Partida Rol por web

Expedición a la Tierra Hueca

2. EL CAIRO

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24/08/2021, 18:06
Mayor McDuncan

Rick me conocía incluso mejor que yo misma. Y lo demostraba con cada palabra a la que yo ya no alcanzaba a tener respuesta. Se suponía que mi dura vida, el vivir en la calle incluso, me debió hacerme más dura, más recia a todo. Incluso estar de vuelta de muchas cosas. Pero la realidad era otra. Mi inocencia y mi buena fe en los demás se había mantenido a pesar de las palizas y los llantos. El querer ayudar a los demás, no era sino el fruto que había madurado en mi interior por no querer ver a nadie sufrir como yo lo había hecho. Como lo hacía cuando me quedaba sola y sabía que nadie me oía llorar.

Rick lograba apaciguar todo aquello más de lo que creía y aliviar parte de mi peso y de mi dolor al igual que despertaba otras sensaciones y emociones en mí que sabía que existían, pero que por desgracia no había conocido hasta aquel momento. Y en que maldito mal momento... enamorarme no solo de quien no estaba enamorado de mí, sino de quien era mi único amigo, el único en quien confiar y el único cuyos abrazos me llenaban ese hueco que pronto entedí que era la soledad que me consumía poco a poco, junto a la desesperanza y la agonía de quien no tiene nada porque luchar en esta vida.

Ahora le tenía a él.

Aunque yo no fuese nada más que eso, una amiga, una hermana, alguien a quien proteger y querer pero no llegar a amar, tendría que bastarme y aprender a vivir con ello. Si había aprendido a vivir con palizas, violaciones y un aborto en a penas una veintena de vida, podría vivir en ese desamor siempre que sus brazos estuviesen disponibles para mí, siempre que no me rechazase una caricia o un simple beso como los que se me escapaban, deseando que en ese momento, quizás por descuido el moviese la cabeza y acabase en sus labios. Seguramente la única manera que tendría de besarlos.

Pero lo más importante entre nosotros, fue esa camadería que empezó a surgir, ya no solo la confianza y la promesa sin pronunciarla realmente, de protegernos el uno al otro. Ya lo habíamos demostrado los dos, no hacía falta prometer nada, porque ya sabíamos que volvería a pasar, aunque yo esperaba que tardasen muchos años aún en que aquello llegase.

Las bromas sobre su anatomía, no solo nos daban más confianza, cruzando una línea que pocos hombres y mujeres se saltaban, ni los matrimonios. Pero él no se daba cuenta de que entre sus bromas y las mías, había una verdad enorme y era ese deseo de verle de verdad. Era consciente de mis limitaciones, de que seguramente jamás podría mantener relaciones con un hombre porque John me había marcado a fuego, pero la curiosidad estaba ahí y más cuando amabas a alguien como yo amaba a Rick.

Pero hablar de los sentimientos, era un tema tabú y peligroso en cuanto a los amorosos se refería. Oírle decir que el dolor se pasa, era el único consuelo que tenía. Aún así solo pude responderle de manera escueta a aquello. - Prefiero mil palizas al dolor que a veces siento. - Si es que llegó oír aquel susurro cargado de dolor y amargura.

Pero poder tocarle y sentirle me aliviaba de nuevo y que me dejase tocarle así la cabeza era relajante para ambos. El pobre no sabía lo que había hecho dándome permiso para abrazarle y mimarle cuando quisiera y lo necesitase. Y precisamente con aquellos cuidados, me quedé dormida tras él.

Al despertar, lo primero que escuché a parte de la voz del mayor, fueron los quejidos de Rick. - No eres un inválido, Rick. - Le dije al abrir la puerta desde el otro lado. - Pero hay que cuidar de ti. Déjame cuidar de ti y si el mayor nos ayuda, mejor. - Le animé con mi mejor sonrisa o al menos lo intenté, pues yo si estaba encantada de estar allí... con él.

- Que te cures rápido o no, no depende de mí, Rick. Yo solo puedo ayudar a tu cuerpo a sanar, a no tener infecciones ni que sientas dolor, el resto lo hace tu organismo solo. - Si por mí fuese cambiaría tantas cosas entre nosotros dos...

Y el mayor nos dejó solos para hablar con el coronel y concertar la cita del día siguiente y yo seguí a la camilla, mientras miraba a mi alrededor, como si aquel lugar fuese mágico. Seguramente al salir el sol, no sería más que un campamento militar más, pero ahora mismo, era un campo de esperanza donde poder cultivarla si me dejaban y cosecharla.

Rick eligió una cama apartada de todas las demás y de alguna manera sonreí por ello. Tendríamos más intimidad al hablar y... no quería pensar en nada más, porque empezaba a sentir como mi cuerpo entraba en calor cuando hacía tanto frío allí. Frío como el que trajo la enfermera jefe y que, según Rick, gané el asalto por un claro KO.

- ¡Eres tonto! - Le respondí a su burla lanzándole uno de mis guantes y en mi cabeza se vino de golpe la loca idea de lanzarme sobre él en la cama y besarle, reclamando es premio como ganadora. Pero pronto recordé donde estaba y su voz y sus palabras me devolvieron a la realidad: acababa de hacerme una enemiga en mis propias filas. Y no llevaba ni diez minutos allí. - Bueno, pero creo que esta vez, el rango lo tengo yo. De algo tiene que servir ¿no? Además, tampoco sabemos si nos quedaremos o solo estamos de paso... así que... - Tendría que tener mil ojos y le sonreí cuando me dijo que le iba cogiendo el tranquillo.

A mi regreso, comencé a dudar de mi actuación y no tardé en exponérselo a Rick, aunque quizás no de la manera que debía o puede que no quisiera hacerlo así. Su respuesta fue la buena, sin duda, pero la verdad es que yo tenía en mente otra cosa. - Ya Rick, pero... ni pensé en ti, ni en ella. Quiero decir... es guapa, muy guapa. Yo no podría competir con ella en ese sentido y... - Se me hacía difífil aquello. - ¿Y si a ti... y si tú...? ¿Y si a ella tú...? - Le quité el abrigo con naturalidad, para luego quitarle el jersey. Era como si una parte de mí hiciese en ese momento las cosas en modo automático y la otra, no fuese capaz de arrancar. - ¿Y si os gustaís y por lo que hice...? - Solté al fin, al tiempo que me quedaba con el jersey de Rick en mis manos.

Le miré a los ojos tan solo un segundo y me di la vuelta. No quería ver su rostro al responderme. No quería oír su respuesta tampoco, pero había formulado la pregunta y me puse a doblar el jersey para disimular y aguantar lo que sin duda sería un verdadero sopapo para mí.

Ahora iba a ser cuando Rick me dejase KO de un solo golpe.

- Yo... no quiero ser quien se interponga entre ti y tú felicidad, Rick. - Y mientras decía eso, sentía como mi corazón se rompía un poco más de nuevo. Y esta vez deseé que fuese el mayor quien entrase por la puerta y me sacase de allí. Pero estábamos solos, o más bien aislados al fondo del todo y yo tendría que darme la vuelta en breve, porque no podía dejar a Rick así, a medio vestir ni tampoco dejarle ver mi rostro en aquel momento, que reflejaba el dolor que sentía dentro de mí y que esta vez no sabía como parar.

Dejé el jersey sobre la cama y me giré deprisa y le abracé. - Porque no sólo quiero que te recuperes, Rick, sino que seas feliz y no quiero ser una carga para ti... como lo he sido para mi familia y mi marido. - Y ahí salía de nuevo la bestia que me consumía por dentro, aquella que aprovechaba mi dolor y mi inseguridad para quitármelo todo, hasta el orgullo y la dignidad si hacía falta. Y en este caso, ser tan estúpida de no luchar por el hombre al que amaba, porque estaba segura de que no era ni su tipo.

A los hombres les gustaban las mujeres descaradas y traviesas, las seductoras que sabían dominarles con la mirada y yo no tenía nada de eso. En cambio, aquella enfermera jefe, era lo que transpiraba por cada poro de su piel y eso me aterraba.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal

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24/08/2021, 19:43
Jack Colton

No había pensado en Malta al mirar el condenado mapa. Quizás fuera porque estaba doblado de tal manera que me las había tenido que ver y desear para identificar cada motita que había en él. Un poco más y necesitaba unos prismáticos para ver los nombres de las ciudades y los puestos.

Pero ahora que le venía a la cabeza, las distancias eran mucho menores con Malta, así que...

-Pues muchas gracias, señor Jenkins. Malta entonces -dije, mientras colocaba el avión a favor del viento.

Entonces vi el coche que se acercaba, pitando, y con los policías que iban dentro haciendo gestos para que se detuvieran.

-Pues va a ser que no -dije, acelerando de repente. 

El avión cogió velocidad a través del asfalto, puse los flaps a diez grados y en cuanto adquirimos la velocidad suficiente, comenzó a elevarse por encima de la pista.

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25/08/2021, 07:03
Mayor McDuncan

Acabábamos con el cuerpo del teniente entre Harry y yo cuando Jenkins se ofreció a ayudar. - No nos vendrían mal un par de manos más por aquí, señor Gareth, gracias. - Le dije al hombre mientras que la situación se complicaba cada vez más. Entonces nos ofreció otra alternativa de vuelo. - Háblelo con Colton. - Le respondí. - Cuando pueda lo supervisaré, pero no me parece mala opción... incluso mejor que Túnez.

Terminábamos de agarrar el cuerpo del teniente para que no se moviera cuando miré al geólogo. - Discúlpeme, Jenkins, estoy saturada ahora mismo. Pero en cuanto comencemos con el copiloto nos vendrán bien esas dos manos. Ahora voy a hacerme cargo de la herida de Blackhorn y salvo que quiera ayudar con eso...

Y Colton siguió siendo un mar de buenas noticias. Aquello iba a peor por segundos.

Harry no tardó en optar por la seguridad de los demás. - No es que tenga afán de mirarle el trasero a todos los hombres con los que me cruzo, pero, ¿está seguro? - Su insistencia me dejó claro que así era. - Esta bien, teniente, señor Jenkins, será mejor que nos sentemos y nos abrochemos los cinturones. - Miré a Harry. - Usted agárrese bien, no voy a olvidarme de esto. - Y no me refería solamente a su ayuda, sino a su preocupación también y su buena voluntad a pesar de estar herido.

Cogí el maletín médico y mi uniforme, no los quería desparramados por ahí y corrí a los asientos, donde me senté y me aseguré de estar bien sujeta. Rick se sentaba a mi lado, inseparable, como siempre en estos años. Me agarré fuerte al botiquín y a la ropa, para no perderlas, me daba que aquel despegue iba a ser movido, no solo por la pista, sino por la situación en sí y el piloto que teníamos.

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25/08/2021, 08:02
Sgto. Harry Blackhorn

Me aseguré de que la puerta del avión estuviese bien cerrada antes de hacer nada más, pues no quería sustos. Ya llevábamos bastantes en el cuerpo y veía a Mac con mucha tensión acumulada. Tampoco hacía mucho esfuerzo mental para entender por lo que debía estar pasando la mayor en aquel momento. Con tener un poco de empatía bastaba. Pero viendo como iban las cosas, hasta yo me daba cuenta de quien era realmente de utilidad en aquel grupo y eso que siempre era un idiota confiado que seguía creyendo en el buen hacer de la gente a pesar de lo que veía cada día. Incluso ahora en aquel avión.

Por una vez fue un alivio no tener que escuchar de una mujer que no me preocupase por ella y más aún que me hiciese caso por su propio bien, a pesar de ver la preocupación por mí en su mirada. Su nivel de estrés estaba disparado, había tomado las riendas de todo como una profesional y optado por lo urgente y efectivo en aquel momento, pero realmente no parecía valorarlo nadie allí.

Fue una verdadera molestia para mí que solamente uno de todos los que éramos, realmente se dignase a preguntar si podía ayudar y realmente se le viese la intención de hacerlo. Pero ver que la mayor me hacía caso y se sentaba mientras que yo buscaba donde agarrarme, fue mi mayor satisfacción y algo fácil el sostenerme dada la red de la bodega y los distintos agarres que había en el interior del avión, no tuve excesivos problemas para sujetarme.

- Deséeme suerte mayor. No quisiera que lo que tengo clavado en el trasero se hunda más hacia dentro. - Y sonreí a la mujer, tratando de quitarle hierro al asunto, pero lo cierto era que estaba verdaderamente cagado por dentro. Mis brazos me sujetarían, pero dudaba de mi pierna precisamente por el punto de la herida.

Y en ese instante me acordé de mi sombrero y me lo quité para sostenerlo con la mano y volverme a aferrar, como si mi vida dependiese de ello, de la red de seguridad de la bodega.

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25/08/2021, 14:01
Nikolai Vladiminovich

Acababa de haber un tiroteo, había varios muertos, teníamos que salir de aquí a toda prisa y los militares parecía que estaban colocando material en el avión. Me parecía bien que metieran los cuerpos de sus compañeros dentro, para que tuvieran un entierro digno, ¡pero había que salir como alma que lleva el diablo de allí! En el aire ya nos preocuparíamos de atarles o hacer lo que se debiera hacer.

Atado y bien asegurado en el sitio en el que me coloqué, solo hacía mirar de un lado a otro, viendo cómo los demás colocaban los cuerpos, los arropaban, se ponían a presentarse o incluso a hacer chistes, como el fantasma. Harry no dejaba de hablar, cosa que no me extrañaba, con todo lo que tenía que contar. La mayor seguía con su ácido carácter, dando órdenes a los demás y tirando indirectas a los civiles. Ante su comentario, solo puede agarrarme más fuerte al cinturón, esperando que Colton despegara de una vez y ya en el aire viera hacia dónde nos dirigíamos. Cada vez estaba más nervioso y al ver que Rick no había abierto el pico, más nervioso me ponía. ¡Pero cómo echaba de menos el silencio de la biblioteca! Segura, casi sin gente, sin fantasmas que parecían sacados de algún cuadro fetichista (o de un cráneo)... Ahora mismo deseaba no haber comenzado esta aventura, aunque el final fuera descubrir Tierra Hueca. Yo no era un hombre de acción y ahora mismo estaba rodeado de exmilitares (¡qué asco!), militares (¡más asco aún!) y muertos (con fantasma incluido). La situación se me estaba haciendo cuesta arriba y no sabía muy bien cuánto iba a aguantar así...

-"Porrr favorrr, dezpeguemoz ya, ¿zí?" Dije bastante angustiado.

El avión empezó a moverse, saliendo del hangar y tomando velocidad. Ni con esas pude relajarme.

Notas de juego

Erica, ¿puedes dejar marcados a todos ahora que estamos otra vez juntos? Graciasssssssssss

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25/08/2021, 14:16
Rick "Jester" Heatherly

Parecía que todo estaba listo, así que ayudé a Sarah a sujetar el cuerpo de Tom con algunos arneses de seguridad que el avión tenía, y solo después, me senté y coloqué el cinturón para no salir volando. A pesar de que había volado en muchas ocasiones, prefería seguir en tierra la mayor parte del tiempo y tomaba todas las precauciones posibles.

En la cabina, el tal Bob y Colton parecían llevarse a las mil maravillas. Normal, pensé para mí. Los dos eran igual de fantasmas. No dije nada al respecto pero sí repliqué a otras cuestiones que estaban hablando justo antes del despegue.

-Si se refiere a que tenemos celo por llevar a cabo nuestra misión sí, tiene usted razón, señorita Strindberg, respecto a la deformación profesional. También es cierto que los militares solemos no dejar a nadie atrás si podemos evitarlo, porque para nosotros, cuando se ha entregado la vida en servicio a la patria, lo mínimo es llevarle a casa, en donde pueda ser llorado y homenajeado. Supongo que se refiere a esa clase de deformación profesional -le dije, volviendo la cabeza para mirar a través de las ventanillas y evitar así enfadarme más de lo debido con ella.

Al salir del hangar pude ver un vehículo acercarse, antes de que Colton diese la alarma. Pero estando ya en marcha, no creía que fuese un problema.

Me agarré a Sarah y la miré con una sonrisa. Estábamos juntos y eso era lo importante.

-Colton, sáquenos de aquí primero y luego en vuelo pensamos a dónde vamos -añadí respecto a nuestro destino. 

Y mientras tanto, allí estaba Harry, quejándose por su trasero.

-No se preocupe, sargento. Le aseguro que su trasero estará perfectamente después de que Sarah le haya curado. Solo tiene que aguantar un poco más.

Lo sé por experiencia.

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25/08/2021, 15:03
Alex Corvin

El avión surcará en breve el aire así que ahora toca descansar, lo primero que hago es quitar las balas de mi revólver y guardar las balas en un bolsillo. Disparar un arma por error en un avión puede ser peligroso. Jenkins me devuelve mi arma secundaria y realizo lo mismo. Colocándola posteriormente en la funda tobillera. 

Lo siguiente que hay en mi lista es descansar un rato y esperar a que lleguemos a nuestro próximo destino, por lo que dicen puede ser Malta. Así que este vuelo no será demasiado largo.

- Malta allá vamos... - digo esperando que salgamos de Egipto, ha sido una visita rápida pero ya podía marcar como visto pero lamentablemente me había cargado a una persona en este país y había estado relacionado con otro cadáver aunque Holmes fue debido al opio. 

Miro a Nikolai y le pregunto si está recuperado:

- ¿Ya se encuentra mejor Nikolai? Le veo aún nervioso...no se preocupe en breve estaremos surcando los cielos lejos de aquí. 

Lo noto algo nervioso aunque siendo botánico es algo que puede ser normal. Jenkins es galés y alguien duro. Harry es detective, ha visto demasiado. Marion, es mujer de mundo. El resto son militares. La única que no conocía es la pelirroja. Miré a Rick y a la Mayor y les pregunté:

- ¿Quién es ella? Por lo que veo se une al equipo... - algo obvio porque está subida al avión. Luego decido cambiar de tema y le pregunto a Rick ya que la Mayor tiene que atender a los heridos - ¿Qué pasó? ¿Cómo localizaron el avión? 

Pudo haber salido peor la situación, pero dos cadáveres amigos son demasiados para un grupo tan pequeño. Los boches no se andan con tonterías sin lugar a dudas.

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25/08/2021, 15:23
Astrid Strindberg

-Era una manera de defenderles, Teniente, no de criticarles. 

Argh. Qué picajoso era todo el mundo. No podías ni tratar de excusarles sin que se sintieran ofendidos. 

Saqué mi cuaderno de notas y mi estilográfica, manteniendo a buen recaudo por ahora mi copia del diario de Fraenkel. Había decidido hacer como él. Escribir la crónica de aquel viaje que estaba a punto de empezar con el despegue de este avión. Visto lo visto, no era descabellado pensar que quizá alguien en el futuro lo hallara junto a nuestros restos. Si es así, espero que lo que pueda anotar en él les sirva de ayuda. 

Escuché como el hombre del bigote les preguntaba por mí a los militares, como si yo no estuviera presente. Eso, junto a su obvia puntería, me indicaba que quizá tuviera también formación castrense, al recurrir en primer lugar a la cadena de mando. 

-Mi nombre es Astrid Strindberg - le dije, pero lo bastante alto como para que sirviera de presentación también para todos los demás-. Y en cuanto el avión despegue y el sargento Colton estabilice el vuelo, les contaré cual es mi parte en todo este asunto. Como les prometí - añadí, mirando a MacDuncan y Heatherly. 

 

 

 

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25/08/2021, 17:25
Nikolai Vladiminovich

Miré con ojillos de cachorro asustado a mi interlocutor.

-"Me temo que hazta que no dezpeguemoz y noz alejemoz de aquí no eztarrré trrranquilo. Perrro grrraciaz porrr prrreguntarrr, zeñorrr Corrrvin." Dije en un tono bajo.

Miré después a la nueva integrante y levanté la mano para que me mirara y así saludarla.

-"Yo zoy Nikolai Vladiminovich, doctorrr en botánica y experrrto en otrrraz muchaz cienciaz. Encantado de conocerrrla." Le dije ahora levantando la voz para que me escuchara.

Volví a agarrarme con fuerza al cinturón y a esperar a que el avión despegara.

Notas de juego

Gracias Erica.

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25/08/2021, 17:44
DIRECTORA

En ese momento, Colton tiró de los mandos para inclinar el avión y hacerlo ascender lo más deprisa posible. La estabilidad del aparato parecía asegurada con la velocidad que había adquirido y los flaps extendidos, pero en el interior, no todos estaban preparados para pasar de una situación horizontal a una inclinación tan fuerte.

Harry, Sarah, Nikolai, Rick y Corvin se vieron sujetos por los cinturones de seguridad, a pesar de lo cual, no pudieron evitar sentir como la inercia les empujaba hacia atrás. El cuerpo de Tom había sido bien sujetado, por lo que se desplazó ligeramente, pero sin moverse de su lugar.

Sin embargo, para Astrid, Gareth y Marion, no ocurrió igual. Al no haberse colocado los cinturones, se vieron abocados a caer por el suelo del avión y rodar por él, hasta chocar dolorosamente contra la parte trasera del mismo y unos con otros. Así mismo, el cuerpo del copiloto tampoco había sido agarrado, por lo que se deslizó hacia el fondo, en un principio con suavidad y un poco más tarde, rodando y saltando, impactando contra ellos con relativa fuerza. Al comprimirse el cuerpo, parte de la sangre medianamente coagulada, así como restos de encéfalo, lograron salir por el mismo orificio que había hecho la bala que había acabado con su vida, impregnando los rostros y ropas de los tres pobres viajeros, que además de doloridos, quedaron impregnados con aquella sustancia viscosa y, debido al tiempo transcurrido, bastante maloliente, que había formado parte del copiloto.

Cuando Colton estabilizó el avión, la imagen en el interior no era la que esperabais.

Notas de juego

Como nadie tiene acrobacias, no podéis evitar la caída. 

Cada uno debe lanzar DEFENSA. La diferencia entre éxitos y fallos es el número de heridas contundentes que sufrís. Si no obtenéis ningún éxito, entonces tenéis una herida adicional.

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25/08/2021, 19:26
Astrid Strindberg
- Tiradas (1)

Notas de juego

No sé si he entendido muy bien el sistema...  Me llevo una herida, creo.

Edit. No, 3 números pares VS 2 números impares, ninguna XD

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25/08/2021, 19:42
Rick "Jester" Heatherly

A lo largo de mi vida había visto caer en la más completa desesperación o en la misma locura a una buena cantidad de camaradas, y sido testigo de familias que se habían hecho pedazos. La vida militar y la guerra tenían esos efectos. Los soldados no éramos máquinas, jamás lo seríamos, y aunque muchos buscaban precisamente eso, hombres que siguiesen fielmente las órdenes y que no dudasen ni errasen, lo cierto era que gracias a nuestra humanidad, se obtenían victorias. Eran aquellos hombres que temblaban en el barro quienes a pesar de todo, se lanzaban a por todas, encomendándose a un ser superior para llegar al otro lado, solo por una bandera o por los compañeros que formaban su compañía. Eso una máquina jamás podría hacerlo.

De la misma manera que el dolor formaba parte de todo soldado, para muchas otras personas su vida era un auténtico calvario y sus ojos reflejaban idéntico sufrimiento. Eso era lo que transmitía Sarah, no solo cuando me miraba o hablaba, sino también cuando podía permitirme el lujo de observarla durante unos momentos y parecía como si fuese capaz de leer su alma.

Los dos estábamos solos, a nuestra manera, y quizás por ese motivo, el habernos encontrado nos había dado la compañía que necesitábamos, no toda la que deseábamos, pero sí la que nos hacía falta para no desfallecer en nuestro camino por la vida.

Sin embargo, continuaba viendo una pequeña brecha entre nosotros, quizás en parte debido a mí mismo, que intentaba mantener alejados mis sentimientos por ella para no sumergirme demasiado y perderla completamente. Tampoco era menos cierto que ella tenía un futuro por delante mucho mejor que el mío y que todavía se veía encadenada a un marido al cual ya entonces, hubiera matado de habérseme puesto por delante.

Algunas veces lograba despertar la esperanza en ella; en otras ocasiones, sus palabras me dejaban congelado, al mostrar un desánimo difícil de contradecir. Pero seguía intentándolo, porque verla feliz significaba poder ser yo mismo feliz, dentro de lo que fuese capaz, en aquella vida que tan poco me había ofrecido en lo personal.

Era como una especie de batalla entre los dos, al mismo tiempo que luchábamos contra nosotros mismos.

Por ejemplo, cuando gruñí por lo poco que podía hacer, ella corrió a calmarme y a asegurarme, no solo que no era inválido, sino que además, ella iba a estar conmigo todo el tiempo que necesitara.

-No me hagas mucho caso. Solo me irrita ser una carga, porque así es como me siento en ocasiones -le dije, sonriéndole un poco para que viese que no lo decía demasiado en serio.

Su respuesta, en cambio, sí que fue seria, así que no pude replicar nada.

Por suerte o por desgracia, apareció aquella enfermera con aires de superioridad y no solo disfruté del pequeño enfrentamiento que ella y Sarah tuvieron, sino de lo que vino a continuación.

Como si fuésemos dos adolescentes, nos reímos y burlamos de la situación. Con gusto habría abierto los brazos para recibirla, pero sabía que no era el momento y que de hacerlo, podía perder todo el control que había logrado hasta entonces.

-Lo mejor es dejar las cosas claras desde el principio y tú lo has hecho. ¡Bien por ti! ¿Ves como eres muy capaz de hacer valer tu rango?

Sin embargo, ella no estaba convencida de lo que había hecho. Por cada acción que llevaba a cabo, había una lucha interna entre su parte más pesimista y la optimista, que apenas había conseguido sacar a la luz. Además, tal y como estaba explicándose, daba la sensación de que se sentía incómoda por mí, como si pudiese haber algo entre ella y yo.

Sin poder evitarlo, me eché a reír.

-Sarah, una mujer no es hermosa nada más por su cuerpo o su rostro, sino por un sinfín de cosas más. Mentiría si dijese que no me atrae físicamente, pero preferiría salir con una mujer que no estuviese enamorada de sí misma. Con esa enfermera no creo que haya sitio para mí. Así que no tengas miedo, que no había nada que estropear. 

Ella no entendía... no podía entender que mi felicidad era imposible, pues mi amor por ella era, en aquel entonces, algo a lo que no podía aspirar. Por consiguiente, el estar cerca de ella y compartir sus momentos, era lo único que podía esperar.

Iba a responderle cuando me encontré de pronto con un abrazo del cual parecía no estar dispuesta a soltarme. Dejé que se prolongara unos segundos, antes de separarla con suavidad y mirarle a los ojos.

-En primer lugar, nunca serás una carga. Y en segundo lugar, si soy feliz es gracias a ti. Me siento vivo y bien a tu lado, así que deja de lamentarte por cosas que ni han ocurrido ni van a ocurrir. No sé lo que me deparará el futuro, pero lo que sí sé es que no voy a dejarte, al igual que tampoco voy a lanzarme en los brazos de esa lagarta. Más te vale mantenerla lejos de mí porque después de a lo que me has acostumbrado, como me diga algo soy capaz de mandarla... bueno, donde sea.

Y mientras le decía todo aquello, la miraba como si estuviese regañándola, aunque no fuese así. Pero es que después de ser cuidado por Sarah, cualquier otra enfermera no haría sino irritarme . No quería a nadie más; la quería a ella.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal

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26/08/2021, 08:56
Gareth Jenkins

Por lo que dijo Colton el despegue tenía que ser de forma inmediata, entonces la mayor sugirió que volviéramos a nuestros asientos antes de que el avión empezara a tomar altura, cosa que me dispuse a hacer.

De camino a mi asiento me encontré en el pasillo con la nueva incorporación de la expedición, que se estaba presentando.

¿Así que efectivamente es usted esa Astrid Strindberg? Yo me llamo Gareth Jenkins un placer y si me disculpa ahora voy a mi asiento.

Justo en aquel momento el puñetero avión se inclinó de manera repentina, traté de agarrarme al asiento pero fue en vano y empecé a rodar como un tonel hacia la parte trasera del avión. Mientras me iba desplazando intente agarrarme a los arneses y correas que se sujetaban al fuselaje, pero al no ser el único que rodaba hacia el fondo me fue imposible, aunque sí que conseguí frenarme lo suficiente para no hacerme daño al estamparme de espaldas al fondo del avión. Entonces vi como el cadáver del copiloto venia hacia nosotros, puse mis manos por delante y desviarlo lo suficiente para que no me diera de lleno, pero no pude evitar que sus sesos me salpicaran el rostro.

Hay que joderse—. Es lo único que alcancé a decir allí tirado de espaldas mientras pensaba «esto me pasa por ser educado», entonces me giré para mirar a mis acompañantes en la parte trasera. —¿Están ustedes bien?

- Tiradas (1)

Notas de juego

Ninguna herida creo.

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26/08/2021, 09:30
Sgto. Harry Blackhorn

Estaba fírmente agarrado y al menos me sentía bien porque Mac y Jester me habían hecho caso. Podía ver la mirada de preocupación de la doctora. - No se preocupe. La red de la bodega resiste más peso. - Respondí a aquella mirada y vi como el teniente contestaba a Astrid.

No me sorprendió su reacción. La tensión del momento, el dolor por la pérdida de dos compañeros, uno un amigo por lo que vi y el desafortunado comentario de la mujer, el cual viniendo de boca de civiles, ya era tomado como un ataque directo a los militares. La interpretación del mismo fue clara para aquel hombre, para mí y seguramente que para Mac.

Jenkins también se dispuso a ir a su asiento, pero no llegó. Colton elevó el avión demasiado y de golpe y fue cuando me di cuenta de mi error...

Jenkins, ambas damas y el copiloto venían hacia mí. Si no reaccionaba pronto, me aplastarían contra la red. Y fui un idiota. Quizás si no hubiese intentado moverme... pero me solté para hacerme a un lado y el primer cuerpo, el del copiloto, llegó a mí y me hizo caer al suelo de bruces.

Lo siguiente que recuerdo fueron los sucesivos golpes que fui recibiendo al tiempo que los demás iban llegando a mi posición y pisoteándome o cayendo sobre mí. Al menos me quedaría el consuelo de que quizás amortiguase el golpe de alguien y no se haría daño, pero yo iba a salir bastante mal parado de aquello.

- Tiradas (2)

Notas de juego

3 puntos de daño con el cagarro en fuerza xD

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26/08/2021, 09:48
Mayor McDuncan

Rick hizo lo que yo quise evitar hacer, responder a Astrid a sus palabras. A mí también me habían sentado mal, pero en el estado en el que me encontraba, cualquier cosa me sentaría mal si no quedaba claramente bien dicha y tras andar recibiendo ataques gratuitos previos de los civiles y acabar discutiendo con ellos, no me apetecía hacerlo con ella. Además, no me cuadraba su ofrecimiento previo con sus siguiente palabras. Por eso preferí dejarlo estar.

Pero el teniente, el caballero de la blanca armadura, no podía hacerlo.

Mi mano se aferró a la suya con fuerza. - Tranquilo, Rick, no es el momento. - Le susurré al tiempo que Astrid aseguraba que había sido en nuestra defensa, aunque a mí tampoco me hubiese sonado así. Volví a mirar a Harry y este me aseguró que todo iría bien...

Pero no fue así.

El ascenso del avión fue demasiado brusco. Vale, Colton sabía pilotar, pero se veía que tenía que practicar mejor el despegue... esperaba que el aterrizaje fuese más suave. Jenkins pasó frente a mí, traté de agarrarle de la mano pero fue en vano. El temor a ser arrastrada hacia ellos me hizo agarrarme a Rick al tiempo que veía desfilar los cuerpos hacia la bodega. Hacia Harry.

- ¡Harry! - Exclamé al ver que iba a ser aplastado y como trataba de soltarse, para acabar en el suelo. - ¡Mierda! - Exclamé alterada. Era imposible oírme decir ese tipo de palabras, salvo que estuviese completamente angustida y... quería ir hacia el detective, pero sabía que no podía moverme. Mi cuerpo tiraba hacia Harry, ya fuese por el ángulo del avión o porque realmente quería llegar a su lado y ver su estado. Al mismo tiempo, mis brazos no se soltaban de Rick, quien era mi ancla en aquella situación.

- ¡Colton! ¡Estabilice este trasto ya! ¡Tengo heridos aquí atrás! - Exclamé. No sabía la altura a la que estábamos, solo que Harry estaba recibiendo una buena paliza y no quería perder a alguien como él. Rick pensaba lo contrario, pero yo le veía capaz y leal. Aunque aún tenía que demostrarlo.

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26/08/2021, 10:40
Astrid Strindberg

El señor Jenkins acababa de presentarse y estábamos sentándonos los dos cuando el avión pegó una fuerte sacudida, haciendo que ambos perdiéramos pie. A mi lado, Marion tuvo el mismo problema. Conseguí agarrarme a los asientos y aunque caí al suelo, amortigué el golpe y conseguí no hacerme daño.

Escuché desde el fondo un quejido de dolor, por la voz había sido el detective, Blackhorn. Mientras la mayor pedía a Colton que estabilizara el avión, levanté la mirada mientras me incorporaba para ver si Blackhorn y los demás estaban bien. 

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26/08/2021, 11:00
Mayor McDuncan

Rick trataba de hacerme ver que sabía usar mi rango cuando yo sabía nada más sobre él. - Pero Rick... esto... no puede ser todo, tiene que haber algo más y... no me siento bien siendo así, tan... fría... tan... no me siento yo. - Aunque en el enfrentamiento con la enfermera lo disfrutase, el remordimiento vino después. - Mi trabajo es curar a la gente y no herirla y creo que a ella la he dejado... - Miré a Rick y le sonreí con cierta malicia. - Completamente K.O. - Y reí aquella broma.

Me había dado cuenta de que me estaba preocupando por alguien que no lo merecía, que el único que realmente ese merecía que fuese la mejor persona que pudiese ser en mi vida, era el hombre que tenía delante. Aunque tuviese que tragar muchas cosas, como los celos que sentí minutos atrás, no debía dejar que los viese nunca.

Cuando por fin logré explicar mi temor entre él y ella, Rick rompió a reír y comenzó a hablar. Sus palabras iniciales me calmaron, pero me tensé cuando dijo que la veía atractiva y mi rostro se endureció, aunque traté de disimularlo, no era buena en esas cosas aún. Y las palabras que acompañaron a aquella frase, a pesar de ser positivas para mí, no lograron aliviar esa tensión. Al menos ya le daba la espalda y le abracé con fuerza.

No quería soltarle, pero me separó de él y pudo ver lo que no quería que viese: unos ojos llorosos con una mirada dolida.

Tragué saliva cuando le comencé a escuchar responderme, no me atrevía a mirarle hasta que me dijo que era feliz gracias a mí. Entonces mi mirada se tornó incrédula y le miré a los ojos. Sus palabras me aliviaban y por un momento pensé que si había una posibilidad de que sintiese lo mismo que yo por él, hasta que expecificó que no se lanzaría a los brazos de aquella mujer. En ese momento, aquella pequeña semilla de esperanza, se pudrió y se deshizo por completo y me volví a sentir tan mal, que me abracé a él mientras evitaba volver a llorar.

- Si es que tienes razón, eres maravilloso, eres guapo, eres divertido y tienes muy buen medio trasero. Si el destino me deja ver el resto y me permites valorarlo, te daré el completo. - Le dije repitiendo sus palabras de hacía rato ya en el jeep en aquel momento, demostrándole que no solo le escuchaba, sino que recordaba lo que hablábamos. - No sé como no tienes mujer ya... no sé como no tienes a un coro de mujeres a tu alrededor... por eso sé que esa mujer te rondará, Rick... aunque tú no quieras... - Y a mí me consumirán los celos, porque no estoy preparada para esto. - Ojalá que la mandes lejos... pero si decides lo contrario... dímelo y me haré a un lado... con ella o cualquier otra. La felicidad que yo pueda darte no creo que sea comparable a la que pueda darte otra mujer... ya me entiendes.

- Igual que la felicidad que me das tú, jamás me la dará otro hombre mientras te ame como te amo.

Y me separé de él y le miré a los ojos. - Haría cualquier cosa por ti. - Le confesé y le sonreí como pude.

Me ruboricé al decirle aquello y darme cuenta de la profundidad y significado de aquellas palabras, más aún con el poco tiempo que nos conocíamos. La había cagado por completo esta vez pero otro abrazo no iba a ser mi escapatoria, porque solo apoyaría la teoría de lo que siento por él y se estropearía todo.

Ante aquel silencio, le comencé a desabrochar la camisa. - Vamos, tengo que dejarte en condiciones en la cama antes de que vuelva el mayor o va a preguntar que clase de enfermera soy. - Dije poniéndome más seria y queriendo cambiar de tema y de actitud. Sí, nuevamente, como ocurrió con el abrigo o el jersey, Rick podía quitarse la ropa él solo, pero la parte que le amaba, quería hacerlo por él y le fui soltando la camisa hasta que se la pude quitar y sin moverme del sitio la lancé a la cama de al lado. Luego le solté el cinturón que sostenía aún la manta, para quitarle después la camiseta interior y extirarme a por el camisón, que no tardé en ponérselo para que no se quedase frío.

No quería hablar en ese momento, solo sentir lo que aquellas acciones me transmitían con cada uno de mis gestos y sentir aquel calor que volvía a surgir dentro de mí. - Vamos, recuéstate. Debo encargarme de lo demás. - Y le preparé la almohada y le tapé bien, para quitarle las botas y los calcetines primero. Luego subí más las sábanas y las mantas, para retirarle aquella que le envolvía cual faldón. Lo iba dejando todo a un lado, para recogerlo después. Me quedaba la última prenda. - Vale, a la de tres, levantas lo que puedas tu hermoso trasero y yo te retiro la ropa interior con cuidado.

Y es que podía hacerle daño en el culo y luego en el muslo. Pero la primera etapa era la que más me preocupaba, puesto que no quería encontrarme con ningún tipo de resistencia por su parte, que me tocase salvar. Metí las manos de nuevo bajo las sábanas y coloqué una a cada lado de su cadera, sosteniendo por ahí la prenda. Sabía que primero debía sacarla de atrás. - Vamos Rick, quizás te duela un poco por el movimiento, seguramente sería mejor hacerlo de pie pero ya que estás tumbado... una, dos... tres... - Mis manos se movieron al tiempo que el sargento alzó la cadera y salvé el trasero del hombre, para que pudiese desacansar cuando quisiera y ahora tocaba seguir bajando. - Relájate. Desde aquí creo que podré yo sola... - Si no había erección de por medio, pues ese sí sería el problema para mí.

Notas de juego

Flashback

Lugar: Rusia

Año: 1922

Escena atemporal

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26/08/2021, 11:02
Marion Rosenwood

Antes de que pudiera darme tiempo para abrocharme el cinturón de seguridad el avión comenzó a elevarse, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera hacia la parte trasera del avión. Al hacerlo sentí como me golpeaba en el costado con uno de los asientos, pero conseguí agarrarme a otro para mantenerme allí y evitar hacerme más daño. Escuché algunos gritos y golpes más, por lo que supe que no había sido la única en aquel accidente. Hasta que finalmente pude subirme a uno de los asientos y abrocharme el cinturón para mantenerme segura el resto del despegue.

S-sí, creo que sí —respondí alzando la voz a la pregunta del Gareth, aunque me llevé la mano al costado algo dolorida. Pero seguramente que no fuera nada, solo un golpe, nada más—. ¿Y los demás?

Me preocupé también por Astrid pues después de nuestra breve conversación también había sufrido un destino similar al mío. Aunque al buscarla con la mirada pude ver que también había conseguido agarrarse y parecía estar bien.

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 herida

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26/08/2021, 11:05
DIRECTORA

Una vez alcanzada una altitud suficiente, Colton niveló el aparato. Para entonces, algunos de vosotros ya habías sufrido las consecuencias de no haberos agarrado con fuerza o puesto el cinturón antes de despegar, pero sin más que unos cuantos golpes y malos olores impregnando vuestras ropas y piel, no había nada demasiado grave.

Eso sí, el cuerpo del pobre copiloto estaba de cualquier manera y habría que sujetarlo de una vez por todas para que algo así no volviera a ocurrir.

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26/08/2021, 11:12
Bob

Bob nunca había viajado en avión. Aunque a esas alturas de la vida no había muchas cosas que pudieran sorprenderle, fue una experiencia hasta cierto punto, teniendo en cuenta que era un fantasma, emocionante.

-Vaya, pues no está nada mal esto de volar, aunque mejor no pienso en lo que sucedería si perdiese la concentración unos momentos y atravesara el suelo -le dijo a Bob. Entonces chasqueó los dientes -. En realidad no sucedería nada. Estoy atado a ese cráneo y sería arrastrado como un imán. Sería divertido verme volar como si tuviera una cuerda invisible. ¡Puede que lo haga!

Cuando hubo estabilizado el avión, Bob se puso en pie.

-Bueno, creo que me daré una vuelta por ahí atrás, a ver qué tal marcha la cosa -dijo. Al girarse y ver lo que había, abrió los ojos y miró a Colton, que estaba concentrado en pilotar.

La escena era para decir muchas cosas, enfadarse o echarse a reír, pero Bob simplemente actuó con la indiferencia que era habitual en él y se dirigió sobre todo a los pobres que habían sufrido los golpes.

-¿Puedo jugar yo también? Parece divertido.

Notas de juego

FIN CAPÍTULO 2

PASAMOS AL CAPÍTULO 3