El señor James era un rival digno, de aquello no cabía ninguna duda, no iba a ser fácil convencerlo de nada, pero por otro lado eso lo hacía más divertido.
-Por supuesto, disfrutaré de cada una de sus piezas, aunque mucho me temo que como buen coleccionista reservará sus obras más preciadas para uso particular.- Dije siempre sonriente.
De vez en cuando dedicaba alguna sonrisa a su mujer, nada descortés ni fuera de lugar. Pero si James se convertía en un hueso, la mujer sería mi as en la manga. Aunque aun tenía que saber más sobre ella, y con Jane cerca no iba a ser fácil.
Daniel no era estúpido. Sabía perfectamente la expectación que alguna de sus obras despertaban en la gente, y cómo mantenerlos a distancia de sus piezas mas preciadas.
-Lo que está aquí es lo que se puede mostrar, Nate. Lo demás no tienen demasiado valor en el mercado: Solo personal.
Había dicho aquello, y a la vez no había dicho nada. Era evidente que sabía como tratar con personas como Nathaniel.
Era un hueso, y no me lo iba a poner fácil, forzarlo más solo me llevaría a que acabara por hartarse de mi, y en ninguna situación me iba a dar ventaja, así que simplemente sonreí y asentí, concediéndole aquella pequeña victoria.
Entonces miré de reojo a su mujer, quizás un objetivo más factible, pero había traído acompañante, y sin duda me montaría un escándalo si empezaba a hacer más caso a la mujer de Daniel que a ella. Así que finalmente me despedí de Daniel y me centré en Jane.
-Una pareja encantadora, ¿verdad?- Le dije pícaramente tras alejarnos de los anfitriones.- ¿Que crees que esconden?
Remarqué aun más mi sonrisa. Quizás podía usar a Jane en mi beneficio.
En esta partida no se si dije algo, o como estaba paralizada no, pero estoy currando en Madrid y solo tengo wifi en la oficina, así que de momento me cuesta mucho conectarme, a ver si consigo una tablet con internet o algo. Por ello mi ritmo será regulero, aunque intentaré postear todo lo que pueda ^^