Partida Rol por web

Con la desaparición del cuerpo de Kefka y tras clavar la última espina en el suelo, la luz que iluminaba la estancia pareció desvanecerse poco a poco. El pequeño Cactilio saltó asustado buscando el regazo de Cid, quien observaba apagarse la cúpula hasta quedarse únicamente con el brillo de las explosiones.

El poder de Cosmos flaquea en determinadas horas. Debéis tener cuidado porque es justamente en estos momentos en los que esas ratas de Caos aprovechan para atacar.- Apartó al cactilio, más bien se pinchó al acercar su mano al verdoso cuerpo soltando un grito de dolor mientras agitaba su mano, quitándose una espina que se había clavado en la palma.- Encontrarlos pronto o acabaremos todos muertos.- El pequeño, quien parecía cada vez más asustado, se escondió detrás del asiento aunque todavía se escuchaban los gruñidos entre la oscuridad.

Snow observó cómo el cactilio acababa con la vida de Kefka y, pese a que lo más probable es que hubiera muerto un inocente, no sintió el más mínimo pesar. Al fin y al cabo, el payaso era un villano y algo le decía que, más tarde o más temprano, se habría puesto del lado del Caos.

-Ea, pues ya se murió -comentó, en un ingenioso comentario, rascándose el cogote-. Fui uno de los que le voté, pero reconozco que quizá haya sido un error malgastar la votación en él. -Miró a Irvine, quien durante el día había propuesto otra persona a la que votar-. Si para mañana no tenemos ningún sospechoso al que votar, te apoyaré con lo de votar al albino Cecil. No creo que ni siquiera merezca gastar una bala con él.

Al pasar el día cada vez más me fui ocultando más y más tras Yitan, no pude creer como las opiniones volaban de uno a otro y como algunos, como Snow, se dirigiera a mi de una forma tan seca. Aunque tras ello pareció decir algo agradable - ¿Achuchar? - Y-yo... s-si... S-soy un Mago Negro. - No obstante parece que muchos no se fijaron en eso, o al menos no solo en eso. Yitan incluso me aconsejaba que a lo mejor no era tan malo como parecía.

Lo peor de todo es que algunos tenían razón. No podiamos señalar a nadie sin más, tampoco votar al azar, pero entonces ¿como hacerlo? Me pregunté mucho esa cuestión mientras miraba a todo el mundo hasta que al final fue demasiado tarde. Los votos se habían pronunciando dejandome anonadado y enviando al payaso afura de donde estabamos nosotros.

Ya una vez en la noche me quedé petrificado -S-soy el tercero... ¿Más votado? ¿P-por qué? - Miré a todos pero en especial a Yitan - S-se que soy un mago negro, p-pero Yitan, y-yo no he hecho nada malo. T-tu me crees ¿Verdad? - Ahora miraba a los demás con miedo, había gente allí que no me quería, igual que en la Aldea Dali querían meterme en una caja, o los Valses queriendo matarme, incluso la Reina Brahne tachandome de fracaso. ¿Que podía hacer ahora? En un lugar cerrado como en el que estabamos era dificil huir, y solo quería hacerlo. Así que no quedaba otra - Y-yo estoy a favor de Cosmos, aunque sea un Mago Negro, t-tan solo quiero proteger a mis amigos - Bueno, un solo amigo que tenía a mi lado - Os equivocais s-si me votais.

Yuna no pudo evitar sentirse horripilada ante la muerte del payaso. Puede que no le diese buena espina desde el comienzo, pero era demasiado obvio. Aquella situación podía descontrolarse en cualquier momento. A la invocadora aquello le parecía todo demasiado cruel, como ya había pensado con anterioridad. ¿Pero qué más podía hacer que seguir las normas que Cosmos había ideado? Quizá ese fuera el único camino que podían seguir, aunque estuviese lleno de oscuridad y caminar por él resultase peligroso. Debía de ir con cuidado.

Entonces vio al mago asustarse al saber que había sido votado. Pero, ¿por qué? Todas las votaciones que hicieron esa vez parecían muy aleatorias, pero no había sido sólo un voto, sino tres... ¿Casualidad? La joven invocadora no paraba de darle vueltas al asunto, sin llegar a ninguna verdadera conclusión. - No te preocupes, pequeño. Al final saldremos ganando contra las fuerzas del Caos. No permitiré que él destruya el mundo. - Dijo en busca de animarle, pues era lo que acostumbraba a hacer con sus compañeros. 

- Yo creo que Kefka era un candidato demasiado obvio... Pero nadie podía saber si debían votar por él o no. Cada vez estoy más confusa. - Acabó por decir tras la intervención de Snow. Realmente estaba perdida allí.

Entonces se acercó a Tidus, pues era el único al que conocía realmente de allí. El rubio les había dicho que cualquiera podría estar en el bando de Caos. Pero, ¿él? ¿Después de todo lo que habían pasado juntos? ¿Del peregrinaje, de los peligros a los que se habían enfrentado? El espíritu inquebrantable del que era el amor de su vida irradiaba pureza incluso allí. ¿Debía desconfiar más? ¿O, por lo contrario, seguir su propio instinto? - Oye... ¿Tú tienes alguna idea que pueda orientarme un poco? - Acabó por preguntar, esperando que sus palabras pudieran darle valor no sólo a ella, sino también a los demás. En épocas oscuras hacen falta buenos corazones para iluminar el camino.

Tuve que apartar la mirada y cubrirme los ojos en el momento que aquel cactus, que por un momento me había parecido una ternurita, convertía al villano en un alfiletero. -Dioses...- Murmuré horrorizada, escondiendo mi rostro en el pecho de Cloud. Cuando me atreví a levantar la mirada de nuevo, el cuerpo había desaparecido. Al menos eso era algo bueno. -¿Pero... pero no podremos saber si realmente era uno de los seguidores de Caos?- Pregunté, asustada. ¿Se había condenado a un inocente o se había ajusticiado a un culpable? Las palabras sobre el poder de Cosmos debilitándose hizo que me tensara, mirando con temor todos los rostros desconocidos.

Las palabras de la chica llamada Yuna para el asustado mago me hizo sonreír. Tenía que confiar, tener esperanzas. Aún si luego la misma joven se mostraba confusa. Tomé una flor de mi cesta, y me giré hacia Cloud con una sonrisa. -Ella tiene razón. El bien triunfará sobre las fuerzas del mal, sólo debemos tener fe.- Dije, mientras ponía una flor en mi cabello. Luego tomé otra y se la coloqué detrás de la oreja con una sonrisa. -Saldremos de esto, protegeremos al mundo.-

Fue una vista... desagradable, más solo quité mi vista de encima de Kefla cuando ya podía decir con seguridad que estaba muerto y no intentaría nada... ¿Había sido lo correcto? Ni yo lo sabría decir, pero ahora que habíamos llegado a ese punto, al menos teníamos que asegurarnos de que se hizo bien el trabajo. Tras lo cual, desvié la mirada mientras el cactilio seguía atravesándole con las espinas...

-El payaso... Era demasiado obvio, y fue por eso que la mayoría le voto -expliqué. -. Estoy segura de que muchos solo conocemos a unos pocos de los presentes, y a la hora de votar a alguien sin conocerlo, es más común votar a quién más sospechoso se vea, por más que se sienta algo obvio... -concluí, intentando que aquellos que votaron por Kefla no se sintiesen mal por ello, y que los otros dos que fueron votados no se sintiesen mal por haberlo sido. -. No os sintáis mal: si Cosmos nos ha elegido, es porque somos los únicos capaces de tomar estas decisiones, somos los únicos capaces de terminar haciendo lo correcto y cargar con el peso que eso conlleve...

Porque no podía haber ninguna guerra sin un momento como ese, uno donde las personas se cuestionasen a si mismas, donde muchos luchasen por mantenerse tranquilos a ellos mismos y a los demás, uno donde nadie sabía a quién mirar con confianza...

-No se yo si sea buena idea ir diciendo los votos... -comenté al escuchar a Snow. -. Eso solo podría causa más desconfianza y malas miradas... Aunque si es cierto que, luego de Kefla, Cecil es quién más llamaba la atención...

La muerte del payaso era obvia, estaba claro que sería si no el primero, de los primeros en caer, pero estoy seguro que es demasiado obvio el hecho de que pueda ser un servidor del Caos.

- Hay algo que me crispa desde que estamos votando, cual locos sin sentido. Algunos no han querido más que presentarse y no dar siquiera su predisposición a ayudar. -miro a todos los presentes. - No puedo poner la mano en el fuego por muchos, pero creo en la inocencia de tres personas, al menos hasta que pueda discernir más allá. La señora Lightning, pese a en un principio dudar de su inocencia, se ha ganado cierto grado de mi confianza y aunque no confirmo nada, creo que es inocente. - paso mis ojos por unos cuentos hasta que doy con Yuna. - Oh, mi amada Yuna, puedo pecar de confiar ciegamente en ti, pero no es el caso. He podido comprobar en tu alma que sigues siendo aquella que solo quiere ayudar y librarnos de todo mal. - desvío entonces la mirada hacia Cloud. - El chico emo, sí tú, creo que en tu naturaleza no está el causar mal, morirías antes que hacer tal cosa por lo que tienes mi confianza también en eso. 

Ahora hago otra nueva barrida visual. Esta vez mucho más serio y severo, quizás pecaba de impulsivo pero tengo que poner las cosas sobre la mesa antes de que pueda caer bajo las garras de mis enemigos. 

- Sin embargo, Cecil no goza de mi confianza total, muy callado. Aunque no creo que sea un principal sospechoso. Lunafreya es otro cantar. - la severidad de mis palabras no son infundadas. - Solo te preocupaste de tu amado Noctis, no buscas el bien común y claramente es algo llamativo, he decidido observarte con detenimiento y no consigo ver tu naturaleza... ¿Qué escondes? No me creo tu discurso.

Cuando Cid anunció a la persona más votada, no hubo ninguna sorpresa para mi y es que era el sospechoso máa evidente, lo que si me sorprendió es que Vivi fuera el tercero más votado, pues no comprendía que había hecho el mago para incordiar a tres personas.

Sin embargo, lo que siguió después fue innecesariamente brutal, pues ya había visto antes como luchaban los cactilios y si este se comportaba como los de Insomnia, el payaso estaba acabado, lo qye me causó un profundo malestar.

Lentamente centro mi vista en Cid. - ¿Era esto necesario? Dijiste que expusarías a los culpables, no que los asesinarías a sangre fría.

Luego, con paso lento y sereno, me acerco a Yuna y Aerith quienes se encontraban confortando al mago y con sumo cuidado poso mi mano en el hombro de Vivi.

Tranquilo Vivi, atraparemos a los siervos de Caos antes de que ellos logren dañarte, yo confío en tu palabra. - una vez dicho esto me giro hacia Lightning quien mencionó algo muy interesante.

Creo que Lightning tiene razón, si revelamos nuestros votos, los siervos de Caos podrían saber quienes están exactamente tras su pista y encargarse de ellos sin levantar sospechas.

Así que por ahora, lo más recomendable es guardar silencio sobre nuestros votos.

Finalmente me acerco a Luna y la abrazo con ternura mientras esperaba que llegase la hora de descanar. Sin embargo, cuando Tidus ataca a Luna, me pongo de pie y me planto frente a él.

¿Es en serio? Estás acusando a Luna de ser un siervo de Caos, una mujer que llegó al extremo de sacrificar su propia vida para apaciguar al Leviathan sólo con la finalidad de permitir que su pueblo escape de una muerte segura.

Espero que tengas pruebas de ello, pues del lugar del que vengo, ella es considerada una santa. - le espeto a Tidus sosteniéndole la mirada.

Al caer la noche el señor Cid, procede a anunciar de forma demasiado animada los resultados de estas crueles votaciones, sorprendentemente se hacerco al pequeño mago tierno ¿Es el quien a sido elegido? al mencionar su nombre no puedo evitar preguntarme si estamos siguiendo los deseos de Caos en lugar del designio de Cosmo, no tardo demasiado en mencionar que fue el tercer sospechoso mayor, ¿Pero quien sospecharia de ese niño? No tengo ninguna prueba fidedigna pero a mi me parece que es un ente de bien, en ese momento me saca de mis pensamientos el anuncio de Kefka como el elegido... Sera lo correcto, Cosmo lo puso aqui para que lo marcaramos como servidor de Caos, o como un aliado que conoce mejor el lado oscuro para ayudarnos a entender mejor a nuestro enemigo, quisa incluso ambas. En ese instante el Payaso desaparece en un lluvia de agujas lo que me deja paralizada un instante.

Eso fue... horrible ¿De donde saco esa creatura? En este momento usted señor Cid es quien me parece mas sospechoso... Inocentes o no es el destino que nos espera a todos, hasta que podamos encontrar una verdadera forma de identificar a los siervos del caos. ¡Den la cara cobardes! ¡Pueden morir peleando como verdaderos guerreros, o morir escondidos como ratas!

Cecil... Cecil es el segundo mas votado, es verdad que a estado actuando muy extraño. Cecil ¿Sigues siendo tu mismo? Dame una señal de que no eres un servidor de Caos. Lo observo fijamente con angustia.

El joven aparto la vista al presenciar la muerte del payaso. Estaba casi seguro que ese tipo no era siervo de Caos, pero ya nunca lo sabría. Aunque que Cid anunciara que la barrera se había debilitado no auguraba nada bueno.

Las conversaciones se sucedieron de nuevo, no perdiendo el tiempo para acusar a una nueva persona.

-¡Eh! rubito. Tidus ¿no? Llamo la atención del joven. -¿Puedes explicar que quieres decir con que "la has observado y no consigues ver su naturaleza"? Pregunta con curiosidad.

Ante la acusación de Tidus otro joven salio en defensa de Luna y sus explicaciones hicieron saltar a Squall. -A ver... Los logros pasados aquí no valen nada. Va para todos. Solo importa el aquí y el ahora. Reprocha a Noctis.

Tras la desagradable muerte de Kefka, nada parecía haber cambiado para bien en la cúpula en la que se encontraban, más bien al contrario, dado que aparentemente con la llegada de la oscuridad ésta parecía debilitarse por momentos. Incluso los ánimos parecían más enrarecidos entre los presentes y las acusaciones no tardaron en ser proferidas. 

No obstante, lo que francamente sorprendió a Luna fue el atrevimiento de Tidus tratando de apropiarse del don que por linaje y estirpe siempre habia pertenecido a los de su casa, a su madre antes que ella, y a su abuela, y así por cientos de generaciones. La acusación era grave, y no iba a permanecer callada e impasible, más habiéndose comunicado con la diosa Cosmos y habiendo obtenido respuestas. No importaba que Noctis la defendiese por sus hechos en el pasado, en eso estaba de acuerdo con el joven Leonhart, de poco valía lo que alguien hubiese hecho anteriormente, si no el presente...verificar en quienes había sido depositada la semilla del caos, corrompiendo su naturaleza parado mal.

Avanzó en silencio hasta el centro, captando la atención de los presentes y logrando que las voces y susurros se apagaran, para después hablar en voz alta y firme.

- Soy el Oráculo de la Diosa Cosmos, su voz y ojos en la batalla, a quién siempre he servido, sirvo y serviré fielmente, y con quién siempre he manifestado, manifiesto y manifestaré mi mas profunda y sincera lealtad... - inició su discurso, a sabiendas que con toda probabilidad los seguidores del Caos la eliminarían en breves. Sin embargo, no pensaba despedirse del lugar dejando en una peor situación a los Guardianes de la Luz, a aquellos que seguían con el alma pura ,no habiendo sido corrompidos por la semilla de la maldad. Tidus miente descaradamente, tratando de adjudicarse un rol que no le pertenece, y acusando a quién sabe puede desenmascarar al resto de seguidores del Caos, una servidora.

He hecho uso de mi don que la Diosa Cosmos me ha otorgado en su benevolencia, en esta hora sombría, permitiéndome indagar en lo más profundo del corazón y alma de Aerith Gainsboroug. Ella es una seguidora del Caos confirmada y no temo por mi vida al acusarla abiertamente. Aunque se que con casi total probabilidad, mi estancia aquí llegará a su fin en breves, al menos me alegro de haber elegido bien y encontrar a una servidora de Caos. Y no solo eso, sino que Tidus se ha expuesto futilmente, por lo que mi dicha es mayúscula, siendo que probablemente sean dos...

Luna sonrió, cruzó sus manos realizando una última plegaria, y terminó por decir...

- Mis plegarias han sido escuchadas, y mi deber cumplido.

Mientras Firion busca una salida con la mirada apuntando a todos lados también pone atención a los demás presentes - Estamos caminando en círculos, la verdad es que si no hablo mucho es porque no los conozco de nada, así que es normal que desconfíe de personas que entre ellas si se conocen - Firion veía muchas actitudes de confianza entre varios... Así que era un poco incómodo ya que se sentía vulnerable al estar solo - ¿En quien confiar?

Mi estómago se encoge un poco al ver el fin del pobre payaso, sin embargo no dejo que eso se muestre.

Al caer la noche parece que no sólo el Caos se hace fuerte, también la discordia.

Comento con cierto aire jocoso mientras unos y otros intercambian acusaciones, hasta que llega un momento en el que incluso a mí consiguen ponerme en duda, consiguiendo que me siente con las piernas en forma de loto y acariciarme el mentón.

Una belleza acusando a otra belleza... mh... difícil decisión. Sí sí.

Mi arma descansa a mi lado.

Debemos dejarnos llevar por nuestra intuición.

Respondo a la pregunta formulada hace un instante.

Es curioso que con tanta gente sólo hayan sido tres los votados.

Vuelvo a pensar en voz alta. Cierro los ojos para intentar aclarar mis pensamientos.

Los presentes hablan y se siente como eco lejano, casi sordo en donde apenas se logra distinguir las palabras de los hechos. Cómo verdades disfrazadas que no buscan más que dar vueltas en un ir y venir lleno de colores, engaños, quizás traiciones. Pero allí estoy en silencio, analizando todo, incluso cuando mi nombre es pronunciado. 

Sostengo a Aerith entre mis brazos mientras ella habla, y sus gestos me resultan perfectos, soñados. Suspiro por lo bajo cuando una flor me coloca y ya debe saber por mis gestos que aquello me incomoda un poco. De repente entre tanto murmullo, escucho a Luna, acusando descaradamente a mi niña. Alzo una ceja, mientras intercambio miradas entre ella y a quien conozco desde siempre. 

- Supongo que la verdad sale a la luz y en este juego de verdades/mentiras, se forjan alianzas. - digo a modo de reflexión. ​​​​​​

No tengo nada más que decir, cada quien solo se puede defender y sé que Aerith también. Subestimar su potencial con debilidad no es lo mío. 

- Así será. - respondo a la morena, dejando un beso sobre su cabello. 

    Vaya... se escuchaba como un Hume de lo mas Jocoso - mientras miraba hacia donde hace poco descansaban los resto de Kefka - Imagino que su pasado y apariencia si que fue mas pesado de lo que se podía imaginar... que al final entre desconocidos es lo que siempre decide entre juntarse o no con otros...- encogiéndome de hombros para luego mirar al resto, quienes parecían estarse ya preparando para apuntar con el dedo.

    Yo sigo con mi Teoría sobre aquella Hume - apuntando a Terra -  y que haya muerto precisamente a quien ella señalaba no ayuda mucho a que deje de sospechar, ¿ si me entienden verdad ?, que al final seis de esos siete votos tuvieron que haber sido influenciado por aquella charla que tuvieron ambos.

Miraba a Cloud con una sonrisa por su gesto, seguía siendo el mismo de siempre. Sin embargo, mi atención se volvió de nuevo hacia los demás cuando escuché la voz de uno de ellos mencionar mi nombre. Una dama, Lunafreya si no me equivocaba, que con palabras sombrías me acusaban de ser una seguidora de Caos. También señaló al otro joven, Tidus, por haberla acusado en primer lugar. La miré dolida por la acusación, pero los brazos de Cloud, su beso, y sus palabras me reconfortaron.

-No tengo títulos como usted, ni palabras grandilocuentes para defenderme. Pero en mi alma está grabada a fuego el deseo de proteger a quienes no pueden hacerlo por si mismos.- Dije, separándome de los brazos de Cloud unos momentos; sabía que él querría protegerme, pero debía enfrentar esta acusación por mi misma, sin esconderme en los brazos de nadie. -No sé quien es usted, al igual que muchos aquí. Todos pueden clamar ser cualquier persona y no hay manera de comprobarlo. Si la he ofendido de algún modo, le ruego que me disculpe. Si sólo lo hace para crear discordia, para crear caos entre nosotros...- Mi voz se entrecortó, sin dejar de mirarla, sintiéndome dolida pero enfrentando su acusación con valor.

Y seré sincera contigo señorita hume...- mientras apuntaba a la muchacha Terra - si es cierto lo que dijo el de ropajes de carnaval sobre que ya hubo un tiempo en que tu voluntad estuvo bajo el control de otros Hume... pues déjame pecar de paranoica y decir que es muy probable que una entidad como Caos no tuviera problemas para entrar en tu cabeza... pues ya saben..

Me quedé atónita al escuchar las palabras de la pequeña. Aquello era muy injusto.

—Pero… si era él el que me controlaba. Y además… lo hacía con una corona de esclavitud… Y yo no... no era consciente… No recuerdo nada de lo que ocurrió mientras llevaba la corona. No es como ahora…

Poco después llegó el momento de la votación y su resolución. Me sorprendió mucho oír que el niño había sido votado tres veces. ¿Por qué habían hecho eso? Pero él no fue el más votado. El más votado fue… Kefka.

Tras el anuncio, apareció una criatura muy mona… que inmediatamente lanzó un millar de espinas contra Kefka. Por un momento sentí hasta pena por él. Al fin y al cabo… por muy cruel que hubiese sido en mi mundo, aquí no había hecho nada… ¿Cómo podía sentir compasión por alguien que había hecho cosas tan terribles? No obstante, noté que me invadió una oleada de alivio y tranquilidad una vez hubo desaparecido.

—¿Hay… hay varios? Pero… ¿cómo sabemos si Kefka estaba con ellos o no? ¿Cómo sabemos cuántos de ellos hay aquí? —pregunté dirigiéndome al tal Cid. Aquella situación sólo iba a conseguir que aniquilásemos gente inocente.

Una vez hubo caído la noche, me dirigí hacia el pequeño del sombrero y puse mis manos sobre sus hombros. Sólo era un pobre niño que se había visto envuelto injustamente en este embrollo. Y además… el hecho de que fuese un mago me hacía sentir compasión por él. ¿Sería la magia poco común en su mundo, al igual que en el mío?

—Tranquilo… Vivi, ¿no? No te preocupes. No has hecho nada malo. No permitiremos que te pase nada —le dije calmadamente al tiempo que le apretaba suavemente los hombros, tratando de tranquilizarlo—. Nunca te avergüences de tus poderes. Son algo maravilloso, siempre que los uses para el bien —añadí a continuación.

Tras eso me pregunté qué podíamos hacer. Al parecer todavía había más seguidores de Caos entre nosotros, pero no teníamos forma de descubrir quiénes eran… ¿o sí? En aquellos momentos, Lunafreya comunicó un sorprendente anuncio. Miré a la tal Aerith. ¿De verdad era seguidora de Caos? Pero… parecía una chica muy tranquila y dulce…

A continuación, la enana, en sus trece, volvió a acusarme.

—Pero… Yo ya he explicado por qué no me fiaba de él. Hizo cosas terribles en mi mundo, y no me lo imagino siguiendo a alguien que no sea Caos. No me gusta que haya tenido que morir, pero Cid nos obligó a elegir a alguien, y yo no me sentía cómoda con Kefka aquí. Además… Cid habló de expulsar, no dijo nada de ejecutar a alguien —dije al tiempo que dirigía una mirada inquisitiva al tipo de las gafas extrañas.

Por su parte el intrépido Faris vio en las palabras de Terra una pequeña contradicción que no iba a dejar pasar, a fin de cuentas, su ojo avizor le echó el guante ante aquella dialéctica que Terra había usado para exculparse, a fin de cuentas, ahora la pluma era más poderosa que la espada, y ella no poseía una pluma en estos momentos en manos.

-Alto ahí, grumete -comentó alzando la voz- Es evidente que nadie dijo "matar al payaso", pero expulsarlo de este lugar seguro contra esas cosas viene a ser lo mismo que matarlo... ¿Acaso crees que cuando se lanza a alguien a los tiburones es para NO-Matarlo?.

No solo eso iba a comentar, Faris Scherwiz aún había otra cosa que decir.

-¡Además! -Exclamó señalando a Terra- ¿Acaso no nos dijeron nada más llegar aquí que no nos dejáramos llevar por nuestros corazones?. Viejos amigos pueden haber sido corrompidos, amantes también... ¿Por qué el argumento de "Hizo mucho mal en el pasado" iba a tener un mínimo de peso?. ¡Estás contradiciendo los designios básicos por los cuales nos deberíamos de guiar!. ¡Si el Payaso era "tan malo" como decís... siguiendo estas directrices, era un inocente confirmado!.

El Guerrero intenta suprimir las discusiones a las cuales se estaba uniendo cada vez más gente con un tono severo.

Estamos dejándonos llevar por la discordia y la intriga. Ahora mismo no nos podemos permitir señalarnos los unos a los otros y los demás solo quedarnos expectantes. Por una parte, Lunafreya dice que Aerith es sirvienta de Caos. Por otra, Tidus dice que esta no es trigo limpio. Y finalmente Terra lanzó la piedra, no escondamos ahora la mano.

¿Tidus, insinúas que podrían haber terceros bandos? Dices que no puedes discernir su naturaleza. Si uno de los dos dice la verdad, sois claros objetivos de los secuaces de Caos.

—Pero… Cosmos sólo habló de que teníamos que “hacer que la luz vuelva a sus corazones”. Además, Kefka sabe luchar. Podría haberse defendido bien ahí fuera. Y sus compañeros del Caos podrían haberlo ayudado —me defendí.

Me sentí confundida ante lo siguiente que dijo. «¿Nos han dicho que no nos dejemos llevar por nuestros corazones? ¿Cuándo?». No recordaba nada de eso. Y además, ¿qué otra forma íbamos a poder usar para decidir a quién votar?