Partida Rol por web

La oscuridad era sin duda aterradora, sí, eso era innegable. El grito femenino había sido de los que congelaban el tuétano en los huesos y un escalofrío de pánico recorrió la espalda de monsieur Londarbie Puit como lo hizo en la mayoría de los presentes, pero el chef pronto pudo sobreponerse, sustituyendo el mieddo con deleite.

¿Qué fascinaba al cocinero? No es algo fácil de comprender, ni una situación que se de normalmente entre las personas de a pie, pero el húngaro poseía cierto objeto y cierta habilidad adquirida a través de ciertos rituales de dudosa procedencia que iban a salir a relucir con excelsa fuerza aquel día de Agosto en Cható Noir.

Puit había aprendido las artes de la hipnosis. No esos trucos baratos de feria en los que se inducía a los ingenuos a percibir vagas y sutiles sensaciones derivadas de imaginería y triquiñuelas vacías, no. El chef había aprendido de oscuros libros secretos el verdadero arte de hacer entrar en trance supraconsciente la mente humana y obrar con ella maravillas... o terribles calamidades. El cómo o el porqué no eran realmente relevantes para el hombre, que de lo que disfrutaba era de la capacidad simple y llana de ejercer tamaño poder sobre los demás. Más de una vez se había valido de su secreto arte para engatusar a mujeres y tomar de ellas placeres que nunca le hubieran ofrecido de  común acuerdo. Pero eso era otra historia.

Valiéndose del extraño reloj que había comprado a un sospechoso vendedor árabe hace años, Londarbie podía ser, con el cuidado y la sutileza que requería el ritual, el amo. Su pausado y extrañamente pesado tictac hacía de voluntad órdenes. Y oh... cuan profundo y poderoso se volvió este tictac al hacerse la oscuridad y resonar el grito.

Aunque Londarbie no lo entendía bien, el artefacto había entrado en sintonía con poderes abyectos que dormían más allá de la grieta que se estaba abriendo en aquellos momentos en la mansión. No le importaba en cualquier caso, solo le importaba el poder que notaba emanar del mismo, como agua infecta de pantano que por fin se desbordaba encontrando una salida. Necesitaba ponerla en práctica, el reloj le urgía a ello.

Así que el chef escogió a dos aprovechando el caos y la confusión. Nadie sabría jamás que había sido él, y probaría uno de los encantos más compleejos e imposibles que entre sus rituales se encontraban, pues se sentía imparable. Uniría dos mentes ¡sí! Un morboso juego de unión perpetua, para lo bueno o lo malo, daba lo mismo. La creación de unos siameses psíquicos...

Cuando lo hubo hecho aún quedaba algo de poder en el reloj y el cocinero sentía que no podía detenerse, guiado por un frenesí desbocado que comenzaba a rayar en la locura. Debía probarlo en si mismo. Sí. ¡Sí! El mecanismo le susurraba que había poderes vertiéndose desde la grieta y monsieur Puit no se resistió ni un momento y escogió a uno de los presentes, centrando toda su atención en él, guiado por su reloj ya que la oscuridad era total pero él, de algún modo, veía. Cuando lo hubo escogido realizó el ritual sobre si mismo, drenando hasta la última gota de ese, ahora se daba cuenta, herético y profano poder que se le había entregado sin ninguna garantía.

¿Qué había hecho...?

Buenas... por aqui todavia es fiesta y estoy medio liado con temas familiares, intentare estar presente en el dia 1 esta noche a mas tardar, espero.

SAlud

Bueno tiro de poderes: Bixente de Vergaresse y Lizárazu se va arrejuntar con: Nambaryn Elbegdorzh.

Y yo me quedo como aprendiz de: Kathe Winmarkt

:D

joder que mala suerte, hacia mucho que no moria el primero... En fin. A verlas venir. Quedo a la espera de esa escena.

SAlud