Partida Rol por web

Tras decir adión a Mohinder con un gesto, me adelanté y cogí de la mano a Molly,

-Vamos a la cocina...yo no se tu pero yo me muero de hambre...-tran indicarle con un gesto que se sentase en una de las banquetas altas delante de la barra, me incliné y abrí varios armarios sacando todo lo necesario para hacer las tortitas sin dejar de hablar sobre nada en concreto-¿Te apetece amasar...?-siempre en tono coloquial me apliqué a la tarea de entretener a la niña y mantener su mente lo suficientemente ocupada como para pensar en lo que estaría pasando. Espero que tengan cuidado...esta niña parece haberlo pasado muy mal y no sé cómo acusaría el hecho de que les pasase algo...Sonriendo jovialmente para ocultar mis pensamientos hice un gesto a Anabel con la cabeza-Belly...¿por qué no llamas a mamá y le dice que estás bien? Yo que tu le diría la verdad respecto a lo del coche pero no iría mas allá...porque sino va a ser bastante difícil explicarlo de otra forma. Pero asegúrale que estás bien no vaya a ser que se plante aquí. ´Sería lo último que nos faltaba-para ser sinceros el tener que afrontar una conversación con mi madre no me apetecía nada asi que si mi hermana era capaz de tranquilizarla de algún modo mejor. 

El habitáculo del taxi me transportó durante unos instantes al inicio de mi vida en New York. La tapicería, desgastada por el uso, el olor de los transportes que cambian cada poco tiempo de inquilino, el cansancio reflejado en el rostro del chófer. Mohinder sonrió al hombre y esperó a que este arrancara y se sumergiera en la jungla de la ciudad. Claire, sentada a su lado se mordía nerviosamente las uñas, haciendo sonar constantemente el rechinar de sus dientes mordisqueando -Claire, ahora tenemos tiempo. Cuéntame todo lo que ha sucedido. Creo que tenemos muchas posibilidades de solucionar este entuerto, pero hemos de juntar las pocas piezas que están en nuestras manos-

Acompaño a aquel chico hacia la cocina la verdad esque no he amasado nunca pero lo de cocinar me parece buena idea y más si son galletas de chocolate No sé si lo haré bien pero puedo intentarlo. Voy a tener que pasar un buen rato aqui así que será mejor si comenzamos una converación amena Oye, ¿tu puedes curar todo?si te encuentras a un pájaro que se ha caido del suelo...¿podrías ayudarle? Me doy cuenta del tipo de pregunta Era una curiosidad que tenía, no creo que se moleste por preguntarle esto, pero si pudiera además de enfermero podría ser veterinario, eso está bien, ¡me encantan los animales!

Claire observa con recelo al conductor cuando el doctor le pide que se lo explique todo, aunque probablemente no sabría hacerlo mucho mejor de lo que ya dijo en el piso de aquel joven hace un rato.
-Pregunta lo que quieras cuando lleguemos a casa de mi padre... Pero ya te he explicado todo lo que yo sé, lo que dijo Peter de la Compañía...- se encoge de hombros y niega con la cabeza -De eso no tengo ni la menor idea- admite mientras el paisaje va cambiando, alejándoos de la ciudad y las multitudes para internaros en uno de los barrios de lujo de Nueva York.

Todas las casas de esa zona son en realidad enormes mansiones de tan diferentes tipos de arquitectura cómo los que las habitan. La mayoría poseen un amplio jardín e incluso piscina, aunque supuestamente esa visión está vedada para ojos indiscretos gracias a las grandes vallas y muros que rodean cada recinto...

El taxi se detiene y te encargas de pagar el pasaje, bajando ambos del coche para observar la enorme casa que se alza ante vosotros.
Claire mira la calle de arriba a abajo pero parece bastante satisfecha al no ver a nadie por allí y se limita a atravesar el jardín para llamar al timbre de la puerta.

-Tienes razón- Anabel se incorpora repentinamente del sofá como impulsada por un resorte, pues se le había olvidado por completo el hecho de que su madre debía de estar enormemente preocupada por su desaparición, pero después de todo lo ocurrido es normal... Lo difícil será no poder decírselo.
-Haré lo que pueda pero no prometo nada, ya sabes como es...- y con eso se refería sin duda a insistente y cabezota, tendrá que convencerla de que se encuentra totalmente sana y salva.

Sonríe ampliamente a Molly y su hermano, como si verlos en la cocina juntos fuese una imagen digna de postal.
-No tardo, portaos bien- coge el teléfono inalámbrico del comedor y mientras marca los números empieza a deambular por el piso algo inquieta.

Sonriendo ligeramente ante la sugerencia de la niña, asentí en dirección a mi hermana mientras sacaba los huevos de la nevera y comenzaba a partirlos dentro del bol.

-Pues la verdad es que no lo sé....supongo que sería capaz-la miré unos instantes todavía sonriendo-al fin y al cabo debe de ser lo mismo que curar a las personas ¿no? Si alguna vez te encuentras uno me lo traes ¿vale?-añadí sacando un agitador y tendiéndoselo-Toma ¿te apetece batir los huevos? Ya verás que ricas quedan...-desde el otro lado del salón oí la voz amortiguada de mi hermana. Dios espero que mamá no de muchos problemas-Esto...Molly ¿hace mucho que estás con Matt y Mohinder?-no sabia mucho de la niña aunque por lo poco que había intuido ninguno de los dos eran sus padres y me intrigaba el hecho de por qué estaba con ellos.

Empiezo a dar vueltas a los huevos como señal de que he aceptado la propuesta aunque la imagen era bastante divertida pues quedaba claro que no era lo mejor que se me daba. Bueno...ya hace algún tiempo digo mientras mis ojos están fijados en aquellas babas naranjas de huevos, más que batirlos se puede decir que he encontrado un juego divertido. Mis papás murieron, bueno Sylar los mató y cuando estaba escondida en casa,Matt me encontró y desde entonces no ha dejado de cuidar de mí, y mientras él estuvo tan malito me cuidó Mohinder mucho; se puede decir que los dos son mis padres ahora. Intetando quitar gravedad al asunto pregunto yo ¿y tus padres?¿dónde están?

El científico observó la casa con detenimiento. Estaba claro que aquella familia había vivido en la opulencia desde hacía varias generaciones. El jardín, el ambiente, todo indicaba la naturalidad de la riqueza como algo común, persistente. La joven Claire parecía no saber gran cosa acerca de lo que estaba ocurriendo, al igual que él, apenas había tenido unos retazos de los hilos del destino. ¿Serían capaces de salir adelante exponiéndose a los planes de la compañía y seres como Sylar?. Era difícil de determinar. Suresh descendió del taxi tras abonar la correspondiente carrera y se situó al lado de Claire -vamos allá- dijo mientras esperaba para acceder a la vivienda.