Partida Rol por web

Es una estructura de oscuridad donde todo es posible mediante la imaginación. Todas las semanas deberéis decidir un Dios que tendrá un voto mas en el veredicto.
Aquí podéis hablar y pensar como podéis ganar este cónclave. Aun no habéis perdido!

Dadle la bienvenida a vuestro nuevo compañero a esta tierra de oscuridad donde todo es posible. Aqui esta Dioniso

Caillech se encontraba divagando en sus pensamientos Pero ¿por qué? se preguntaba una y otra vez. 

De repente escuchó unos pasos que se dirigían hacia ellos, alzó la mirada y no pudo evitar sonreír al ver la cara de Dionisio entre sombras:

- Bienvenidos seáis Dionisio, ya veo que se han cebado con nosotros- dijo mirando a Dionisio y luego a Inari con un cierto brillo en su mirada-

Un largo suspiro es proferido de mis labios.

Wow... Increíble. Sencillamente increíble.

Miro a Caillech.

Así que este es tu don, querida Cail...

Le sonrío amablemente.

Hola, viejo.

Mis palabras van dirigidas por el pequeño zorro. Vuelvo a mirar a Caillech entonces.

No, querida... Yo aún estoy vivo.

Entorno mi mirada sonriente.

Las palabras de Dioniso me dejaron en jaque, dudé de sus intenciones, y quise asegurarme antes de cometer algún error:

- ¿Qué quieres decir Dioniso? -dije a Dionisio entrecerrando levemente mis ojos-.

Que este es vuestro reino. Yo tan sólo soy un juez temporal entre un mundo y el otro.

Inclino mi cabeza cortésmente.

Gracias a tí. Al fin y al cabo, este es tu don.

Le sonrío dúlcemente.

Y se dice Dioniso, querida.

-Así que esto se siente estar muerto, bueno al menos es tranquilo para jugar, hola Callech hola Dio, ahora no soy el viejo ahora soy el jovén  el niño, el pequeño, y el medico- respondió con emoción el pequeño zorro, despues de todo ya estaba muerto y no podía hacer más.

No te entiendo, pequeño.

Digo, mirando hacia el pequeño zorro. Le sonrío, pese a mi desconcierto.

Tras las palabras de Dioniso, me dí cuenta de todo:

- Soy toda una caja de sorpresas... ya lo comprobarás por tí mismo- dije mientras le sonreía-

Las palabras de Inari, me desconcertaron al igual que a Dioniso:

- ¿Qué quieres decir con eso Inari? - dije mirando con curiosidad al joven zorro-.

No lo dudo...

Digo con una sonrisa ténue hacia la diosa. No obstante, junto con ella, aguardo la respuesta del zorro.

-Bueno soy el dios de la confusión, por que meurto no puedo encarnar ese principio- sonrió el joven - en verdad yo igual soy una caja de sorpresas.

Dijiste médico... Y ahora confusión. ¿Cuál es tu don, pequeño?

-Pues puedo germianr, los granso de arroz y puedo hacer que las plantas de tan vital producto se curen, tambien soy el dios de las travesuras y de los kitsunes pero eso es todo lo que puedo decir- respondió el joven zorro juguetonamente - por lo que veo tu hablas con los dioses muertos.

Las palabras del pequeño dios me confundieron aún más:

- Por tus palabras y tu expresión de juego, diría que te guardas algo, de lo cuál prefieres no hacernos partícipes por ahora... ¿no es así? - dije sonriendo al joven Inari-

-Que guardo algo, claro, consolas de juego, y muchas cosas más, muchos mangas y muchas chucherías,¿ quieres jugar conmigo?- el zorro sonrió infantilmente.

Y con ese comentario y guiño de su ojo sano el chico comienza a perder sus colores,sus lineas y finalmente su forma desvaneciendose en la oscuridad.

Al ver desvanecer al joven Inari ante mis ojos digo:

- Eso es a lo que me refería...ocultar algo, como eso- dije sonriendo mientras sacudía la cabeza confundida-

- Entonces la que realmente está muerta soy yo ¿no es así? - dije- 

Lamentándolo mucho, sí, así és.

Suspiro largamente. Miro hacia donde el zorro ya no se encuentra. Sencillamente impresionante.

Al parecer el viejo zorro aún guarda trucos en la manga. Ahora bien... Al menos en tí queda el voto contra el culpable. Mnemósine fué quien te asesinó.

Las palabras de Dioniso cayeron como una jarra de agua ardiendo sobre mí:

- ¿Mnemósine? ¿Ella es la artífice de mi muerte?...es una traidora entonces - dije entre dientes mirando con rabia a Dioniso-

- Pagará por ello, nadie se libra de mi con tanta facilidad- dije apretando mis puños en ambos lados de mi delgado cuerpo-.

Tu voz será escuchada.

Le miro y me pongo a su lado, mis manos se dirijen hacia sus hombros.

Tranquila. Ella es sólo una de los artífices, pero he destapado su coartada... Espero que sea suficiente.