-Ella es lista, hacerla caso. -Fingió dar la razón a una osa si con eso podía irse en paz.
—¡¡¡NIIIIÑOOO BOOOOLAAAAAA!!! —gritó Bim con los ojos casi llorosos (casi) mientras se abalanzaba sobre el gordito para darle un fuerte abrazo—. ¡Tú sí me entiendes, Niño Bola! ¡Por favor no mueras, eres el único vivo además de mí que ve la hipocresía de todas estas personas y le fastidia tremendamente! ¡No me dejes solo! Además —dijo apartándose del chico y sonriendo simpáticamente—, es gracioso cuando te enojas y tomarte el pelo es muy entretenido, por no mencionar que verte enamorado de Alfred sin elección será hilarante. Alter Ego es en cierto modo más interesante que aquí pero no sé por cuánto tiempo más el Oso Maloso me dejará permanecer allí y tampoco me dejará llevármelo conmigo cuando todo esto termine, así que si mueres no podrás entretenerme por mucho más... Tienes prohibido morir. Mañana Happy te enamorará con Alfred y el juego terminará antes de que puedas hacer nada para impedirlo.
Iku hizo oídos sordos a las múltiples peticiones de que manchara sus valores y se uniera a ellos en pos de preservar una vida de lastima y arrepentimiento. Es por eso que busco la pantalla mas cercana para hablar directamente a Monokuma.
-Director. No deseo unirme a la desesperanza, eso no es una vida que yo deseara y menos estar atado a alguien artificialmente para vivir una falsa esperanza. Así que te pido que me devuelvas a la matriz, con el resto de los muertos, mis camaradas caídos en desgracia, pero que aun forman parte de la esperanza.-Miro a Yuki, Miyamoto y Arisaka, esperando que entendieran su malestar, ante la situación actual.
-Monokuma, tus Osos han ganado ya no tengo cabida aquí, quiero irme. -Agacho la cabeza, para que le envolvieran las sombras y quedo a la espera de la respuesta del Oso que había creado todo aquel macabro juego.
—Yo que tú se lo pedía a Happy, ella es quien decidirá tu destino. Se lo pregunté al oso. En el momento en que te enamore con Alfred el juego dará por finalizado.
-Si a Yuki le parece bien tener un triángulo amoroso con Miyamoto -Comentó Yoru encogiéndose de hombros- Por mi no había ningún problema en que seas el asesinado esta noche, o en la siguiente el más votado y así nos aseguramos que Monokuma no se cargue a Miyamoto al no haber opción posible que ganéis... Aunque a juzgar por cómo están las cosas, eso desde hace 2 días que no teníais oportunidad...
Me dolía muchísimo ver a Iku-kun tan decidido a rechazar la salvación. Entendía que no quisiera hacer ningún trato con los osos, pero llegar hasta el punto de preferir morir… Me acerqué rápidamente a él y lo rodeé con mis brazos, con la intención de que el contacto humano (o robótico) lo tranquilizase.
—Iku-kun… no lo entiendes. La idea no es que te unas a la desesperanza. Según las reglas de Monokuma, los «enamorados» cambian su objetivo a sobrevivir. Por lo que nosotros no necesitamos acabar con los osos, y ellos no necesitan acabar con nosotros. Es como volvernos neutrales. No hemos pasado a ser osos —le expliqué, intentando hacer que comprendiera todo perfectamente.
» La idea de todo esto es salir de aquí con vida. Evitar que haya más muertes. Entiendo que estés enfadado con ellos después de todo lo que nos han hecho pasar, pero recuerda que ellos no eligieron estar del bando de la desesperanza. Lo único que podrías echarles en cara es que no se sacrificaran desde el principio para que no muriera nadie de la esperanza ni los neutrales. Pero ¿quién habría tenido el valor de hacer algo así? Ellos no tienen la culpa de que nos hayan obligado a participar en este espantoso juego. Además, si tanto los odias, entonces puedes desentenderte de ellos en cuanto salgamos de aquí.
» Sobre lo de estar vinculado a alguien, no creo que eso persista después de acabar el juego —comenté, algo dudoso, a la vez que miraba a Arisaka-kun durante un momento, por si él quería dar alguna opinión—. Una vez termine, podrás olvidarte de Miyamoto.
» De verdad, si hacemos esto es solo para que sobrevivamos todos los que quedamos. A mí también me duele lo que les ha pasado a todos nuestros compañeros. Pero ya no hay nada que podamos hacer. ¿Estás seguro de que prefieres morir antes que abandonar el bando de la esperanza? —le pregunté, con tristeza sincera—. Por favor, no quiero que mueras por pura testarudez.
Monokuma aparece en el monitor al que habla Atira.
- Ya hemos hablado de esto, Atira-kun... ¡lo que me pides no es algo que yo pueda hacer por mi cuenta! - dice el oso bicolor, con mucha tranquilidad. - Pero como has insistido tanto... de verdad, tanto, pero tanto tanto... - suspira Monokuma. Atira debe haber insistido mucho en su habitación privada. - desconectaré tu cuerpo robótico y permitiré que tu mente vuelva a Alter Ego... si por lo menos la mitad de tus compañeros votan a favor de ello. - dice el oso. - Sois once alumnos vivos ahora mismo, así que sin contarte a ti, cinco de tus compañeros deben votar por desconectarte. ¡Creo que es un trato justo!
El monitor se apaga.
Tras la aparición esporádica de Monokuma Iku se giro al resto para mirarlos a todos.
-Lo siento Yuki, pero tienes que entender que no quiero formar parte de esto. La elección de vivir o morir la quiero tener yo, al menos que sea eso lo que ellos no hayan podido ser capaces de controlar. Por eso os pido al menos que la mitad de vosotros, acepte mi ultima voluntad. Quiero volver al Alter Ego y espero que me ayudéis a conseguirlo. -Paso su robótica mirada por Yuki, Arisaka, Kumiko, Miyamoto y Kazuki.
Miré con asombro la pantalla cuando Monokuma abrió la posibilidad a que Iku-kun muriera si la mayoría estábamos de acuerdo. Ver a alguien que consideraba un amigo tan decidido a morir era terrible, y demostraba lo horrible que había sido el supuesto juego. Y además experimenté una gran sensación de inquietud al saber que el oso podía simplemente «desconectarnos» si así lo quería.
—Iku-kun… eso es algo que no deberías decidir de un momento a otro… Si lo haces, no habrá vuelta atrás. Por eso, yo voy a decir que no. Nadie de nosotros debería morir. Y menos tú… —le dije, verdaderamente apenado porque estuviera tan decidido a morir.
Me parecía increíble que deseara tanto renunciar a algo que a mí tanto me había costado conseguir. En aquellos momentos, empecé a plantearme si no deberíamos haber intentado convencer a Iku-kun desde el principio para que intentase derribar las puertas a cabezazos para escapar. Visto lo visto, probablemente lo habría logrado sin hacerse daño.
Voto en contra.
Era obvio que no le dejarían ni elegir su propia muerte, los bastardos que se escudaban diciendo que habían sido elegidos para ser osos y ocultar el hecho de que disfrutaban matando a la gente y seguirían haciendo lo que les diera la gana, eran los ganadores indiscutibles de esa academia de podridos.
Si solo nunca hubiera pensado que podría ayudar cuando regreso... Esos diez días habían sido los peores de su vida, al menos lo que el recuerda, y seguramente serian el principio de su podrida vida, sabiendo que estara siempre siendo controlado.
Kazuki estaba muy enfadado con la actitud de Iku. - Eres igual o incluso peor que Yoru-kun, al menos en lo que se refiere a términos de egoísmo y pensar más bien tirando a nada en lo que puedan pensar, sentir y opinar los demás. - suspiró, negando con la cabeza. - Aceptar esto sería un insulto para el sacrificio de Kibou-kun, así que me niego en rotundo. Si quieres vivir, adelante, si quieres morir, hazlo con lo que ello implica de verdad.
Voto en contra.
-Yo nunca os he pedido nada. Ese acto de Kat, solo es otra muestras de poder de vosotros. Diciendo que uno da la vida por otro. ¡UNA MIERDA! Esto es una muestra mas de poder, del poder que tenéis en controlar nuestras vidas y destinos. Dais asco, ¡Al igual que este juego, TODOS vosotros! -Quería irse, pero no podía... al parecer debía seguir sufriendo eternamente rodeado de desesperación.
Por su parte Yoru Bochi meditó absolutamente nada lo que esto pudiera significar, que el propio Monokuma permitiera a Atira ser desconectado por el mero hecho de porque sí era una cosa insólita. Un indicio de que el final se estaba acercando incluso más que la cuenta; por lo que, mostrando su poco interés por la decisión del gordito, este habló.
-Interesantes motivos tenéis los demás para votar en contra... -Comentó brevemente- Entonces yo...
¡Votaré en contra para llevarle la contraria al gordo!
Voto en contra.
Kadogemu estruja su cerebro para comprender lo que estaba pasando. Aparentemente Atira... ¿quería morir? Era difícil de entenderlo puesto que era un robot adolescente y su conciencia quedaría guardada en algún drive y... muchas más cosas técnicas que escapaban al entendimiento del experto en juegos de mesa. La capacidad limitada de análisis de Monka, de hecho, haría dudar a muchos sobre cómo consiguió aquel alto título de experto en juegos de cartas.
Sin embargo, el muchacho entendió una o dos cosas de todo lo que se estaba hablando.
- Espera, si yo soy un oso... y mi objetivo es acabar con la gente, entonces... ¡me conviene que lo desconectemos al gordo! ¡Pues entonces votó a favor, Dattebayo!
Voto a favor.
Monokuma aparece en el monitor de nuevo.
- ¡De momento son cuatro en contra, uno a favor! - declara Monokuma. - ¡Si dos más votan en contra, se acabó lo que se daba! Ah, y por supuesto... ¡la oferta solo es válida hasta la hora de dormir, Atira-kun!
Y desaparece.
Observé toda la conversación. Entendía los diferentes puntos de vista y el razonamiento de Iku, pero no creia que fuera momento para más sacrificios. Sin embargo, cada uno elegía su camino.
- Bueno, Atira-chan, me siento algo apenada porque yo fui la que se negó a votar contra ti en estas votaciones, y el resultado la verdad es que ha sido algo decepcionante. Se fue el que no tenía que irse y se quedó el que quería irse.
Negué con la cabeza ligeramente, pero mi mirada era seria, determinada.
- Piensa que como ha dicho Yuki no renuncias a tu esperanza, sino a tu objetivo. Si siguieras vivo tendrías la oportunidad de vengarte de nosotros más adelante, cuando salgamos de aquí. Sería una lástima que perdieras la vida para nada más que conservas tu orgullo. Y si mueres, le darás a Monokuma lo que quiere, más muerte y desesperanza. Pero tu mismo, si cuatro votan a favor, yo seré la quinta.
Después, levanté mi vista y la clavé en él. Había algo que me estaba molestando intensamente, y no era que Atira se negara a permanecer con vida, sino su propia hipocresía.
- Mas una cosa sí te voy a decir, Pequeña Bolita, nos has llamado "hipócritas", "mentirosos, confabuladores y asesinos sin prejuicios". Creo que olvidas que nosotros, los osos, nos vimos arrastrados a este juego igual que tu, no seas tan hipócrita de pensar que tu no habrías hecho lo mismo en nuestro lugar para poder sobrevivir, o que no nos hubieras matado, incluso siendo de la maravillosa Esperanza, si hubieras tenido la oportunidad. La diferencia es que nosotros hemos buscado una manera de que sobreviva más gente.
Voto a favor.
Aki había escuchado todo en silencio, algo intimidado por la ira de Atira. Se notaba que estaba al borde del derrumbe, y a pesar de que tenía la esperanza de que Atira cambiara de parecer, que Yuki le hiciera replantearse su drastica decisión, el chico parecía convencido de seguir su plan. Tras todo aquello por lo que habían pasado, Aki admiraba su determinación, aunque no lo terminaba de entender.
–¿Estás seguro de que no hay absolutamente nada más por lo que merezca la pena seguir vivo? ¿Amigos, familia, hobbies, planes de futuro? Como dice Katsumi, ¡esto no es renunciar a la esperanza como tal! Siempre puedes salir de aquí y luchar por tus ideales fuera de aquí. Yo también tengo los míos, ¿sabes? ¡Pero un Ultimate Camarógrafo no puede luchar por ellos si está muerto!–exclamó de repente posando como si fuera un superhéroe. Quizás viendo que se estaba pasando, volvió a su postura normal y río avergonzado antes de encararse a Atira, esta vez, más calmado. Le sonrió apenado.
–Claro que si tan seguro estás, votaré a favor. Es tu decisión y la respeto. ¡Tan solo piénsalo una vez más! ¿Por favor?
Voto a favor
─ Katsumi tiene razón en eso, Iku. Si las cosas son como parecen... Cualquiera de nosotros podría haber sido un Oso si el reparto de las papeletas hubiera sido diferente. Y teniéndo en cuenta que no nos hemos negado a votar durante los días, ¿Puedes decir que de estar nosotros en su lado nos habríamos negado a matar?
Suspiró, dejando caer lentamente los hombros.
─ Pero entiendo cómo te sientes. Y si yo he decidido tomar una decisión como esta, a sabiendas del riesgo y de lo que significa, tú también tienes derecho a decidir por ti mismo, independientemente de lo que ocurra. Te pediré que lo reconsideres, pero mientras estés seguro, te apoyaré en ello.
Voto a favor
Los monitores de la Academia se activan.
- Uhm... - dice Monokuma, cuya imagen aparece en los monitores. - Es una lástima, Atira-kun, pero parece que por alguna razón tus compañeros quieren que sigas vivo. En fin... ¡todo el mundo a la cama!
Una vez más, a dormir...