Partida Rol por web

[Gran Comedor - Mesa de Slytherin]

Todo parece bastante tranquilo, pero de esa tranquilidad que te inquieta porque no es normal y en realidad sabes que algo hay.
Todo "tranquilo" salvo por Stevie que está ahí como siempre haciendo imposible hablar en privado con Dariel. "Tiran más dos tetas que dos carretas" salvo que este caso el dicho había que cogerlo con muchas pinzas.

Tampoco sabía si Jules había hablado con Dariel o no, pero El Capi tampoco había dicho nada, así que intuía que no. Suspiré, algo exasperada. Allá ellos si querían ver el mundo arder.

Metí la nariz en El Profeta, y mientras desayunaba, ojeé los artículos publicados prestando especial atención por si veía algo que pudiera servirme como pista.

[Gran comedor - Mesa Slytherin]

- Yo también tendría la piel muy fina si me trataran de esta manera. En el continente lo llamamos segregación. Probablemente un test de la Bravo sea más preciso que ese sombrero viejo -me quejé, aunque poder sentarme con Pierce y Nana durante la comida sin duda mejoraba mi humor-. ¿Qué es lo próximo? ¿Frenología? ¿Te miden con dos varitas la cabeza para conocer más tu psique? -coloqué mis índices sobre las sienes de Nana, casi con cariño- La tuya es magnífica, Nana -la miré a los ojos, esbozando una sonrisa-; por si acaso alguien se atreve a decirte lo contrario. 

Mis manos fueron de sus sienes a sus hombros. 

- En fin, mes amis -seguí, dejando a Nana para llenarme el plato de verduras asadas-. No quiero abusar de vuestra confianza, pero el tour que me han dado esta mañana ha sido algo miserable. ¿Cuento con vosotros para que me enseñéis el castillo? 

DARIEL + STEVIE

[Enfermería]

Ashley les echa la bronca a Stevie y a Dariel. Cuando se va, los dos se ponen un poco tiernos. 

Master: Ashley había recibido una nota muy discreta de Pomfrey avisándole de que su hermano estaba de nuevo bajo los cuidados de Sheridan en la enfermeria. Al joven docente casi le da un ataque al corazón al leer la nota. ¿Les habrían reconocido aquellos hombres? ¿O simplemente les habrían seguido hasta la escuela? Nunca pensó que se atreverían a entrar si fuera el caso...

Decenas de pensamientos paranoicos pasaron por la mente del joven de rostro cincelado, mientras avanzaba por los pasillos en dirección a la Enfermería. Cuando entró y se encontró a un Dariel vomitando sangre y una Stevie con cara de culpabilidad murmurando incoherencias, le faltó poco para explotar. Respiró hondo y como había público ajeno, esperó en silencio a que Sherry y Pomfrey terminaran de salvar a su hermano y a la nariz de la pequeña Carson.

Dariel apretó la mano con suavidad de Stevie. Ya que no podía hablar sin vomitar sangre, al menos intentó transmitir su apoyo incondicional de ese modo.

Cuando ambos sanadores terminaron, Sheridan le dijo algo en voz baja a Ashley. 

-Lo entiendo. Es tu obligación- se escuchó la voz suave de Ashley. Se notaba crispada para ser él.

Sheridan afirmó con la cabeza y se marchó. Pomfrey se acercó a Dariel con una botella con un líquido rojo.

-Bebe un trago cada dos horas hasta que la termines. No te la bebas toda de golpe ni hagas trampas no bebiéndotelo, ¿entendido jovencito?

Sheridan salió de la Enfermería y Pomfrey lanzó una mirada a Ashley y ambos inclinaron la cabeza afirmativamente. Tras eso, la anciana medimago se retiró a su despacho para dejarles algo de intimidad. El peligro principal había pasado pero el chico estaba débil y pálido.

Ashley se acerca y mira a Stevie.

-¿En serio? De verdad quieres que me crea que esto no va a volver a pasar?- al principio sólo hay aspereza y frialdad cortante en su voz, sin alzar la voz. Cruzado de brazos delante del pecho, espera algo mejor que eso.

-POR LA DIOSA, ¡¡¿¿¿EN QUÉ DEMONIOS ESTABAIS PENSANDO???!!- al final estalla a voz en grito. Ests vez sí se siente el cabreo en él. Real y denso.

Stevie: Sabía que la tormenta no tardaría en llegar, y esperé paciente y silenciosamente mientras uno a uno murmuraban al oído de Ashley y se despedían. Sheridan probablemente nos reportaría a la directora, pero en ese momento lo único en lo que podía pensar era en los turnos en los que le tenía que dar la medicación a Dariel. Miré el reloj de la pared y conté de dos en dos un par de veces para memorizar las horas. 

El ligero apretón que sentí en la mano hizo que me girara hacia Dariel con una tímida sonrisa en la cara. Aunque estuviera en un estado que rozaba la inconsciencia, iba a aguantar el aluvión de gritos conmigo. 

No tardamos en quedarnos solos, y en cuanto Ashley se puso a gritar, mi cuerpo reaccionó de la misma manera con la que mi padre: agaché la cabeza, y me mantuve con la boca cerrada. Las excusas nunca servían en esos casos. 

-No estábamos pensando -le di la razón automáticamente-. No lo haré más -musité, en voz baja. 

Master: Frunce el ceño y se queda callado un momento al escuchar la respuesta de Stevie. Eso corta su hilo de enfado por unos segundos.

-Está claro que no- espeta en un tono glacial. Empieza a entender algunos comentarios que hacia Addie sobre su hermana cuando se ponían a lloriquear sobre sus pequeños repollos.

-Pero eso no quita lo que habéis hecho! 

Dariel tose y algún coágulo de sangre se escapa por su boca. Intenta decir algo pero le cuesta.

-No... fue... culpa... suya...- consigue decir con un hilillo de voz. Vuelve a toser y escupir sangre.

-K-Kick-bo..xer

-Ni se te ocurra. Cierra la boca Dar. Casi mueres desangrado hace escasos días. Ya tenéis una edad, no podéis seguir haciendo estás imbecilidades como si fuerais críos de 10 años!- retoma Ashley su discurso de la ira.

Stevie: Asentí levemente, dándole la razón a Ashley cuando básicamente me recordó que éramos unos tarados. Sabía que no debía rechistar. Sin embargo, en cuanto escuché a Dariel haciendo un esfuerzo magno por defenderme, me giré hacia él aceleradamente. Sin pensar en buscar algún trapo, le limpié la sangre que resbalaba sobre la boca y la barbilla con la manga de mi camisa. 

-Calla y descansa -le murmuré, acariciándole la cara para que se calmara. 

El reproche de Ashley hacia su hermano provocó que frunciera el ceño. Una cosa es que yo le provocara una hemorragia interna a Dariel, y otra muy distinta es que lo hiciera otro. Ah, no. Por ahí no pasaba. 

-¿Quién fue? -me volví hacia Ashley, sombría. Ni siquiera necesitaba saber el por qué. 

Master: Dariel sonríe levemente ante el intento de cuidarle que muestra Stevie. Sabe que es poco propio de ella y eso le hace sentir bien y culpable al mismo tiempo. Mientras, Ashley se queda mirando la escena, cuestionándose alguna cosa en su cabeza. Dura apenas unos segundos, los suficientes para desencajarle pero no tantos como para hacerle olvidar del todo acerca de lo que estaba haciendo.

-E.. Eso no viene al caso, Stephanie- dice todas las letras completas de su nombre, expresamente.

-Lo que trae es que no puedes seguir haciendo estas barbaridades a plena luz del día y menos en la escuela. Le prometí a tu hermana que te mantendria a salvo y ya me lo estás poniendo difícil- le espeta, con dureza, el primogénito de los Lefay a Stevie.

-Descansad. Voy a hablar con la Directora y a ver si puedo hacerle entender que solo sois un par de idiotas sin mala intención y demasiada energía- suspira, resignado al muy posible fracaso, sobretodo por la parte de mantener una conversación coherente con aquella mujer. 

-Quédate aquí. Ni movais un músculo. Ninguno de los dos- les advierte antes de salir de la enfermería, zanjando la discusión y poniendo fin a la bronca.

Stevie: Tuve que morderme la lengua cuando aquel Stephanie salió de labios de Ash; si el gesto hubiera sido literal, probablemente me la hubiera arrancado al escuchar su pacto con mi hermana. Durante un momento, me debatí entre querer a mi hermana en aquel atisbo indirecto de amor incondicional o seguir odiándola por haberme abandonado durante la guerra. 

Decidí que Addie no pintaba nada ahí, y que mi único salvador podía ser Ashley. 

-Gracias, Ash -musité, conteniendo las ganas de seguir preguntando quién les había pasado.

Cuando salió, respiré hondo, preparándome para lo peor.

-Vaya liada -me giré hacia Dariel-. Aunque el día libre ha estado bien -bromeé, con voz más triste de lo que pretendía-. Después de esto seguro que esta vez no te olvidas de mí. 

Dariel: Hago una mueca, mezcla de dolor físico y mental. Hacía mucho que no me llevaba una bronca de mi hermano. Casi siempre veía a Don Perfecto pero últimamente está volviendo a ser mi hermano, desde que estamos aquí...

-Se le pasará...-coff coff-Siempre...- trato de incorporarme y sentarme en la cama para poder hablar mejor, aunque suponga toser más. Le cojo la mano a Stevie y jugueteo con mis dedos en su palma de la mano.

-Siento coff coff mucho lo del codazo en la nariz.

Hago una pausa para tomar aire y dejar pasar las punzadas de dolor por la posición.

-Nunca... me... olvidé de ti- cojo aire de nuevo y se me escapa una mueca de dolor -Idiota.

Vuelvo a detenerme para dejar pasar las siguientes punzadas. Me habían parcheado pero los milagros instantáneos no existen, todo tiene un proceso y este "pica" especialmente.

-Perdón... por lo del lago. No debí aprovecharme de tí. Lo siento- escribo, en su mano, con letras invisibles "qaparHa'qu".

-Fue... estúpido por mi parte.

Stevie: Intenté disuadir a Dariel para que no se incorporara, pero fue en vano. El tacto de sus dedos contra mi mano sin duda ayudó. 

-Lo que sientes es la respuesta a ese codazo, cabrón -solté una risita, esta vez genuina. 

Me lo quedé mirando mientras juraba no haberse olvidado de mí. Me lo creí. A veces creía que Dariel y yo éramos una sola persona a la que habían partido en dos al nacer. Mi padre decía que un Carson siempre necesitaba un Lefay, y viceversa. Que era lo natural. 

-Deberías tumbarte -le insté, pero siguió hablando. 

Su disculpa por lo del lago se fundió con mi intento de discernir qué estaba escribiendo sobre la palma de mi mano. Bajé la vista. Un hormigueo extraño se apoderó de mi estómago. 

-Anda, hazme un lado -le pedí, haciendo que se moviera un poco. Esta vez sí que hice que se tumbara. Si iba a volverme a Azkaban, por lo menos iba a pasar los últimos momentos de libertad con él-. Lo del lago… -me interrumpí a mí misma con un suspiro. La que iba a empezar a vomitar sangre era yo- No te estabas aprovechando de mí, imbécil -solté, mirando hacia el techo-. Hacía mucho tiempo que quería que pasara. Lo único de lo que me arrepiento es de no haber llegado hasta el final.

Sinceramente, ya no sabía si el cómo me había ignorado en el Comedor era porque se sentía mal por Monty o, directamente, consigo mismo. En el fondo, sabía que era por lo segundo. 

Giré el cuello para mirarlo. Estábamos tan cerca que como me tosiera encima me pringaba la cara de sangre. 

-BangwI’ SoH-le contesté. 

Dariel: Suelto una risotada por lo del codazo que rápidamente es sofocada por otro ataque de tos y unas cuantas punzadas más de dolor. Al final me rindo y me acabo echando. Me hago a un lado cuando Stevie intenta claramente meter su culo huesudo y canijo en la cama también. Me recuesto de lado, le paso un brazo por encima y apoyo mi mentón sobre su cabeza. Le lanzo una mirada cuando escucho sus últimas palabras. Le planto un beso en la cabeza y huelo su pelo.

-Será mejor que nos echemos una siesta... mi hermano hablaba en serio con lo de no mover nuestros culos de aquí.

La comida llega a su fin y alumnos y docentes inician su retirada estratégica del Gran Comedor. Unos vuelven a clase, otros a sus trabajos y unos pocos afortunados tienen tiempo libre para hacer tareas pendientes escolares y no “tan” escolares. El nuevo alumno, Niko, es conducido por Pierce y Nana en un lucrativo y colorista tour por la escuela, repleto de conversaciones acerca del último número publicado por la popular mangaka.

Mientras, Ashley se dirige a la oficina de la Directora, la profesora Ramsbottom para intentar aclarar la situación generada por su hermano y la menor de los Carson.

-Como ya he dicho, básicamente los dos son idiotas. No había intención alguna de hacerse daño de verdad ni de agredirse. Son amigos desde que nacieron y esa es su manera de ser amistosos. Ya le he dicho a la señorita Carson que no pueden repetir este tipo de conductas de casa aquí…

El joven profesor despliega todos sus encantos y su mejor sonrisa ante Ramsbotton para convencerla de que ha sido una estupidez desafortunada, pero sólo eso, una tontería de críos.

-Claro, claro, el vector 3 sumado al empaque 5 lleva al resultado de 4. Lo entiendo, lo entiendo…- sonríe algo turbada la profesora Ramsbottom, que tiene las mejillas ligeramente enrojecidas ante la sola presencia del joven efebo.

-Sé que el castigo por una agresión física es la expulsión pero convendrá conmigo que si ha sido consentido, ehm.. no es una agresión per se…- Ashley lanza nueva sonrisa seductora que casi deja sin respiración y aturdida del todo a la Directora.

-Bueno, sí, tiene razón, pero el 4 es el 4, no puede quedar sin respuesta… el orden de los factores…- balbucea ésta.

-Por supuesto, no pido que salgan impunes, deberían ser castigados, para que aprendan modales. Pero, ¿qué necesidad hay de expulsarles? Sólo provocarían más desastres en casa de sus familias y no aprendería nada… ¿No cree?

-Está… bien. Sí. Filch dará buen uso de su exceso de energía, ¿sí? - a la mujer le cuesta ya respirar ante tanto encanto que irradia el profesor Lefay.

-Me parece justo, que limpien letrinas o lo que convenga…- Ashley se encoge de hombros con elegancia atractiva.

-Sí- se recompone la madura gerente -No para de quejarse de que necesita ayuda para el mantenimiento de la escuela, se hace mayor, así que, ese será su castigo, sí.

-Pero después del partido, porque el domingo hay el primer partido. No debería afectar a la competición escolar de quidditch. Todos los alumnos están esperando con ansiedad ese partido…- pone su semblante más sexy de adulto preocupado y sonríe levemente.

Ramsbottom parpadea varias veces y afirma con la cabeza repetidas veces.

-Bien, pues todo arreglado.

-Eso parece.

Ashley Lefay salió del despacho de Dirección radiante y autosatisfecho por no haber perdido su mojo. Todo un alivio que hubiera funcionado. Tras eso, se dirigió a ver a su prima Ivy para pedirle que vigilase a Dariel y a Stevie por él. lLe había parecido ver algo “raro”, pero no sabía el qué. Ambos estaban en la Enfermería por una estúpida batallita de las suyas que casi acaba reventándole el bazo a Dariel. IDIOTS.

Cuando ésta va a la Enfermería, se encuentra a ambos durmiendo a pierna suelta, abrazados, en la cama. Nada que no hubiera visto Ivy un millón de veces en ellos dos. Siempre han sido así de idiotas y despreocupados. Una vez, hasta se los encontró tirados en las escaleras del ático de casa, riéndose como idiotas y sangrando por la nariz. Sólo son dos amigos con una amistad muy vieja y profunda.

[Enfermería]

Ahora resultaba que tenía que hacer de niñera. Y no sólo de Dariel, si no de Stevie también. Dos por uno. Lo que más me fastidaba es que no podía estar un minuto a solas con mi primo para nada. Estaba rodeado de rubios. Todo. El. Santo. Día.

Me quedo en el marco de la puerta durante un segundo, mirándolos ahí dormidos, juntitos. Si no fuera porque me tenían un poco hasta el moño habría suspirado de ternura (no, en realidad no, a quién pretendo engañar). Hasta el moño porque sólo había hecho falta que apareciese Stevie para que Dariel pasase de todo como de la mierda. Incluido cierto asunto importante que... ¿qué era? ¡Ah, si! Que su mejor amigo está poseído por el Señor Tenebroso y bueno, quizás sea un poquillo urgente tratar el tema.

Entro en la enfermería carraspeando, sin importarme demasiado que haya alguien más allí. Me siento un poco idiota, porque se de sobra que eso no iba a funcionar... Si eran como lirones.

- ¡EH! - Exclamo (aunque lo suficientemente bajo como para molestar sólo a Dariel) ya junto a la cama, mientras le suelto un capón en la cabeza.

Me había quedado frito del todo, cosa rara en mí. Supongo que fue fruto del ejercicio y el golpe. No todos los días casi le revientan el bazo a uno. Casi. Oigo entre sueños una voz familiar y una sacudida. Entreabro un ojo, el derecho, para mirar. Esperaba ver a Pomfrey intentando darme otra vez esa pócima asquerosa y vomitiva, pero en cambio me topo con Ivy.

-¿Prima?- digo en voz baja y soñolienta -¿Qué haces aquí? ¿Tú también quieres romperme algo o qué?- bromeo, medio grogui.

BUSCANDO SOLUCIONES
LANCE Y BAKSHI

7 de noviembre de 2000, 19.30
Despacho de la profesora Bakshi

Master: Esa tarde la profesora Bakshi enseñó a los miembros del Club de Esgrima algunas fintas interesantes con el florete, el arma con el que habían empezado a tener trato el mes pasado. Anunció que la semana que viene les introduciría en el noble arte del manejo de la espada bastarda, un arma de mano y media. Tenía la sana intención de enseñarles distintos tipos de esgrima para que, de aquí al equinoccio de primavera, cada alumno eligiera un arma y un estilo de combate con el que “ponerse a prueba” y hacer una demostración a final de curso. Los alumnos empiezan a marcharse, agotados e incluso algunos, felices.

Lance: El cabreo por lo de la lechucería le ha durado toda la tarde, eso, la paranoia pese a andar acompañado a todas partes y los nervios por tener que interactuar directamente con Bakshi y sobre todo el tema que quiere hablar le están comiendo vivo por dentro. Con este percal, aunque haya asistido a la única clase de tarde que tiene, siente que no puede asistir a Duelo o podría acabar haciendo daño a alguien como casi hace con Bash cuando casi le parte en pedacitos con un Sectusempra a máxima potencia.

Aunque por conveniencia ha ido al club de duelo, hoy no ha participado de ninguna actividad del grupo y ha practicado con dianas estáticas, no por no perder la práctica sino para desahogarse. Su magia sigue siendo poderosa pero Lance está algo inestable así que la práctica acaba pronto.

Llega la hora a la que ha quedado con la jefa de casa después del club de Duelo, y como prometió está siendo puntual como un reloj suizo: cuando suena la primera campanada que anuncian las siete y media el chico toca la puerta y, tras recibir el permiso de la tutora, entra en el despacho manteniendo el perfil bajo, tratando de mantenerse tranquilo.

[...]

Bakshi: Se queda mirando a Lance, aún más preocupada que antes. Casi se queda sin palabras. Casi.
-Lance, creo que tienes un serio problema para relacionarte socialmente con los demás. Creo que yo misma hablaré con tu madre, no te preocupes. Concertaré una cita con ella y hablaré con la Directora. Te avisaré cuando haya conseguido concertar la visita. ¿Te parece bien? - le pregunta al chico, aunque siendo un menor y ella su tutora escolar, no es como si necesitara el permiso del adolescente.
-Y ahora ¿qué tal si retomamos nuestras actividades? Ambos- insiste, algo bruscamente.
-En cuanto gestione lo de tu madre, veré cuando puedes ver tu espada en mi despacho...- sonríe levemente.

[Levi y Werd, en los Jardines, a lo Jane Austen]

Master: Los jardines son muy amplios, igual la enana rubia debería haber cotejado más la zona de la cita, porque Levi se ve obligado a recorrer la mitad de los terrenos y a preguntar a toda chica con la que se cruza, hasta que encuentra, por descarte, a dos jóvenes morenas, sentadas en un banco de piedra. Ni rastro de la amiga "especialita" de Dariel. Ambas jóvenes llevan el uniforme de Ravenclaw y están comentando algo de un libro que tienen en el regazo. Claramente son hermanas porque se parecen mucho físicamente. Morenas, ojos claros, tez pálida y menuditas, aunque la mayor es algo más voluptuosa.

Levi: Steve no había mencionado que eran dos las Blackwood, ni que ellas fuesen tan hermosas. Parecían sacadas de una revista de moda; ambas parecían modelos. Hasta parecía injusto que fuesen tan atractivas, ricas y de una familia tan importante. Aunque claro, quizá no fuesen quiénes estaba buscando.

-¿Alguna de ustedes es Werd Blackwood? - pregunta educadamente, con una sonrisa que pretendía ser agradable.

Master: La que aparenta ser más mayor, levanta la cabeza y se queda mirando a Levi, largamente. Se pone en pie, dejando el libro en el hueco vacío del banco de piedra.

-Soy Werd Blackwood y ella es Norah. Esperaba a Stevie sinceramente, pero imagino que habrá cambiado de idea...-suspira, resignada.

-¿Y tú eres...?

Levi: -Levi Montblanc. -intenta darle a su nombre un retintín especial, era algo que Arsène le había inculcado.

- Mi padre me ha dicho que hará negocio con vuestra familia. - le sonríe a la otra, que se había quedado algo rezagada. Realmente, tenía unos ojos espectaculares. - Quería conocerlas un poco antes de la reunión de Navidad. - Levi no quería admitir que no sabía de qué sería esa reunión exactamente. No era común en Arsène ocultarle información así.

Werd mira discretamente, de arriba a abajo, a Levi. Tras eso, sonríe elegante y pudorosamente, como se espera de una bruja de buena familia.

-En chanté. Lo sabemos. Por eso estamos aquí. Para... conocernos mejor, antes de las Saturnales.

Levi: Pequeñas diferencias culturales. En Europa, parecían dar mucha importancia a las festividades paganas; en el Nuevo Mundo era mucho más habitual llamarlas como los muggles hacían.

- Es bastante raro que no nos hayamos presentado antes. Por cierto -se apresura a aclarar- estoy seguro de que Eve y Constantin (mis hermanos) hubiesen deseado estar presentes también. No sabía que nuestra reunión casual sería tan numerosa - ríe despreocupadamente. Probablemente Eve rabiaría en su contra al enterarse. Lo cierto es que él no lo había planeado.

- Aunque seguramente conozcan ya a Const; pertenece a Ravenclaw, como ustedes. - señala, pensando en que probablemente su hermano menor conociera mejor a las Blackwood.

Werd: La joven parpadea delicadamente ante su comentario.

-Puedes invitarlos, si quieres. Hemos llegado hoy a Hogwarts. Yo fui alumna hasta el año pasado que mi Padre decidió trasladarme a Salem. Norah nunca ha estudiado aquí, será su primer año, ¿verdad, Patito? - le dice con cariño a su hermana pequeña, que se pone roja como un tomate cuando la oye nombrarla de ese modo delante de aquel chico.

Norah: -No me llames así, por favor...- le responde en voz muy baja.

Werd:-Pues no me suena ese nombre. Pero acabo de llegar, solo conozco a los que iban a mi curso, la verdad. Espero que no se ofenda tu hermano por ello. ¿Const dices que se llama? Le buscaré. Seguro que tiene cosas interesantes que decir de su hermano...- le guiña un ojo pícaramente a Levi.

Levi: Cierto era que Steve había mencionado algo de que acababan de llegar. Levi se sonríe cuando la otra llama Patito a su hermana menor. Le recuerda al chiot con el que llamaban a veces a Const.

- Le pediré que no sea indiscreto. - responde, devolviendo el guiño, aunque anotándose mentalmente el enviarle una lechuza con órdenes. Constantin podía volverse algo descuidado si uno sabía cómo sacarle la información.

- ¿Conoces la naturaleza de las negociaciones que llevarán a cabo nuestros padres? - pregunta, yendo al grano y a la mierda el orgullo. Realmente sentía bastante curiosidad al respecto. -  Père se hace el misterioso y no ha dicho demasiado al respecto. - se enfurruña. Lo cierto es que si Arsène no revela algo por propia voluntad lo más sensato es no insistir, que si oculta la información es por una causa (que él considera) justa. En su debido tiempo lo revelará.

Werd sonríe satisfecha con la respuesta de Levi acerca de su hermano y los cotilleos. Frunce ligeramente el ceño cuando éste pregunta acerca de la reunión familiar.

- ¿Tu padre no te lo ha dicho? Oh My God- se lleva la mano a la boca, dramáticamente.

-La reunión es... por la boda.

Levi: Parpadea, sorprendido.

- ¿Cómo dices? ¿Qué boda? - pregunta, sin entenderlo.

Werd: Mira a Levi con una mezcla de pena y apuro.

-La tuya.

Levi: Se queda anonadado.

- ¿De qué hablas? ¿Con quién piensan casarme? - pregunta aturdido. Todavía no ha digerido la noticia.

Werd: Mira hacia atrás, hacia su hermana y luego vuelve a dirigir su atención hacia Levi.

-Creo que sería mejor hablarlo más en.… privado. Norah, ¿te importa esperarnos aquí?

La otra chica, la de los ojazos azules, afirma con la cabeza, tímidamente y se vuelve a sentar en el banco a leer. Werd coge del brazo a Levi y empieza a caminar, arrastrándole con ella, lejos del banco. Hasta que no llevan una distancia prudencial no vuelve a abrir la boca.

-La boda fue enteramente hablada entre nuestros padres. Ninguno hemos tenido ni voz ni voto. Muy propio de Padre. Imagino que también del tuyo.

Hace una pausa y deja de caminar. Mira hacia el lago, que queda en la lejanía.

-Mi... Norah es una buena chica. Espero que la trates bien. Ella es muy tímida, sobre todo con los desconocidos. Creo que deberíamos hacer una reunión más... apropiada, con té y pastas. ¿No te parece?

Levi: Asiente, todavía distraído y se aleja y con la cabeza dándole vueltas. Aquello de concertar matrimonios se veía como algo anticuado en Canadá. Levi jamás pensó que su padre dispondría de su futuro como se le diera la gana. También sabía que, si ya lo había decidido, era cosa juzgada.

- Él solía hablar las cosas conmigo. - murmura ya con algo de rabia. ¿Su madre y su hermana se habrían enterado de lo sucedido?

Werd: Se queda mirando al confuso chico un buen rato. Decide que está demasiado ensimismado para su gusto. Chasquea la lengua, algo molesta.

-Puedo ver que estás molesto. Tal vez sea mejor continuar esta conversación otro día, cuando... hayas tenido tiempo de asimilar la noticia y hablar con tu familia.

La joven morena hace un mohín con la boca y apoya una mano en su pecho, lánguidamente.

-Recupérate y ya hablaremos. Norah y yo, de todos modos, tenemos cosas que hacer todavía hoy. Ha sido un... placer Levi- sonríe encantadoramente y baja la mano, tomando distancia de éste.

-Nos veremos pronto- se da media vuelta con la intención de recoger a su hermana y marcharse a "prados" más verdes y menos traumatizados.

¿PERO VAMOS A SEGUIR CON ESTO?
BRANDON Y LEVI

Gran Comedor, Hogwarts
6 de noviembre de 2000, Hora del desayuno

Levi: Con la carta de su padre aún rondando en su cabeza, Levi decide abordar a Brandon luego de la cena, por lo que se ubica estratégicamente cerca de su asiento para luego seguirlo ni bien el otro acaba de cenar. - Oye, Brandon. - lo saluda Levi en uno de los pasillos del subsuelo. - ¿Te has pensado lo del proyecto de diseñar ropa para estudiantes de Hogwarts? - le pregunta directamente. Tiene que comprobar las ganas del otro antes de poner el plan en marcha.

Brandon: La verdad es que ahora mismo está para pensar en cualquier cosa menos en lo que Levi le ha preguntado ahora. Con todo lo que está pasando, nadie debería estar para ello, aunque parece que Levi sí. Definitivamente carece de la empatía para con sus compañeros y con la situación como para ver que no está el horno para bollos, pero no le puede echar nada en cara.

— Mira a tu alrededor — y cuando quiere decir alrededor quiere decir Cassia. Por si no lo entendiese, el chico la señala con la cabeza de manera muy sutil — y dime si este es el momento — y no está diciendo que él no esté deseando hacerlo, es que ahora mismo no es el momento de pensarlo.

 [...]

Brandon: Al verle la cara a Levi, el chaval se acerca a él para hablarle al oído, apoyando el brazo en el hombro derecho del rubio.

— No sé qué esté pasando por esa cabecita rubia tuya, chérie — empieza a decir Brandon, porque está claro que algo está pensando —. Pero yo que tú ni me arrimaría a Werd para esto; el beneficio no compensa los riesgos: Werd no es tan popular y Cassia tiene una armada brutal de fans. Además si Werd se te pone en contra mejor vuélvete a Waawaate, porque en este lado del charco estás acabado.

Levi: No comprendía entonces cómo Werd había marginado a Cassia entonces. La historia parecía ser demasiado enrevesada y, en ese momento, no tenía la cabeza para meterse en ese berenjenal. Suspiró, en parte aliviado porque la excusa para no comenzar el proyecto en ese momento era más que razonable, en parte culpable por sentirse aliviado, y en parte contrariado porque realmente quería comenzar con el negocio. Tendría que patearlo para más adelante. - De acuerdo entonces, supongo que lo haremos en otro momento. De todos modos, puedes ir pensando unos cuantos modelos para fabricar. - dice en un falso tono alegre, aunque todavía preocupado por los mil y un problemas que le acechaban.

[Enfermería]

- Creo que ya estás todo lo roto -miré a Stevie durante un segundo- que puedes estar. -Comento sin mucho humor ante su broma.- Llevo intentando hablar contigo días, y era imposible pillarte a solas. Es. -Me corrijo, poniendo los ojos en blanco.- Es un asunto urgente. San Mungo. ¿Sabes lo que significa urgente? -Me agacho, acercándome a su oído.- Jules puede morir. -Susurro con un deje sensual que no puedo evitar. Deformación profesional.- Ya hablé con Ashley y no hay problemas. Habría que ver quién más viene. Cassia y April -le doy un toque con el dedo en el pecho al mencionar a la última y le miro con un gesto de "don't"- habían estado cuando se habló de ello. Cassia parecía estar muy dispuesta hasta hace... no mucho. Necesitamos gente fiable, y ella lo es. -Le miro de manera intensa, dándole a entender que hablo de April aún sin mencionarla.

-Pues mucho no lo has intentado, prima…- le respondo a su comentario que a mis oídos suena como de reproche. Pues será porque no he estado libre… vamos, menuda excusa. Lo dejo ahí porque somos familia y la quiero, pero vuelve a estar un poco “rarita”. Estaba convencido de que se le había pasado la tontería esa de los celos conmigo. Igual estaba equivocado.

Enarco una ceja al oír La frase “Necesitamos gente fiable y ella lo es” en relación a April.

- ¿En serio? - le respondo en voz baja. No quiero despertar a Stevie que duerme a pierna suelta encima de mi brazo izquierdo. O sea, mi tono de indignación no puede ser más claro, quizás más alto (seguro), pero no más evidente.

-Después de todo lo que ha provocado ¿y crees que es fiable? Y Ash está de acuerdo- eso último delata mi incredulidad al respecto. Aunque tampoco me sorprende, Ivy siempre ha tenido un don para convencer a Padre y a Ash de casi cualquier cosa con tal de tenerla feliz y contenta.

-Perdona mi incredulidad, pero dudo que Ash quiera a Glackstone cerca. Y yo tampoco. ¿Y para qué queréis nada de San Mungo? Jules me comentó algo por encima pero no dio detalles…

Le miré confusa. Vale, quizás me había expresado mal.

Le contesté manteniendo el susurro en todo momento, e ignorando su primera respuesta.- Nono. Fui yo a hablar con Ashley, nadie más. Creo que tampoco le dije exactamente quienes necesitábamos ir. Él estuvo de acuerdo con concedernos el permiso tras explicarle el por qué. Y ellas estuvieron con Jules y conmigo cuando llegamos a la conclusión de que había que ir. -Repasé mentalmente la conversación. Y ahora que lo recordaba, April no tenía ninguna intención de ir. Bueno, daba igual.- Como comprenderás no te voy a contar aquí el por qué. Pero si te digo que es urgente... y confiases en mi y en Jules... no deberías necesitar nada más.

Vuelvo a enarcar una ceja. ¿Ahora el que es relegado soy yo? ¿Qué cojones está pasando?

-Pues tú dirás para que me necesitáis… Es difícil adivinarlo si no me contáis nada.

Realmente me está mosqueando todo esto. No me gustan las acciones a ciegas ni que mi prima o mi mejor amigo se guarden cosas de mí, como si no se fiaran.

Uh. La actitud.

- No puedes no saber... nada, ¿no? -Ahora la incrédula era yo. Vale que podía no haberse enterado de alguna cosa, pero de nada nada... lo dudaba. Mucho.- Mira como quieras, te lo contaré, pero no aquí. Y desde luego no si estás acompañado. -Me crucé de brazos, dándole a entender que mis condiciones no estaban abiertas a negociación.

Frunzo el ceño, sorprendido con la actitud de Ivy hacia mí y hacia Stevie. Vale que igual no son amigas del alma, pero joder, no será porque no lleven toda la vida tratándose. Y ni siquiera sabe… “eso”. ¿Será otra vez los celos? Estaba convencido de que había superado su obsesión por mí. Pero por lo visto, es mentira. Si no, no entiendo a qué viene esa desconfianza por decir nada delante de S.

-Como quieras, pero luego no te quejes si no “tienes tiempo” para contármelo porque es una "super-urgencia"- pongo vocecilla repipi para remarcar esa palabra -Supera de una vez esa manía conmigo… No le sienta bien a tu cutis- respondo, en tono cínico. Tras eso y viendo lo idiota que está ella y lo hecho polvo que estoy yo, por casi perder el bazo, me doy la vuelta y vuelvo a intentar dormir. Es complicado con este dolor, pero es lo que hay. Si no quiere contármelo, que no lo haga, pero luego que no espere que la haga favores de gratis y a ciegas sólo porque somos familia.