Partida Rol por web

A pesar de todo lo que había ocurrido Matt parecía encontrarse bastante sereno. Parece qeu no ha habido suerte, si ha tenido que ir al tanatorio tras pasar por la morgue... siento mucho su pérdida. -Estamos en la calle, nos dirigimos hacia la boca de metro- Sures se tomó un instante para meditar el lugar para reunirse - Creo que el enfermero de esta mañana está relacionado con todo esto. Deberíamos ir a la cafetería donde le citamos hablar con él. Matt, tenemos que buscar un sitio seguro, si ellos han logrado reeestructurarse...-

El metro es un lugar bastante seguro, con ellos nunca se sabe pero al menos hay mucha gente. Dejo que Suresh termine de hablar para pensar como ir hasta el lugar que me propone, me toco la frente intentando aplacar el dolor de cabeza que me he despertado yo solo. El enfermero sabe de nosotros lo mismo que nosotros de él, al menos sabe que Molly es especial...nos vemos en la cafetería, si tenéis cualquier problema llámame. Tras unos segundos en silencio añado algo mas antes de colgar No pueden ser ellos...es demasiado pronto.

- Tienes toda la razón, sabemos poco sobre él. Espero no equivocarme con la buena sensación que me provoca- dijo mientras se detenía un momento - No te preocupes Molly... un segundo Matt- la voz de Suresh sonó ahora algo amortigüada mientras hablaba con la pequeña - Espero que Sylar esté lejos de nosotros, no te preocupes Matt y yo vamos a tratar de alejarnos de cualquier peligro lo máximo posible. Con nosotros no te pasará nada- dijo ligeramente dubitativo. - Bien, nos vemos alli- Mohinder escuchó e último comentario de Matt y asintió a pesar de que este no le podía ver - Espero que sea así. Supongo que Molly querrá decirte algo, espera un momento-

El doctor Suresh era alguien que confiaba en la gente, en sus buenas intenciones, o al menos al principio lo había hecho, por desgracia para él encontrarse a tipos como el señor Bennet que pretendían acabar con la vida de una niña como Molly solo por el hecho de ser especial habían despertado en él algo de desconfianza. Escuche con una medio sonrisa como contestaba a Molly y como trataba de calmarla. Casi podía verla tirandole de la manga, preguntándole que estábamos diciendo y un sin fin de cosas. Mohinder no se cuanto voy a tardar en llegar exactamente, pero si pasa mucho, demasiado tiempo y no estoy allí vete sin mi y cuida de ella. espero unos segundos por si le pasa el teléfono a Molly, mientras espero ansioso por escuchar su conocida e infantil voz.

El auricular del teléfono me devuelve los sonidos de manos intecambiandose el móvil y algunos sonidos propios de la calle. Mientras mis ojos se pasean por la zona en busca de una boca de metro o cualquier cosa similar a una parada de autobús una voz conocida y querida por mi interrumpe mis pensamientos a cerca de como voy a ir hasta el punto de reunión. Hola pequeña, no te preocupes en poco rato volveremos a estar los tres juntos ¿de acuerdo? cuídate y cuida de él ya sabes que a veces hace locuras.

Colgué el móvil después de despedirme de Molly, lo que le había dicho era cierto, esperaba que a Mohinder no se le ocurriera ninguna idea descabellada que pusiera en peligro a Molly. Hasta que llegase yo a su lado quería que estuviese protegida y anque confiaba en el profesor para eso no siempre podía ser una buena opción.

Buscas una parada de metro, lo cuál no te lleva demasiado tiempo en realidad, y tras subir al vagón y tomar otra línea, consigues llegar hasta la cafetería en cuestión dándote cuenta de que eres el primero en llegar.
Así te dará tiempo de relajarte y pensar... Aunque bien pensado quizá sea lo que menos te apetece en estos momentos.

Hay unas cuantas mesas metálicas en el exterior del local, al igual que las sillas, pero hace algo de frío cómo para que resulte cómodo y están todas vacías.
El interior resulta cálido al estar compuesto por madera casi en su totalidad y aquí si hay algunos clientes dispersos por las diferentes sillas.
En el mostrador se exhibe bollería variada y algunos bocadillos además de las bebidas y cualquier tipo de café imaginable.
Aunque probablemente no tienes mucho apetito...

Aidan se detuvo vacilante delante de la puerta y saludó con una ligera inclinación de cabeza al camarer@. Tras fijarse unos segundos en la suculenta orfeta en bocadillos y bollería del local distinguió a Parkmann sentado en una mesa. Esbozando un intento de sonrisa, no es que estuviese de muy buen humor, se dirigió hacia él con su característico andar resuelto. Debo tratarle con cuidado, si sus sospechas eran ciertas su mujer ha debido fallecer...aun así ¿qué hace aquí? se preguntó.

-Hola, señor Parkman-saludó educadamente cuando se detuvo a su lado con un tono de voz serio-Me alegro de verle de nuevo-comentó. Dudó unos instantes sin sentarse o no y finalmente optó por preguntar cautelosamente mientras le miraba atentamente.-¿Cómo se...encuentra?-

Estaba absorto en mi taza de café con leche, la espuma se adhería al borde de la taza creando extraños dibujos y formaciones de espuma. Hacia rato que había mezclado el azúcar, pero el nivel de la taza seguía siendo el mismo que cuando la amable camarera me lo había colocado delante. Mis manos abrazaban la taza absorbiendo el calor de la bebida y relajándose después de haber estado jugando con las servilletas que estaban esparcidas al rededor de la misma en forma de bolas o tubos.

Al escuchar mi nombre levanté la vista de la barra de madera y me encontré con los ojos del joven que me había proporcionado una salida veloz del hospital. ¿Moore no?...bien gracias. Me fijé atentamente en el resto de las caras de la cafetería y después de un pequeño repaso volvía a centrarme en el chico. Esperas al doctor Suresh ¿no? le hice un gesto con la mano para invitarle a sentarse a mi lado si quería.

Aidan asintió sonriendo y aceptó la oferta sentándose enfrente. Con una ceja alzada contempló brevemente las bolas y canutillos de papel que había delante del policía. Parece bastante nervioso...Carraspeó incómodo mientras pensaba qué decir. Había tantas cosas...pero intuía que cualquiera que dijese sería vanal en comparación por lo que debía estar pasando aquél hombre...Finalmente se decidió a hablar, a lo mejor así le distraía.

-¿Sabe? Al final ha aparecido mi hermana-le informó en voz baja inclinándose por encima de la mesa. Lo acontecido recientemente le había vuelto ligeramente paranoico y prefería asegurarse de que sus palabras no llegaban a oídos indiscretos-Está...está un poco desorientada pero espero que con un poco de descanso y tiempo logre mejorar. Aún así-dudó lamiéndose los labios-es un poco extraño la forma en que la han encontrado-dijo al final encogiéndose de hombros.

Levanto las cejas en señal de asentimiento cuando menciona el caso de su hermana, me alegro de que la hayan encontrado, ha tenido suerte de que fuese tan pronto. Cuando menciona la desorientación de su hermana no puedo evitar recordar una experiencia parecida...quizás el chico que tengo delante sea el próximo objetivo de la compañía, y si es así puede que lo estén vigilando ahora mismo. Eso puede meterme en problemas, tengo que asegurarme.

El señor Winchester parecía un hombre dedicado a su trabajo, ¿dime como la han encontrado? Bajo un poco el tono de voz al hacerle la pregunta para crear un ambiente mas privado. Por primera vez desde que estoy en la cafetería levanto la taza para llevármela a los labios y dar un sorbo. No es que este muy caliente, pero no podía esperar otra cosas después de media hora de observación.

Mientras escuchaba atentamente a Matt sin perderse detalle Aidan miró de reojo alrededor en busca del camarero. La visión de los bocadillos y sandwiches tan suculentos le había hecho darse cuenta del hambre que tenía. Intentando ignorar el rugido de protesta de su estómago se concentró de nuevo en la conversación mientras echaba mano al salero y jugueteaba nervioso con él. La imagen de un accidente de tráfico, un coche rojo destrozado ocupó durante unos instantes su mente.

-Pues verá...-comenzó bajando el también el tono de voz e inclinándose hacia delante.-Como yo bien sospechaba a mi hermana la debieron secuestrar en el coche...y en algún momento ella y sus captores debieron tener un accidente de tráfico en la autopista-le contó, su mano derecha se puso blanca al apretar el salero en reacción a la ira que sentía-Yo estuve allí ¿sabe? Mi ambulancia recibió el aviso y casi desde el primer momento tuve el presentimiendo de que uno de los vehículos siniestrados iba a ser el de Anabel-chasqueó la lengua.-Y efectivamente allí estaba, medio destrozado y aplastado por el impacto pero cuando me acerqué corriendo resulta que no había nadie dentro...ni sangre...ni siquiera un zapato. Era...-sus ojos se desenfocaron al rememorar lo acaecido hacía escasamente 2 horas-como si no hubiera habido nadie cuando se produjo el choque ¿sabe? Pensé que había vuelto a perder la pista de Anabel cuando una vez de vuelta en el hospital me llamó el inspector Winchester. La habían encontrado a varios kilómetros del accidente vagando desorientada-se encogió de hombros al tiempo que suspiraba-Y es todo lo que sé...ella no recuerda nada y me parecía demasiado prematuro intentar ahondar más en el asunto. No la quería intranquilizar...-Vaya esto me recuerda que se me ha olvidado llamar al detective...cayó de repente en la cuenta.