¿Él es el tío ese? ¿Quién es y por qué estaba encerrado? pregunté al tiempo que salía de esa prisión y no dejaba de mirar al viejo.
- ¿Qué se supone que podemos hacer? - le pregunto. Estamos desarmados en un Mundo Totalmente Extraño para nosotros.
--- Creo que deberias empezar por el principio, quizas saquemos algo en claro- digo mirando al anciano-Tambien deberias aclararnos eso de guerreros de la luzy de la oscuridad...
A la preguntas que habian formulado sus compañeros se podían añadir decenas, pero Ziba temía que no era el momento ni el lugar, como vinieran aquellos guardias poco tendrían que hacer, y menos aun desarmados.
No sabemos que hacer ahora... si vos habéis creado los cristales... guíanos por favor. Y sobre los cristales... yo tuve que romper el mio... - Dije preocupada, mirando de vez en cuando hacia los lados, temiendo que se acercara alguien.
Os hizo un gesto para que salierais de allí.
- Ese hombre... por no decir ese Monstruo... es un conquistador de mundos, su nombre es Garland, él y sus esbirros han logrado manipular el poder de moverse de una dimensión a otra, sin embargo cuando topó con nuestro mundo nunca se imaginó que hubiera una fuente de poder tan poderosa - comentó.
- No debería perder mucho tiempo... pero entiendo vuestras dudas... los cristales... esos cristales tienen el poder de absorber la esencia de los guerreros que han dado su vida por proteger el mundo de la luz y de la oscuridad, siempre debe existir el equilibrio, y Garland... Garland lo quiere todo, quiere el poder de la luz y de la oscuridad para hacerse con el control de nuestro mundo por completo y así con una fuente de energía y poder incalculable... los héroes del pasado se sacrificaron para encerrar a Garland en el cristal... y sus esbirros han usado artimañas viles para romper dicha protección - os ofreció una especie de tarjeta.
- Tomad, id al pasillo del fondo y en la puerta que veáis usadla, pulsad el interruptor que más arriba esté, allí se encontrará Garland, debéis detenerle antes de que recupere todo su poder... todavía tiene que estar debilitado por pasar siglos encerrado... - se alejó unos cuantos pasos de vosotros.
- Yo daré una falsa alarma para distraer a los soldados, solo habrá una oportunidad... si fallamos, no solo perderemos la posibilidad de regresar a nuestro mundo, si no Garland aterrorizará de nuevo a cualquier dimensión con la que se cruce... si habéis tenido los cristales es por algo... es una señal... la esencia de los guerreros de la luz y de la oscuridad que dieron su vida tiene que estar todavía dentro de ustedes aunque no sea de manera física - Cid comenzó a correr en dirección opuesta donde teníais que ir.
- Si la situación se complica recordad que los guerreros del pasado están en vosotros para proteger a este mundo, usad su poder - mientras seguía corriendo os hizo una indicación de donde se encontraba la puerta que debíais abrir con la tarjeta.
Levanté la mano para detener al viejo y seguir haciéndole preguntas, pero el condenado se movía demasiado rápido para su edad y no supe calcular.
Mierda solté y miré hacia el camino que nos había indicado. No podemos hacer otra cosa. Vayamos a por ese monstruo y detengámoslo. ¡Vamos! grité al tiempo que echaba a correr.
---Como si tuvieramos mas opciones ¿no?- digo levantandome y saliendo corriendo rumbo hacia el encuentro de ese Garland
Ziba escuchó atentamente al anciano, había algunas cosas que no llegaba a comprender del todo ya que toda esa información había sido entregada de manera apresurada pero no había tiempo que perder, salió de la prisión siguiendo a sus compañeros, mirando al hombre una última vez.
- Lo conseguiremos, vuestro esfuerzo no habrá sido en vano. - Prometió la muchacha mientras se dirigía hacia donde le había indicado.
Me encojode hombros y sigo a Cerion.
- No tenemos otra opción así que ...
Apenas pasó un minuto cuando la alarma comenzó a sonar, parecía que aquel viejo estaba cumpliendo con su plan, o eso, u os estaban teniendo un trampa de gran magnitud.
Tras cruzas el pasillo llegasteis a la puerta que os había mencionado, simplemente con pasar la tarjeta se abriría de par de par, todo seguía entonces como lo planeado, ¿pero que habría después?¿estaríais realmente haciendo lo correcto o estabais a punto de enfrentaros a algo que estaba por encima de vuestras posibilidades?.
Una vez atravesada la puerta entrasteis en una pequeña habitación circular, había una gran cantidad de botones (más de 20, sin embargo tan solo uno destacaba del resto por estar más arriba. El lugar no era muy grande, apenas cabría una persona más, y para colmo no sabíais que era lo que ocurriría tras pulsar el botón que os indicó Cid, si es que lo hacíais...
Acabáis de entrar en lo que sería un ascensor bastante moderno (y no demasiado grande para cuatro personas). La tarjeta que os dio funcionó perfectamente y las alarmas siguen sonando.
Salvo que tengáis intención de hacer otra cosa, podéis pulsar cualquiera de los botones, ya sea el que está más arriba o cualquiera de los otros.
Acerqué el dedo hacia el botón que estaba más arriba. Ese era el que había dicho el viejo chiflado.
¿Estáis preparados? Sea lo que sea, creo que no nos queda otra alternativa... Preparáos para un buen combate dije.
Esperé por si alguien quería proponer otra cosa y pulsé el botón.
Al oir a Cerion mis músculos se tensaron preparados para lo que pudiera acontecer cuando llegaramos a donde nos llevara esa puerta.
--- Aprieta el boton y acabemos con esto de una vez- digo mirandole, aquello ya no tenia vuelta atras, era enfrentarse a ello o morir
Ziba asintió con la cabeza quedandose en silencio y respirando con dificultad, no por el corto espacio que había en esa pequeña habitación, sino lo que les esperaba.
- Lista... creo... -musitó eso ultimo.
La puerta se abrió automáticamente con el sonido de un pequeño timbre, los nervios estaban a punto de hacer mella en vuestro cuerpo, el sudor corría por vuestra frente y hasta podíais sentir el palpitar del corazón. Lo primero que esperabais ver al abrirse la puerta era a Garland, quizás haciendo algún tipo de conjuro o similar, o quien sabe si portando un arma mística digna de alguien tan supuestamente poderoso... o quien sabe si lo primero que deberíais ver era a un pelotón de soldados apuntando sus armas contra vosotros, acorralados en aquella metalizada estructura que os había llevado hasta vuestro destino final.
Pero todo aquello solo fueron pensamientos... pensamientos erróneos puesto que lo que vuestros ojos vieron al abrir la puerta fue una inmensa sala repleta de máquinas que no entendíais, pero entre todo ese amasijo de tecnología extraña había un rostro muy familiar, ¡la directora Bariday!
En cuanto la mujer vio que tras la puerta del ascensor no se encontraba el personal del edificio si no vosotros cuatro no dudó en dar un salto de la silla de donde estaba sentada, le entró como un ataque de pánico, se aferró a la pared como intentando buscar una huida.
- No... no es posible... ¿qué hacéis vosotros aquí?¿cómo es que estáis libres? - comentó mientras su rostro seguía palideciendo.
Para que lo entendáis, habéis llegado a una sala repleta de ordenadores y pantallas, Bariday, o por lo menos aquella mujer que en apariencia era exacta, porta una bata de científica, aunque para vosotros simplemente es una "moda extraña".
Lo que vimos al abrirse la puerta fué algo que no nos esperábamos. O al menos yo no lo hubiera esperado nunca.
- Eso mismo podríamos preguntarla. - le digo acercándome a ella. ¿Qué está pasando aquí? Será mejor que empiece a hablar pues mi paciencia ya se agotó con tanto trajín.
Finalmente llego hasta ella y la agarro por la pechera.
- ¿Y bien? ¿Va a contestar por las buenas o tendré que sacarle las respuestas a la fuerza?
---Vaya, parece que vuestra directora estaba metida en el ajo desde el principio- digo cruzandome de brazos sin impedir en ningun momento las acciones de Storm- Seras mejor que hables....yo no seré tan suave como mi compañero
Aquello era algo que Ziba ya empezaba a sospechar pero que no quería aceptar, pero verla allí con esa extraña indumentaria y observando que la habían tomado por sorpresa no cabía duda. La muchacha la miraba con decepción, con lástima y finalmente frunció el ceño dejando que Storm la interrogara de esa forma.
- Nuestra prioridad es Garland, ¿donde esta?. Le aconsejaría que respondiera rápidamente a las preguntas. - Dijo avanzando por la sala, mirando alrededor en busca de alguna otra puerta.
Me quedé paralizado ante la visión que tenía ante nosotros.
¿Directora Bariday? susurré, casi sin aliento. No podía pasar, no podía ser. Esa mujer... ¿nos había traicionado?
Me acerqué hasta una de las mesas y me apoyé en ella. Todo me estaba dando vueltas, no entendía qué estaba sucediendo.
No... no lo entiendo... No puede ser... ¿Por qué?