El mago pelirrojo asiente con la barbilla ante la petición de Azrael, luego hace unos movimientos extraños con las manos mientras masculla algo entre dientes, de la nada se abre un portal desde donde pueden ver el centro de la ciudad iluminado por algunas lámparas callejeras, la calle sucia y desaliñada.
Jake se dirige al cazador a manera de despedida. -Mantén tu mente alerta, nos necesitaremos...-
La realidad pareciera distorsionarse nuevamente hasta romperse abriéndose un hueco que conduce a otro lugar, el cazador cruza sin voltear atrás y enseguida se cierra detrás de él.
El mago vuelve a realizar los mismo movimientos y abre otro portal para que Aurora abandone el santuario del mago.
-Un paso a la vez hija de Caín...- Jake busca entre sus bolsillos de su estrafalario chaleco sacando una antigua moneda de cobre y se la extiende a Aurora. -Esto es solo el boleto de ida, cuando necesites contactarme pon este dracma ante fuego mágico, yo responderé.- El portal se abre ante la ductus y se observa el río St. Peter de la ciudad de Regina en total tranquilidad, como si esa parte de la ciudad no estuviera ardiendo en llamas.
-Mis armas quedaron en tu local motero, la escopeta tiene valor sentimental, espero que me las devuelvas. -Digo para despedirme de Azrael.
Toma la moneda y la mira unos instantes antes de guardarla, era muy antigua pero aparte de eso no parecía tener nada especial, se le escapo una sonrisa junto una mirada cómplice, ella también usaba monedas para alguno de sus trucos y el paralelismo entre magos le pareció divertido.
-OK, nos vemos, me toca ir salvar la ciudad.