Iñaki sale del habitáculo de Sarah limpiándose las lagrimas que caen por su mejillas. Se acerca a Dorothea y toma la botella que ofrece y le da un trago largo a la misma. No tenia intenciones o fuerzas para hablar pero el alcohol siempre es bueno para olvidar problemas.
Reuso la invitación a beber con un movimiento de cabeza.
Tenemos que acabar con este infierno, o acabamos con los desprogramadores o moriremos todos, ya no de uno en uno... Se nos acaba el tiempo...
Miro a Iñaki y solo puedo recordar lo mismo que sentí yo hace muy poco tiempo.
Lo siento Iñaki...
Raúl... ¿Escuchas? ¿Ves? Tu actitud, como ahora, es precisamente la que te delata. Eres la extensión de Víctor en algunas votaciones. Tu actitud es la de un asesino taimado y no ha sido hasta que te he pronunciado que te has pronunciado. Eso es lo que te hace no escuchar. Al despertar fui humano y fueron los desprogramadores los que me atacaron. Eso es lo que te hace no ver.
Tras mi explicación asiento con la cabeza.
Ya tengo casi todos mis recuerdos en orden... Supongo que con éste descanso podré daros la información. ¿Unido a Hallbert? Todos lo estáis, no lo olvidéis. Yo no digo saber mucho, yo digo tener demasiada información para almacenarla en mi cerebro y condiciones nuevas. Hallbert me odia, os guste o no. En cuanto a esa botella...
Miro a Dorothea.
Por una vez, y sólo por una vez, creo que lo aceptaré... Dicen que el vino es un buen desengrasante... ¿O era la cocacola?
Sonrío como si fuese algún tipo de chiste antes de tomar un trago.
Iñaki, comprendo tu sentimiento... Pero, por favor, no dejes que te nuble, como dice Sergio, el tiempo se nos echa encima. Pero antes de nada, matizar que... Yo... Yo no era de la anterior tripulación. Estuve con ellos, pero no lo era...
Finalmente, el día termina y todos regresan a sus espacios, voluntaria o involuntariamente...