Uuuuuh hihihishishissshisssss - Madame Mim, convertida en algo pequeño y minúsculo saltó de la mesa 3 correteando a medida que su figura se alargaba y empezaba a serpentear sintiendose halagada por las palabras de Candice
SSsSSsSsí - Madame Mim se acercó reptando y siseando hasta los pies de Candice colocándose justo enfrente - Sssí bonita ssSí retorsssidas pero bien educadas, guarda el movil cuando hablessss
Sus amarillentos ojos se hicieron dos rendijas y miraron a Loki y poniendo cara de asco dijo -¿Tienes algún problema conmigo? ¿y como crees que he acabado? en caso de haber acabado, que no es el caso, solo espero que no me estés comparando con.....- miro a Candace con desprecio -una niña-
Sentado en su mesa, y viendo la pasividad de Palpatine y de su predecesor ante la provocación de Loki, se armó de su refinada educación, pues él era el Conde Dooku al fin y al cabo y habló con un tono suave y tranquilo. - Estimado Loki, es un honor que un dios reconozca el poder de la Fuerza, aunque desconozca sus dones. Estaríamos encantados de compartir nuestros conocimientos con los presentes... si la Fuerza lo quisiera.
Antes de seguir hablando, se fija e en el "pequeño" Randall y el resto de animales y lanza una mirada cansada. Sigo sin entender por qué permiten que los animales, autodenominados villanos, se sienten en una mesa junto con los demás. - Pero que esa aclaración no enturbie la fiesta. Seguro que tenemos mucho que hablar y planes que hacer. - Miró a Vader y a Palpatine. Luego al resto de asistentes, como si de un agente comercial se tratase. - ¿No han pensado nunca en invertir en su propia Estrella de la Muerte? - Miró a Loki y a Hades. - Seguro que sus dioses amantes de los Truenos no soportarían la fuerza de un rallo de esa magnitud.
Al tener tan cerca a Madame Mim no pudo evitar sentirse intranquila,nunca le habían gustado demasiado las serpientes -Solo estaba secándolo,a el inútil que estaba a mi lado le pareció buena idea tirarle zumo- ¿se estaba excusando? no,solamente estaba explicándose,aunque bueno tampoco debería hacer falta y mas teniendo en cuenta como había entrado ella a la reunión.
Y entonces la palabra niña de Malefica retumbo en sus oídos ¿una niña? ni que ella hubiera nacido crecida,le gente parecía olvidar que ellos también habían sido jóvenes -Ah no,cierto.¿No lo sabes Loki? ella nunca fue niña,simplemente apareció mágicamente-
A pesar de que Sid era una crío de armar mucho escándolo, entre tanto villano, y de tal calibre, no parecía destacar en exceso. Más bien lo contrario. Pues él no sabía pegar fuego sin un mechero del que ayudarse.
Gritaba, saltaba de su asiento y se llenaba la boca (y aparatos) de grasienta comida. Parando de vez en cuando para masticar, momento que se reclinaba irrespetuosamente sobre su silla como quién está en la comodidad y propiedad de su casa.
De vez en cuando, propinaba una mirada entrecerrada a los juguetes, como inspirándose para cometer sobre ellos cualquier fechoría en pos del juego. Entonces, repentinamente, como si alguna idea de esas ideas le divirtiera sobremanera se reía escándalosamente antes de llenarse de nuevo la boca de comida.
-Bonita cabeza.- Pudo oirle decir a Ken, alguno de los más cercanos a su mesa. Sid ensanchó su sonrisa sin augurar nada bueno. -Quedaría de perlas con algún cuerpo más... machote.- Terminó fijando su mirada al tatuado cuerpo de aquél deforme muñeco-bebé.
-Quizás... podría haceros el favor de una pequeña... operación. ¡Jajaja-JA!
Tragó saliva con dificultad, mirando al niño y su resplandeciente aparato. Pestañeó varias veces, y Ken se llevó una mano al cuello, notando lo mucho que le encantaba en ese momento.
—No…No hace falta— titubeó, tratando de mirar hacia otro lado, para no tener que ver aquellos pozos oscuros que tenía por ojos aquel muchacho—. Está bien como está, de verdad.
Miró al oso rosa, y al muñeco bebé de manera suplicante, y carraspeó la garganta, haciéndose el valiente.
—Déjanos en paz, niño— dijo el muñeco de Mattel sacando valor de donde no sabía—. Estamos bien sin tus… Eh… Amenazas— terminó diciendo, asintiendo para sí, como si hubiera dicho una oda totalmente heroica.
-Os preocupa un niño muñequito – con tono sereno y con los ojos entrecerrados me dispongo a continuar con las melodías que mi oscuro corazón dicta, así esta dictado por los clásicos – no debería causarte temor un niño, son lo más fácil de aterrorizar, solo usa tus poderes, envía unos cuantos espectros o créele una pesadilla infinita llena de dolor, tormento y muerte y después de eso no habrá problemas- con un suspiro lleno de fastidio por ver tanto villano nuevo e incompetente.
-Dices que esa niñata es comprada con Maléfica, claro, claro, entonces ese pobre intento de profesor podríamos comprarlo con no se algún gran malvado como Jafar , aunque eso sería mas como una ofensa que un alago para el buen visir,- años de soledad y uno que otro papel quedaba - En el maléfico nombre de Lucifer donde quedaron los días en donde solo villanos había y podíamos robar el club que quisiéramos- con una simple movimiento las sombras del ayer se removieron revelando los recuerdos mas antiguos que guardaba en mi mente.
-Por Kuang kun, Dios de la guerra ¿cuandó se celebro esa reunión? yo no fui invitado, exigo una respuesta y rápido o rodara alguna cabeza.
-Lo sabía, los magos siempre discriminais a la gente como yo, malditos seais, creeis que por que somos grandes y fuertes somos inferiores, pero con un solo tajo de cuchillo podria acabar con cuatro de vosotros, esqueleticos y raquiticos humanos
Comienzo a tararear la canción que chernabog ha puesto mientras miro las imagenes divertido ante el espectáculo.
--- Puedes alegrarte, Shan Yu, yo tampoco fuí invitado en esa ocasión, aunque miralo por el lado bueno, no sufriste una humillación ya que sí siguieramos teniendo ese local habriamos quedado alli ¡jijiji!- digo sonriendo y poniendo los ojos en blanco con cara cómica ( si es eso posible)
Edgar asintió:
- No fui invitado, y me hubiese gustado.
Después de una larga y próspera cena, y después de sus respectivos juegos y bebidas posteriores, son las tantas de la noche. El tiempo ha pasado volando para todo el mundo y Pete se vuelve a subir al altar:
Señores y señoras, niños y niñas, muñecos y muñecas, animales y seres, ha llegado la triste hora de irse cada uno a sus respectivos aposentos compartidos. Espero que mañana estén aquí a la hora ya acordada en el papel. Mañana más fechorías compañeros.
La gente no se fue inmediatamente del gran comedor. Como era de esperar se tardaron unos 20 minutos para que la multitud se organizara del todo bien. Poco a poco a todos les va pesando el cuerpo hasta que se duermen en un placentero sueño. O quizás no tan placentero...