Partida Rol por web

Julia estaba a punto de volverme loco. Su contacto, su calor, su lascivia que se unía a la mía y al calor de la noche, más el placer de la venganza contra Susana por su actitud hasta ese momento, me encendía como una antorcha y mi erección era más que evidente bajo lo exiguo de los pantalones cortos del pijama, que era lo único que cubría mi cuerpo en ese momento, sin contar el colgante, que lucía en mitad del pecho.

Entonces la histeria se apoderó de Susana que nos tiró un líquido por encima. Fuera lejía o aguarrás, podría causarnos heridas cáusticas si no nos quitábamos de encima el líquido rápidamente.

- ¡Maldita loca, frígida y estúpida puta barata! - Le grité sin contención. Mientras buscaba con la mirada un trapo que usar para quitarnos el líquido corrosivo de encima, de un empujón le quité el bote de las manos y la eché hacia atrás con una mirada cargada de odio. - ¡Julia vale mil veces más de lo que tú habrías podido soñar valer en tu puta vida, zorra!

Si no hubiera tenido en lo más hondo de mi alma la negativa a pegar a una mujer, en aquel momento le habría partido la cara allí mismo. Un temblor de ira contenida recorrió todo mi cuerpo, desde mis pies hasta la punta de mis cabellos.

- ¡Maldita loca, frígida y estúpida puta barata! - Le grité sin contención. Mientras buscaba con la mirada un trapo que usar para quitarnos el agua de encima, de un empujón le quité el vaso de las manos y la eché hacia atrás con una mirada cargada de odio. - ¡Julia vale mil veces más de lo que tú habrías podido soñar valer en tu puta vida, zorra!

Si no hubiera tenido en lo más hondo de mi alma la negativa a pegar a una mujer, en aquel momento le habría partido la cara allí mismo. Un temblor de ira contenida recorrió todo mi cuerpo, desde mis pies hasta la punta de mis cabellos.

Ya con eso mi sorpresa era enorme, abrí los ojos de par en par...ese no era Pablo, no el que creía conocer...empujo a Susana y mostraba que no se detendría, temía que fuera capaz de hacerle algo a Susana y a mi, me sentía angustiada, creía que el menos que nadie seria capaz de reaccionar así, de la nada mostrando esa actitud casi psicótica; me preocupaba mi amiga.

Fui retrocediendo entre ella y Pablo, tenia parte del brazo y el pecho mojado, pero daba igual. -Vamos Susana, al cuarto ahora, no tolerare mas esto, tengo miedo de que este...me costaba decirlo...este idiota nos haga algo- mire a Pablo con lagrimas en los ojos.

-¡Te desconozco, que rayos te pasa, eres un idiota!-

No aguante mas cuando trato tan mal a Susana, sin pensarlo le di una bofetón lo mas duro posible, le mire a los ojos con furia, aunque en el fondo termia por como pudiera reaccionar, la otra mano me temblaba y sentía el corazón bombear rápidamente...me va a golpear...pero defendería a Susana de este pedazo de idiota.

-¡BASTA, ¿QUIEN DIABLOS TE CREES PARA TRATAR A SUSANA ASÍ?... Susy ve por Ric y Mario por favor, ve rápido-

Julia estaba sorprendida por tu reacción, vio en ti una figura dominante, como un macho alfa en una manada de lobos.

No dudó en empujarte, pero sus intenciones no eran como las de Susana, ella se sentía abrumada ante ti, quería seguir tu juego de dominación.

- Nunca conocí esa faceta tuya... y me encanta... me encanta... - dijo mientras después de empujarte seguía acercándose.

Fugazmente te robó otro beso para después pegarte una bofetada.

- ¿Te gusta así?¿Me darás tú ahora a mi con la misma fuerza? en el fondo siento celos de Susana, quiero sufrir como ella, quiero sentirme más parte de ti. Pégame -

Yo estaba reposando a la sombra de un árbol, cerca del lago que habíamos visto durante el paseo aquella tarde. Julia y Pablo estaban bañándose y haciendo el tonto, divirtiéndose. No tenía ni idea de dónde estaban los demás. De repente, la diversión de los bañistas se transforma en carantoñas, cada vez más cariñosas... Sim embargo, me doy cuenta de que, gradualmente también, Julia va arrastrando a Pablo bajo la superficie del agua y observo un brillo extraño en sus ojos, como algo animal. Intento incorporarme para ir a advertir a mi amigo, pero mi cuerpo no responde. Alzo la voz para gritarle, pero no sale ningún sonido de mi garganta. Mientras tanto Pablo ya esta completamente sumergido bajo el agua...

Me despierto de golpe, y noto mi frente completamente sudada. Espero no haber gritado por culpa del mal sueño, aunque no puedo estar seguro de ello. Tras unos segundos de espera en silencio, no escucho nada a mi alrededor. La casa parece en calma. Menos mal, como para explicarles lo que pasaba en mi pesadilla...

Julia no será una sirena, ni ninguna otra especie de súcubo. Pero he visto la complicidad que hay entre los dos, aparte de lo que me comentó Pablo cuando nos quedamos solos en el lago... No sé si servirá para algo, pero antes de que acabe este fin de semana tengo que decirle lo que siento de una vez por todas, aunque se convierta en una situación incómoda o patética, no sé... Pero si sigo guardándome esto para mí, voy a acabar sufriendo todavía más. Al menos sentiré la liberación de habérselo confesado.

Pienso en ir a la cocina a por un vaso de agua, los sudores me han dado algo de sed.

Tras aquel repentino despertar no dudaste en salir de la habitación, sin embargo cuando fuiste a aferrar el pomo de la puerta del cuarto escuchaste algo que provenía de la cocina. ¿Eran voces? además te sonaban familiares.

Saliste al pasillo para llegar hasta la cocina y te encontraste una imagen que no lograbas entender.

En el lugar estaban Julia, Susana y Pablo pero... ¿qué les pasaba en sus rostros? estaban alterados, iracundos ¿incluso alguien había llorado?

Había un vaso tirado en el suelo, probablemente de agua, pero quizás eso era lo menos importante.

Susana estaba cerca de Julia, con cara de pavor, mientras que esta última estaba junto a Pablo. Pablo estaba sin camiseta y parecía que tenía el cuerpo mojado ¿quizás del agua que había en el vaso?

Las chicas parecían asustadas e incluso rabiosas, y Pablo... Pablo estaba muy distinto a como jamás le habías visto antes. Su mirada era espeluznante, y parecía que había recibido un golpe hace poco porque se sujetaba la mejilla.

Me sentí desconcertado ante la reacción de Julia. - ¿Que quiere que le pegue? - Pensé y mi atención, que estaba concentrada en las locuras de Susana, fue hacia Julia y su desconocida actitud de perra en celo masoquista.

La aparté de mí un momento y le di el trapo que había encontrado. No sabía como afrontar aquella situación. Julia parecía drogada, Susana histérica y yo tenía dentro de mí una tormenta incontenible de furia y pasión desbordadas. Visto con frialdad, se diría que éramos presa de algún tipo de alucinógeno, pero en aquel momento la frialdad estaba a las antípodas de nosotros.

- Tendrás lo tuyo luego. Ahora límpiate y luego me limpias a mí. - Le dije mientras le enseñaba mi vientre desnudo y mojado de líquido chorreante que, poco a poco, mojaba mis escuetos pantalones cortos, donde se escondía con poco éxito una erección que clamaba por satisfacer los instintos más animales de mi ser. Me descubrí diciendo aquello a Julia, como si fuera otro quien lo hubiera hecho por medio de mis palabras. Diciendo eso, acepté participar en el juego de dominación que ella misma había propuesto, y participar como macho alfa, que es el rol que me había entregado en bandeja de plata. Un dominador no accede a las peticiones del dominado, aunque estas vayan en la dirección de pedir castigo, en lugar de eso, lo hace esperar para incrementar la excitación de ambos, inventando otros castigos o humillaciones en el proceso.

Al tiempo que Julia me acariciaba con el trapo, cada vez más abajo, no quitaba ojo a Susana con una sonrisa en los labios y la mirada cargada de lascivia y crueldad. - Observa lo que has perdido. - Le decía sin necesidad de hablar.

En mitad de aquella escena Mario hizo acto de presencia.

Parecía que acababa de despertarse y seguramente a raíz de todo el ruido que se había generado durante la discusión.

La imagen para él fue bastante impactante, ver a Susana en aquel estado... a Julia tan cerca de ti y sobre todo con tan poca ropa por tu parte. Su mirada parecía de incredulidad, pero también parecía que poco a poco estaba entendiendo la situación y Mario se unió a aquellas miradas de lascividad.

- ¿Hay para mi también? - comentó mientras intentabas agarrar a Julia para que te frotase.

Susana se quedó paralizada al escuchar las palabras de Pablo, jamás lo había visto así. Aquel hijo de puta la había insultado de la peor manera posible y no sólo eso, sino que además representaba una clara amenaza para ambas especialmente para Julia. Tenía que hacer algo... entonces se quedó mirando el pecho de Pablo palideciendo aún más.

- RICCC...MARIOOO- grito para que los chicos la escucharan, Ric tenía que estar durmiendo en el sofa... sino se había levantado ya es que ni siquiera una estampida de elefantes lo haría... que manera de dormir tenía el gachón. Confiando en que la hubieran escuchado decidió hacer una locura arrojarse sobre aquel energúmeno con un claro objetivo

Salgo de mi habitación con algo de sed tras despertar en medio de la noche, así que me dirijo a la cocina y me encuentro allí al resto, a excepción de Ric. Por si no estaba suficientemente despejado, la sorpresa por la reunión nocturna termina de ayudarme. Tras unos segundos, observo que la situación está bastante tensa, y los tres tienen cara de pocos amigos. Eran señales más que evidentes de que se estaba produciendo una discusión, y bastante seria. De todas maneras, y aun a riesgo de recibir daños colaterales por meterme en medio, me lanzo a la piscina y decido abrir la boca:

-¿Pero chicos, que hacéis todos aquí? ¿Que está pasando?

Todos visteis como Susana se abalanzó contra Pablo, algo que pilló a todos por sorpresa puesto que no sabíais cuales eran sus intenciones reales.

La escena sucedió demasiado rápido, Pablo estaba demasiado distraído con Julia y con la repentina aparición de Mario, pero lo que nadie pudo preveer es como aquel chico que antaño parecía tan agradable acababa de propinarle un sobrenatural empujón a Susana que hizo que ésta saliese despedida por los aires y chocase contra la pared con gran violencia, incluso los más rápidos pudieron ver que en la pared había grietas como consecuencia del grave impacto.

- ¡NI SE TE OCURRA! - gritó Pablo con voz endemoniada