Partida Rol por web

Julia sin dudarlo y al ver que estabas presente, le dio una bofetada a Julia.

- La bruja eres tú. Pablo nunca te ha merecido y él ahora es mío y ni tú ni nadie me lo va a arrebtar - aquella situación estaba complicándose por momentos ¿de qué habían estado hablando antes de que llegases a la cocina?

Notaste como los ojos de Susana comenzaban a inyectarse en furia, una furia que casi era compartido contigo.

Pablo de repente entró en la cocina, parecía que venía del porche.

Su rostro estaba pálido, su ceño fruncido, y su puño cerrado como si dentro de él hubiese una ira contenida.

Os miró en silencio, os examinó cada centímetro de vuestra piel, incluso pudisteis llegar a pensar que os miraba con lascividad.

- Hola... - dijo mientras daba lentos pasos.

- Me encanta que hayáis querido reuniros las dos para mi ¿sabéis? ambas sois muy importantes para mi... importantes en muchos sentidos - en ese momento os disteis cuenta que Pablo se acababa de quitar la camiseta que llevaba puesta a modo de pijama veraniego.

Cuando entré en la cocina y vi el percal, ya no pude contenerme más. La furia que mostraban los ojos de Susana se encontraron con los míos, que mostraban la misma furia. Nunca pensé que pudiera pensar de esta manera, pero me alegré del bofetón que le había soltado Julia.

- ¡Ya está bien! - Dije enfurecido y señalando a Susana con el índice derecho. - Tú, nos has jodido las vacaciones. Tú, eres incapaz de aceptar las cosas. Tú, eres una egoísta de mierda que es incapaz de ver dónde están los amigos de verdad. Tú, no te mereces ni la mitad de la amistad de Julia.

Tomé la mano de Julia, sin dejar de mirar a Susana.

- Lo nuestro surgió ayer en el lago y nada tiene que ver con que yo te dejara. Para eso te las has apañado bien tú sola, agobiándome día tras día y pensando sólo en ti misma, sin tener en consideración ni mis sentimientos ni lo que pudiera estar pasándome. Así que si eres tan pueril que necesitas echar las culpas de tus propios errores a tu mejor amiga, adelante, hazlo y quédate sola.

Descargué el peso de las palabras que tenía dentro y no había podido soltar hasta aquel mismo momento.

Susana encontró a Julia en la cocina, tal y como ella se había imaginado. Se acercó a su amiga y aceptó el vaso de agua de buena gana.

- Pues... no, yo tampoco podía dormir bien- bebió un buen trago de agua y tras escuchar a Julia con la vista clavada en el agua añadió- Quizás no sea sólo yo quien ha cambiado...- comenzó a decir cuando entró Pablo interrumpiendo al convesación que ambas amigas estaban teniendo.

Susana enarcó una ceja cuando vio aparecer al muchacho "Parece que lo llaman con campanilla..." pensó irritada. Entonces algo en su mirada le hizo ponerse en alerta.

- Pablo... creo que has bebido demasiado alcohol... ¿Por qué no vuelves a la cama?- le dijo Susana sosteniendo el vaso con fuerza, el detalle de la camiseta y la forma de mirarlas la estaba poniendo muy nerviosa.

Susana se quedó con los ojos abiertos ante tantas palabras crudas pero reales.

Notaste incluso como su mandíbula se desencajó, pero el momento en el que te acercaste a Julia y la tomaste de la mano fue algo realmente hiriente para ella.

Cada palabra salida de tu boca era un puñal clavado directamente en el corazón, pero aquel gesto cambió, Susana se quedó en silencio, mirándote con el ceño fruncido y con unos ojos que transmitían hasta pavor.

¿Qué ideas se le estaría pasando por la cabeza?

Julia en cambio mientras lloraba de impotencia se aferraba a ti como nunca lo hizo antes. De hecho cuando observó que le agarraste la mano y que aquel gesto ponía más furiosa a Susana no dudó en potenciar ese sentimiento abrazándose a ti.

Guió una de tus manos hasta su pecho y se lanzó directamente a tu boca. Delante de Susana. Sin complejos.

Con la otra mano que tenía libre recorrió todo tu cuerpo mientras el calor que sentías antes se notaba más y más desatado. Los impulsos que sentías ahora mismo te llevaban a chocar a Julia contra la pared y hacer todo lo que ella deseaba y más.

Pablo sin dudarlo se acercó de manera brusca a Julia y la agarró fuertemente entre sus brazos. Dedicó una mirada fulminante a Susana y le mostró un gesto de asco y repugnancia.

- Bebido debí estar para aceptar estar con un demonio como tú, solo Julia merece mis manos - dicha aquellas últimas palabras Pablo sujetó uno de los pechos de la amiga de Susana, ahí, delante de los presentes, sin pudor.

El ambiente cada vez se estaba volviendo más violento.

Pablo había llegado a la cocina hablando bastante extraño, no interrumpí, solo lo mire, pues me preocupaba que esto se saliera de control, comenzaba a sentir como mi cuerpo se tensaba y mas cuando Pablo se quito la camiseta.

-¿Que haces?-

Ya me parecía extraño su actuar, mire a Susana quien le pedía sin bronca que se fuese a la cama -Creo que Susana tiene razón es mejor que vayas a la cama, nosotras también nos iremos ahora-

Pablo se me acerco lascivamente y comento a tocarme, ahora le miraba con mayor desconfianza y miedo. Pablo jamas ha actuado así, ¿donde esta el chico amable?. Ya cuando sentí que me apretaba con fuerza uno de mis pechos, ya entre en pánico, Pablo no es así, algo estaba ocurriendo.

Lo empuje con fuerza.-¡BASTA!...¿que rayos te pasa?...estas ebrio...- le miraba asustada pero con cierta valentía, me puse frente a Susana -Vete al cuarto Susy, ahora, no quiero pensar en que otra cosa se le ocurra hacer- Apenas Susana comience a ir a nuestra habitación la seguiría, no me daría a solas con Pablo en ese estado.

Julia gemía de placer mientras notabas que te apretaba más y más fuerte.

Durante unos instantes se separó de ti y le gritó a Susana.

- ¡Fuera!¡Fuera de aquí! - su mirada era más lasciva que nunca.

- ¡Vete a tu cuarto a llorar mientras me quedo con él! - Julia pretendía que Susana se marchase para así poder estar a solas contigo en mitad de la cocina.

A Susana le pasaron dos cosas, una le dieron ganas de partirle la cara a Pablo por lo que había dicho... ¿Cómo se atrevía a decirle eso a ELLA? dos, se le pusieron los pelos como escarpias cuando agredió a su amiga de esa manera. Paralizada por la agresiva actitud del que fuera su novio, permaneció con el vaso de agua aferrado entre sus manos sin saber muy bien que hacer. Entonces su amiga le dijo que al dejara sola con él... la miró de hito en hito... ¿Estaba loca? no pensaba hacerlo, era su amiga, coño.

- ¡Déjala en paz!- gritó tirándole el vaso de agua con todo su contenido incluido a Pablo
 

Susana, iracunda, al saber que no te podía tener no dudó en actuar en consecuencias.

- ¿Ah sí?¿Eso quieres? - con un violento gesto cogió uno de los botes de productos de limpieza que había en la cocina y destapó el botón.

- Pues si él no puedo ser mío ¡jamás será de nadie! - gritó eufórica mientras os echaba encima el contenido. Se trataba de lejía ¿o era aguarrás?

Solo podías sentir que el abrasivo líquido estaba ardiendo como si estuvieras en el infierno. Y lo peor de todo es que también estaba afectando a Julia. Aquello tan solo merecía una respuesta: venganza.