-Amigo me alegro de verte. Dijo relajado. En nadie podía confiar, pero en él si. -Bienvenido. Espero que tú puedas darme respuestas porque la verdad que todo esto me supera, solo quiero volver, que volvamos juntos a nuestro mundo. En sus palabras se notaba algo de angustia. -No sé en quien confiar. Todos en la cúpula parecen mentir, pero tú... Tú no me mentirías. Quizá subestimaba la amistad de ambos, pero realmente creía en su palabra.
Paseabas tranquilamente esperando saber la resolución de tus compañeros cuando sientes un repentino cansancio que adormece tus músculos y cierra lentamente tus párpados. Todo ha pasado demasiado rápido, tanto que incluso llegas a creer que ha sido fruto de tu imaginación pero no tardas en percatarte de que el aire había cambiado. En realidad todo había cambiado.
Ya no estabas en la cúpula de Cosmos, sino en una nave sobrevolando los cielos y tumbado en el frío suelo.
A través de las ventanas podías ver las nubes y los pájaros volar a tu lado, pero lo más importante no era lo que había fuera, sino dentro: manejando la majestuosa nave se encontraba una persona que conocías bien, Squall, y a su lado su compañero Irvinne.
Desconertado sin saber qué había pasado, Snow entra a la cabina de mando.
-Llego el mejor protector de todos los tiempos. Bromeo. -Quería que habláramos en privado, esa amenaza tuya no me ha gustado... Le dijo serio. -Si en la cúpula manda Cosmos, en esta nave mando yo. Dijo mientras permanecía a los mandos del fabuloso barco volador.
No, yo no miento.
Declaro con claridad, justo cuando veo aparecer a Snow.
Ey.
Es mi gran saludo. Miro a ambos, que parece que han dejado algunas cosas en el tintero.
Tranquilo, Snow, creo que puedes confiar en Squall.
Me siento y me apoyo contra la pared más cercana.
A este jardín le faltan flores. ¿Cuándo invitarás a alguna, Squall?
Medito en voz alta.
-Tu siempre pesando en lo mismo. Suspiro y sonrió ante el comentario típico de Irvine.
-Tenia que traerlo a el primero. Tal vez hablando aquí sin tantas interferencias podamos llegar a un entendimiento. Mencionó mirando a Snow.
Hizo ascender la nave atravesando las nubes. Casi ni podía verse a través de ellas, pero Squall había adquirido cierta destreza al timón.
La primera reacción de Snow fue dirigir una mirada seria a Squall, entrecerrando los ojos mientras apretaba con fuerza su puño izquierdo. Sospechaba de Squall, por lo que su primer pensamiento fue que este le había secuestrado.
Pero entonces vio a Irvine y se sintió más tranquilo. Algo le decía que no estaba en presencia de seguidores del Caos, por lo que respiró con alivio.
-Sospechaba de ti -le dijo a Squall, mostrándose directo-, pero supongo que un servidor de Caos no tendría un barco tan guay como este. Y bien, ¿qué querías hablar? Imagino que cada noche puedes traer a alguien aquí, ¿no?
-No, no soy servidor del Caos. Voy por libre. Sonríe. -Solo intento sobrevivir en esa cúpula donde los cuchillos vuelan de un lado a otro. No tengo más poder que este. El traer aquí a gente para aliviar mi soledad y para que negarlo procurar mi supervivencia. Solo las manos del timón. El barco empezó a descender bruscamente. El aire, se hacía difícil el respirar. Volvió a coger los mandos. -Tranquilos mientras sea el Capitán de esta nave estaréis seguros aquí.
-Bueno tenemos mucho tiempo, pero decid ¿que opináis de lo que ocurre allí abajo? en confianza. Pregunta a ambos.
-Si tuviera que apostar, diría que Terra, Yitan y Noctis son los seguidores del Caos -comentó Snow, dándole vueltas a todo lo ocurrido-. Aunque hay algunos como Refia y Faris que da la sensación de que estén intentando pasar desapercibidos, así que no sé qué pensar sobre ellos. Lo que tengo claro es que podemos fiarnos de Ashelia y Shantotto. Con los demás... no estoy seguro de que podamos señalarles como inocentes.
Squall ladeo la cabeza y después sonrió. -Doy por hecho ¿que dentro de los de tu confianza también entra mi compañero? Le pregunto a Snow, señalando a Irvine.
No tenia mucha más información que compartir, ya que sus otros visitantes poco le habían aportado, aun así...
-Antes me visito Vivi, pero ese pequeño inexpresivo no me dijo nada ¿que opináis de él? Dijo mirando a ambos.
Entonces: aquí estamos protegidos, podemos hablar a solas, pero es temporal nuestra estancia. ¿Cierto, Squall?
Trato de asegurar las palabras de mi compañero. Al fin y al cabo ambos estábamos en el mismo bando. Me pongo en pie y niego, aprovechando para colocarme el sombrero bien.
No sé qué pensar de Vivi. Una parte de mí quiere creer en él, pero algo no me termina de oler bien. Por lo pronto para mí es tan culpable como muchos. Es posible que sea un buen aliado si sólo fuese menos timorato.
Ahora mismo no tengo claro mi siguiente objetivo, a falta de pruebas. Seguiré escuchando y mañana por la mañana diré mis confianzas y si tengo alguna desconfianza, como hice anteriormente.
Sobre abajo, en confianza: opino que hay que ayudar a Cosmos. Y que debemos acabar con los aliados del Caos. Y con lo último que han dicho casi estoy de acuerdo con Snow en que Noctis me huele mal. Es posible que sea mi acusado de mañana si no encuentro más pruebas.
Y ahora... ¿hay algo de tomar por aquí?
Se acercó a ambos con la intención de poder tomar un trago antes de terminar el paseo en barco volador.