Partida Rol por web

Amanece que no es poco, y la estatua de Sigmar sigue brillando como el primer día. Poco a poco os reunís en el comedor desde los diversos rincones del gran salón para veros las caras un segundo día, algunos tienen peor cara que otros y manchas de sangre, gestos de cojera y dolor señalan su penosa condición.

Una cosa es clara, el Caos sigue entre vosotros, y debe ser erradicado ¡Por Sigmar!, la horca es un método sencillo pero al parecer da algunos problemas a la hora de ahorcar a alguien sin que salte desde la cuerda para tomar su justa venganza, es por eso que, aprovechando el fuego encendido de la chimenea os poneis a pensar, y de un rincón del gran salón alguien arrastra lo que parecía una escultura, pero en realidad... es ¡Un Toro Bretón! 

Los bretonianos son férreos cazadores de brujas y purgadores del mal, pero para dejar sus conciencias limpias, meten a sus sospechosos en este toro metálico y lo ponen al fuego para que la víctima confiese sus pecados mientras muere calcinada y las llamas entran por las hendiduras para arrancar su piel como mechas de sauce llorón.

Un nuevo día amanece, y para sorpresa de los inquilinos un nuevo objeto se encuentra en la sala. Ariel se acerca curiosa, y se agacha para mirar el interior del toro, finalmente arrugando su nariz con desagrado. Volvió a incorporarse y se apoyó en la cabeza del toro, jugando con uno de los cuernos.

Lo que dijo la marim... Gherta-abraza-hachas ayer es cierto. Perfectamente el viejo pudo haber votado a la florecilla del bosque que para eso la acusó y tu votar al viejo. Esa teoría, a no ser que tengas más pruebas, solo te hace más sospechoso por usarla a tu favor. Dice con una sonrisa al final.

¿Alguien ha encargado esto? Pregunta mirando a todos y cada uno de ellos, dando un par de golpecitos al objeto de metal. Estaba claro que era para ayudarles, pero había sido ordenado poner allí por uno de ellos o era una ayuda de Sigmar. Al pensar esto, dirigió su mirada a la enorme estatua de oro que brillaba no muy lejos.

El apestoso olor de las hierbas que el anciano sin nombre fumaba lentamente abrió paso a la presencia del humo en aquella estancia, donde una silueta timidamente se mostraba, así como la luz de las hierbas quemándose se iluminaba desde detrás de aquella neblina ponzoñosa.

-Traerme de vuelta ha sido un error que ansiaba, lo celebro. -Comentó el hombre- Por lo que puedo ver no hay nadie más que haya fallecido. Aunque dos de nosotros se encuentran heridos... ¿Alguien quiere alzar la voz de cómo esto ha podido ser o preferís volver a confiar ciegamente en mi?.

Aprovechando que había hecho aquella pregunta, el anciano añadió otra más.

-¿En mi ausencia alguien ha permanecido en silencio?.

Y porque alguien parecía hablar de él, aclaró la duda.

-Yo he votado por mi mismo. ¿Quién votó por "la Florecilla?.

Los ojos de Ariel se abren y se separa de un salto de la figura al ver aparecer al viejales.

Eres toda una caja de sorpresas, abuelete. Rebienvenido. Dijo con una palmadita en su hombro y una sonrisa, que para ser ella, ya era demasiada muestra de afecto. Comentó que había dos heridos y Ariel se fijó en la chicle y el educado caballero, que efectivamente parecían heridos. Luego corroboró lo que Jorjos había dicho.

Pues tenías razón, vende-peines. Mis disculpas. Dijo haciendo una exagerada reverencia. Luego esperó a que los heridos se explicasen pero se mantuvo al lado de Eurulfo. Iba a ir a muerte con lo que dijera el anciano.

   ¿ Entonces no es una habilidad tuya la de volver de entre los muertos ?, con tanta seguridad me lo esperaba, pero... esto solo ensalza tu convicción con la causa.

   Respondiendo a tu pregunta, esa fue revelada ayer, la que se hacia llamar Floresta fue votada por un único personaje, quien atiende los llamados de Jorjos, pareciera que su voz y juicio tiene algo mas de peso que la del resto.  

La bienvenida había sido con menos abrazos de lo que el anciano se hubiera esperado en un primer lugar, lo cual le agradó bastante, una cosa era regresar de los muertos, y otra cosa muy distinta era regresar de los muertos y ser sobado hasta la saciedad por parte de los vivos.

-Volveré a preguntar, pues estando muerto no obtuve ningún tipo de información de lo que pasaba por aquí salvo confirmar alguna que otra sospecha: ¿En mi ausencia alguien ha permanecido en silencio?.

Respecto a aquel doble comentario hecho por Presunta D. Altonatha y por Ariel, el anciano tardó un par de segundos antes de hablar, pues estaba ocupado volviendo a fumar de su pipa como para intervenir en aquella charla.

-Ambos os referís a Jorjos, pues es el único calvo del lugar... así que supongo que este fue el único que confío en mis palabras y me hizo caso en el ataque contra Floresta, uno de los enemigos... pero que haya votado por ella no lo exime de sospechas, pues bien los enemigos pudieron votarse entre sí... y hablando de eso...

-Arist Mcarthurg, Lilianna y Samuel Sylba también han recibido un voto, ¿Alguien votó por ellos o acaso estos directamente no emitieron ningún voto?.

-También deberíamos fijarnos en que tan solo hay 13 votos emitidos y éramos 15, por lo que uno de los presentes ha alterado la votación cancelando un voto de alguien, y probablemente el suyo propio... o de dos de los presentes... aunque me decantaré por la primera opción.

Quizás estas cosas alguien ya se habían percatado durante la noche y se hubieran comentado, pero porque el anciano no lo sabía, pues simplemente las comentó él para saber la opinión de los presentes de aquellos dos datos quizás de interés.

Fue una noche dura. Desconfiando de todos, me mantuve casi todo el tiempo tratando de estar alerta por si un demonio salía de las sombras y trataba de descuartizarme. A la mañana siguiente al llegar al comedor, estábamos todos reunidos. Y de algún modo alguien había traído Un Toro Bretón, para de ahora en adelante evitar situaciones como las de la horca del día anterior.

Conocía de los métodos bretones, pues son expertos en exterminar brujas y purgadores del mal, y eran unos grandes aliados contra los seres del caos. Aunque no podía dejar de opinar que era verdaderamente un modo crudo y macabro para sacarle a la gente sus pecados, especialmente cuando los inocentes caían injustamente en las entrañas del Toro.

Antes de poder expresar mi "antipatía" por la actitud de Ariel, oí la voz de... EL VIEJO?. Mis ojos como platos - Imposible...! - la situación era del todo paranormal, volver de la muerte? alguien le ha traído? quien? - ante la cara de estupefactos de todos, señaló a los dos heridos - Bragg y Rosalía - preguntó quién votó a Floresta, a lo que asentí cuando otros respondieron por mí, afirmando que yo la voté a ella, y atendí con el entrecejo fruncido mientras explicaba que alguien pudo manipular los votos.

Tragué saliva, pues seguía siendo extraño tenerlo delante - En su ausencia, quiere decir esta noche? mientras estaba muerto?... miré a los que no hablaron durante la noche, y los señalé uno a uno Eloise, Liliana, Rosalía, Johannes, y Arist. - Él en concreto (Arist) no ha hablado desde que llegamos aquí, día o noche.

La pipa del anciano se movía de un lado a otro de la boca de este, como si tuviera vida propia, realmente aún no le habían dado la información que este buscaba, y empezaba a molestarse mientras su paciencia disminuía de forma constante y a pasos agigantados.

-Que no hayan hablado durante el día no me importa en absoluto. -Reconoció el viejo sin darle mayor importancia al comentario de Jorjos Baldleof- De esos se encargarán otros. A lo que yo me refería, como bien intuyes, si alguien no ha dicho nada durante la noche, tras mi fenecimiento repentino.

-Eran los que acabo de señalar, Eloise, Liliana, Rosalía, Johannes, y Arist. No dijeron nada durante la noche - por ahora la situación se me escapaba, y el viejo SÍ parecía saber mucho más que el resto. Lo mejor será colaborar con él. - qué ha visto durante su... estado, de esta noche?

El hecho de escuchar los nombres hizo que el anciano murmuraba por lo bajo, como si, ahora sí, se diera por respondido. Esto podría explicarse que el anciano detrás de toda esa neblina producida por el humo de su pipa en verdad no veía ni medio pimiento, por lo que señalar a gente o hacer mímica no era la opción más viable de comunicarse con este.

-Perfecto. Asumiré que lo que me dices es verdad, pues cualquiera puede saltar a contradecirte y no tendría sentido que mintieras en esto. -Resumió.- Me gustaría saber tan solo dos cosas más antes de dar mi veredicto:

1. ¿Por qué Bragg Burgsen y Rosalia Espino están heridos?. Es extraño que dos aparezcan heridos, más aún cuando una de ellas no tuvo habló durante la noche, y apenas durante el día... y el otro, creo que es más inteligente de lo que aparenta sus músculos.

2. ¿Alguien ha votado por Lilianna?. No voy a juzgar quien haya votado por Lilianna, tan solo quiero ver si ella ha votado o si por el contrario no lo hizo y por tanto el voto contó sobre sí misma.

Volviendo a la sala de reuniones, con la esperanza de que la noche no se hubiera llevado a otra pobre alma, no puedo ocultar mi asombro al ver que un alma volvio de entre los muertos.
-¡Por el martillo de Sigmar! ¿¡Como!? Tu alma no solo escapo de los vientos de Shysh, ¿sino que de las garras de los dioses oscuros también? ¿Como?-
Sin creerme que después de lo que vimos allá vuelto impoluto.

La vuelta de entre los muertos del viejo era algo que le había dejado sin palabras, no solo por el increíble milagro que representaba sino porque aquello atestiguaba que aquel hombre les iba varios pasos por delante.- ¡Es increíble tu proeza Eurulfo! Pero más increíble aún son tus dotes de deducción ¿cómo supiste sobre la mancha de Floresta?.

Tu pregunta tiene fácil respuesta, tal y como ya te dije yo voté por ti ante tu reiterada petición. Veo que no me equivoqué al hacerlo, confiamos en ti y cumpliste tus predicciones. Loado sea Sigmar por otorgarnos un ápice de su sabiduría.-ante el comentario de los heridos Lilianna se fijó en aquellos dos invitados, estaba más que claro que las palabras del viejo eran más que dignas de ser escuchadas.

La respuesta de Lilianna fue más que suficiente para que un anciano, más vivo que nunca, pasara al siguiente tema en cuestión. A fin de cuentas, cualquiera podía negar las declaraciones de aquella mujer con cicatrices en la cara al contravenir el discurso que esta había dado.

-Creo que lo que dices es cierto. -Respondió finalmente- Pero aún falta que alguien diga que votó contra ti. Si nadie alza la voz, pues será un problema... pese a que no crea culpable al que te haya votado.

Con los primeros rayos del día, la situación no parecía desmarañarse, Sofos se encontraba aún pensativo, no existía algún indicio obvio sobre quien estaba marcado por la oscuridad, de pronto un olor capto su atención, el clásico olor de una pipa, pero no cualquiera, esa combinación de hierbas en específico ya la había olido en alguna ocasión no hace mucho tiempo.
De pronto fue vista confirmo lo que su nariz ya sabia, el viejo Eurulfo se encontraba entre ellos nuevamente.
-JA JA JA!- Sofos comenzó a reír de júbilo. -Viejo loco! Cuanto me alegro de que te encuentres una vez más entre nosotros, sin lugar a dudas esa mente perspicaz nos hace falta, debo admitir que coincido contigo sobre la duda que te aqueja y que seguro a más de uno incluyendo a Liliana debería preocupar, ¿Quién voto por ella?
Sofos continuo avanzando hasta ponerse a lado de Jorjos y poner su mano derecha sobre el hombro de este.
-supiste confiar y acertaste, confió en ti Jorjos, así como debemos ir encontrando a los malditos, también es bueno encontrar en lo que se puede confiar y buscan acabar con esas bestias.
Una vez más se dirigió a Eurulfo, -Viejo loco, debemos buscar la forma de protegerte, tras tu reciente actuación contra floresta, seguro buscarán callarte una vez más.

Bragg Burgsen se reunió con el resto de los allí reunidos llegando más tarde de la cuenta, con mala cara y aspecto adormilado. Pero por lo que peor lucía de todo era por su garganta que presentaba marcas de quemadura y piel levantada allí donde se notaba una horrible herida que recordaba a la forma de unos dedos.

¡Santos bigotes de Ranald! ¡Ya no dejáis descansar ni siquiera a quien poco le falta para estar muerto!

Hizo un rápido recuento de caras y reconoció al viejo.

Un momento...

Ensanchó una sonrisa y se acercó a él dándole una fuerte palmada en la espalda.

¡Jajaja! ¡Al final, viejo, vas a ser de los míos! ¡Más difícil de matar que un troll de granito!

A ver... dejadme que me ponga al día...

Durante un rato estuvo escuchando a todos y, al acabar asintió con semblante serio y dio una calada a su cigarro.

Vale... Creo que yo tengo algunas respuestas de las que estáis buscando. Si no os importa, para hacerme el interesante a ver si seduzco a Gherta y al menos acabo mojando el churro antes de que vuelvan a por mi, dejaré lo más importante para el final.

Lo primero es que fui yo quien votó a Lilianna. Como dije, pensaba que era arriesgado empezar votando por quien lo pide el primero por la posibilidad de que fuese un masoquista, así que no voté al viejo. Por suerte para todos, me equivoqué y el viejo no mentía, pero yo tenía que votar a alguien distinto. Al final me decidí por Lilianna por algo que dijo.

Dijo que hiciésemos públicos nuestros votos antes de emitirlos, lo cual era algo que beneficiaría al caos, ya que podría decidir entre mezclar sus votos con la mayoría, dispersarlos si no eran necesarios o redirigirlos contra alguien si se veían en peligro. Para los inocentes no aportaba nada esa estrategia porque fuese votación pública o no, seguiríamos igual de perdidos. Pero para el caos era información útil.

Se volteó hacia la citada y se llevó índice y corazón en forma de V a sus ojos para luego señalar los de ella.

Te estoy vigilando, nena. Ni un paso en falso.

Al volver a centrarse en la conversación cruzó su mirada con Gherta y le guiño un ojo.

Lo segundo es que esta noche no han matado a nadie porque me intentaron matar a mi. ¡Más suerte la próxima vez, bastardos hijos de una gnoll!

Ya os dije cuando me presenté ayer que era un superviviente... pues bueno, parece que el caos quiso comprobarlo con sus propias manos. - Señaló sus marcas en el cuello.

Me atacaron de noche un grupo de encapuchados con máscaras. Se colaron en mi cuarto y me intentaron estrangular, pero un perro viejo siempre tiene trucos listos. Si crees que estás en peligro, siempre lleva una de estas..m

Mostró lo que llevaba en la mano: una rama. La apretó hasta hacerla crujir y romperse.

Normalmente la uso para golpear, pero esta vez no tenía nada que hacer contra ellos, así que la usé para fingir que mi cuello se partía. El sonido acompañado de un dejarse vencer fue suficiente para engañar a los asesinos. Ellos tuvieron que ser los más sorprendidos al verme aparecer vivo hoy.

Sé golpeó la sien con un dedo.

Ya lo decía mi padre: cabeza fría, sangre helada y meados calientes.

En cualquier caso, eso es todo lo que puedo aportar por ahora... a no ser que alguien sepa curar estas heridas. Sino, tendréis que conformaros con que sea una diana andante para esos matones.

Eso sí, ahora tendrán que decidir si quieren venir a intentar rematar lo que dejaron a medias o arriesgarse a ver qué otros trucos tiene este perro viejo. ¿Y bien? ¿Qué vais a hacer chacales? Allá vosotros... ¡pero no os recomiendo dejarme con vida hasta que algún alma caritativa decida curarme mis heridas y devolverme a mi 100%!

La explicación de Bragg Burgsen parecía contentar lo suficiente al hombre detrás de la nube de humo, al menos de momento, por lo que tras meditarlo levemente, este tan solo inspiró profundamente de la pipa. Había cosas que aún no le cuadraban del relato general de todos.

-Es una explicación que me complace. -Dijo sin demasiados miramientos- Y sinceramente, no creo que casualmente haya dos con ramas que romper para simular cuellos rotos. Así que, Rosalia Espino, ¿Cuál es la historia de tus heridas?. ¿Alguien de aquí te ha realizado esas heridas?. ¿En un ataque directo?. ¿O en defensa propia?.

Respecto a la petición de protección que hicieron sobre la cabeza del viejo un tanto atrás, este simplemente negó con la cabeza y dio una explicación del porqué no iba a requerir, al menos de momento, de dicha protección.

-No hace falta que me proteja nadie. Pues al igual que he mostrado mis habilidades durante las votaciones, en la noche habrá una sorpresa similar en caso de que alguien decida atacarme de forma letal... aunque en este caso no me veré limitado por nada... quizás termine eliminando a mi atacante y todo...

Vaya... sí que he provocado un silencio incómodo...

Con el despunte del segundo día llego una nueva tortura, regalo de Bretonianos al parecer. Gente que pudiera parecer mas civilizada, pero sin duda disfrutan de los espectáculos tanto como en el Imperio. Aunque el día también trae consigo al viejo Eurulfo y la noticia de que hoy los sacerdotes de Morr no tendrán trabajo, no al menos hasta que termine de mugir el toro.

-Mi voto fue para el mas callado de ayer, anciano. El mismo que hoy sigue siéndolo. -Respondí yo mismo a la pregunta del regresado, quien revelo algo curioso, alguien entre los presentes era capaz de traer de regreso a los muertos al parecer, por lo que el destino del anciano era morir y no regresar tras su sacrificio, como pensara en un inicio.

-Bien si Bragg a sido herido durante el ataque y parece que el no hirió a ninguno de sus atacantes, es justo decir que Rosalia fue atacada por otro grupo distinto? -Lo que dejaron planteado se tornaba interesante, a la par que preocupante, si los siervos del caos atacaron en grupo como decía aquel hombre entonces ¿Aun quedaba un grupo mas por identificar?

Mire directamente a Rosalia, su respuesta seria útil y ayudaría a hacerse un esquema de lo sucedido, mas que crear posibles hipotiposis.

El nuevo siempre traía sorpresas. Ya lo creo que sí, joder. El fuerte estaba herido, el muerto estaba vivo y la princesa de cabellos rosas parecía un poco más sucia, y más reacia, aquel día. Escuchó en silencio y con atención. No podía confiar en nadie, ni siquiera en Eurulfo.

—¿Fuisteís una especie de investigador en otra vida, anciano? Parece que sabéis qué preguntar y a quién. Una línea de pensamiento lógica y muy apropiada, pero incoherente con alguien que ha vuelto entre los muertos. Puede que los demás os acepten como su mesías salvador, yo no me fío aún. Nada nos dice que, como agente del caos, habéis sacrificado a uno de los vuestros, por azar o por error, con la intención de ganaros nuestra confianza para manipularlos para creer una cosa u otra. Pero no me interesa discutir eso.

Se cruzó de brazos, seria y taciturna. Si los muertos no se quedaban en sus tumbas, aquella iba a ser una tarea más complicada de lo esperado.

—Aún sigo esperando. Quiero saber quién me votó y sus motivos. ¿O es que tenéis miedo? ¿La verdad os asusta?

Paseó hasta situarse delante del tal Arist.

—¿Vaís a hablar? El silencio es bastante sospechoso. Me molestaría tener que meter en ese toro a un mudo. ¡Por todos los osos barbudos de Kislev! ¡Decid algo! O afrontad las consecuencias...

Siguió moviéndose por la sala como un lobo en una jaula. La misma sensación de pérdida, de indecisión.

—Yo también quiero saber como te hiciste daño Rosalina.

Los que debían hablar, callaban, y los que hablaban, debían callar.

—No me gustan los hombres tan locuaces, señor Burgsen. Y tampoco me fio de quien duerme con una rama seca al lado de su cama. ¿En serio un hombretón necesita de esos trucos para sobrevivir a un ataque nocturno? Es una pena, porque habiais llamado mi atención.

Un bonito paseo, se detuvo. Trató de decir algo con sentido para todos.

—Si los siervos del caos solo pueden atacar a uno de nosotros por la noche es evidente que las heridas de Burgsen o las de Rosalina son una mentira. Pero ¿Cuál? Esperamos tu versión, Rosalina.

Erkus, se mantenia en silencio, siguiento las conversaciones y atando cabos de todo lo que decían y una sonrisa se mostraba en su cara, cuando algo se revelaba mas alla de lo que querian sus interlocutores. 

- Bueno, bienvenido viejo. Es bueno tenerte de vuelta. Bueno esperemos las respuestas para seguir sacando conclusiones. -