Partida Rol por web

La clase habia sido larga, tal vez una hora mas de lo que normalmente haria el padre Fujimoto, però a el no le importaba, estaba contento de poder enseñar. -Entonces clase yo ya me marcho, seguro que Shura viene enseguida a recogeros, no os vayais sin ella que los pasillos son todos iguales.

Dicho esto el professor recogio sus cosas y se dirigio a la salida con paso tranquilo. No te costo mucho alcanzarlo, quizas a medio pasillo entre la salida y la clase, habias dejado un espacio para que no pudieran escucharte. -Tranquila Audrey, no tienes que correr para alcanzarme. Sonrie Shiro. -Llevas toda la clase pensativa, dime que te perturba?

- Yo... - balbuceó Audrey, antes de respirar hondo y centrarse. No esperaba que el profesor la hubiera calado tan pronto -. Quería hacerle una pregunta, pero no sé si es demasiado... no sé si llamarla ambiciosa para un segundo día de clase. 

Paró unos segundos y, al ver que el profesor la escuchaba con atención, continuó:

- Ayer a la noche, durante la prueba, nuestro compañero tamer tuvo un problema con su invocación. Según el director, estaba lleno de miasma demoníaco. El tamer perdió el control de la invocación y ésta atacó a un knight. No sé si es competencia de un Aria, quizá podía ser incluso de un Doctor pero... ¿es posible purificar un espíritu? 

Fujimoto escucho atento la demanda de Audrey y siguio sonriendo como si no fuera la gran cosa. -Es normal entonces que estuvieras asi de nerviosa. Tendrias que habermelo dicho antes.

Se queda un momento pensativo con la mano en la barbilla. -mmmm creo que si que esta en las competencias de una Aria el curar a una invocacion. En eso si que podras ayudar al demonio. Pero hay un problema. Shiro no se pudo mas serio ni mucho menos però algo te hizo atenderle de mas. -La invocacion no volvera a responder a la llamada de su tamer. Dictamino Fujimoto.

-No me mal entiendas, podreis volver a verlo si os parecio un demonio agradable, però el tamer pierde el derecho de usarlo. Te puedo enseñar con el tiempo a curar una invocacion enferma, però seras tu la que debera hacerse responsable de ella. Los demonios son criaturas orgullosas, si se las salva siempre pagaran su deuda asi que piensalo bien. Acerca la mano y te da suaves palmadas en el hombro para tranquilizarte.

Pensó con cuidado lo que Fujimoto le había dicho. Quizá no podía hacer que Inubashiri volviera a hacer caso a su tamer, pero estaba segura de dos cosas. La primera, que es lo que su abuela habría hecho. La segunda, que eso seguramente aliviará también al tamer que perdió su invocación.

- Sí, por favor - dijo entonces con decisión -. Me haré responsable de Inubashiri hasta que sane. No la quiero ayudar por ninguna deuda, pero tampoco quiero dejarla así. ¿Me podría enseñar? Quizá... quizá así pueda evitar casos similares antes de que sea demasiado tarde. 

Hizo una sonrisa sincera y asintió con suavidad. -Si eso es lo que has decidido entonces estará bien. No te puedo enseñar ahora mismo, tienes mas clases y cuando acabes seguro que tendrán mas cosas preparadas. Veamos que te parece esto. El anciano coge una llave de un enorme llavero y te la tiende, en la empuñadura hay un sakura dibujado. -Como profesor y exorcista tengo mi propia parcela de entrenamiento. La uso normalmente para desconectar la verdad y creo que sera un lugar idóneo para entrenar. Cada noche, mas o menos a las 10 usa esa llave con cualquier puerta, yo estaré allí. Te enseñare todo lo que se sobre purificar, si eres aplicada lo conseguirás.

Audrey cogió la llave y la guardó en la cadena que llevaba al cuello junto con la que le dieron el primer día. Tenía pánico a perderla, así que había decidido no arriesgarse a dejarla en la residencia. 

- Gracias, Fujimoto-san - dijo agradecida -. Allí estaré sin falta. 

Dicho esto, y un poco más animada, se despidió de su profesor y volvió a clase, con sus compañeros. 

Ahora la pregunta era, ¿debería contárselo a Giulietta? O incluso a Jareth, que era el que más interesado podía estar sin duda... Dudó unos segundos en contárselo de vuelta al aula, pero prefirió no decir nada. No hasta que, al menos, pasaran unas semanas. 

*Escena acabada*