo con algo de sorna - No se quien es ese Agranil, lo lamento - se excuso ya mas educado.

- Y aunque lo supiéramos... no deberíamos de decírselo - dijo el segundo soldado, acercándose a su compañero.

RESOLUCION TURNO 006
 

El enano se había dado por vencido, no en el sentido literal de verse acabado. Era en el sentido de que aquellos alcornoques no le ofrecerían lo que buscaba, eran tercos, obligados por su fidelidad. Gwalin se marchó de allí con el consiguiente mal humor que la situación le había provocado.

Cogió calle arriba, en dirección a la puerta principal, la misma que había usado para entrar tranquilamente por la ciudad. La calle ancha y empedrada estaba flanqueada por varios comercios, en su mayoría cerrados ya que era la hora de comer. El aroma de los guisos, del pan caliente y el dulzor de los postres fritos inundaban la vía y sus travesías. Ajeno, el naugrim llego definitivamente a la puerta.

El lugar era majestuoso, altas y robustas puertas, solidos goznes y la muralla de recia piedra aunándolo todo. Dos soldados estaban apostados delante de sus garitas, que no eran más que dos estancias en la propia muralla, del tamaño justo para uno o dos hombres. Gwalin no dudo en dirigirse a ellos, directamente y sin ningún tipo de rodeos. Quiso saber si Agranil y su ejército habían pasado por allí, por aquella entrada de la ciudad. Los soldados se mostraron algo extrañados por la pregunta, no por Agranil, si no por el hecho de que un ejército entrase en la ciudad. Incluso osaron a hacer algo de burla cuando uno de los soldados pronuncio la palabra “ejercito” con sorna. También dijo no conocer a Agranil, algo que podría ser lógico ya que no se dedicaban a aprenderse el nombre de toda la gente que entraba en la ciudad. Rápidamente el segundo de los soldados se acercó a ellos asegurando que, aunque lo supieran, no podrían darle información alguna.

El enano estaba consternado. Los soldados, daba igual que fuesen del cuartel que de la guardia de la puerta, no soltaban prenda. Tampoco podía asegurar que realmente conociesen al comerciante y regente de Esgaroth, pero aun así el enano pensaba que sencillamente se negaban a contarle nada.

Turno 007

Gwalin, más cabreado aun si cabía en un enano, decidió salir de ahí y buscar en otro lugar. Al pasar por la calle principal se fijó en si había algún chaval que estuviera pidiendo. Quizás éste le hiciera el servicio sin él tener que estar moviéndose tanto. Así buscó a alguno y cuando lo encontró se dirigió a él. Sacó una moneda de cobre y se la mostró delante de su cara.

-Chaval. Oye estoy buscando a Agranil y a su séquito, gente de armas ¿Sabes algo de eso? -preguntó mientras le mostraba la moneda-. Búscalo y dime dónde se encuentra ahora. Si lo haces obtendrás dos más como esta. Yo te estaré en esta posada -dijo indicando con el dedo a una de las posadas más cercanas-. Acude a mí y te pagaré. Ahora vete.

Dicho lo cual el enano miró a la posada y se metió en ella. No en vano las tripas ya le demandaban que echara algo en ellas, con un rugido parecido al de un dragón herido. Acercándose a la barra Gwalin llamó la atención del posadero.

-Posadero, una mesa para comer y una buena jarra de cerveza para aplacar la sed -dijo cuando éste le miró.

Luego echó un vistazo a los parroquianos para ver si alguno tenía pinta de soldado, quien sabe dónde estaría el grupo de soldados que acompaña a Agranil.

Turno 007

El enano, desesperado y aun mas enfadado, dejo a los dos guardias en la puerta. Se dio la vuelta, sin siquiera despedirse, y volvió calle abajo. No sabia que hacer para encontrar a ese escurridizo esgarothiano cuando se le ocurrió una idea. Trato de buscar un crio, uno que estuviese necesitado, que mendigara o que tuviese las ropas viejas, con la esperanza de que lo ayudase.

Era la hora de comer, o al menos lo había sido para una persona normal, se había hecho tarde. Se dirigió hacia la misma posada en la que ya había estado. En una plaza que había antes de llegar, y donde se había celebrado un pequeño mercado esa mañana, vio a un par de niños correteando. Realmente no vestían mal, ni parecían mal alimentados, pero estaban buscando entre la basura que los tenderos habían dejado, buscando cualquier cosa de valor. No se ajustaba del todo a lo que buscaba, pero no había mas donde elegir.

Con un cobre en la mano, llamó la atención a uno de ellos, pero acudieron ambos como cuando se regalan dulces en las festividades. Escucharon al enano, parecían estar de acuerdo, afirmaban que serian capaces de dar con ese tal Agranil, y que irían a buscarle en el lugar indicado, la posada "El tejón azulado". Los niños cogieron la moneda, con la promesa de conseguir otras dos si volvían, y salieron corriendo.

Gwalin llegó a la posada de nuevo. Al entrar vio un local casi vacío. Tan solo un par de tipos estaban sentados en una mesa, habían terminado de comer hacia un largo rato ya, y disfrutaban tranquilos de un licor. Eran tipos corrientes, de ropas desgastadas por el uso, aunque pulcras.  Aparte de ellos, solo podía ver al posadero, que estaba sentado tras la barra en una silla, pelando patatas. Se levanto rápidamente para asistir al enano.

- Claro, siéntese, le pondré un poco de guiso - dijo mientras se lavaba las manos y le preparaba todo.

Turno 007

-Grrmmmm -gruñó de nuevo el enano al recordar la mala suerte que estaba teniendo. Nadie en aquella ciudad quería hacerle caso, contarle algo o siquiera dirigirse a él. Eso o no sabían nada de Agranil.

Cuando el posadero le trajo la comida, el mismo tipo con el que había hablado antes, le preguntó sin tapudoj.

-Sabes, he ido al cuertel como me sugeriste y casi me detienen. Y sobre Agranil nada, como si no estuviera en la ciudad. Nadie queiere decirme nada sobre él...y eso que solo quiero trabajo, ofrecer mis servicios como guerrero o guardia o lo que sea -comentó el enano negando con la cabeza.

El tono que estaba usando era premeditadamente alto para que los que estaban en la mesa de al lado le escucharan. Si alguno sabía algo de Agranil quizás pudiera ayudarle. Si no, luego se lo preguntaría abiertamente, pero después de comer.

-¿Tú no sabrás algo de Agranil que te hayan dicho en mi ausencia o algún sitio más que me puedas decir para poder buscarle? -preguntó también en alto para que supieran que no cejaba en su empeño.

Turno 007

El posadero le puso la comida, antes de ser abordado a preguntas por el visiblemente alterado enano.

- Ya veo... Los soldados son fieles, quizás demasiado a veces - comenzó a decir - Demasiado recelo, me temo, mas aun con los extranjeros - se encogió de hombros.

El enano, entonces, cayo en la cuenta de un tipo al que no había visto. Llevaba armadura de cuero, bien cuidada. Era rubio, con melena y parecía haber terminado hacia no mucho de comer. Cuando Gwalin pronuncio el nombre de Agranil, ese hombre giro la cabeza en su dirección, aunque enseguida se giro disimulando. Lo que no podía evitar, era que se le notase como trataba de escuchar la conversación.

- Lo siento amigo, no se nada de ese tal Agranil - dijo dejando el pan y el vino.

RESOLUCION TURNO 007
 

El enano entro en la posada, y pidió al posadero algo para comer. Se había hecho tarde, pero aún le quedaba algo de guiso. Cuando le comento lo que le había ocurrido con los soldados, el posadero trató de excusarse, pero decía no saber mucho más de Agranil.

Cuando el naugrim entró, no reparo en la presencia de un tipo que estaba en un rincón, sentado en una mesa. Solo se dio cuenta de que estaba allí cuando el tipo se giró en uno de los momentos en los que el enano pronuncio el nombre del esgarothiano.

La comida llego, y Gwalin se dispuso a comer.