John respondió al saludo de sus compañeros conforme fueron llegando. Una vez quedaban apenas un par de minutos el grupo entró en la lanzadera a fin de ir ocupando sus asientos.
Tigh se sentó recogiendo el dossier que le habían dejado y lo ojeo viendo los datos más relevantes del proyecto. Conforme nos acerquemos veremos hasta que punto se parece a la foto y el trabajo que nos queda por hacer antes de partir.
John miraba su reloj viendo que era casi la hora de partir y todavía quedaban varios sitios que parecía estaban destinados a llenarse.
Llegaron tres almirantes. Dos mujeres y un hombre. A dos de ellos los conocían de sobra, por la recepción, pero había alguien más. Una Almirante Estelar. alguien que podría ser perfectamente el, o mejor dicho, la, Jefe de Operaciones Navales del propio Tercer Imperio.
[color=#0000BF]Sargento... Cabo...[/color] -respondió respectivamente Rachna de forma profesional, reconociendo los distintivos de los dos aguerridos marines que ya se hubieran presentado en el convite.
Al entrar en la pinaza, Rachna copió los movimientos del resto y cogió el dossier, tras dejar su petate, para hojearlo por encima.
La entrada de los altos mandos hizo que se levantara como un resorte. Suspiró al ver de nuevo a Craighton ¿Pero es que iba a tener que toparse con ella por todas partes? ¿Es que no tenía nada mejor que hacer?
Todos aquellos pensamientos se esfumaron cuando se dió cuenta de que uno de aquellos mandos era "Alto" de verdad. Lanzó una mirada entre curiosa y cómplice a Tigh.
Tigh respondió al gesto de complicidad de Rachna, desde luego esta no era una misión cualquiera ni una nave cualquiera. Esta misión estaría bajo la lupa de muchos departamentos como demostraba los despligues protocolarios y la presencia ya tan altos cargos incluido algún cargo más político que militar propiamente dicho.
Tigh actuó con normalidad, saludando cuando era menester y pasando desapercibido cuando la situación así lo aconsejaba.
Sirio había visto escapársele los minutos mientras buscaba a Grangau que había decidido salir a explorar la base por su cuenta. Cuando el imparable reloj dejo claro que llegaba más que tarde, maldijo para sus adentros al gato. Te convertiré en pienso para ratas pensó furibundo y totalmente decidido a encerrar a su pequeña mascota durante un buen rato a modo de castigo.
En ese mismo instante un maullido cercano le advirtió de la aparición del animal. Sirio se lanzó a cogerlo por el pescuezo, pero el maldito bribón empezó a ronronear en cuanto vio acercarse la mano del Comandante. Los ánimos de Sirio se apaciguaron como las tormentas ante Noé, aquel bicho conocía muy bien su punto débil.
Sirio apareció por fin con paso acelerado. Su rostro denotaba furia contenida, pero no era más que una máscara aprendida que trataba de ocultar el verdadero motivo de su tardanza. Su experiencia le había enseñado que andar rápido y con aspecto de enfado evitaba las preguntas de sus subordinados, y eso era justo lo que pretendía conseguir en este momento.
Se dirigió al Señor Tigh sin detenerse a saludar a nadie más. Ni siquiera se dio cuenta de la presencia de los tres almirantes.
- ¿Están ya todo Sr. Tigh?
John se sintió aliviado al ver llegar al capitán, una cosa es que los admirantes se hicieran de rogar pero no estaban acostumbrados a que los hicieran esperar.
Capitán, dijó mientras saludaba, con usted a bordo estamos listos para partir.
No le hizó falta echar un vistazo a los asientos, pues Tigh era una persona analitica y sabía perfectamente que con el capitan estaban al completo.
John hizo una señal al piloto para que cerrara la puerta y se preparara para salir cuando el capitán dispusiera.
Perfecto, entonces es hora de partir. - Respondio Sirio con un gesto algo mas relajado - De las ordenes Sr. Tigh.
John asintió al capitán para girarse después hacía la cabina. Despegue en cuanto le sea posible...
Sólo un miembro de la tripulación, que era un marino con armadura de combate, que a su vez, hacía de sobrecargo y de estibador, era visible. Había ido comprobando las identidades con un datapad que portaba, y en ningún momento había pedido identificaciones a nadie. Cuando el capitán de Navio Sirio le hizo la señal, él, muy diligentemente ya había puesto en conocimiento la novedad a la tripulación de puente.
No tardó en escucharse una voz monótona y practicada en lo que decía: - Bien venidos a la Pinaza Hart-Tug del Espacio-Astillero Capitolino. Su monotonía aburría. - Despegaremos en tres minutos, y rogamos para su seguridad sigan los protocolos establecidos y se abrochen los cinturones. Se escucha otra voz como decorado a la persona que habla, lejana, pero no mucho del que aburrido monologuista, que está ultimando las revisiones de vuelo y protocolos de seguridad. El tránsito durará 62 minutos y nos acoplaremos al astillero por la sección de "Seguridad y Visitas". Casi nadie, y vosotros no seríais la excepción, le prestaba demasiado atención en los vuelos a la dotación y su discursito previo al despegue, pero este os llamó la atención. - A nuestra llegada la "Compañía de Seguridad", formando unidad les presentará un agasajo y tras esto serán acompañados a sus nuevas celdas. El tripulante se sentó apresurádamente y se puso de inmediato al terminar estas palabras, tras las cuales la nave despegó de inmediato. Los almirantes se miraron entre si extrañados. Tanto que os inflamó una pizca de desconfianza en el corazón.
Todos los destinatarios de este post tienen un post más (valga la redundancia) antes de que cierre la escena y empecemos la siguiente.
El soldado se sentía abrumado. Isaac se sentía abrumado ante tanta estrella, tanto galón y tanto mando. Cuando entró el grupo de almirantes se levantó como si fuera un muelle de su asiento. Luego volvió a levantarse para saludar al Capitán de Navio Kohren y volvió a tomar asiento. Su asiento asignado era perfecto, alejado de las primeras filas. En silencio tomó su dossier y comenzó a leerlo con atención.
Se distraía con una mosca. Era curioso cómo un hombre como él, entrenado para aguantar las condiciones más perturbadoras y capaz de estar horas pegado a la mira de un rifle, se distraía tan fácilmente cuando de letras impresas se trataba. Mientras leía el dossier, "se puso la antena" para captar las conversaciones de los oficiales. La pinaza no era muy grande... ¿y qué iba a hacer durante una hora? el dossier no era tan largo. No obstante trató de no hacerse ver, no llamar la atención, dar la imagen que estaba inmerso en la lectura del dossier.
Bram toma su dossier y se pone a leer el mismo, sin prestar demasiada atención a las palabras del marino. La última parte de su discurso, sin embargo, sí le hizo levantar la mirada, un instante. ¿Agasajo de la compañía de seguridad? ¿celdas? ¿no se suponía que iba a ser un reconocimiento de la nave y que aun faltaba tiempo para el despegue?
Miró igualmente, a los almirantes. La verdad es que cualquier atentado terrorista o militar de fuerza enemiga, contra esta pinaza, tendría posibilidades de ser un terrible éxito. Así que deja la lectura del dossier, y se pone mentalmente en guardia, por si hubiera cualquier peligro durante el viaje.
Os cierro la escena a ambos.
Cuando todos pase por el "aro" abro la siguiente.
Todo parecía en orden hasta que aquella voz por la megafonía pareció complicarlo todo, Tigh observo como el resto de tripulantes parecía tan extrañado como él, incluyendo los almirantes lo que terminó de preocuparle.
Discretamente Tigh se levanto para ir a hablar con el piloto a fin de obtener una explicación sobre el extraño mensaje.
Soldado, ¿puedes explicarme que sucede, a que viene ese mensaje?
Te modifico los destinatarios que ellos dos no están en esta pinaza.
Estamos llegando comandante. Te responde formalmente y con un tono que denotaba que para este hombre era algo rutinario. Estaba claro que o no había entendido el matiz de la pregunta, o si lo había entendido, lo había dejado pasar.
Rachna saludó también al Comandante Kohren y luego volvió a la lectura del dossier.
El mensaje de megafonía hizo que enarcara una ceja... no sólo ella había notado que aquello no era lo normal. Tigh pareció hacer de portavoz ante aquella información.
La galena no pudo evitar añadir:[color=#0000BF] Me parece que el soldado no ha entendido la pregunta, señor...[/color]
Estás fuera de la escena. Cuando postee el último, podrás acceder a la escena nueva.
He quitado los destinatarios que no correspondían.
Kohren paso la mayor parte del viaje absorto en sus propios pensamientos. Distraidamente jugueteaba con el pequeño felino que se entretenía en morder los dedos del Comandante.