Partida Rol por web

No sabía lo que estaba pasando. Desconocía por completo que clase de juego, truco o artimaña estaba por ocurrir, pero sabía Dios que a él no le iban a coger desprevenido, no. Ni muchísimo menos.

Cuando los acontecimientos empezaron a desencadenarse Giorgio se llevó una mano al interior de sus ropajes, donde agarró con confianza la culata del arma que ocultaba allí.

Era una soberbia pieza de exquisita factura, labrada según le habían dicho por expertos orfebres judíos. Pues, por descontado, esta era una de las muchas piezas de coleccionismo que el excéntrico ricachón había adquirido durante el conocido como expolio nazi, el profuso vuelco al mercado de productos pertenecientes al bando nacionalsocialista tras la Gran Guerra. El arma contaba por desgracia con un solo cartucho, pues incluso estos estaban hechos a mano y diseñados con un nivel de detalle y exquisitez que rayaban en la perfección.

Por supuesto, el italiano no había venido a la fiesta con intención de dispararla, si no más bien de mostrarla y lucirla, ya que de hecho se suponía que tenía alguna clase de "hechizo judío" que "impedía dispararla a menos que fuera por venganza", cosa que no había comprobado al no tener más cartuchos claro. Pero aunque como pieza de coleccionismo hacía el apaño con creces, Giorgio estaba más que dispuesto a sacrificar dicho valor monetario por volarle los sesos a cualquiera que tratase de causarle el menor perjuicio.