Partida Rol por web

Lightning, cansada de seguir luchando contra el destino, cogió su espada con ambas manos y la alzó antes de clavarla sobre su propia piel con un rápido movimiento, atravesando la carne y dejando que regueros de sangre descendiera por su armadura.

Había sido su última voluntad, acabar con el único resquicio de Caos que quedaba en su interior antes de que fuera demasiado tarde, sintiendo que esa sangre se teñía de un oscuro negro que poco a poco caía en pequeñas gotas sobre el suelo, creando posteriormente un charco con dirección hacia la cúpula quebrada. Pero desde el fondo de su corazón, ahí donde oculto todavía había un ligero brillo, surgió la cálida figura de Cosmos, acariciando con cierto aire maternal el rostro de Lightning.

Serah está orgullosa de ti. Siempre lo ha estado.- Le dio un beso en su frente, expulsando así todo mal que habitara en su alma en forma de oscura serpiente.

El último resquicio de Caos reptó por el suelo, escapándose de las manos rápidas de los guerreros con una única dirección que logró alcanzar: Cuando estuvo lo suficientemente cerca de la cúpula hizo acopio de toda su magia para terminar de romper aquella brecha que ya habían abierto, rompiendo por completo el refugio que había formado con su magia y dejando a todos desprotegidos.

El ambiente era hostil. El aire pesado impedía respirar con normalidad y el fuego de las explosiones de los booms y la batalla eterna que todavía se libraba en el horizonte rodeaba todo el paraje, creando una nube densa que surcaba los cielos.

Sabía que no podía confiar en esa panda de mentecatos.- La voz de la ira y el odio, la misma que había orquestado cientos de guerras por todos los mundos y acabó con la vida de miles de vidas se alzaba sobre el resto, riéndose en plenas carcajadas.- ¿Crees que has ganado Cosmos? Estás debilitada, no hay nada que puedas hacerme.- Sus pasos dejaban un rastro de muerte y destrucción sobre la quemada tierra, destrozando los pocos restos de fauna que quedaran mientras se acercaba a lo que quedaba de refugio.- Aerith, Firion, Cecil, Lightning… todos ellos sólo eran peones para llegar hasta ti, y apenas puedes mantenerte en pie. No puedes acabar conmigo.- El crujido de los cristales en sus pies dejaron marcas en la tierra, resto de sangre oscura que hervía como si fuera el propio fuego.- He ganado.

Tienes razón, mi magia no puede afrontar ahora mismo otra batalla.- Sonrió con tristeza mientras acortaba esa distancia, colocándose frente al resto de guardianes mientras se apoyaba sobre su báculo, usándolo como soporte para no caer.- Pero hay algo con lo que no has contado… No estoy sola.- Un golpe en el suelo fue suficiente para que la poca magia que quedaba en el corazón de la diosa se esparciera en los restos de la cúpula.

Los Guerreros comprobaron que la tierra muerta que pisaban poco a poco fue creciendo una verde hierba, al igual que las flores y vegetación dejando un paisaje circular precioso, como si de un jardín se tratase.

Además, los lúcilos sobrevolaban a su alrededor como si de un alegre baile se tratase para dividirse después en varias figuras. Algunos recuperaron a sus compañeros caídos, otros a sus amantes recibiéndolos en un caluroso beso, los que Caos había arrebatado su voluntad y otros no tan conocidos pero que se habían ganado un hueco especial entre todos. Por fin los veintidós Guerreros del Cristal estaban reunidos y sabían qué tenían que hacer.

Los primeros en adelantarse fueron los magos. Aerith, Kefka, Shantotto, Vivi y Firion se coloraron en segundo línea de batalla mientras cargaban entre todos una poderosa esfera de fuego, combinando el poder de cada uno en un mismo punto. La magia rebosaba, incluso ellos mismos sentían que aquello podría aniquilar universos completos si fallaban.

Caos quiso aprovechar esto lanzando una estela de energía a esa dirección, pero la rapidez de Snow colocándose al frente y creando una barrera protectora fue suficiente para evitar el impacto, aunque le hizo retroceder varios metros por la fuerza del impacto.

¡Ahora! – Cid lideró el ataque central, bastón en mano, corriendo hacia la dirección de Caos antes de que se escapara. Ashelia sacó su espada mientras gritaba el nombre de su difunto marido antes de intentar dar una tajada por el costado a Caos, quien había podido esquivar con facilidad el golpe, sin embargo Cecil y el Guerrero de la Luz aprovecharon los puntos flacos para atacar por detrás, hiriendo su brazo.

Caos soltó un bufido frustrado. Se veía rodeado y eran demasiados, intentando invocar una nueva esfera de energía para liquidarlos a todos aunque apenas tuvo tiempo al sentir que sus labios habían sido silenciados por Lightning, quien indicaba al resto de atacar mientras ella cubría. Refia y Tidus fueron por detrás, cercenando parte de su espalda y dejando que las heridas brotaran de su piel.

Herido, hizo un barrido para apartarlos de su camino con las manos dando de lleno a Cloud, quien salió propulsado por el aire, ¿sería el fin del Guardian? Siempre contigo, amigo. Una llama en su interior brillo mientras su compañero caído, Zack, le tendía la mano para impulsarle, devolviéndole al campo de batalla.

Aprovechando que estaba distraído, Yitan colocó trampas alrededor de Caos, haciendo que su pierna zurda cayera sobre una de ellas y desestabilizándolo en el sitio, impidiendo que se mueva.

¡Los cañones! – Cid llevó dos dedos a sus labios para silbar al tiempo que el cielo oscurecía, comprobando que una larga sombra que tapaba el sol pendía sobre sus cabezas. Era el Lagunamov, el barco volador donde Squall y Faris tiraban todo el arsenal esperando herirle, creando un radio de explosión a su alrededor.

Cada vez más debilitado, intentó zafarse de la trampa de un zarpazo que fue rápidamente cortado por un certero disparo. Tumbado en el césped, oculto de la vista ajena, se encontraba Irvine apuntando con su arma y cubriendo cualquier acción del enemigo mientras que Noctis giraba el anillo que tenía en su dedo para invocar las armas sagradas, haciendo acopio de todo el arsenal que tenía para atacarle.

Caos hincó una rodilla en el suelo una vez hubieron parado, riéndose a plena carcajada pensando que ya no les quedaba más energías para seguir atacándole… pero quedaba un último movimiento.

Luna Rydia, Terra y Yuna llamaron a los guardianes celestiales, invocaciones que escondían en sus almas y que las ayudaban en batalla. Ifrit, Shiva, Lamut, Leviatan… todos rodearon la figura de Caos antes de crear un ataque al unísono junto con la bola de energía que prepararon los magos.

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Tardaron varios minutos en apagarse las llamas y despejarse el humo para comprobar que allí donde antes estaba Caos ahora sólo quedaban los restos de cenizas de un dios derrotado y la promesa de lo que fue. Todos lo habían logrado, habían acabado con la guerra y ayudado a Cosmos a restablecer el equilibrio de los mundos pero… ¿dónde estaba?

La diosa había desaparecido de igual forma. Algunos decían que pereció junto a Caos al no poder existir el bien sin el mal, otros dicen que consumió su propia vida para devolver sus historias a los Guardianes, y muy pocos afirman que todavía un pedazo de ella se esconde en el corazón de los bañados por la luz.

Habéis acabado con la amenaza, Kupo-pó. Cosmos os estará eternamente agradecida kupó.- Una pequeña criatura alada con un báculo terminado en una especie de reloj sobrevoló los restos de jardín, mirando a un lado a otro.- Es hora de devolveros a vuestros respectivos mundos con un poco de mogumagia.

¡Buen viaje, kupó!

Un halo de luz envolvió a todos y cada uno de los presentes, quienes fueron desapareciendo de aquél plano para volver a sus propios mundos. ¿Así acababa todo? ¿Ambos dioses muertos? Puede que dentro de poco descubrieran la verdad tras aquella última guerra…