Partida Rol por web

El motor se pone en marcha, el maldito trasto hace un ruido ensordecedor, comienza a rodar por la pista, ves aviones por todos lados, tanto en el suelo como en el cielo, los aviones parten en escuadrones organizados para tener más posibilidades ante un posible fuego antiaéreo.

Se pone en posición y comienza a acelerar ¿Con tanto peso podrá despegar? Parece que le pesa el trasero pero finalmente despega, la vibración del suelo se convierte en algo mucho más suave al estar en el aire, ya casi ha oscurecido por completo pero aun podéis ver que en el mar hay una cantidad enorme de barcos, ciento y cientos de ellos que también partirán hacia Normandia esta misma noche, el avión rodeado por muchos como el vuestro comienza a cruzar el canal de la mancha.

¡Joder! ¿Habéis visto eso...? Espero que el tiempo nos acompañe...

Tragué saliva y continué callado.

 - ¡Ala!

No pude evitar soltar la exclamación en alto al ver tal cantidad de aviones a nuestro alrededor y de barcos en el mar. Sabíamos que era una invasión a gran escala pero no sabíamos que era a tan gran escala, había más barcos que los que había visto en toda mi vida y tantos aviones que se cubría el cielo con ellos. Me agarré fuerte al asiento y contemplé el espectáculo.

Los nervios se apoderaron de mi cuando despegamos, pero el ver a mis compañeros y estar rodeados de tan buenos soldados me tranquilizo bastante. Mirando por una de las ventanillas del avion observe como varios aviones mas despegaban a la vez que lo hacíamos nosotros.

Mi mirada se desvió hacia Malone cuando este hablo pero apenas le hice caso, estaba enfrascado en mis pensamientos, lo único que logro desconcentrarme fue el amplio despliegue marítimo que pude observar mientras cruzábamos el mar dirección a francia. ¡¡¡ Joder !!! ¿ pero que coño ?. Nunca hubiera imaginado un despliegue como este.

Me incline ligeramente hacia delante apoyando los codos en mis rodillas y echándome las manos a la cabeza mientras me frotaba enérgicamente el pelo con las palmas de las manos hacia delante y hacia atrás.No podía negar que mi grado de nerviosismo había aumentado considerablemente desde el momento del despegue.

Parecíamos simple ganado siendo conducidos hacia el matadero, nunca mejor dicho.

Walter se sintió reconfortado, estábamos respaldados por un enorme ejército. Si Hitler viera ese despliegue se le caería el bigote, y quizá no solo el bigote.

Todos estaban asomados disfrutando de la vista aliada cuando el joven Cookie aprovechó para darle un último beso a la foto que llevaba en el bolsillo. Justo antes de sentir que estaba en la mejor compañía de todos.

Joder...-Alcanzó a decir George mientras observaba desde su asiento. El rudio del motor del avión evitaba que apenas se escuchasen unos a otros.

La vista y el espectáculo desde donde se encontraban era sencillamente impresionante. Cientos de aviones, cargados con tropas aerotransportadas, barcos, lanchas de desembarco...Era un despliegue asombroso, realmente una invasión. El día de la liberación de la vieja Europa había llegado, y ellos formaban parte..George se sintió en parte reforzado y deseó que a los tripulantes de las barcazas les fuera bien..Todos dependían de todos..

El avión se adentra en la más negra de las oscuridades, el sonido de los motores sigue siendo muy elevado, aprovechando el relativo momento de calma el teniente se planta en medio del pasillo con una hoja en la mano – Cabelleros, este es un mensaje de nuestro general para todas las tropas que van a entrar en acción en esta invasión.

Cita:

El teniente termina de leer y os dice – Ya conoceís el procedimiento chicos, buena suerte, nos vemos en el punto de reunión

Por un momento parecen escucharse trueno, hasta parece verse el brillo de unos rallos, el sonido es distante, para daros cuenta de que no es una tormenta, se trata de la bienvenida alemana a la aviación aliada, pronto llegaréis a sobrevolar suelo francés y se desatará el infierno.

Tras escuchar el mensaje del General de boca del Teniente volví a mirar abajo mientras entrecruzaba mis manos heladas.

Que el señor nos ayud.... ¿eh? -exclamé.

En esos momentos unas ráfagas peinaban nuestro casco, parecía que estábamos cerca del lugar para el salto aéreo.

Chicos ahí están... ¡con su cálida bienvenida!

Después de tanto entrenamiento. Después de todos los juegos de guerra e instrucción. Después de todo lo que habían pasado... Era la primera vez que alguien quería poner una bala en sus cuerpos y matarles de verdad.

Tenía tal nudo en la garganta que cuando Cookie tragó saliva creyó que había resonado en todo el avión.

No dijo nada. Esta vez estaba demasiado nervioso para bromear. Se limitó a respirar hondo y a mirar las bombillas esperando que se encendiera la señal de salto.

 El mensaje del general me cala hondo, la marea ha cambiado, esa frase es la que resume lo que ha pasado estos últimos meses, los alemanes están acorralados y nosotros vamos a hacerles salir y vamos a intentar acabar con toda su resistencia y tomar Berlín.

 El teniente termina de leer la carta y nos dice que estamos a punto de saltar, es la orden para que comprobemos nuestros equipos otra vez y nos relajemos pensando en lo que queramos, yo me evado a mi granja y a la imagen de mis padres, creo que estarán orgullosos de lo que estoy haciendo por ellos.

El mensaje del general Eisenhower resumía en buena medida todo el ambiente de la gran invasión. Representaba todos los sentimientos de los ejércitos que ahora entraban en combate.

Un estruendo anunciaba la bienvenida de los alemanes a las tropas aliadas, como fuegos de artificio, lucían en el cielo las bombas antiaéreas.

¡Joder!-A George se le hizo un nudo en el estómago en cuanto escuchó el sonido. Nadie dijo nada, sólo se oían de fondo los motores y los ruidos de los proyectiles. Todos estaban demasiado nerviosos para comentar el mensaje del Comandante. George respiró hondo y se quedó mirando fijamente el piloto rojo de la puerta del avión. En cuanto se encendiera la luz verde, iban a entrar en una nueva y desconocida escena..

Cada vez y de forma progresiva las explosiones se oyen más y más cerca, algunas se escuchan más fuerte que el sonido del motor, la luz causada por las explosiones ilumina los aviones que os rodean.

El sonido comienza a ser aterrador, el avión se ve inmerso en medio de las explosiones, se sacude por las ondas expansivas, a través de la ventanilla también se ven las balas trazadoras que iluminan el cielo como bellas cortinas mortales.

El teniente se sujeta para no caer y aprieta la mandíbula, una explosión cercana hace desestabilizar el avión que a los segundos vuelve a recuperar la formación, el piloto rojo se enciende, es el momento de levantarse y engancharse a la barra superior para el salto, estáis deseando que la luz se ponga verde, esto es como estar en una ratonera y morir antes de entrar en combate no es lo que ninguno desea.

 - ¡Preparados Chicos! ¡Valor, mucho valor, sé que puedo confiar en vosotros! - el teniente ya no os hablaba de usted y es que la cercanía de muerte iguala a todo el mundo

 El bamboleo del avión por culpa de las explosiones a nuestro alrededor me pone muy nervioso y casi no escucho la orden del teniente Winters, pero al ver la luz roja encendida me acuerdo de la instrucción y me levanto y me agarro al pasamanos.

Ahora llega lo bueno, unos instantes más y saltaremos al vacío de la noche.

Aquello le recordó a una carrera.

Era como esa sensación en el estómago, mezcla de nervios y profunda concentración esperando el pistoletazo de salida. Solo que mil veces más fuerte.

Esperaba que esa luz roja se convirtiese en verde tan rápido como fuera, saltar de aquel avión que podía estrellarse en cualquier momento, y correr y correr y correr, hasta llegar a la meta. Necesitaba terminar esta carrera y tenía que ser ya.

Tenía la respiración entrecortada y los nervios de punta por todo su cuerpo. Ponte en verde... Ponte en verde...

El sonido de una explosión desestabilizó momentáneamente al avión y dejando una impresión de asombro y confusión entre todos los presentes.

Como si de un resorte se tratara,George saltó del asiento como si le hubieran aplicado un hierro candente a la espalda. Aferrándose con fuerza con una mano a los correajes, miraba ansiosamente el piloto rojo, que de un momento a otro se pondría verde..Vamos vamos vamos...

En unos segundos, cientos de hombres saltarían al vacío de la noche para ser recibidos por el enemigo, en medio de violentos ataques

¡¡¡ Amen !!!

Fue lo unico que pude exclamar cuando Winters acabo de leer la carta de Eisenhower.

Un cumulo de imagenes venian a mi cabeza, guerra, horror, masacre, mutilaciones, todo eso es lo que estaba a punto de vivir si sobreviviamos al salto.

Un cumulo de sonidos extraños me alejaron de mis pensamientos, parecia una tormenta, ojala, porque en realidad era la calida bienvenida nazi que se habia percatado de nuestra llegada y era su mejor manera de decirnos " pasad y poneos comodos ".

Cada vez nos acercamos mas a las explosiones. Miro a mis compañeros y ellos al igual que yo estan de los nervios, hechos un flan, a unos se les nota mas que a otros pero al fin y al cabo todos estamos igual.

La luz roja se enciende rapidamente y todos nos ponemos de pie y enganchamos nuestro paracaidas a la barra. La espera a la deseada luz verde se hace eterna, no era nuestra salvacion pero daba la impresion que de un momento a otro, nuestro avion fuera atravesado por una de esas malditas explosiones y lo unico que me preocupaba en esos momentos era salir del avion cuanto antes.

Vi el asombro de los compañeros antes las explosiones venideras, cercanas... Parecía que sobrevolábamos un volcan en su parte más alta... Me puse alerta cuando vi dispuesta la luz roja, la señal previa... La verdad es que no quería ni pensar en la posibilidad de no saltar, temiendo que alguna de esas bombas o proyectiles hiceran de nosotros... bueno... mmm.... exacto.

En esos momentos me levanté y sujeté la barra superior con una mano, al tiempo que aseguraba con la otra el resto de nudos y hevillas. Era el momento. Lo sabía. Todos lo sabíamos, incluido el teniente.

A partir del salto esos soldados que me acompañaban dejarían de ser recientes conocidos para convertirse en mi familia, la única de ahí en adelante. Luz roja.... luz roja...

Las explosiones se suceden por doquier, parece un milagro que el avión siga intacto, una gran llamarada se ve por el lado izquierdo del avión, alguno de los aviones que os acompañan ha sido alcanzado.

Todos os mirar nerviosos de forma fija el piloto rojo, el maldito parece que no quiere ponerse verde.

Una ráfaga de balas atraviesa el fuselaje, y de repente “plof” una sacudida, el motor derecho ha sido alcanzado, primero sale fuego, el piloto apaga el motor y consigue detener el fuego, pero el avión comienza a ladearse.

Explosiones por todos lados que retumban en vuestros pulmones y tímpanos, se enciende la luz verde, es la hora de saltar.

A Cookie casi le dieron ganas de saltar cuando se dañó el motor. Pero su entereza le decía que esperara a la luz verde. Saltar antes solo significaría caer en el sitio equivocado.

Aguanta, aguanta...

Y la luz verde se encendió. Y no hizo falta mucho para que saltara como alma que lleva al diablo.