Partida Rol por web

El tipo de la barba era notoriamente siniestro, había algo especial en él que se te hacía hermoso, su piel como la de otros de los ahí presentes no tenía a penas impurezas y eso le daba un atractivo muy estraño a pesar de su aspecto desaliñado y vagabundesco.

Te llamaban especialmente la atención sus ojos, que profundos y oscuros se movían con determinación buscando una salida. Eran unos ojos enigmáticos recelosos de mostrar algún sentimiento. Sin embargo sus movimientos se te hacían bastante comunes, demasiado bruscos e incluso toscos según como lo miraras.

¿Por qué de repente te podías fijar en aquellos matices?

Ryan des de la camilla extiende su brazo para abrir la trampilla ahora que ya había bajado las escaleras y de repente siente un intenso calor en su mano.

Aquella plancha de metal estaba ardiendo y era capaz de dejar sin huellas dactilares a cualquiera que la tocase; sin embargo un agudo sentido de peligro hace que Ryan suelte el asa justo después de darle un breve tirón.

Cuando acto reflejo miras tu mano, notas unas leves agujetas, como si tu mano hubiera padecido un dolor agudo del que ya se había recuperado. Aquella sensación no tarda en desvanecerse en unos segundos, junto al enrojecimiento de la piel. Vuelves a sentir todo tu cuerpo extremadamente frío y si haces contacto con tu piel, confirmaras tal estado; aun que jurarías que te acababas de quemar.

Una bocanada de calor inunda la sala cuando la trampilla se suelta abriéndose y permitiendo que vierais a través de ella. Una intensa luz mucho más fuerte que aquel siniestro y averiado fluorescente que os alumbraba ilumina el agujero en el que os habían encerrado. Era la luz de las llamas.

La planta baja del edificio donde os encontrabais, fuera donde fuera, estaba siendo presa de un demoledor incendio y el infierno desatado se cernía sobre vuestras cabezas con danzantes llamas.

Todavía anonadado por lo que estaba sintiendo, por lo que me estaba ocurriendo, observé cómo el chico que estaba subido a la camilla abría la trampilla. Sentí el calor un instante antes de que tocara el metal y, aunque no estoy del todo seguro, diría que sentí como se quemaba la mano, a pesar de que fuera él y no yo quién había tocado el metal ardiente. Aquel torbellino de sentidos era abrumador, pero en realidad me gustaba, era realmente alucinante, como el efecto de una droga... quizás fuese eso, estábamos drogados o sedados pero... me sentía bien, salvo el hambre.

- ¡El edificio está en llamas! Joder, hay que salir de aquí! - dije mientras sujetaba al chico que estaba encima de la camilla para que no se cayese.

En cuanto sus pies volvieron a estar firmes sobre la superficie de la camilla volví junto a Jane, agarrándola suavemente de la mano... Dios, aquello era lo único que podía calmarme, si no hubiera estado allí me habría vuelto loco. Estaba complicado atravesar la trampilla con todo aquel fuego, pero había que actuar rápido o las llamas se nos comerían a todos.

" Maldita sea, tiene que haber otra salida - pensé mientras miraba en todas direcciones "

Me quedo mirando fijamente a aquella chica, quizás durante varios segundos. Nunca había visto una mujer tan atractiva, o nunca me había fijado. Fue entonces cuando aquella ola de calor golpeo mi cara sin yo poder preveerla, liberandome de aquella fascinación hacia aquella mujer. Ante la sensación de calor tan cerca, no puedo evitar sentir algo de miedo o incluso pánico.

- ¡¡Ciérrala!! - grito a Ryan, al ver esas llamas a través de la trampilla - ¡Ciérrala, cierra esa trampilla! ¡Parece suficiente gruesa para aguantar las llamas!

Qué coño esta pasando... - los pensamientos se me agolpan en la cabeza - [i]¿Nos querrá matar el secuestrador bajo un incendio y acabar con las pruebas? ¿Habrá muerto accidentalmente? ¿Es esto un sueño? No... el calor se siente, el hambre se siente... ¡¡AAHHH!![/] - los pensamientos se iban agolpando en mi cabeza a medida que el sentimiento de impotencia iba crecienco y creciendo.

Estamos perdidos. Lo que parecía una salida se ha convertido en la espada de Damocles pendiendo sobre nuestras cabezas. -No puede ser. No puede acabar así. Tenemos que sobrevivir.-Pienso mientras el miedo se apodera de mi -Hay que hacer algo, y hay que hacerlo deprisa.-Digo atropelladamente.-El calor nos matará, eso si las llamas no nos roban el oxígeno antes... Sé que parece una locura, pero si no salimos de aquí rápido o encontramos un modo de sellar por completo la compuerta u obtener más aire, estamos muertos. -Añado tratando de mantener la cabeza fría.

¿Hay alguna rejilla de ventilación en las paredes? El poco aire que deje pasar puede darnos una oportunidad.

Cuando el humo se empieza a filtrar por la sala empiezas a buscar una salida alternativa a aquel lugar, sin embargo el pasaje secreto que esconden todos los castillos no se dibujaba en ningún rincón, y la simplicidad de aquella sala hacía difícil que escondiera algo más que no hubieras visto ya.

Entonces con el humo exparciendose por los rincones te das cuenta de algo, aquella nube tenue que se acumulaba en el techo parecía moverse por la corriente abierta des de la trampilla hacia a dentro, pero des de una de las paredes también era empujado hacía otro lado, como si aquella pared rechazara el aire contaminado.

Igualmente estabas un poquito lejos de aquella pared para ver con claridad de que se trataba o si solo eran imaginaciones tuyas.

El humo empieza a penetrar la sala puesto que nadie se atreve a acercarse a la trampilla de nuevo, notáis el calor haciéndose intenso por la habitación cada vez con mas fuerza.

Vuestro estómago vacío hace que recordéis sin quererlo el sabor de carne a la brasa, el olor proviene sin dudas de Jane, Mavis y su hija. Esta última tose fuerte pegada contra el pecho de su madre.

Arriba los crujidos de la madera y los latigazos de las llamas hacen un fuerte ruido ambiente.

Me tapo la boca rapidamente con la manga de mi jersey, tanto por el espanto como por el humo.

Robert rápidamente se acerca y me da la mano. ¿Cómo podía estar tan fría su piel con aquel calor asfixiante?

Por unos instantes fui capaz de concentrame exclusivamente en lo que estaba haciendo. Ignoré por completo el ruido de las llamas del piso de arriba, los latidos de los que se encontraban en la habitación y las voces de todos ellos. Todas esas interferencias se convirtieron en un ruido de fondo capaz de ser aislado del resto... fue sencillamente flipante. El humo entraba desde la trampilla amenazando con desplazar todo el aire, pero había un punto en el que el flujo era distinto, como si hubiera otra corriente de aire que salía de la nada.

Aquello tenía cierto sentido, si llevávamos un tiempo allí encerrados (y todo parecía indicar que así era) necesariamente tenía que haber algún sistema de ventilación, por burdo que fuera, o si no deberíamos estar muertos. La corriente extraña que acababa de descubrir parecía tener relación con eso y tenía su origen en una zona de la pared, ahora mismo alejada de dónde estaba la acción.

Entonces un golpe de calor me sacó de aquella especie de trance. Ni siquiera me dio tiempo a cubrirme la cara con el brazo y noté como me abrasaba, a pesar de que las llamas no llegaron a tocarme.

- Argh!! Me quemo, joder!! - grité mientras me alejaba de la trampilla

Sin pensármelo dos veces acudí rápidamente junto a la pared dónde se producia la anomalía, arrastrando a Jane conmigo pues no quería soltarle la mano ni un momento. Toqué la pared, observé cómo el humo se desviaba y traté de encontrar alguna explicación... ¿sería una pared falsa o hueca? En tal caso quizás pudieramos echarla abajo y salir de allí...

Me acerco al agujero de luz zizagueante que había aparecido al abrir aquella trampilla. Nunca hubiera imaginado que nuestro captor, quien fuera, hubiera dejado la única escapatoria abierta. Sinceramente no me había ni pasado por la cabeza que aquello pudiera estar abierto.

Pero la situación era aun peor y me percaté de ello cuando de repente veo el incendio en frente mío.

Miro a las llamas y luego a Suzy que se aprieta a mis ropas tosiendo fuertemente. A mi también me entran ganas de toser pero me aguanto.

- Necesito que alguien me ayude a sacar a mi hija de entre las llamas

Paso la mirada por todos aquellos hombres que me rodeaban, tenía que haber alguno dispuesto a ayudar.

Se me hace un nudo en la garganta y tengo que tragar saliba para continuar.

- Os lo ruego

No había ninguna otra salida, y yo sabía bien que estaba dispuesta a arriesgarme a cruzar aquel infierno incluso sin saber si las salidas del edificio estarían o no bloqueadas, con tal de darle una oportunidad de vivir a Suzy.

Yo podía morir allí, pero no mi hija.