El tiempo pasó. Lento, inmutable, indiferente a los padecimientos y sufrimentos de los mortales, solo afectado de cuando en cuando por los caprichos de entidades supradivinas de las pofundidades del universo, de los albores de la Creación y antes de estas. Y fue así, en ese lento devenir y goteo que conocemos como tiempo que la gente fue olvidando los sucesos ocurridos en Cható Noir. Los periódicos se volvieron locos al principio, claro.
Millonario, esposa e invitados desaparecidos como por arte de magia.
La Fundación Van Der Waltz y su patriarca se desvanecen como humo en el viento.
El matrimonio Van Der Waltz desaparece sin explicación aparente junto con una veintena de invitados y empleados.
Magnate del metal involucrado en un posible secuestro de un grupo de invitados.
Pero claro, una historia que no cambia, en la que no hay nuevas noticias, termina por dejar de interesar con el tiempo por muy extravagante que fuera en sus orígenes. Por eso un año después de que el apagón en la casa de los Van Der Waltz hiciera desaparecer a los involucrados, la gente dejó de hablar del tema gradualmente.
Lo único que persistió fueron los rumores de que la mansión estaba embrujada, que traía mal fario y que estaba poblada por fantasmas... Por lo que, ausente su dueño y sin herederos ni compradores interesados, Cható Noir quedó deshabitado y gradualmente deteriorado por la inclemencia del clima.
Hasta que pasaro seis largos, largos años... y algo extraño comenzó a ocurrir.
Sin que se supiera exactamente el donde ni el como, algunas personas fueron apareciendo en la casa o en sus alrededores...
El 15 de Agosto de 1964 un grupo de niños que jugaban en los alrededores de la antigua mansión abandonada de Cható Noir se llevaron un buen susto al encontrar vagando desorientado y confuso a un hombre inglés de ropas elegantes como sus modales.
El Lord inglés tuvo algunos problemas con la autoridad al encontrar difícil justificar su presencia en el pais y su antigua documentación, pero tras las llamadas adecuadas y un par de bolsillos llenos de billetes Sir Brian Medawar pudo eventualmente regresar a su casa en su país natal sin mayores problemas. Allí nadie le esperaba ya, todos le daban por perdido, amigos y familia, y el regocijo fue grande al verle llegar sin duda alguna. Sus compañeros en la universidad en la que trabajaba investigando se maravillaon al verle también, pues el hombre no había envejecido un solo día desde que desapareció seis años atrás.
¿Y eso es todo? Os preguntareís. No. Eso no era todo. Sir Brian, por supuesto, conservaba todas las memorias de lo ocurrido en la oscura mansión, todas las horribles escenas, y estas le atormentarían en sueños ocasionalmente por el resto de sus días, pero había algo que le inquietaba incluso más y que quizá aún llevó al Sir a vivir alguna aventura paranormal más. Algo había vuelto de Francia con él, algo que dormitaba en su nterior ahora, a la espera, paciente y con quien sabe que intenciones. Un ojo... el ojo de una criatura incluso más antigua y temible que el Caos Reptante que les había atrapado y jugado con ellos. El Ojo de Yog-Sothoth.
Quizás, muy posiblemente... debamos continuar contando la historia de Sir Brian Medawar en un futuro.
Sir Bian Medawar: Superviviente.
Rol: Ojo de Yog- Sothoth
22 de Diciembre de 1964. Casi inconsciente por la hipotermia debida al frío clima y las ropas festivas y ligeras de la mujer, Leonor Giovannoni es encontrada por gendarmes franceses en el jardín de la antigua mansión de los Van Der Waltz. Identificada como una de las desaparecidas seis años atrás, la cantante fue sometida a una extensa batería de preguntas tras un periodo de recuperación en el hospital más cercano, pero nada de lo que dijo sirvió a la policía, que finalmente solo pudo asegurarse de que Leonor llegase cómodamente de vuelta a su país. Porque por descontao, la mujer no fue tan estúpida como para contarles lo que había ocurrido en ese lugar... ¿quién le iba a creer? No... la avispada pianista caló, dijo que no recordaba nada en absoluto de lo ocurrido y guardó para si los horrores ocurridos.
Lo teatros y bares se llenaron de nuevo con sus actuaciones. ¡El inesperado retorno de la desaparecida pianista! ¡Vengan a oir y disfrutar de la Voz Desaparecida, una vez más entre nosotros! Toda una algarabía. Y si bien el aspecto de la mujer no había cambiado ni un ápice, los más avispados se pudieron percatar de que algo había cambiado en su música. De algún modo lo vivido se plasmaba en sus canciones, dotando de un aura sutilmente tétrica a su obra. Pero, como siempre, el tiempo cura, y aunque jamás olvidó lo ocurrido en Francia, con el tiempo Leonor aprendió a vivir con ello y vivió tranquila hasta el final de sus días.
Leonor Giovannoni: Superviviente.
Rol: Humana normal y corriente
Emmanuel Grandier fue encontrado el 6 de Enero de 1965 en el interior de la mansión de Cható Noir. El cura, como los anteriores reaparecidos, afirmó no recordar nada en absoluto de su periodo de cautiverio, y la policía comenzó a escamarse ante este tercer invitado que sin explicación alguna volvía de quien sabe donde. La gente comenzó a hablar y algunas historias comenzaron a circular acerca del lugar de nuevo. La mansión de los desaparecidos escupía a sus víctimas una a una...
El padre por suerte pudo quitarse de enmedio con relativa facilidad. Nadie dudaba de la palabra de un cura, y la policía, tras forzar un poco la situación, terminó dejándole ir sin más. Y en su abadía se le recibió con alabanzas, aclamando los misterios del Señor y sus caminos inescrutables, pero Emanuel sabía ahora que por desgracia no era tan simple. El había visto a un Dios y no era ni por asomo una entidad bondadosa que velase por el bien de la humanidad. Ahora el padre Grandier sabía como era el rostro de los Eternos, de los aberrantes Dioses Primigenios, y su alma se retorcía en la amargura de la ironía que era el cristianismo y todas las religiones humanas. ¿Existía siquiera el Dios cristiano? ¿Había alguien que de verdad cuidaría de su alma una vez llegase la última hora?
Seguramente la respuesta era sí... auqnue no de la manera que el quisiera, pues aún notaba en su alma los jirones del manto transmundano que le colocó ese Dios Amarillo en una luna eones allá en el espacio. Emmanuel Grandier vivó el resto de sus días con moral torturada, indecisa, incapaz de ejercer su cargo eclesiástico en su totalidad, pero cuerdo. Lo que encontró una vez cruzó el velo de la muerte tiempo después es algo que solo a él le compete...
Emmanuel Grandier: Superviviente.
Rol: Protegido
Días después de la aparición del padre Grandier llegó el otro hombre de Dios de los abismos de lo desconocido. El 31 de Enero de 1965 Bixente de Vergaresse y Lizárazu llegó trastabillando a Burdeos, casi incapaz de tenerse en pie por si mismo. Murmuraba cosas acerca de "haber perdido a su amigo" y "ser incapaz de oir su voz", pero al margen de aquello pronto recuperó total dominio de su psique. Al igual que con el anterior hombre y viedo que sus historias carentes de información coincidían, la policía francesa pronto le dio el visto bueno para volver a España, y en menos de dos semanas el padre estaba de nuevo en el País Vasco.
Sin embago, lo mismos problemas que atribulaban a Emmanuel Grandier reconcomían al vasco, que veía tanto en su ideología política como en la religiosa un trmendo vacío existncial ahora que había visto a los seres que se escondían más allá del plano físico. Bixente abanonó la iglesia y la Euskadi Ta Askatasuna al poco de volver y se dedicó a vagar tratando de encontrar respuestas y a su "compañero perdido".
Y no vagó solo por la Tierra. Cuano sus pies se detenían en nuestro mundo y el sueño se lo llevaba, a veces Bixente echaba a andar en un lugar muy diferente, uno en el que creía poder encontrar mejor las respuestas que necesitaba, pues lo sentía afín a los sucesos. Tardó muchos años en descubrirlo y vivió muchos periplos allí, pero ese lugar al que iba Bixente y cuyas historias serán contadas en otro momento no era si no las Tierras del Sueño...
Bixente de Vergaresse y Lizárazu: Superviviente
Rol primario: Ladrón onírico
Roles secundarios: Apotecario e Hipnotizado
El camarero Camille Rosi no apareció hasta el 2 de Noviembre de 1965. La gente había comenzado a pensar que ningún tro de los desaparecidos en la antigua fiesta de los Van Der Waltz iba a mostrarse ya, pero el hombre llegó de vuelta incluso con su bandeja de plata y su delantal, sorprendiendo a todos e incluso a si mismo. Las memorias de lo sucedido en la casa estaban, al contrario que la de los anteriores sujetos, ligeramente diluidas en la memoria del italiano que no pudo si no dejar escapar algunas palabras que inflamaron la curiosidad de la policía y le tuvieron en la sala de interrogatorios por varios días.
Al final, sin embargo, todo fue tmado por delirios de estrés postraumático, y Camille Rosi fue puesto en libertad para ir donde quisiera. El meitre vagó aquí y allá durante un tiempo antes de volver con su familia, la cual quedó completamente trastornada al verle retornar a casa tras tantos años. Su mujer se encontraba ya casada de nuevo y esto unido a la crudeza de las memorias que aún conservaba el buen hombre le llevaron a una dura etapa de abandono y descenso al alcohol y otras sustancias. Con el tiempo el señor Rossi pudo recuperarse parcialmente y encontró con quien pasar el resto el sus días, pero todos sus conocidos afirmaron que desde que volvió Camille ya no fue nunca más el mismo.
Camille Rossi: Superviviente
Rol: Humano normal y corriente
Algo envejecida y con evidentes trazas del horror que había tenido ue vivir, el 4 de Febrero de 1966 Tina Fleurs fue encontrada por un reportero en el interior de la mansión de Cható Noir. La mujer le contó apenas unas frases de lo que había visto en aque tétrico y abyecto lugar a cambio de un pase franco de vuelta a casa sin pasar por la policía, lo que el periodista aceptó como un bajo precio por tan jugosa historia.
Tina, derrotada y parcialmente trastornada, se recluyó de sus círculos sociales, que nunca supieron de su retorno más que en las noticias y escritos que llegaron después. Vivió con algunos amigos lejanos, artistas y diletantes con un agudo nihilismo que ahora se mostraba muy acorde con ella. A finde cuentas ¿como podía buscar trascendecia y significado después de todo aquello? Después de haber fallado en proteger a tantos aunque al final hubieran logrado eximir al mundo de la presencia oscura que se acechaba sobre él. ¿Había fallado como Monje Arcano?
Fue con el largo pasar del tiempo y los años que Tina aprendió a perdonarse a si misma. Profundizó en los conocimientos antiguos para tratar de estar preparada si la ocasión se volvía a presentar, pero desde lo más profundo de su ser esperaba que no fuera así.
¿Queréis saber si ocurrió? Si la señorita Fleurs se vio de nuevo envuelta con las oscuras deidades y sus sirvientes es algo que desconozco, pues perdí su pista tiempo ha pero... es bien seguro que si juntó el coraje necesario hubo de saber encontrarlas por si misma.
Tina Fleurs: Superviviente.
Rol: Monje Arcano
No fue hasta el 4 de Agosto de 1970, doce años después de la trágica noche, que la última superviviente de Cható Noir, Kathe Winmarkt, apareció desnuda, desnutrida y envejecida, en los terrenos de la abandonada mansión. Uno de los trabajadores que la prepaaba para su demolición la encontró encogida en un rincón del salón, balbuceando incoherencias difíciles de entender para todos.
La mujer fue llevada primero al hospital y de allí a la policía, los cuales desistieron tras pocas horas de tratar de interrogarla, pues no había utilidad aguna en ello: la mujer estaba fuera de sus cabales, o así se la diagnosticó. Recordaba todo lo que había vivido y no dudó ni un segundo en contarlo mil veces, a voces, entre llantos y en murmullos. Lo más inquietante no fue su relato en sí, si no los cambios de actitud e incluso voz y acento que efectuaba periódicamente la mujer. Pues a ratos clamaba ser otras dos personas distintas, dos de los desaparecidos: Demetria Antoniette Laforêt e Iker Zubiri. Era incluso capaz de hablar español y vasco en consecuencia, y los médicos le atribuyeron un caso grave y excepcional de personalidad múltiple, pero lo que ellos no podían sospechar es que el repulsivo Dios Primigenio había efectivamente introducido a los dos fallecidos en su cabeza, agitándolos como si de un cócktel psíquico se tratase... relegando a Kathe a un hospital psiquiátrico por varios años.
Sin embargo, tiempo después un extraño suceso que llenó a todos de inquietud tuvo lugar. El hospital se inundó con una risa demencial, tremenda e informe, que nadie creó capaz de ser humana... y de su celda de aislamiento, sin rastro alguno de como sucediera, Kathe Winmarkt desapareció bajo un oscuro designio... sin que sea capaz de distinguir si fue para dejarla libre o para ponerla bajo su servicio.
Kathe Winmarkt: Superviviente.
Rol: Humana normal y corriente.
4 de Agosto de 1958. La policía aún no había acudido al lugar. Ni siquiera había sido alertada de las desapariciones, pues los invitados restantes al ver las luces apagarse tiempo después de que el grupo entrase a la casa simplemente pensaron que la fiesta había quizás tomado un caracter más privado y fueron lenta y relajadamente, abandonando el lugar.
Los jardines de la mansión estaban desordenados y sucios con los retos de la celebración, y el ambiente era el que se suele ver cuando uno se levanta con resaca, la cabeza embotada por los excesos de una noche en mayor o menor medida disfrutada. Y así se sentía Nambaryn Elbegdorzh, pero sin el componente agradable de una fiesta apetecible a sus espaldas. No. Nambaryn recordaba todo, todo lo que había pasado con gran detalle, y durante varios minutos se vio debatiéndose por no expulsar los escasos restos de comida que quedaban en su estómago. Los siguientes momentos su mente trató de comprender que es lo que había pasado, si había sido un suño, una ilusión o un delirio, pero mientras trataba de entenderlo notó una mano apoyada en su hombro. Al girarse vio a dos hombres.
El primero tocaba su hombro mientras el segundo paseaba por el lugar examinándolo con ojos atentos tras sus gafas de sol.
- No se preocupe, hemos venido a ayudar. Sabemos que ha pasado por algo muy duro. Venga con nosotros.
Y pese a que por un momento Nambaryn quiso negarse, aterrado de pensar que este podría ser un horrible truco del aberrante Dios que había jugado con él, hubo algo que le hizo descartar sus sospechas e ir con ellos. Al apartarse el hombre mayor vio que tras de él había dos personas que conocía...
El resto de los días del señor Elbegdorzh trasncurrió de maneras que muchos de ustedes considerarían imposibles, y sin embargo, si han escuchado y creído esta historia, deberían de saber aceptar. El resto de su vida es una historia larga y compleja, que debe ser contada... en otro momento.
Nambaryn Elbegdorzh: Superviviente.
Rol primario: Portador del Nombre
Rol secundario: Hipnotizado
La oscuridad fue completa también para los habitantes del vacío abismal. Por un insante se notaron descender en las tiniebles, caer en la sombra, y temieron el abismo de locura en el que se precipitaban. Sin embargo, dos almas fueron rescatadas de su horroroso destino.
Rasgando el oscuro velo que les envolvía, envueltas en un halo azul, dos manos distintas aparecieron en el vacío y atraparon a Jim R. Martin y Giorgio Monicelli en el último momento, y de algún modo que no alcanzaron a compreder, dejaron de no ser y fueron devueltos al mundo físico.
Al retornar, por un instante todo fue tan oscuro como el lugar del que venían. El sol aún no alcanzaba a romper el alba y la oscuridad en la mansión era casi absoluta. Poco a poco sus ojos se recuperaron y vieron el salon, revuelto, pero mundano. No había ni rastro del altar ni de los horribles sucesos que allí habían tomado parte mas que libros por los suelos, alfombras movidas y sillas caídas. Y sus salvadores. Eran un hombre con gafas oscuras y otro más anciano de los que ya os he hablado, y miraban a su alrededor con el ceño fruncido.
- Eso es todo lo que hemos podido hacer, amigo. Llegamos tarde. - Dijo el hombre anciano a su compañero que solo respondió con un cabeceo y un leve gruñido de conformidad a regañadientes. Luego se giró a los dos supervivientes. - Hay mucho de lo que debemos hablar pero antes... Creo haber visto a alguien fuera. Un asiático. Recojámosle.
Y hasta el día de hoy Giorgio Monicelli y Jim R. Martin, junto con Nambaryn, viven lo impensable con asidua frecuencia, pues no están dispuestos a permitir que los acontecimientos de Cható Noir vuelvan a tener lugar si está en su mano...
Giorgio Monicelli: Rescatado
Rol: Pistolero
Jim R. Martin: Rescatado
Rol: Humano normal y corriente
Del resto de implicados en esta demencial historia no se volvió a saber nada nunca más. Hay quien piensa que se fugaron a algún lugar desconocido. Que formaban parte de una secta e hicieron un suicidio ritual. Algunos hablan de masonería y de experimentos gubernamentales que se torcieron, pero nadie sabe a ciencia cierta qué es lo ue ocurrió con ellos ni lo que pasó en Cható Noir aquella noche.
Nadie... menos nosotros, claro.
Por desgracia nosotros sabemos que sus almas son juguetes eternos del Caos Reptante. Nyarlathotep, en su aberrante maldad transexistencial nunca les dará descanso a menos que los evos extraños lleguen y el orden de las cosas cambie pero... nunca hay que descartar nada.
Ah, y claro... queda alguien cuyo destino queréis conocer, ¿no?
Carmen Justo: Fallecida
Rol: Humana normal y corriente
Demetria Antoniette Laforêt: Fallecida y encerrada
Rol: Humana normal y corriente
Diana Maiers: Fallecida
Rol: Infectada
Iker Zubiri: Fallecido y encerrado
Rol: Semilla Mi-go
Józef Koniarek: Fallecido
Rol: Primera Semilla Mi-go
Londarbie Puit: Fallecido
Rol: Hipnotizador
Marie Anne Lenormand: Fallecida
Rol: Semilla Mi-go
Pierre-Isidore Lucien: Fallecido
Rol: Semilla Mi-go
Samuel L. Franklin: Fallecido
Rol: Humano normal y corriente
Efectivamente. Sin saber el modo ni la forma, de algún modo, tras la locura que tuvo lugar en mi mansión yo salí indemne. Bueno, o casi indemne.
Desperté inmediatamente después de que Diana Maiers fuer ejecutada poniendo fin al macabro juego del Primigenio. No supe decir entonces donde estaba y sigo sin saber decirlo a día de hoy, pero de alguna forma era capaz de ver todo lo que se me antojase. Todo, como un absoluto, sin restricción alguna.
Me encuentro en una sala gris, plana, con solo un libro ante mi y pluma y tinta. En el libro, cuyas páginas son blancas y no parece tener fin, escibo todo lo veo, y veo mucho. Se me ha negado incluso el derecho a la locura, mi mentr está clara y serena. No tengo necesidades más que la de escribir. Desconozco de qué soy prisionero o quién me ha dado esta misión pero...
Si estás leyendo esto es que has escuchado mi historia.
Por favor... ayúdame.