Hope & Despair
La compuerta que bloquea la entrada principal de la Hope's Peak Academy termina de abrirse tras liberar su memoria del peso que suponía Alter Ego, o al menos así es como Monokuma ha explicado lo sucedido. Tras retirarse por completo la compuerta metálica, solo quedan unas grandes y elegantes puertas de madera que os hacen recordar el momento en que entrasteis por primera vez en este edificio, tan llenos de esperanza, con tantas ganas de vivir, de demostrarle a todo el mundo el grandioso futuro que teníais por delante. ¿Llegó a algo esa ambición vuestra, esos sueños? ¿Esa esperanza?
Un par de los alumnos supervivientes se adelantan y abren las pesadas puertas al exterior, empujándolas hacia afuera. Os tenéis que tapar los ojos, pues parece que en el mundo exterior todavía es pleno día, y habéis perdido un poco la noción del tiempo aquí dentro.
A primera vista nada parece haber cambiado. El cielo azul, moteado de nubes blancas, es iluminado por el resplandor cegador del sol. Los terrenos de la Academia todavía siguen ahí, ante vosotros. No sabéis muy bien qué habrá tras las verjas que limitan los terrenos escolares, pero al menos os consuela pensar que esta minúscula parte del mundo sigue tal y como la recordabais. Bueno, no exactamente. Ahora os da la sensación de que este lugar es mucho más silencioso que antes. Después de todo, son muchas las vidas que se han perdido, muchos los que antes estaban aquí y que ya no volverán.
¿No?
Conforme los supervivientes del Juego de la Desesperación abandonan el hall principal de la Hope's Peak Academy, escuchan unos pasos que vienen del lateral del edificio en si. Alguien, varias personas, se acercan a ellos. Personas conocidas.
Tal vez la esperanza no se haya perdido completamente después de todo.
Ahora sí, daré unos días y... fin de la partida.
Gracias a todos por participar.
El reluciente sol, el aire fresco... sin lugar a dudas, todo había terminado de la mejor forma posible; con Yoru Bochi con vida luego de manipular, mentir, engañar, traicionar y asesinar a una gran cantidad de todos los presentes sin siquiera sentirse ni remotamente culpable por todo ello... Al menos los que quedaban con vida no tenían ganas de apalearle, bueno, no parecían querer hacerlo y perder más tiempo con esas cosas...
Entonces, de la nada llegaron más Robots...
Oh, leches...
Y Yoru huyó -echando leches- más rápido que sus mentiras...
Kazuki salió serio y sereno de aquél lugar, solo pensaba en salir corriendo de allí y alejarse de todos aquellos que no habían sido de su agrado. Al salir, los rayos de Sol le cegaron bastante, después de todo hacía mucho tiempo que no lo veía en directo. Tal y como había comentado Monokuma, el mundo había cambiado, ahora había menos gente y mucha más desesperanza... Pero cuando todo parecía perdido y lleno de mal, unos cuantos robots le sacaron una gran sonrisa e hicieron que un brillo apareciera en sus ojos.
¡Estáis aquí! ¡No os han borrado!
El chico corrió hacia ellos y se lanzó sin dudarlo a abrazar las piernas de robo-Chiyoko, la cual era la que más se alegraba de ver. Después se separó un poco de ella para hacer un saludo oriental hacia Kibou. A pesar de haberla cagado bastante y no haber acertado en sus deducciones, aquél sacrificio redentor, digno de un samurái que ha fallado a su honor y palabra, hizo que se ganara completamente el respeto del pequeño Kazuki. Con los demás no había tenido mucho trato, aún así se inclinó hacia delante y se disculpó con ellos. - Lo siento, pero dada la situación en la que nos encontramos y estando en riesgo la vida de mi hermana, no tenía más remedio que elegirla a ella. Pero espero que podamos trabajar juntos y sobrevivir en este horrible y hostil mundo de desesperanza creado por Junko-san. - también advirtió la ausencia de ciertos robots... Los cuales imaginó que estarían al acecho para cazar a Yoru.
Parece que el cazador ahora será cazado.
Echó un vistazo atrás, hacia la escuela donde acababan de salir y donde jamás pensaba volver y rememoró todo lo que había vivido allí, intentando sacar en su mente alguna conclusión que le hiciera crecer como persona. ¿Cómo había sido todo aquello para Kazuki?
Podría haber sido todo muy diferente si su hermana le hubiera enviado un mensaje distinto al que le envió al principio, ya que lo que al principio fue una inesperada visita nocturna la primera noche por parte de los osos, al final se tornó en una gran alianza que duró para todo aquél macabro juego.
Lo que no esperaba Kazuki en lo absoluto fue que al día siguiente, Mike resultara ser el otro neutral, quien le comunicaría con su hermana y le permitiría coordinarse tanto con él como con ella. Sin la intervención de Mike, seguramente no podrían haber estado en contacto de una forma tan directa y organizada, ni saber todo lo que pasaba por la cabeza de ambos durante todo el juego.
Mike, sin apenas conocer a los hermanos, no dudó ni un segundo en ayudarlos y apoyarlos, independientemente de las circunstancias y cuando finalmente se reveló su hermana como oso ante él, siguió siendo leal a los dos hermanos. Kazuki no podía sentir otra cosa que no fuera agradecimiento y respeto por él.
Kazuki ya había establecido una gran conexión con alguien del bando de los osos, aunque era su hermana, por lo que era evidente que fuera del bando que fuera, se iba a llevar bien con ella. También había establecido una fuerte conexión con el otro neutral... ¿Pero no había nadie interesante en el bando de la Esperanza? Chiyoko respondió a esta pregunta. Si bien el primer día no destaco mucho y el segundo simplemente parecía estar jugando e intentando demostrar que los osos jamás podrían hacerle nada, su irresistible y única forma de ser, además de sus tan acertadas deducciones, hicieron que el pequeño Kazuki se sintiera completamente enamorado de ella, teniendo así un nuevo objetivo, salvarla.
Intentó con todos los medios que disponía convencer a todos los bandos de que ella no era alguien que debiera morir, ya fuera comunicándose con su hermana, presionando a la propia Chiyoko para que confesara todo y Kukiko la quitara como objetivo además de que los osos la vieran como alguien inofensivo ¡incluso decidió junto con Mike y a espaldas de su hermana montar un chat privado con ella! Pero la pobre Chiyoko no llegó a entrar en dicho chat ni llegó a escuchar todo lo que Kazuki tenía que decirle... Murió antes y Kazuki siempre lo lamentará.
Quizá si no hubieran vuelto tres de golpe el mismo día...
...las cosas se podrían haber hecho de otra forma y salvarla...
...pero jamás Kazuki negaría su participación en la pérdida de aquella maravillosa sonrisa.
Con eso Kazuki habría repasado toda la gente con la que había sentido un vínculo muy grande. Aunque también había gente que había aportado algo positivo en aquella desesperada situación, como Yuki y Kibou.
Por otra parte también hubo gente que le demostró ser horrible y despiadada, como Bim, que a pesar de todas las pequeñas discusiones amorosas que tuvo con Kukiko, no dudó ni un solo momento en lanzarse a borrarla cuando llegó el momento.
Como Atira, que sería la contraparte de la Esperanza de Yoru, aunque no tan horrible, ya que al igual que el lechero, cuando algo salía bien, era gracias a su genial plan, pero cuando algo salía mal, era culpa de los demás... Además de perder la voluntad de seguir luchando, de querer suicidarse... La gente que se rinde tan fácilmente no son del agrado de Kazuki.
También Arisaka le sorprendió de forma muy negativa el último día, ya que a pesar de haber ayudado a salvar unas cuantas vidas, finalmente la desesperanza arraigó en su corazón y se declaró fiel seguidor de esta.
Pero el peor de todos, sin duda alguna, fue Yoru Bochi. No dudaba ni un solo segundo en usar a la gente como si de juguetes se trataran y una vez los rompía, pasaba al siguiente, sin mostrar la más mínima pena o interés. Incluso usó la "voluntad de Kibou" para justificar que se borrara Alter Ego, aún cuando este cambió de opinión y por su puesto se alegró un montón cuando todas las caras desaparecieron de las pantallas. Si bien reconocía a Yoru como un gran rival intelectual, su forma de ser, tan horrible, le provocaban arcadas con solo pensarlo.
Respecto al resto... Fueron la representación perfecta de como es la humanidad, independientemente del bando que fueran. Todos hacían cosas buenas y cosas malas, guiados por la Esperanza de vivir y la desesperanza que traía pensar en morir durante el juego, valorando y respetando aún así, en su mayoría, la vida de los demás. No se les podría calificar de blanco, ni de negro, sino más bien en un tono gris.
¿Y que hay de él mismo? Se sintió agradecido por como habían resultado las cosas, ya que no sabría si habría sido capaz de elegir entre él y su hermana. También admitió que no había sido la mejor persona que había salido de allí, quizá nadie de los que salieron de allí pudiera ser considerado como él o la mejor... Pero se sintió feliz de como habían terminado las cosas, ya que al final algunos volvieron en forma de robot, feliz por haber crecido como persona y descubrirse más a si mismo, sintiendo que a pesar de ser neutral, pudo demostrarse a sí mismo que si se le da la opción de hacer algo bueno, lo hará, siempre y cuando no se perjudique a sí mismo o a la gente a la que quiere.
Pero aquí no termina la historia de Kazuki y el resto de alumnos que vivieron aquél infernal juego. Ahora les tocaba demostrar que a pesar de toda la oscuridad que quedó arraigada en sus corazones, aún tenían luz, a pesar de haber vivido cosas tan horribles, serían capaces de perdonarse y convivir juntos. Tal y como había concluido, el mundo y la humanidad es gris, por lo que si el mundo ahora está lleno de negro Desesperanza...
¡Nosotros seremos el blanco Esperanza que equilibre la balanza!
Había muchos pensamientos en la mente, aun que muchos de esos pensamientos, los había dejado en la carta... espero que Miyamoto lea la carta... Tras caminar para la entrada, podía ver a todos mis compañeros que ya estaban por salir al mundo exterior, yo soy el primero el acercarme a todos ellos para saludarlos con mucha energía.
¡Miu Yoru, Miyamoto, Yuki, Arisaka, Miiker, Kadogemu Kazuki, katsumi y Kumiko!
...
..
.
y puto Bim
...
..
.
Le regreso el saludo a Kazuki.
Al final Kazuki tenía la razón...
Noto la cara de terror de Yoru. Era de esperarse de alguien que nos consideraba muerto.
¡Que le tienes miedo Yoru!, es como si hubieras visto a un fantasma
Fufufufufufufu...
Dejo a un lado a Yoru para acercarme a Katsumi y le doy una palmada a la cabeza.
Lo siento si mi muerte y segunda muerte te lastimara...
Me llama la atención las palabras de Kazuki sobre crear la esperanza, en eso me recuerdo de las cartas que deje a Miyamoto
¿Miyamoto puedes leer la carta?
Creo que estos nos puede dar algo de esperanza, al final, es lo que vamos a necesitar ahora.... en un mundo totalmente desconocido... pero sea lo que sea nos vayamos a topar, lo vamos a resolver juntos.
creo que dije casi todo en la carta xdddd
Y así comienza...
Una chica llena de sueños camina hacia la entrada de aquel maravilloso Instituto con un montón de sueños y anhelos entre sus manos, despidiéndose así de su hermano mientras da un paso hacia delante. No es consciente de lo que le espera y se encuentra con un montón de chicos allí reunidos, perfectos desconocidos que sacan a relucir su incipiente timidez y falta de confianza en sí misma como para relacionarse. Pero aquello poco a poco va cediendo gracias a la dulzura de Mashi, su primer amiga que al ofrecer una galleta, abrió puertas a una bonita relación con un triste final.
También estaba Arisaka que poco hablador, le resulta un igual, un chico con el cual quizás pueda establecer algún tipo de vínculo mientras iba conociendo al resto. Y de esta forma termina en aquel lugar dentro de un juego macabro donde hay que tomar serias decisiones y decidir el futuro de una persona. Ella tenía su monotool y no tenía idea de como usarla, además tuvo que aceptar el hecho de que al decidir colocar una trampa al morir, condena a otra en el mismo destino. ¡Muy triste!
Pero a medida que el tiempo fue pasando, los días en sí, Kuki fue desarrollando su carácter y la misma tensión del lugar hizo que no sea la mejor persona de aquel lugar. Quizás el peso que en sus espaldas tenía al ser de la esperanza, el cegarse con el correr de los minutos o confiar ciegamente en las personas equivocadas. ¿Quien sabe? Fue un error tras otro, no era intencional y al ver cada compañero morir de forma horrible, en ella algo se estaba rompiendo sin poder lidiar con ese dolor que le carcome y aleja de su lado más humano. De la verdadera Kukiko...
Y así es como su compañera Yuki ha caído en el influjo de su odio más visceral, Chiyoko, y unos cuantos más que en medio de tanta desesperación la hicieron perder el norte. Incluso dándole la espalda a su amiga mientras apoyó a otra (Kumiko) que al fin de cuentas le ha dado un puñal en la espalda. ¿Karma? Posiblemente. Lo curioso es que en medio de tanta tempestad donde apoyó sin querer ni intención secundaria a los osos, siendo un bastión de argumentos sin sentido, encuentra en Bim algo más que sentimientos encontrados y pese a todo: él era su esperanza.
Se enamora a medio camino de convertirse en una asesina, vacía por dentro, cayendo en medio de sus juegos y sabiendo que era él un oso. Ella en su momento piensa que padece el Síndrome de Estocolmo al querer tanto a su futuro asesino y posiblemente sea así, aunque jamás pensó que habría una respuesta del otro lado... ¿Sorpresa?
Kukiko muere, Chiyoko también y Atira es bloqueado, allí rápidamente le golpea la verdad en la cara y existe redención en su corazón. No duda en disculparse con cada uno de sus compañeros, buscando la paz mientras alguien aparece de repente y es la persona que menos se espera en Alter Ego: Bim. Conversan, dan vueltas en medio de su propia dinámica hasta que en medio de un hartazgo importante de Kuki le confiesa lo que siente y curiosamente esa persona, uno de sus asesinos siente lo mismo. Surge el beso, más vueltas y Boom desaparece.
Todo se acelera, hay discusiones y una toma más de decisiones. Las circunstancias dicen que ellos se separan, la pelirosa lo tiene asumido y todo se vuelve oscuro. Muy oscuro... Hasta que despiertan, con un cuerpo nuevo pero los sentimientos allí laten con más fuerza y no hay dudas, una sola persona en esta historia quiere ver. Si... Su esperanza. Así que tras hablar brevemente con todos, decide rodear el Instituto y al llegar, busca con la mirada entre todos los presentes aquella cabellera blanca que le ha prometido tantas cosas y ella a él.
No es momento de discutir, ni dar vueltas, ni asesinarse... ¿No?
Claro que no, sólo impaciente continúa en su afán de encontrarlo y cuando al fin lo logra, corre hacia sus brazos sólo con una intención: estar junto a él.
—Hola—dijo a Bim. —Me debes algo, esta vez te toca a ti y sin vueltas...
La puerta metálica tras un leve estruendo finalmente se abrió por completo, así como lo harían las de madera pocos segundos después. La luz del sol, tibia y agradable, calentó el rostro del albino, quien a pesar de disfrutarlo no pudo hacer otra cosa más que taparse la cara con la mano para evitar quedar encandilado. Lo habían logrado. Lo había logrado. Había ganado el juego y más importante aún estaba a punto de lograr salir de aquel asqueroso lugar con vida. Una leve sonrisa se dibujó en el rostro de Bim. Había pasado por varias situaciones desagradables en aquel maquiavélico juego pero ahora viviría para contarlo y posiblemente, eventualmente todo lo sucedido allí le daría igual, o al menos eso era lo único a lo que podía aspirar. No era como si esto lo reconfortase por completo pero debía conformarse. «Al final no fui capaz convencer al oso» se lamentó antes de chasquear la lengua con cierto fastidio y guardar sus manos en los bolsillos de su pantalón para así comenzar a caminar lentamente en dirección a la salida.
Si lo pensaba friamente, todo había sido una inmensa locura. Desde su desesperación inicial por no ser capaz de convertirse en un Ultimate, siguiendo con el plan que había urdido Niña Despair, hasta la estupidez suya y de todos sus compañeros al haber aceptado aquellos ridículos términos. ¿Y eso era todo? No, en absoluto. Estaba el oso robot, la digitalización de consciencias de los muertos, la capacidad de reinsertarlos en cuerpos robóticos, el espacio virtual generado en Alter Ego, que todo el juego hubiese pasado desapercibido a los ojos de la sociedad, si es que esta siquiera existía tal y como la conocían y... Bim sintió un escalofrío al percatarse una vez más y de forma muy palpable de lo impotente que tanto él como el resto había sido todo este tiempo, y lo impotentes que a pesar de todo seguían siendo.
¿Y qué podía decir de la moraleja, de lo que había aprendido de aquella "aventura"? No mucho. Aunque claramente nunca se había descubierto que había sido él pues de ser así no podría haber ingresado a la Hope's Peak, Bim había asesinado a varias personas incluso antes de que toda aquella historia comenzase. ¿Por qué? No estaba del todo seguro. No había sido por necesidad, en defensa propia ni nada nimiamente similar, eso estaba más que claro, pero decir que había sido por diversión tampoco le terminaba de hacer justicia a la realidad. ¿Emoción? ¿Adrenalina? ¿El bizarro placer de acabar con un vida? No, tampoco era eso. Quizás... Quizás se relacionaba con un profundo odio a la hipocresía, a las sonrisas falsas y a las amistades forjadas por intereses. El problema venía cuando veía hipocresía hasta en el afecto que le tenía un perro a un niño de dos años, o cuando sin importar lo que hiciese veía hipocresía en sus propias formas de actuar, haciendo que aunque a regañadientes la aceptase e incorporase no por ello la odiase menos. Una vez la hubo aceptado, acabar con las vidas de quienes que llevaban ese término que lo obsesionaba a límites insospechados perdió toda clase de culpa, haciéndolo una actividad como cualquier otra, ocasional.
Aceptando esta hipocresía, se había decidido por ganar el juego a como de lugar, sin importar el costo y por qué no, siendo que su vida podría acabar en cualquier momento, disfrutando de cualquier pequeño placer con el cual se pudiese encontrar en el camino, fuese forjar una amistad, disfrutar de un debate o tontear con literalmente cualquier cosa. Y así lo había hecho, recordando siempre que en todo tipo de relación las cosas no se hacían por el otro sino por la satisfacción personal de hacer algo por el otro, una curiosa característica humana sin más. Sólo dos cosas lo habían realmente cambiado, en cierta medida. La primera había sido culpa de Onee-chan. Aunque pese a todo la enana le había acabado agradando mucho e inclusive le había tomado cierto afecto, en el momento en el que con una sonrisa perturbada y totalmente abrumada por un ataque de megalomanía les había declarado la guerra a los osos porque las cosas no se hacían como ella deseaba, Bim sintió el tóxico recordatorio de que al final del día todos velaban por sus propios intereses incluso si no creían estar haciéndolo. Por supuesto, era incluso más desagradable cuando lo hacían conscientes de que estaban haciéndolo.
El segundo y posiblemente el peor había sido culpa de Niña Rosa. Aunque había comenzado tonteando con ella mientras se defendía de sus numerosas acusaciones, nunca había imaginado que podría llegar a sentir algo de verdad por la chica que se llenaba la boca de palabras y palabras más vacías que el universo mientras que sus acciones servían al propósito opuesto al que ella aseguraba servir. Tenía gracia como a pesar de todo, a pesar de que le gustase con locura, estaba seguro de que la asesinaría una y mil veces más de ser necesario. No podía evitar sentirse tan atraído por alguien que pese a todo, pese a su hipocresía inicial y en parte incorregible, había abierto los ojos y confesado no sólo su amor por él sino también que si volviesen al pasado lo asesinaría sin dudarlo. Pero como si eso no hubiese sido suficiente...
El beso. Aquel beso había sido como ningún otro que hubiese dado antes, y no por el estado de virtualidad o por cómo se sentía estar conectado a un lugar así, sino por todo lo que aquel súbito beso había implicado, algo que en aquel momento había logrado descolocarlo de una forma imponente. Tristemente, sería el último que...
—Hola—había dicho una voz que le sonaba muy familiar —Me debes algo, esta vez te toca a ti y sin vueltas...
Bim se giró, auténticamente sorprendido y sospechando que fuese alguna clase de alucinación. No. Era ella. Bajó un poco la cabeza, sonrió y se mordió con fuerza la parte interna del labio inferior. Estaba viva, el Oso Maloso sí había escuchado su pedido después de todo, o quizás simplemente aquel era su plan desde el inicio por alguna razón, ¿pero por qué...? «Da igual» resolvió con una inmensa dicha mientras se acercaba a ella, esta vez decidido a no dejar pasar la oportunidad e impaciente por probar cómo se sentiría esta vez.
—Supongo que tienes razón —y entonces, tomándola por la cintura y deteniéndose un momento para mirarla a los ojos, ahora robóticos pero igual de penetrantes y envolventes que siempre, aún incrédulo ante el hecho de que estuviera con vida, la besó.
Después de la despedida con Monokuma, Chiyoko había salido junto con los demás. Su cabeza, como siempre, iba formando teorías de qué ocurriría después. ¿Qué harían? ¿Adónde irían? ¿Cómo sería el mundo ahora? ¿Qué ocurriría con Monokuma y Junko? ¿Y cuánto tardarían sus cuerpos de metal en... apagarse? Se llevó la manga a su pecho metálico, todavía intentando asimilar todo lo que había ocurrido en apenas unos días.
He muerto, sí, más por culpa de Kukiko que por nadie más. No... También es mi culpa. Sabía lo que podría pasar, sabía lo que iba a pasar y aún así intenté ignorarlo. Tenía miedo a morir. Desde la primera noche que vi a mi doble destrozada de esa forma... Tenía miedo a morir. Me quise consolar pensando que había salvado una vida aquel día, la mía, la de Ayaki-chan o la de cualquier otro que hubiese elegido al azar... Pero el miedo seguía allí. Y sabía que estaba en la cuerda floja.
Intenté buscar la lógica a todo lo que me echaran encima, apuntando todas las certezas y dudas que tuviera... Intenté tratarlo todo desde un punto de vista racional, asumiendo que la verdad estaba allí. Y aunque había cosas que no tenían sentido... No me detuve. Bim-kun tenía razón. Me volví "perezosa", sabía que existía este escenario pero simplemente, no quise verlo. Quise creer que la Esperanza estaba ganando y no quise pensar otra cosa ni decir otra cosa. ¿Por qué? No me habrían creído y habría muerto. Y no quería morir...
Pero viéndolo desde el ahora... Mashiro-chan, Sato-kun, incluso Kenji-kun... Podría haber intentado salvarlos. Pero no, intenté seguir sonriendo con ello, diciendo que todo estaba bien... Hasta que vi el odio en los ojos de Yuki-kun. Hasta que supe que teníamos el tiempo en nuestra contra y ya habíamos perdido. Y aún así, tal vez me rendí demasiado pronto...
Tan pensativa estaba que no se dio cuenta de que habían llegado con los demás hasta que empezó a oír más voces y notó un choque que estuvo a punto de desequilibrarla. Bajó la mirada para encontrarse con la mirada ilusionada de Kazuki. Parpadeó sorprendida un par de veces y fue incapaz de decirle nada hasta que se fue a mostrar sus respetos a Kibou.
Ah, sí. Mi pequeño oso de Schrödinger. Es curioso que haya sido la persona en la que más he confiado... Y en teoría no fuese de ningún bando. Aún así hubo varios momentos en los que sospeché de él pero... No sé por qué tenía la sensación de que lo que hacía no era del todo malo. O no para mí...
Miró a los demás. Sabía que les habían engañado, les habían mentido, les habían asesinado de diferentes maneras y a pesar de todo, a excepción del que había salido corriendo y la que en ese momento estaba reuniéndose amorosamente con el que le había roto la cabeza en más de un sentido, no odiaba a ninguno ni sentía que lo hubiesen hecho "mal". Todos habían intentado sobrevivir, a su manera, en su bando, y afortunadamente lo habían conseguido muchos más de los que esperaba en un principio. Se miró la manga, como si hubiese algo dentro de ella y su sonrisa habitual volvió a aparecer. Sí, claro que merece la pena volver a intentarlo. Era esto lo que querías, ¿verdad, Monokuma-san?
- Vaya, vaya, pues claro que estamos aquí, Kazuki-kun. Ya te dije que no era necesario borrarnos para abrir la puerta... A pesar de que lo hayan hecho igualmente. Culpa del segundo Monokuma. - se encogió de hombros. Después de pensarlo unos instantes, se acercó a Kazuki con una sonrisa siniestra y se agachó para abrazarle por la espalda - Buuuu. Buuuu... Tendría que haberle pedido a Monokuma-san una sábana con sangre para aparecer como fantasma otra vez, pero... ¿Te lo puedes creer? Sólo me dio esto.
Agitó su manga y la pajarita roja de Kazuki cayó de ella, siendo cogida al vuelo por las esquivas manos enguantadas de Chiyoko. Dejó que el chico se pudiera dar la vuelta y cuando lo hizo, le colocó la pajarita en su sitio con cuidado.
- Mira que tener que obligarme a revivir para traértela de vuelta... Eres un desastre, Kazuki-kun. - susurró, terminando de ajustarla. Luego levantó la mirada hacia él y su sonrisa se ensanchó con gesto cariñoso - Me da que también voy a tener que acompañarte en eso de llevar Esperanza al mundo... Así que no hagas que me arrepienta.
Se incorporó y se detuvo apenas un instante para darle un beso mecánico en la frente. Incluso le pareció que le había guiñado el ojo un momento. No tenía mucho más que hacer allí, así que simplemente extendió la mano hacia Kazuki y sonrió a los demás, preparada para enfrentarse a ese mundo... Por mucha Desesperanza que hubiera en él.
Fue irónico, que precisamente una de los osos se acercase a mí para darme consuelo. Acepté su ayuda en silencio y sin siquiera mirarle a la cara.
Al oír a Yoru alegrarse por lo que había ocurrido con nuestros amigos, sentí la ira recorrer todo mi cuerpo. Pero no dije ni hice nada. Estaba agotado. No tenía fuerzas ni para reaccionar.
Solo quedaba salir de aquel lugar. Aquel que había pasado de ser el sueño de mi vida a mi mayor decepción, y luego a un escenario de pesadilla. El exterior parecía bastante normal, lo que me hizo pensar que Monokuma había mentido respecto a lo ocurrido. Aunque no le di demasiada importancia, pues en aquellos momentos no era capaz de sentir nada.
Estaba contemplando el exterior con la mirada perdida cuando me pareció ver algo por el rabillo del ojo. Cuando me giré y vi las figuras que se acercaban, no conseguí reaccionar. Tenía que ser una ilusión. Sus conciencias habían sido borradas, por lo que no podían estar allí, ¿no? Pero yo no debía de ser el único que los veía, porque los demás también reaccionaron, incluido un aterrorizado Yoru que se dio inmediatamente a la fuga.
—¡Chiyoko-chan… Kenji-kun… Kibou-kun… Kukiko-chan… Miguel-kun…! ¿De verdad sois vosotros? ¿Estáis vivos? —Las emociones eran tan fuertes que no sabía ni cómo empezar. Sentí deseos de dar un abrazo a cada uno, a la par que remordimientos.
» Chiyoko-chan, Kenji-kun… ¡Lo siento! Teníais toda la razón, pero yo no os creí… Acabé creyéndome las mentiras de los osos… Si os hubiera hecho caso, podríamos haber tenido alguna oportunidad de ganar.
» Kibou-kun, siento haberte acusado durante el tercer día. ¡Me equivoqué! —Era extraño que me disculpase, considerando que fui yo quien salió perdiendo por aquello, pero sentía que debía hacer las paces.
» Kukiko-chan… —Me detuve en seco y miré hacia el suelo, avergonzado e inseguro de cómo expresarme—. Lo siento… Siento haberte pegado… Estaba frustrado, enfadado y agobiado. Lo que me dijiste me hizo estallar y… lo pagué contigo… Lo siento, de verdad…
Tras decir todo esto, no pude contenerme más. Me lancé sobre ellos y los abracé fuertemente, uno a uno.
—¡Me alegro de que estéis vivos! Creí que no volvería a veros… —Al igual que otras veces, si mi nuevo cuerpo pudiese derramar lágrimas, estaría llorando a lágrima viva. Una vez hube acabado de abrazarlos, miré alrededor, buscando a los demás—. ¿Dónde están Mashiro-chan, Azura-chan, Ayaki-chan, Ito-chan y Sato-kun?
No comprendía qué era lo que había ocurrido realmente. Pero estaba claro que la esperanza siempre había estado de nuestra parte. Habíamos vivido una experiencia horrible, nos habíamos peleado entre nosotros, nos habíamos visto obligados a enviar a varios de nosotros a la muerte, algunos de nosotros habían caído en la Desesperación. Pero al final logramos salir todos con vida. Habíamos ganado.
Tras dar la bienvenida a nuestros compañeros revividos, me dirigí a alguien que había cambiado completamente de actitud con los últimos eventos. Alguien que había estado a mi lado durante casi todo el juego, pero que me había decepcionado en el último momento.
—Arisaka-kun… ¿Sigues pensando que la Esperanza no tiene sentido? Nuestros amigos están de vuelta. La Esperanza ha ganado. ¿Qué dices a eso? No quiero volver a oírte renunciar a la esperanza, ¿vale? —dije, decepcionado, esperando su reacción.
Finalmente la luz del hermoso día afloraba en las ranuras de las puertas y los alumnos, de a poco, podían volver a sentir la brisa del mundo libre en sus caras. Todo salían de aquella academia del terror con la esperanza renovada y la mirada hacia un futuro mejor. Kadogemu sabía que él lo hacía, con una sonrisa pegada en el rostro desde el momento en el que ayudó a abrir la puerta.
¡LO HICIMOS, AMIGOS! Que hermoso volver a ser libre, mis amigos... ahora cada uno podrá volver a sus casas, a poner sus talentos al beneficio del mundo. A volver a ser nosotros mismos. En cuanto a nuestras alineaciones...
Monka miró hacia el suelo, con una ligera sonrisa marcada por la tristeza interna de tener una finalidad diferente a la de muchos de sus amigos. Pero tenía la sensación de que podían dejar sus diferencias de lados en el nombre de la amistad y los buenos recuerdos de compañeros de academia. Bueno, los pocos buenos recuerdos que podía tener de toda aquella traumática experiencia.
Bueno, yo no... yo soy un Oso, agente de la desesperanza. Seremos enemigos eternos ustedes y nosotros, pero... ¡eso no significa que no tenemos que dar nuestro mejor esfuerzo! ¡Espero volver a verlos!
Y con paso firme y esperanzado, el muchacho amante de las referencias y experto en las cartas se despide de los demás y se va caminando hacia el horizonte, mientras una música triunfal de final de anime suena de fondo.
La puerta continuó abriéndose.
Las vidas de sus compañeros habían sido la última barrera. La última prueba, el último sacrificio. ¿Era acertado llamarlo así, siquiera? No, quizá sería más apropiado decir que habían sido la primera. El mundo ya les había demostrado lo despiadado que podía ser, y la forma en la que castigaba a aquellos que se aferraban a esperanzas vacías. Y eso había sido antes. ¿Cómo sería ahora, después del tiempo que habían pasado encerrados? ¿Cuánto habrían cambiado las cosas? ¿Qué tipo de horrores se encontrarían al otro lado?
Endureció su corazón. Era lo que había querido desde el principio, ¿Verdad? Se había convertido en un Definitivo. Y eso era todo lo que importaba, ¡Era lo único que había importado siempre! ¿Verdad?
Al fin y al cabo, nunca había tenido nada. Nunca se había sentido especial. Ni siquiera su talento había sido suficiente para conseguir hacer de él alguien destacable. Había existido como uno más, desde el primero desde sus días hasta el último, una vela titilante entre millones que nadie recordaría más de la cuenta cuando se derritiera. Pero eso había cambiado por fin... ¿Verdad?
La puerta continuó abriéndose, revelando una visión familiar al otro lado. Y más allá...
El sol golpeó directamente su cara, como lo había hecho otras tantas veces. El cielo era exactamente tan azul como lo recordaba, el aire tan limpio, y los terrenos de Hope's Peak tan perfectos. Si ese era un mundo consumido por la desesperación, desde luego no era la impresión que transmitía. Era normal, tan normal como había sido el fatídico día que había llegado allí. No había fuego, ni ruinas, ni ningún tipo de apocalipsis en marcha. No a primera vista, por lo menos. Era el mundo de siempre. El mundo que conocía y nada más.
Sus expectativas fueron traicionadas todavía una vez más antes de que pudiera procesar la posibilidad que no todo lo que Monokuma había dicho fuera verdad. Chiyoko, Kenji, Kibou, Kukiko y Miguel, todos y cada uno de ellos vivos. O tan vivos como lo estaba él. Sus memorias no se habían perdido. No habían desaparecido.
Completamente paralizado, observó la reunión de sus compañeros, sin ser capaz de pronunciar siquiera una sola palabra. Todos parecían... felices. Los motivos podían ser diferentes, pero el hecho era el mismo. Pese a todo lo que acababa de pasar se sonreían, besaban, abrazaban y mostraban aprecio y cariño. Sintió ganas de gritarles: ¡Se habían engañado, manipulado, traicionado y asesinado! Pero no fue capaz. Solo pudo mirar, quedándose cerca de la puerta, como si una parte de él de pronto no estuviera preparada para volver a aquel mundo.
¿Estaban ciegos ellos? ¿O estaba ciego él?
Pero la voz de Yuki lo alcanzó en algún momento y se quedo mirándolo durante unos segundos largos. Y poco a poco, sin tener la capacidad de hacerlo, empezó a sentir una creciente necesidad de llorar por un millón de razones que no entendía. ¿Hasta qué punto puede el pasado de una persona condicionar su presente? El Arisaka del pasado había tomado una decisión terrible, una decisión que jamás podría olvidar. ¿Pero significaba eso que tenía que condicionar el resto de su vida en torno a ello? ¿Tenía que hacer más profundo el abismo? ¿Tenía que hacer que el mundo ardiera de la misma manera que lo había hecho él?
Y lentamente empezó a acercarse a Yuki, su mirada descendiendo hasta enterrarse en el suelo, y agarró el cuello de su capa con un gesto torpe cuando estuvo frente a él.
—Lo siento mucho —pronunció con voz trémula, inicialmente sin ser capaz de decir nada más que eso. No sabía si podía volver a creer en la esperanza como lo hacían ellos, ni tampoco si sería capaz de perdonarse a sí mismo por todo lo que había hecho. Pero había dicho demasiadas cosas de las que se arrepentía, y solo ahora, al final, se había dado cuenta de que había algo que estaba muy por encima de todo eso. Muy por encima de la esperanza, muy por encima de la desesperanza y muy por encima de ser o no definitivo—. Quiero creer en vosotros. Quiero creer... Quiero creer en ti, Yuki.
Y es que era eso, y no ninguna otra cosa, aquello que verdaderamente jamás quería volver a renunciar.
Las respuestas a cámara habían sido variadas, aunque la mayoría compartían el desanimo de Miike. Al menos le consolaba ver que no era el único que se sentía así. Claro que las palabras de Arisaka, tan desesperanzadoras como el equipo de los osos, suponían un nuevo nivel de pesimismo. ¿Qué si estaba el mundo preparado para su película? Ni siquiera estaba seguro de que él lo estuviera.
Arrastrado por el miedo a morir, su mentalidad al principio había sido sobrevivir a toda costa. No tenía poderes especiales, o formas de ser útil por su cuenta. Tampoco es que su Ultimate Talent le ofreciera ventajas especiales para defenderse o atacar (ojalá haber elegido ser soldado en vez de cámara, cuanto habría cambiado la cosa). No. Su único poder era su monotool.
En las manos de otra persona, su monotool podría haber tenido muchos usos. En manos de Miike, decidió elegir un bando y aliarse con él. Le daba igual cuál, les sería de utilidad, o sino, evitaría ser un estorbo. Estaría dispuesto a no volver a usar su monotool, si con eso pudiera asegurar su supervivencia. Ya estaba acostumbrado a quedarse en los márgenes. Grabando. Observando. Riendo para sí mismo cuando alguien decía una broma graciosa, aunque ese alguien no supiera siquiera de su presencia.
Pero este juego lo había cambiado todo. A pesar de lo mucho que intentó mantenerse alejado del lío, como si pudiera pasar de puntillas por la masacre que estaba ocurriendo en la Academía... tuvo que tomar decisiones, una detrás de otra. Eligió confiar, aunque de vez en cuando temiera que, más que "alguien de utilidad" o un "estorbo", fuera "carne de cañón"... Y las personas en las que confió le demostraron que cuando alguien se arriesga, puede salir ganando mucho.
Claro que otros por lo mismo habían perdido mucho más.
Esas grabaciones estaban llenas de mentiras, asesinatos, confabulaciones. Hechas por personas que solían ser amigos, pero que lo habían olvidado. Y él lo había permitido. Si él hubiera tenido la más mínima idea de sus verdaderos recuerdos... Sintió un escalofrío y miró a los dos hermanos. Katsumi le coge del brazo, preparada a salir. Aki le devuelve la sonrisa, más por corresponderla que porque de verdad lo sienta. Por dentro, el muchacho estaba seguro de que sus decisiones habrían sido muy diferentes.
La compuerta se empieza a abrir y todos hacen planes. ¿Qué debería hacer él? Querría descansar, ¿pero habría siquiera un lugar donde hacerlo? Apretó la mano de Katsumi, buscando y dando apoyo. Cierra los ojos para evitar el deslumbramiento, y mientras se ajusta a la nueva luz, cree estar viendo una ilusión. Pero no. Son ellos.
—¿¿Qué?? ¡¿Estáis viv- bien?!-a mitad del grito se corrigió al ver las marcas de unión entre el metal, los tornillos, los reflejos del sol sobre su nueva piel. Pero quitando eso, ¡estaban ahí! ¡Y sus recuerdos parecían que también!-¿Pero cómo? ¿Has sido tú?
Su pregunta va dirigida a Chiyoko, pero con toda la emoción del momento, los reencuentros entre parejas y las disculpas cruzadas, no sabe si le ha llegado a escuchar. Se percata de que no están todos, y aunque le preocupa el por qué, no puede evitar sonreír.
—¿Sois libres no? Quiero decir, ¿no tenéis que volver adentro sino que podéis venir con nosotros, o bueno, adonde queráis?-casi botaba en el sitio de la emoción. Esperaba que fuera de verdad así, y que no tuvieran que volver a despedirse de repente. Pasó la mirada por todos ellos. Tenían tantas cosas que recordar juntos, tantas nuevas memorias que crear... Una nueva película que convencerles para grabar...
Pensó en pedirles una foto, esta vez sí. Antes de que ningún oso multicolor volviera a aparecer y les rompiera los planes de nuevo. Abrió la boca, pero antes de decir nada, la cerró. ¿Quién era él para interrumpir este momento? No quería estropearlo, prefería seguir observando las sonrisas, las lágrimas. Y lo más importante, quería que quedara solo para ellos, así que corrió hacía ellos, preparado para unirse, y apagó la cámara.
Con las puertas finalmente abiertas, lo único que pudo ver tras acostumbrarse sus ojos a la luz del sol, fue una escuela sin vida, vacía, silencio absoluto. Algo de lo que sus "compañeros" no debieron darse cuenta por los gritos de jubilo que escuchaba a sus espaldas, hasta pudo intuir las voces de mas personas de las que deberían y la chillona voz de Yuki le confirmo lo que temía. -¿Que pretendes con esto Enoshima?
Ikuyurah sabia muy bien que la escuela nunca había estado tan silenciosa o carente de personas por los alrededores, sabia que al mundo le había sucedido algo terrible, pero no quería ser el quien apagara la frágil llama de sus camaradas antes de mancharse de su lado.
Recogió una manta del suelo y dejo que Miyamoto eligiera su lugar entre ellos, sabiendo que ahora quedaría atado pero solo a la vez, cuanto menos era poético. Cubrió su pequeño y rechoncho cuerpo "eterno" con aquel improvisado poncho y empezó a caminar hacia el horizonte, siendo adelantado por un asustado Yoru Bochi.
-No creo que pueda huir de Mashiro -Susurro casi con una sonrisa de medio lado, sin dejar de caminar, sin dejar nunca de buscar.
Tenía en mente lo que quería hacer y a dónde quería ir en cuanto saliese al exterior, pero las sorpresas no iban a terminar aquí. Monokuma nos dejó marchar y, lo primero que pudimos presenciar al atravesar la puerta de salida, fue al resto de compañeros congregados. "Pero qué es esto..." -pienso con un gesto de extrañeza intercambiando miradas con cada uno. Los causantes del actual estado de algunos de nosotros, allí; los neutrales que les ayudaron a conseguir la victoria para salvar su pellejo, allí; y el resto de la esperanza que sufrió un destino similar al nuestro, con un cuerpo robótico en su mayoría, también allí. Antes de poder siquiera abrir la boca, Yoru reacciona de una manera airada y exagerada, marchándose a la carrera al vernos, y completa una situación que cuando menos es cómica. Pero mejor así, porque no creo que le fuese a transmitir muy buenas palabras si se acercaba a mí con su habitual insistencia inacabable... Más bien todo lo contrario.
-Qué sorpresa -murmuro por lo bajo mientras los voy escuchando hablar u observarnos con desconcierto. Las palabras de Yuki hacen que le mire fijamente acercándome unos pasos-. No fue culpa tuya, Yuki -le transmito correspondiendo a su abrazo con cariño-. Creo que ninguno actuó del todo bien allí dentro y nos equivocamos cuando no debimos equivocarnos. Yo el primero... -reconozco exhalando un suspiro-. Por suerte ahora estamos fuera y podemos emprender una nueva vida, porque la vida que teníamos antes de entrar en la Academia es complicado que vuelva -es mejor ir asimilándolo-. El resto quizá siguen en las cápsulas donde hemos despertado. Tarde o temprano saldrán por esa puerta igual que hemos hecho nosotros -digo esbozando una leve sonrisa-. Se lo he comentado a ellos antes -ladeo la cabeza a los que han salido por la puerta conmigo-, pero también os lo diré a vosotros. No sé si el destino deparará que volvemos a encontrarnos todos en alguna ocasión. Quiero creer que si lo hace, no terminaremos discutiendo o enfrentándonos a muerte, sino que nos saludaremos o hablaremos sin lanzarnos al cuello. Tenemos esta segunda oportunidad. Aprovechémosla... Y dejemos el odio atrás. Solo nos traerá problemas -zanjo en un tono rotundo.
Pensando si añadir algo más, recuerdo la que era y es mi intención en este momento, así que me giro mirándolos a todos, preparado para despedirme.
-Si me disculpáis... necesito tocar el piano. Llevo ya demasiado tiempo desde que entramos sin tocarlo y acabaré oxidado si pierdo práctica. Es algo que no me podría perdonar... ¡Nos vemos! -exclamo, con una sonrisa dibujada en mi rostro antes de partir en dirección al estudio.
Ya era hora de partir, hora de ir a casa y seguir siendo un gran mayordomo, buscando a la hermana de Kibou, muchas cosas pasaron por mi mente, desde cuando me declare neutral por mis ideales de no meterme a un bando, hasta terminar siendo alguien que aspiro para la esperanza, esa esperanza parece algo lejana pero prometo por la vida de Kibou y los todos en el Alter ego que seguiré para adelante.
Cuando la luz del día hicieron brillar, todo estaba en silencio, al parecer nadie no estaba esperando afuera, ni padres, ni madre ni el pequeño amo estaban, era algo solitario. Hasta cuando escuche voces muy familiares, ¡Se trataba de nuestros compañeros!, con la cara alegre y emoción.
¡Pensé que habían sido borrados por Monokuma! en eso Kibou pregunta acerca de su carta y niego la cabeza Lo siento Kibou, pero ya leí la carta cuando las puertas se estaban abriendo le doy la carta a Kibou Creo que lo mejor será que usted tenga la carta. Tras eso me pongo a un lado de Kumiko y Katsumi Estuvimos hablando de ir a buscar tu gato como tu hermana, pero ahora que estas vivo, creo que es mejor ir de visita a tu casa. Es como si estar dentro, pasara semanas pero solo fue un poco mas que una semana, tantas cosas pasaron adentro.
Ya es hora de irnos y dejar este lugar atrás. tras eso, solo espero acompañar a Kibou con sus amigos, a ir un lugar donde pasarla bien, al parecer esta pesadilla ya llegado a su fin... por ahora.
Permaneciendo al lado de Kazuki y Miike salí para afuera con una mezcla de sentimientos encontrados, feliz por haber terminado el juego y poder salir por fin de aquel lugar, de haber sobrevivido junto a mis compañeros, a Miike y, sobre todo, con mi hermano. Y sin embargo, caminaba sintiendo una presión en el pecho al que no conseguía poner nombre y estaba empañando aquel momento. El recuerdo de los últimos momentos de nuestros compañeros caídos en las pantallas, del sacrificio de Kibou, aún rondaban en mi mente.
Grande fue mi sorpresa cuando de pronto, algunos de ellos aparecieron al otro lado de la puerta. Con la boca abierta, me quedé durante un momento en shock tratando de asimilar la nueva situación. Ni siquiera cuando Yoru salió corriendo reaccioné. Y debería de haber hecho, ver por primera vez a Milk B... roba tumbas... bueno, lo que fuera. Ver por primera vez a este correr asustado merecía una mención especial en la película de Miike. No obstante, seguí mirando petrificada hasta que me di cuenta de que no estaban todos.
- Parece que Monokuma y Junko también tenían su corazoncito después de todo, pero ¿no está Azura-chan con vosotros también? - pregunté buscándola. Me suponía que todos habrían sido revividos, pero al parecer no todos habían venido.
Algo apenada por la ausencia de la bailarina, me acerqué a los recién llegados contemplando los reencuentros. Kazuki se lanzó sobre Chiyoko entusiasmado, agarrándose a su pierna. Había visto como el cariño de mi hermano por la chica había ido aumentando con el paso de los días y, aunque había tratado de que no tuviera que sufrir su pérdida, al final no había podido ser. Ver que estaban de nuevo juntos me alegraba, no sólo porque Chiyoko me había parecido una persona excepcional, sino porque eso significaba que Kazuki también estaría feliz. ¿Quien me hubiera dicho que mi hermanito se enamoraría en un juego de traiciones como este? Observando la reacción de Chiyoko, como abrazaba a Kazuki y volvía a bromear con la sábana de primer día, estaba completamente segura de que no había mejor elección. El amor tiene muchos caminos y en ocasiones muestra los senderos más luminosos.
Amor que yo misma había encontrado también, para mi gran sorpresa. Con un par de pasos me coloqué frente a Kibou. Apenas era capaz de decir una palabra después de todo lo que había pasado, pero mi sonrisa lo decía todo. Mientras me daba una palmada, cerré los ojos un segundo y le abracé.
- Yo también siento que tuvieras que sacrificarte, pero no quiero pensar en eso más. Lo importante es lo qué hagamos de ahora en adelante - dije suavemente - como ha dicho Miyamoto, ahora podremos ir a buscar a tu hermana y tu gato. Hay muchas cosas que podemos hacer, tenemos mucho tiempo de aquí en adelante.
Me separé un poco para ver otra escena romántica que me causó mucha curiosidad. Bim, quien siempre había demostrado frialdad a la hora de tomar decisiones y siempre se guiaba por la lógica, protagonizó una conmovedora y romántica escena con Kukiko. Incluso el frío peliblanco tenía un rinconcito para el amor.
- Kukiko, te espera mucho trabajo con ese cabezota - le dije a la pelirrosa con una sonrisa cómplice - cuida bien de él - me di la vuelta, pero en el último momento volví a girarme - ey, Bim, ¿qué tal si llevas a Kukiko-chan a comprar ese traje de conejita que tanto te gusta? Seguro que le quedará espectacular - le guiñé un ojo, y ahora sí, centré mi atención en el resto de nuestros compañeros.
Primero miré a Monka, quien se alejaba como si todo el mundo estuviera en contra suya - vamos, Monka, todos tenemos nuestra parte. De hecho, tu eras Esperanza hasta que yo te recluté, así que no deberías sentirte tan deprimido. La vuelta de nuestros compañeros puede ser un nuevo comienzo.
Mi mirada pasó entonces a Arisaka y Yuki. Eran una pareja que a pesar de todos los altibajos se habían mantenido juntos y, a pesar del último bache, su unión perduraba - cuida bien de ese pequeño remolino de energía inagotable, Arisaka, creo que ambos hacéis una pareja muy bonita - sonreí a Yuki con un gesto tranquilo. Cerca estaban Atira, quien se iba alejando, y Miyamoto, una pareja improvisada y cuanto menos curiosa - ¿sabes, Atira? A pesar de todo lo ocurrido, siempre me resultaste adorable con tus pucheros - dije en voz alta para que me escuchara mientras se alejaba - Miyamoto, fue una pena que nunca llegara a usar mi MonoTool contigo, siempre sentí curiosidad por saber qué ocurriría con tus votos.
Me acerqué entonces a Kenji y solté una risita de cabrona - sabias palabras, Kenji, eres un ejemplo a seguir. Ni rencores ni represalias, sólo un nuevo comienzo. Pero en tu caso yo sí me tomaría una pequeña venganza - señalé el lugar por el que había desaparecido Yoru - ¿qué tal si lo persigues gritando melosamente "Yoru-chan" durante un par de días para asustarlo? - bromeé divertida - Miguel, bienvenido a ti también, pero se acabaron las rimas. Búscate otro hobbie - esto también lo dije en broma, aunque tal vez no tanto.
Me volví entonces hacia Miike con una sincera sonrisa - gracias por tu apoyo incondicional y por permanecer a nuestro lado en todo momento, Miike, no sé que habría sido de nosotros sin ti. Durante estos días he llegado a apreciarte y respetar más que como aliado, como un buen amigo. Seamos siempre buenos amigos.
Había sido un gran apoyo para mi, me había permitido comunicarme con mi hermano durante aquellos días y nos había ayudado de innumerables modos. A pesar de que nuestra colaboración había sido fruto de la supervivencia, había sembrado algo más que una simple alianza.
Tras mirar una vez más a cada uno de los presentes, me giré hacia las puertas de la academia.
No sé qué nos espera ahí fuera, pero estoy segura de que lo ocurrido estos días nos ha marcado para siempre. Sin embargo, Kenji tiene razón, tenemos una segunda oportunidad y yo no pienso desperdiciarla. Seguiré adelante sin mirar atrás.
Pero mientras recibí fuertemente el abrazo de Katsumi... aun que era ahora una maquina, aun sentía cariño para Katsumi y me puse un poco rojo y cuando me soltó me quedo un poco paralizado...
Igualmente... espero estar juntos... digo hacer mejor todo en un futuro Aun no estaba claro que podía decir que sobre de mi hermana... ¿recupero la memoria?... me pregunto
Solo me quedo pensando en todos los momentos compartidos con todos... desde cuando no me interesaba nadie de nada, sobre lo que estaba pasando, hasta cuando aparecieron las Notas y pelearme con Sato acerca de las matemáticas, tal vez esa fue la primera vez que llegue interactuar con Kumiko indirectamente... hasta llegarme aliar con Katsumi por cuestiones de mutualismo para sobrevivir, hasta convertir en una amistad para terminar en todo un romance a todo estilo Romeo...
Pero fue con la muerte de Yuki, que me hizo recapacitar acerca de lo que estaba implicado y que esto no era para tomarse secundaría... creo que fue en ese momento que mi hizo cambiar... posiblemente el enojo de Kukiko si me llegara a perdonar por lo que ocurrió con Yuki y para recompensar, me fui para esperanza... Aun que sin querer queriendo me alíe con los Osos, me llegara a perdonar... me lleve bien con el chico Poeta y me hice amigo de Miyamoto, aun que también sin querer queriendo me hice amigos de estos.... incluso hasta en final me llego a doler su traición aun los considere como mis amigos... Incluso a Yoru a pesar de sus mentiras.
Escucho a todos, como se reúnen uno con otros, volviendo armar las amistades que se habían roto por el juego del terror, como en las trágicas muertes ocurridas, ahora que tenía un cuerpo... Desde el impactante beso de Kukiko el sucio Bim (Dan) que no me lo esperaba pero fue algo alegre ver como Bim fue en que tomo la iniciativa. Ya era hora que Bim tomara la iniciativa, de hecho creo que esto demuestra que aun tal vez tenía razón que puedes cambiar...
También la reunión entre Chiyoko y Kazuki, que me dieron cortos en el estomago por verlos reunidos a igual como Kukiko y Bim o yo con Katsumi... Creo que tenía la razón que la relaciones pueden dular después de la muerte
En eso escucho a mi cuñado Yuki, sorprendido por vernos nuevamente. Y sus disculpas las considero también que me ha perdonado.. algo que tenía lastima en el kokoro.
» Kibou-kun, siento haberte acusado durante el tercer día. ¡Me equivoqué!
Me alegra saber que ya estamos bien pero creo que yo te debo igual unas disculpas a ser que yo fui la causante de tu muerte... perdón
Tras eso veo a mi hermano PERDIDO como se acerca a Yuki, parece algo triste... Era normal, después que todo sufrió, todo lo que tuvo que pasar y caer en la desesperanza, creo que llego a resistir mucho en poco tiempo, pero no fui ayudarlo, creo que es trabajo de Yuki.
Luego Kadogemu habla, y dice algo que tenía en cuenta desde un inicio... no somos osos... somos estudiantes, llevados hasta las cuerdas por circustancias injustas como manipuladas... pero con esta reunión ahora todos estamos bien con todos... Creo que no hay nada que perdonar...
Tomo en cuenta a Miiker, el Neutral definitivo pero también un buen compañero definitivo, que también se alío con los osos y tal vez como inicio siendo algo por supervivencia termino algo con una amistad... Era de esperarse, somos seres sociables y ahora con la cámara de Miiker, espero que futuras generaciones sepan que paso y aprender de nuestros errores.
También no me sorprende el comportamiento de Atira, que parece Terminator como azura. Así que le digo en tonde esta el resto.
Hey chico... ellos están atrás del edificio, ahora no desperdicies tu segunda oportunidad...
También escucho las dulces palabras de Kenji, que aun que nos enfrentamos, creo que eso quedo mucho atrás... de todas formas ya mucho había pasado y aun quedaban los sueños por cumplir.
En eso escucho a Miyamoto para darme la noticia que ha leído mis cartas...
-Así sabe de mi hermana eeehhh-
Así que ya has leído las cartas... una lastima... pero voy a leer yo mismo a los muertos la carta... ya que no la han escuchado.
Miyamoto se había quedado como neutral todo el momento pero también tenia sus propia voluntad y tras intentar acusar a Bim de oso, croe que se formo una buena amistad, pero esta ya se podía ver tras haber intercambiado momentos tiempo atrás.
Tomo la carta y les leo la carta.. pero no era solo para los que no lo han escuchado, sino para todos en general, aun que Miyamoto ya lo leyó.
LA ESPERANZA
Fecha: Noche 7 En la biblioteca.
Cuando escribo esta carta, es porque gano la esperanza o por lo menos parte de ella.
Esta parte va para todo el grupo o el que se la tope:
¡Felicidades si lograron salir del juego de la muerte por Monokuma!!, posiblemente lograron atrapar a los Osos o los Neutrales ganaron o los osos ganaron y están buscando que robar, fuera quien fuera. Creo que te mereces esta carta para llevarlo contigo. Posiblemente morí durante en juego de Monokuma y por eso no podré decir un largo discurso sobre la esperanza y que nos espera en día del mañana, por eso deje esta carta para en que se la tope.
¿Para mí que es la esperanza?
La esperanza se le compara cuando corres hacia el arcoíris que es formado por la luz y la lluvia. Tal vez nunca lo logres alcanzar y tal vez fracases en el intento, pero ese es el propósito del arcoíris. Hacerte caminar por algo invisible y una causa mayor que fácilmente uno pueda entender. Es claro que vas a perder la esperanza, porque has fracasado, le has perdido la fe y porque duele. Pero creo que eso es lo que forja el coraje de una persona, y aumenta ese coraje cuando estas tirado en el piso te levantas una vez más, por eso la esperanza seguira contigo, incluso en el día más oscuro.
Por eso si las fotos de Monokuma son reales, tengo la esperanza que en un punto de la historia fuimos compañeros, amigos, hermanos, novios y novias, ya sea en el curso de reserva o en curso de estudiantes definitivos, por eso tengo la esperanza que hubo peleas, discusiones entre nosotros, engaños y tal vez traiciones, pero tengo más esperanza que también hubo más episodios de la playa o piscina entre nosotros, fuimos al cine, comimos juntos, nos pasamos bien entre nosotros y fuimos amigos entre todos, tal vez por eso Monokuma nos borró la memoria para no pensar dos veces en matarnos entre nosotros mismos... incluso ahora mismo estoy sospechando de Yoru y Kumiko, pero ¿qué se puede hacer?, solo somos niños en un escenario sub realista y tal vez varios de ustedes ya perdieron la esperanza, aun así, tengo la esperanza que algún día recuperen la esperanza o su esperanza se haga más fuerte que nunca. Doy fe a ello, con esta carta les deseo mucha suerte, miren al horizonte y no pierdan la esperanza.
Atte: Kibou Kobayashi Kat
Termino de leer la carta, y recuerdo escribir la carta después del beso de Chiyoko... pero dejo eso pasar y me volteo a los demás..
Me dio un poco de pena... pero esta la carta lo hice para todos... un mensaje para contra restar el mensaje de Monokuma
Volteo ver a Miiker, Miguel y a Kanji
Miguel, Miiker y Kenji... espero que sus sueños se cumplan
Suspire... ahora estaba en paz.
Y ahora estaba frente, con todos ellos, sin la necesidad de matar a alguien o votar por alguien, que se podía esperar para el día de mañana. Me acerco a Kumiko que no ha dicho nada de nada, para tocarle la espalda y darle unas palmadas...
¡Hey hey!, puedes quitar esa cara amarga y venir con nosotros, de todas formas todo ya esta perdonado...
Me acerco a Katsumi, me acerco y le doy un dulce mecánico beso en el cachete. Para luego apartarme y verla.
Espero hacer todo juntos y el especial contigo.
Volteo ver un momento el horizonte para luego voltear a ver a Katsumi que se quedo viendo la academia. La tomo de la mano y la veo fijamente para hablarle.
Pase lo que pase, estaremos juntos.
Me robo un post para reaccionar ante todo y leer carta para los muertos X.x
Tocho post por maldad >:D
Por fin se había acabado... Aunque ¿A qué precio? No entendía nada,e qué momento empecé a sentirme mal por esto. Hace años que la esperanza murió en mí, dejando paso al pozo oscuro sin fondo en el que había vivido hasta ahora. Sacudí la cabeza de nada servía darle la vuelta. No vote, no pude. Cuando salimos al mundo exterior me quedé mirando al cielo pensé en que podría hacer, a parte de ir a por cierto gato.
Antes de hablar con los demás aparecieron unas siluetas... espera...¿Esos son?
Aparecieron todos los que creíamos borrados de la existencia. Era imposible no me esperaba esto. Me quedé petrificada en el sitio mirándolos reunirse todos juntos y felices. Kukiko, kibou, bueno parece que lo del gato está solucionado. No pude evitar una sonrisa triste al ver lo alegres que estaban, sin decir nada mire al horizonte y comencé a caminar intentando no ser notada en busca de un nuevo rumbo.
Espero que podáis arreglar este mundo podrido, quizá nos veamos en el futuro o no... Quién sabe.
Lo que habéis vivido en este lugar hubiera sido impensable en cualquier otra situación. Durante diez días os han tenido encerrados en el interior de la Hope's Peak Academy, el lugar al que tanto ansiabais entrar hace no tanto tiempo, y habéis tenido que dudar y enfrentaros a vuestros compañeros y amigos, a los que habíais olvidado por completo. La mitad de vosotros no llegó con vida hasta el final, y la última decisión que tuvisteis que tomar probablemente fuese la más dura de todas.
Y aún así, aquí estáis. De alguna forma, aunque hace unas horas las cosas parecían ir peor que nunca, aunque todo parecía ya perdido, de alguna manera os encontráis casi todos juntos de nuevo.
Algunos están ausentes y han preferido seguir su propio camino. Otros sin duda buscarán algún tipo de venganza contra los que los engañaron y traicionaron durante el juego. Otros seréis amigos para siempre. Y algunos, mucho más.
No sabéis lo que os espera ahí fuera, no tenéis ni idea de lo que puede estar pasando más allá del terreno de la Hope's Peak Academy. Pero lo que sí tenéis muy claro es que, sea lo que sea lo que os aguarda, a partir de ahora vosotros decidís vuestro propio futuro.
¿Será eso lo que llaman esperanza?
Fin