Escuché atentamente el resto de la historia sin saber muy bien qué pensar. ¿Quiénes serán esos tipos...? Ellos lo saben pensé mirando de reojo a sus acompañantes. Sea quienes fueran eran bastante peligrosos y, si mi hermana tenía razón, tenían intención de matar. Pues no les dejaré decidí no muy seguro de cómo podía impedirlo. Estreché con cariño a mi hermana y deposité un suave beso en su sien maravillandome una vez más de que no mostrase ningún tipo de secuela.
-Nada que deba preocuparte, pequeña-le susurré en tono protector. Luego me bajé de un salto de la cama dispuesto a pasar a la acción.-Bien, creo que es hora de que te vayas vistiendo, Belly. Despues de tu rápida recuperación no considero necesario que permanezcas más tiempo en el hospital-pero tampoco puedes irte a casa no vaya a ser que te vuelvan a capturar. Fruncí el ceño dudando y suspiré mientras habría el armario en busca de la ropa de Anabel. Por suerte, como no le habían tenido que hacer ningún procedimiento de urgencia no había habido necesidad de romperla. A lo mejor no me quedaba más remedio que dejar que nos acompañase. Miré a mis acompañantes-Si os parece bien podemos esperar en el pasillo a que mi hermana se cambie-y decidir qué hacer mientras tanto añadi con la mirada. Me acerqué de nuevo a Anabel y dejé las prendas junto a ella. Una idea acudió de repente a mi mente-Belly, hay algo por lo que tengo curiosidad...¿de qué se trataba la sorpresa? Mamá comentó algo de si me lo habías dicho ya...-le pregunté en voz baja.
Aidan hizo ademán de encaminarse a la salida mientras recomendaba a su hermana que se arreglara para irse del hospital No debería marcharse sin un alta médica, puede sufrir serias complicaciones. Con un gesto que revelaba su desacuerdo con las palabras de Aidan Suresh se encaminó hacia la puerta de la habitación - No debería irse del hospital sin un alta médica. Podría resultar peligroso para usted y ninguno queremos que le pase nada- dijo mientras esperaba la respuesta del enfermero.
Una vez fuera de la habitación, en el solitario pasillo Suresh se relajó ante la posibilidad de hablar más abiertamente -Deberíamos hacer que se quede al menos hasta esta noche. No sabemos que problemas podrían surgir derivados de lo que sea que Sylar y su acompañante la hicieran- tras apoyar su mano sobre el hombro de Molly para darle apoyo ante el nombre de una de sus peores pesadillas añadió -Es interesante saber que se encaminan o alojan en un camping aunque no creo que sea conveniente pasar por allí. Nuestro objetivo debería ser avisar a los hermanos Petrelli y alejarnos lo máximo posible de ellos. Somos más útiles estorbando los planes d eSylar en la sombra que dejándonos matar- las duras palabras sobre su posible destino quedaron suspendidas un instante en la atmósfera del pasillo No tengo ninguna intención de correr a los brazos de ese asesino.
-Oh, eso... quería decirte que he decidido estudiar enfermería y especializarme en pediatría -ríe animadamente y mira de reojo a la pequeña Molly antes de volver a centrarse en su hermano.
-Creo que me has inspirado- le guiña el ojo cómplicemente y después escucha a Mohinder emitiendo un hondo suspiro.
-Sí, tiene razón, será mejor a que espere el alta "legal" si no quiero meterme en problemas, pero podrías intentar acelerar los trámites, ¿no...?- deja la petición en el aire mientras el resto salís afuera, dejando que se cambie si lo desea y de paso aprovechando para decidir el próximo paso a tomar.
Hacerme el favor de ir bajando para recepción alguno, malditos lentos xDDDD
Permanecí callado en mi posición prestando una atención relativa a las palabras que se dirigían unos a otros...es como si estuviera allí y al mismo tiempo a mucha distancia del mismo lugar. Mientras los pensamientos de Anabel me habían hecho ver mis próximas acciones los recuerdos de la ultima vez que estuve en este sitio me asaltaron de nuevo. Era de esperar que cualquier momento de pequeño descanso o la mínima sensación que recibía mi mente sobre seguridad me recordaba lo ultima vez que salí de una habitación similar. Sylar estaba en el pasillo y escapaba, acababa de terminar con la vida de aquel matrimonio y con mi propio matrimonio al matar a Lisa...
Con un suspiro profundo y muy personal le tendí la mano a la niña y por fin centré mis ojos en el presente. Será mejor que te dejemos descansar o esperar al medico...ya no tenemos nada mas que hacer aquí así que seria bueno que pensáramos en la cena... Para Anabel que no sabia nada a cerca de la cita que habíamos concertado con Petrelli sonaría como algo mas o menos normal, solo esperaba que Mohinder entendiese mi comentario rápido, y conociendo al doctor sabia que lo haría. Bueno nosotros vamos a tomar un poco el aire fuera o a tomar algo en la cafetería.... Salgo de la habitación con paso tranquilo y me dirijo con Molly a los ascensores...
Vaya no me acordaba de la bolsa, tenemos para cenar lo de la cafetería así que podemos comer fuera mientras esperamos a Mohinder para pasar por casa ok?
Matt y la pequeña Molly, cogida de su mano y todavía con expresión de curiosidad y algo de miedo después de todo lo oído en la habitación, se dirigen a los ascensores para relajarse un poco y poder pensar con más claridad.
Está claro que a Molly le gusta la idea porque asiente enérgicamente y sonríe, probablemente tampoco le gusten demasiado los hospitales teniendo en cuenta la larga temporada que tuvo que mantenerse en tratamiento antes de que Mohinder la sanara con su sangre.
El joven enfermero y el experto en genética se quedan a solas en el pasillo unos instantes, aunque quizá no tarden en seguir a sus compañeros al exterior.
Suresh esperó unos instantes a que Aidan saliera de la habitación en la que se encontraba su hermana mientras observaba como Matt y Molly se alejaban por el pasillo. Desde que Sylar hubiera entrado en escena de nuevo el científico y sus amigos se encontraban en un claro peligro de muerte. Ninguno de ellos era rival ante el psicópata, por lo que debían alertar al resto de sus conocidos y tratar de oponerse a él desde la sombras. Si al menos hubiéramos logrado mantenerle a raya la última vez pensó mientras se apoyaba en la pared del pasillo. Pocos médicos pasaban por aquella zona para heridos en recuperación, por lo que Mohinder pudo disfrutar de unos breves instantes de tranquilidad. Al poco, Aidan salió de la habitación -¿Qué vas a hacer Aidan?, ¿Vas a venir con nosotros o te quedaras con tu hermana hasta que la den el alta?- dijo mientras escrutaba con la mirada al enfermero -Ambos corréis un gran peligro. El monstruo sabe donde encontraros-.
Encantado con la noticia abracé a mi hermana orgulloso.
-¡Vaya, Belly! No dudo de que se te dará muy bien...tienes un talento natural para los niños...-la felicité soltándola. Sin darme cuenta de que nos habían dejado a solas me mostré conforme con su sugerencia-Si, creo que tienes razón y lo mejor será que pida el alta médica. Podríamos irnos sin más pero eso daría lugar a incómodas preguntas...Además creo que deberíamos de llamar a mamá...-una mueca de cirscunstancias dominó mi rostro al acordarme de ella. Suspirando agregué-Vete vistiendo que te espero fuera-le comenté al tiempo que mis pies me encaminaban hacia la puerta.
Matt y Molly debían de haber cumplido sus planes pues en el pasillo sólo me aguardaba Mohinder que parecía estar sumido en hondas reflexiones.
Cita:
Me preguntó en cuanto cerré la puerta. Alcé mi mano derecha y me rasqué el cuero cabelludo inconscientemente mientras interiormente me debatía entre el ansia de venganza que me entraba en cuanto me acordaba de lo que aquellos tipos habían hecho a mi hermana y la preocupación de que algo malo le pasase a Anabel si me ausentaba de su lado. Las palabras del doctor parecieron confirmar mis miedos. Va siendo hora de que ejerzcas de hermano mayor de una vez...me recriminé. Suspirando, finalmente negué con la cabeza.
-Me temo que no, Mohinder. Siento no acompañaros pero sinceramente, por lo que habéis comentado esos tipos son peligrosos y no creo que sirviese de ayuda en un enfrentamiento contra ellos. Todos lo más que puedo hacer es ofrecer mi asistencia si alguno de vosotros resulta herido. Estaré encantado de sanarle-me expliqué al tiempo que me encogía de hombros-Creo que lo mejor será que me quede con Anabel y la ayude a tramitar el alta. Me da miedo apartarme de ella...de todas formas si quieren puedo llamar al detective que llevaba su caso e informarle de donde sospechamos que están esos hombres. Quizá puedan hacer algo no sé-interiormente dudaba de que así fuera. Aquellos tipos sin duda muy normales no eran.-Por otro lado, si la cita de esta noche sigue en pie estaré encantado de acudir aunque, de ser así, tendrá que acompañarme Anabel. Entenderá que no puedo dejarla sola-dejando la pregunta en el aire me apoyé contra la pared cruzándome de brazos en espera de la respuesta.
El científico observó como su compañero se debatía internamente entre el deber filial de quedarse con su hermana y el deseo de ayudarnos. Asintiendo con la cabeza ante sus palabras sacó el teléfono móvil de su bolsillo y ojeó rápidamente la agenda -Tienes mi número, ¿Verdad?- dijo mientras acababa de buscar el del enfermero - Si necesitas cualquier cosa antes de esta noche no dudes en llamarnos. Haremos lo posible para ayudaros- con un sencillo gesto volvió a plegar el teléfono sobre si mismo y lo guardo en el bolsillo.
Cita:
Mohinder se detuvo unos instantes para evaluar la posibilidad de reunir a Anabel y Aidan con el resto de sus compañeros -No creo que haya ningún problema en que tu hermana nos acompañe. Toda ayuda es bienvenida-. Tras estrechar unos instantes la mano del enfermero se despidió con un murmuro casi inaudible y se encaminó hacia los ascensores. Primero reunirme con Matt y Molly y luego prepararnos para la cena de esta noche. Espero que Sylar no se mueva del camping mientras nos preparamos para propiciar su caída.
Ciao Mischa!
Mohinder se despide y acaba siguiendo a sus compañeros hasta los ascensores de planta mientras tú te quedas esperando en el pasillo a pesar de saber que a tu hermana no le importaría demasiado que entraras.
Al cabo de unos minutos que pueden haberte parecido algo largos debido a la multitud de ideas y preocupaciones que rondan tu cabeza, Anabel sale de la habitación vestida con una camiseta, sus tejanos y unas bambas algo desgastadas. Nunca fue excesivamente presumida a menos que tenga una cita o algo así.
-¿Dónde se han metido todos...?- pregunta con curiosidad y un deje de fastidio al mirar alrededor y percatarse de que ya te has quedado solo.
Sonreí sin querer cuando mi hermana salió de la habitación con su aspecto freco y joven. Encarqué una ceja al ver que su decepción y la rodeé con los brazos.
-Se fueron a hacer unos recados...-la contesté mientras la conducía hacia el mostrados de planta en busca de una enfermera-pero no te preocupes que esta noche hemos quedado a cenar, si todo sale bien-añadí ligeramente inquieto. Intentando disimularlon la estreché el hombro suavemente-Primero vamos a ver si conseguimos el alta y luego si te parece podemos ir a casa a descansar un poco. Has sufrido un fuerte trauma...
Mis pasos se detuvieron ante el mostrador y sonreí ampliamente a la enfermera sentada detrás de él. No la conocía pero sabía que mi sonrisa pícara e inocente podía lograr muchas cosas.
-Buenas tardes, soy el enfermero de emergencias Aidan Moore mi hermana-la señalé con un gesto de la cabeza-fue ingresada hace unas horas por un accidente de tráfico. Pero ya se encuentra perfectamente. Nos gustaría que le diesen el alta.
-Está bien, la verdad es que sí me gustaría descansar un poco en casa... Está siendo todo tan raro...- arruga un poco el ceño, un poco confusa todavía por todo lo ocurrido y no es que se la pueda culpar por ello.
Además del secuestro y haber sobrevivido al accidente parece que hay en ella misma que no conocía antes y tendrá que ir descubriendo al igual que tú.
¿Será genético?, ¿deberías hablar con tu madre...?
Os acercáis al mostrador de esa planta, una de las enfermeras, que se encontraba tecleando en el ordenador posiblemente pasando informes y diagnósticos, se gira enseguida hacia vosotros mientras otras de sus compañeras pasan de vez en cuando al almacén o a recoger papeleo, está claro que todos saben dónde tienen que hacer y a dónde ir.
Tú te encuentras algo más perdido en el interior del edificio, lo tuyo es la zona de urgencias y no esto, pero aún así compartís comedor y demás.
Le sonríes abiertamente y la muchacha te la devuelve cómo si de un efecto espejo se tratara mientras tu hermana entorna los ojos algo exasperada pero sin decir nada.
-Ahá... sí, eso parece- mira de arriba a abajo a Anabel aunque no por mucho tiempo, parece más interesada en tu rostro angelical.
-Me temo que necesitará el aprobado del médico que la esté atendiendo, no puedo darle el alta así sin más...- dice cómo si fuera lo más evidente del mundo a pesar de que te mira compasivamente, cómo si le diera "pena" tener que decirte que no.
Mierda...sabía que diría eso pensé mientras estudiaba atentamente a la enfermera sin dejar de sonreír. Tras meditar unos instantes intenté fingir contrariedad mientras me apoyaba en el mostrador con gesto desenfadado.
-Ajá...sí eso supuse que diría...-comencé con voz lenta-Pero verá...Susan-mis ojos buscaron su etiqueta identificativa en la solapa del vestido y volví a curvar los labios en una sonrisa-mi hermana ha pasado por una larga prueba y está muuuy cansada. Yo...soy enfermero de este mismo hospital, de ambulancias...y te aseguro que mi hermana está en perfectas condiciones y sólo desea irse a descansar...-me incliné hacia delante, la miré a los ojos y continué en tono de cofidencia-Ambos sabemos que los enfermeros podemos decidir sobre éstas cosas y saber cuándo el paciente puede irse...pero bueno los médicos, que creen que son los únicos que tienen conocimientos clínicos, se niegan a verlo así ¿no crees?-nueva mueca de fastidio y me encogí de hombros con expresión cansina haciéndole entender cual era mi opinión al respecto. Luego volví a sonreir cálidamente y concluí-Me preguntaba...-vacilé unos instantes-si se podría hacer una excepción...te estaría infinitamente agradecido-añadí en voz baja, apenas un susurro mientras mis ojos la miraban intensamente.
La enfermera se queda dubitativa, mirando de reojo a Anabel, la cuál le dedica una sonrisa de "niña buena" y en perfectas condiciones sin añadir anda al respecto, parece que te estás desenvolviendo bastante bien sin su ayuda y de todas formas la tal Susan probablemente no le prestaría demasiada atención.
-Espere un segundo...- acaba por decir con un suspiro de ensimismación mientras se gira hacia el ordenador y empieza a teclear con una velocidad y destreza sorprendentes, haciendo caso omiso del teléfono que suena con cierta insistencia a su lado.
Pasan apenas unos minutos antes de que vuelva hacia vosotros con una sonrisa de satisfacción.
-Podéis marcharos por ahora, pero volved mañana por la tarde para que el doctor dé su aprobación definitiva, ¿de acuerdo?- sonríe afablemente y Anabel asiente con energía y decisión, aunque en realidad... Quién sabe lo que puede deparar el futuro.
Tirada: 1d100
Motivo: Influencia Aidan
Dificultad: 95-
Resultado: 41 (Éxito)
Aliviado, sonreí cálidamente a la enfermera.
-Muchísimas gracias, Susan...sin duda te debo una. No te preocupes que mañana vendremos a que el doctor la examine-le aseguré asintiedo vehementemente. Apartándome del mostrador me dispuse a darme la vuelta para marcharnos, no fuese a cambiar de opinión-Si alguna vez bajas por urgencias no dudes en buscarme ¿vale? estaré encantado de invitarte a un café-le dejé caer guiñando un ojo pícaramente. Luego giré y, agarrando suavemente a mi hermana del brazo me encaminé hacia los ascensores-¡Ja, Belly! El encanto de los Moore otra vez en acción-le murmuré a mi hermana mientras esperábamos con fingida calma.
-¡Qué morro tienes!- exclama tu hermana entre risas una vez ya estáis frente a los ascensores.
-Más te vale que le devuelvas el favor, seguro que se mete en un lío por esto, pobrecilla...- dice sin poder evitar cierta preocupación por la enfermera a pesar de no conocerla absolutamente de nada -Aunque tengo que admitir que se agradece el poder ir a casa y aclarar con mamá todo lo sucedido. Bueno... en realidad habrá que inventar alguna excusa, ¿no?- entráis en el ascensor y ella se apoya en la parra metálica colindante a las paredes mientras descendéis.
Salís del interior, Anabel bastante animada, llegáis al amplio hall de recepción y entonces se queda algo sorprendida al percatarse de que el grupo compuesto por Mohinder, Matt y Molly todavía se encuentra allí, junto a la puerta de salida. Sin embargo además de ellos hay un muchacho oriental con gafas que se sujeta el vientre (Hiro Nakamura) y otro cuyas vestiduras lucen algo raídas y quemadas (Peter Petrelli).
*Si vas a acercarte o hablar con ellos hazlo en Capítulo 8: Salvación.
Me acodé en la barandilla junto a mi hermana y me reí con ganas de la escena vivida hacia unos segundos. Tras todo el estress sufrido era una verdadera delicia poder reír por algo, y más ahora que parecía que mi hermana se había recuperado.
-No te preocupes Belly, que la invitaré a un café-le aseguré a mi hermana quitando hierro al asunto-En cuanto a mamá...creo que deberíamos decirle la verdad...más que nada porque el seguro del coche está a su nombre y sería muy difícil explicarle qué demonios has hecho con él-hice una mueca al imaginarme el disgusto que se llevaría pero no se me ocurría otra forma de hacerlo. En ese momento las puertas del ascensor se abrieron con un timbre y no pude añadir más porque nos vimos rodeados por el caos de la recepción. El gesto sorprendido de mi hermana me hizo desviar la mirada y mis ojos descubrieron sorprendidos a nuestros nuevos amigos parados en la entrada hablando con otros dos. Parece que ése tiene problemas pensé cuando se detuvieron en el joven oriental que se sujetaba con gesto de dolor el vientre.
-Creo que ha debido de ocurrir algo ¿no crees?-le comenté a Anabel echando a andar hacia a ellos inconscientemente.-Quizás podamos ayudar.
ok ahora si