Partida Rol por web

La carrera continuó durante unos minutos más, sorteando arbustos y piedras, saltando por encima de los troncos caídos que encontrabais e intentando alejaros más y más del poblado, sin saber si os estarían siguiendo. En algún momento, Colton regresó a toda velocidad y apareció a vuestro lado. Aprovechando que no podía cansarse, había acelerado más que nadie, sobre todo teniendo en cuenta que tanto Bennet como Rick llevaban a una Sarah que cada vez estaba más y más agotada.

-Esto... me temo que tendremos que seguir corriendo. ESa gente han tardado menos que nada en organizarse y están ahora detrás de nosotros como si fuesen gacelas, algunos con lanzas y otros con garrotes y piedras. Creo que no tienen muy buenas intenciones -explicó Colton, mirando sobre todo a Harry.

Las preguntas sobre lo que os esperaba delante se habían sucedido en los últimos metros, pero Martha parecía reacia a responder, sobre todo porque no tardasteis nada en verlo por vosotros mismos.

Era un acantilado cuya única salida, aparte de bordear el risco, era... el propio río, que discurría muchos metros más abajo, serpenteante y con fuerza.

Colton se detuvo justo en el borde.

-¡¡Guauuu!! Menos mal que estoy muerto, porque esto es de lo peor -dijo, dándose cuenta al instante de que los demás no tenían esa "suerte" -. Bueno, estoy convencido de que no es para tanto.

Bob no se quedó atrás en cuanto a los comentarios.

-Bueno, en el peor de los casos quizás terminemos por ser una familia numerosa de fantasmas, aunque yo me pido la pelirroja.

Por su parte, Martha parecía preocupada.

-Por eso no quería deciros nada. Pero me temo que no hay más alternativa. Si no nos persiguieran podríamos rodearlo, pero teniéndolos detrás de nosotros... Podéis conseguirlo. El río es profundo y la caída es completamente vertical. 

Bennet movía sus piernas intentando ignorar la escocedura que tenía y también el estado de sensibilidad de su capullo, ahora completamente erecto, pero era difícil no atender a las palabras de Sarah, entre otras cosas porque ya no hablaba en ruso y podía entenderla, y también porque debía reconocer que se lo había ganado a pulso.

Estaba a punto de responderle cuando entonces llegaron a donde se suponía, con Colton habiendo avisado de que venían detrás de ellos y que la única salida era... ¿saltar?

-Si llego a saber esto antes... -empezó a decir Bennet, sin terminar de hablar. No había tiempo; ahora tocaba acabar con aquel tema.

-Discúlpeme un momento, Teniente Mantequilla -le dijo a Rick cogiendo a Sarah de ambos brazos y girándola para hablar con ella cara a cara.

-Tú no has hecho nada malo; fui yo. Todo lo que hice con aquellas nativas fue chulear, pero solo porque yo soy así, siempre tengo que quedar bien. Forma parte de mi forma de ser desde hace tanto tiempo que no puedo funcionar de otra manera. ¿Sabía que te iba a herir? Pues no, la verdad. Nunca me he preocupado de hacer daño a una mujer porque jamás me han durado mucho, así que no sabía que te lo ibas a tomar tan a pecho, pezones rosados.

Sarah le había dicho a Bennet que había creído en ella, que incluso le había defendido ante los demás.

-Y es verdad. Me defendiste; diste la cara por mí cuando nadie lo había hecho. Si tuviese un atisbo de humanidad, me avergonzaría, pero hace mucho tiempo que sé que no valgo la pena, que cuando alguien confía en mí, siempre acabo traicionándolo por mi propia naturaleza. No quiero que me perdones; solo que comprendas que no es personal y que tú eres la mujer más fantástica que me he encontrado.

Bennet recordó entonces que no quería que la llamase Sarah. Aquel nombre parecía molestarle en ese momento en el que parecía odiarle con todas sus fuerzas.

-Pero está bien. Me lo merezco. Espero que al menos, con lo que haga ahora, consideres pagada mi deuda.

Bennet rodeó con sus brazos a Sarah y se fundió con ella en un profundo y húmedo beso, entre pataleos y quejidos silenciosos, que no duró demasiado, pero que sí lo hizo lo suficiente como para dejar claras dos cosas.

Sarah era para Bennet la mejor mujer de todas; Y Bennet no podía llegar a mucho más con ella, lo que era lo mismo que decir, con nadie.

-¡Y ahora corran! ¡Sálvela, teniente de mantequilla, y cuando tengan un hijo, póngale mi nombre. Aloyssius, con dos eses. 

Bennet se volvió para marcharse pero antes de eso, se giró una vez más hacia Sarah. 

-Lo siento, Sarah. Es que no se nadar. Aunque lamento no poder verte con la ropa mojada.

Bennet se lanzó entonces a correr hacia el interior del bosque, gritando y agitando los brazos.

-Eeeeeeeh, estoy aquí, malditos monos. Soy vuestro dios. Os voy a meter un rayo por el culo y vais a saber lo que es bueno, malditos hijos de simios. ¡Venid a mí si tenéis algo entre las piernas, porque yo apenas lo siento ya! ¡Veniiiiid!

Bennet desapareció entre los arbustos, mientras poco a poco oíais como se acercaban los indígenas, que no tardarían en encontrarse con él.

Tragué saliva.

-"Puezzz... durrrante el camino dezcubrrrimoz que la herrrmana de uno de nueztrrroz intrrregantez errra una ezpía zuya. La detuvimoz, perrro no a tiempo, ya que zaboteó el dirrrigible. Logrrramoz llegarrr hazta aquí, perrro noz eztrrrellamoz. No zé cuántoz habrrrán sobrrrevivido, perrro muchoz han muerrrto. Zé que trrrez compañerrroz eztaban con vida hace unaz horrraz, perrrro me zeparrré de elloz ya que me perrrziguió un dinozaurrrio gigante. Logrrré dezpiztarrrlo tirrrándome medio muerrrto al rrrío y he terrrminado aquí. El doctorrr puede verrr las herrridas y lo cerrrtificarrrá." Dije atropelladamente.

Tragué saliva y miré al herr coronel a los ojos, bastante asustado.

Al llegar encontramos lo que Harry dedujo, solo que con agua de por medio. - Casi no lo cuento al saltar de la Aurora... no sobreviviré a esto. - Dije viendo el salto y la caída. En ese momento Bennet me cogió de los brazos y me giró hacia él. Le miré hipnotizada a sus ojos azules al tiempo que mi corazón aceleraba su ritmo a pesar de la carrera.

Estaba claro que le quería.

- Pues ahora ya lo sabes... - Sabía por su tono de voz que aquello era una disculpa. - Ahora solo hay que corregirlo un poco. Solo un poco Bennet. - Había empezado a tutearle pero me negaba a llamarle por su nombre aun. Me había hecho mucho daño.

- ¿Cómo que no vales la pena? ¿Te estás escuchando Aloyssius? - Le pregunté con preocupación. Su ego no estabay eso no me gustaba nada. - Tú no sabes lo que vales para mí porque no has querido verlo. Eres el segundo hombre más importante en mi vida. Vamos, saltemos y hablemos sin esos locos detrás... - Le hablaba con el corazón en la mano.

Y entonces fue cuando me besó. Me resistí por muchas cosas, pero sobre todo por Rick, pero lo que sentía por Bennet era demasiado fuerte como para resistirme demasiado y al final me dejé llevar. Me pegué a su cuerpo, sintiendo su erección pegada a mí, excitándome por aquel beso y dejándole ver que todo había pasado y cuando se separó de mí le miré a los ojos con las pupilas dilatadas. Porque no era el momento ni estábamos en condiciones, sino le hubiese demostrado cuando valía para mí allí mismo. - Estás a un paso de poder volver a llamarme Sarah de nuevo. Aloyssius, no te imaginas lo especial que eres para mí. Te guste o no eres parte de mí.

Y de golpe me soltó y sus siguientes palabras no me gustaron nada y le miré llena de dolor de nuevo. - ¡Y si nace con tus ojos como le voy a mirar poniéndole tu nombre! ¡No seas insensato! ¡Aloyssius te lo ruego! ¡No lo hagas! ¡No me rompas el corazón ahora que lo habías casi arreglado! - Le grité al ver que se alejaba corriendo.

Cuando se detuvo ese segundo, yo ya era un mar de lágrimas. Había intentado ir tras él, pero mi cuerpo estaba demasiado cansado y dolorido como para seguirle. Sabía que no le alcanzaría nunca. - ¡Yo nadaré por los dos! ¡Aloyssius, eres esa parte de mí que nunca pensé que se fuese a partir! ¡La maldita pieza que encaja perfectamente en el puzzle tan complicado que soy! ¡No lo hagas Aloyssius! - Y caí de rodillas en el suelo. - Vuelve por favor... ¡Vuelve! ¡No me repares para dejarme rota de nuevo!

Pero sabía que no volvería. Sus palabras habían sido una clara despedida. El muy idiota iba a perder la vida cuando yo misma le quería y hubiese estado dispuesta a casi cualquier concesión por él. Pero la única que no le concedería sería separarme de Rick.

Aquello estaba resultado matador... cuando al final parecía que todo empezaba a encajar de nuevo... - Jamás podré recuperarle... - Susurré al viento y me puse en pie. Miré a Rick y le cogí de la mano. - No quiero oírle morir, moriré con él si le oígo gritar. - Y besé a Rick con dolor, tratando de que su beso me calmase. Pero no fue así. - Te amo, no lo olvides nunca.

Y salté.

Jamás pensé que viviría un drama como aquel en un lugar como ese y perseguidos por canívales. Pero ahí lo tenía, frente a mí y era imposible no mirar. Bennet se sinceró con Mac todo lo que pudo y supo sin darse cuenta del daño que realmente le había hecho y ella comenzó a recular, seguramente por lo que sentía por él.

La verdad era que hubiese preferido saltar a ver lo que ocurrió después. Estaba claro que Mac había sufrido mucho durante años y con Rick y Bennet había encontrado algo especial, aunque no entendía que tenía el segundo. Eso era algo que ella sabía y que, después de aquella despedida de Bennet, jamás compartiría con nadie.

Aquel hombre había cerrado una puerta que Mac jamás se atrevería a abrir de nuevo.

Cuando la vi derrumbarse mientres Bennet se marchaba, estuve a punto de acercarme a ella. Pero no era yo quien debía hacerlo, sino el teniente. Quise decirla que abriese los ojos, que lo que estaba haciendo era el primer acto no egoísta y que si lo hacía era por ella porque sin duda la amaba y jamás lo reconocería. Prefería morir a no tenerla nunca, pero eso Mac no lo entendería jamás porque estaba dispuesta a seguir queriéndole.

Solo había que escuchar sus gritos y ruegos, sus expresiones... pero todos sabíamos que no había nada que hacer.

Cuando me giré a Marion yo también lloraba por ella. Por la desgracia que le había tocado vivir en este momento. - Será mejor que saltemos. - Fue lo poco que le dije a Marion y de la mano la llevé al borde. - Bennet no será suficiente para ellos... - Suspiré y besé a Marion antes de saltar. Si moría quería llevarme lo mejor de ella conmigo.

Las palabras de Colton le llegaron como un baldado de agua fría a la mujer, quien lo miró con desprecio para luego mirar el risco. Solo les quedaba saltar. Entonces, dijo – Si eso pasa, te golpearé – y miró a Harry un tanto ansiosa. Claro que le aterraba saltar de un risco, pero seguía preocupada por él. Había logrado encontrar las tablillas en su mochila, pero ahora podían mojarse, aunque claro que le preocupaba aún más no poder sobrevivir a semejante salto.

La Mayor cambió de opinión de nuevo. Empezaba a cuestionarse su criterio, pero no era su asunto, por lo que los dejó ser. Que Bennet quisiera sacrificarse le parecía valiente – Mayor, o muere ahogado en el agua, o muere siendo un héroe. Déjelo ser un héroe -.

Recibió el beso de Harry y lo miró – Claro – y dijo un poco más fuerte -. Cuando estén cerca del agua, cierren piernas y brazos. Ayudará a que atravesemos la superficie del agua sin problema – porque saltar tan alto tenía altos riesgos. Y así, tomando la mano de Harry, saltó. Esperaba que la mochila le ayudara a flotar también.

No daba crédito a lo que estaba viendo. Por un lado, me estaba pareciendo que al final, Bennet estaba consiguiendo llegar al corazón de Sarah, de nuevo, lo cual en parte era bueno y en parte no tanto, pero si al menos implicaba que Sarah lograse la paz mental que necesitaba, ya había decidido que era suficiente para mí.

Pero eso no tardó en torcerse porque en cuanto Colton dijo que los teníamos encima... cambió todo completamente.

Ni siquiera tuve tiempo de agarrarle para que no hiciese el idiota porque lo único que iba a conseguir era que lo matasen. Dudaba que pudiera ganar tiempo para nosotros si al final habían decidido atraparnos.

-Es un maldito loco. Cuando se le conoce, hay que esforzarse para no golpearle hasta dejarlo inconsciente pero hay que reconocer que tiene cojones.

Me volví entonces hacia Sarah para decirle que saltáramos, pero su rostro me transmitió lo que me temía; estaba completamente rota. Cogió mi mano como si fuese la última vez que lo hacía.

-Puede que sobreviva, no tienes que... 

Pero su beso, lleno de amargura, me dijo que ya había visto la muerte de Bennet incluso antes de que se produjese. De estar en otra situación, habría ido a buscarle, pero el salto iba a ser complicado y Sarah podía necesitar de mi ayuda.

-Yo también te amo, y no, no lo olvido. No te sueltes.

Y rápidamente di dos pasos para saltar con Sarah y dejarnos llevar por el destino. Solo él podía saber si íbamos salir de aquello con vida... y si lo haría Bennet.

El agua estaba fría y al tocarla, os hundisteis de manera que parecía que jamás ibais a conseguir salir de ella. Una vez dentro, vuestros cuerpos giraron sin control, mientras eran arrastrados por la corriente, y vuestros pulmones cada vez suplicaban con más fuerza la llegada de oxígeno.

Y entonces, aire fresco.

Uno detrás de otro, fuisteis elevando vuestras cabezas por encima de las aguas, llenando de aire renovado los pulmones y moviendo los brazos para intentar recuperar el control. Pero no podíais. La corriente os arrastraba con determinación río abajo. El cauce era profundo y os dolía el cuerpo, un poco más que antes, pero estabais vivos. Rick había conseguido estabilizar un poco el salto y Sarah se benefició de ello.

Harry no había tenido mucha suerte y en la caída, se había soltado, por lo que ahora se encontraba delante de los demás, corriente abajo, luchando por no ahogarse y tanto en su caso como en el de Sarah, intentando ignorar el dolor que sentía en su cuerpo.

Pero Sarah tenía el corazón roto y eso significaba mucho; significaba casi todo. Bennet era un imbécil ególatra que solo pensaba en ser magnífico y hacerse el héroe, sin darse cuenta de lo que era para ella.

Rick estaba a su lado, ayudándola a resistir, pero ahora todo parecía más complicado. Quizás... ya no fuese posible.

El cansancio estaba haciendo mella en todos vosotros y uno detrás de otro no tardasteis en perder la conciencia y ser absorbidos por el olvido. Quizás aquella fuese la última vez que veíais la luz.

Quizás Sarah volviese a reunirse con Bennet.

Quizás.