El resto no parecía tener interés de contestar o proponer, al parecer ya habían sentenciado al chico. Negué con la cabeza ante la situación que sufríamos.
-Si alguien vota por cualquier otro, yo también votaré por ese mismo. -Advirtió el muchacho, en un intento desesperado de sobrevivir o al menos, eliminar a alguna amenaza- ¡Si queréis lincharme podéis hacerlo!. ¡Pero no malgastéis un día y una noche para nada!.
Realmente, no es para nada. Es uno menos...todos vamos a morir...
Hubiera querido encogerme de hombros, pero mi rubenesco cuerpo tenia limite de movimiento.
-Vota entonces contra Ichigo. Eso haré yo pues pienso que quien los ha dejado inconsciente si no ambos si a uno de ellos con algún tipo de arma.
Ichigo parpadeo
-¿Para que querria hacer eso? Creo que desde el principio he declaradp mi rol. Soy una vigilante. Ademas, yo ya demostre lo que podia y no podia hacer, y el unico que por lo visto daba regalos eres tu. Si quisiera hacer daño ahora les estaria atacando con mos garras y no tengo idea de hacerlo. Del unico que no sabemos nada es deñ que practicamente no ha hablado en todos estos dias ni se ha relacionado con nadie.
Era evidente que aquellos supervivientes (de momento) estaban bastante separados; se habían formado un par de grupos que tenían bastante claro quien tenía que irse; de hecho, los empates fue todo lo que pasó en el día de hoy, dejando como resultado el empate de Shinichi Kirimura e Ichigo Momomiya en el primer lugar.
Los empujones, tirones y gritos no tardaron en llegar; todos ellos tratando de expulsar a los candidatos que habían elegido, pero a su vez, conformaban una marea que iba arrastrado a los dos ante la puerta abierta del refugio. Y a medida que estos supervivientes más empujaban, el olor a carne quemada de las anteriores víctimas se hacía más presente.
Aquellos no tuvieron más remedio que salir al exterior, o mejor dicho, ser arrastrados al exterior en donde se encontraron con la disposición de distintas torretas lanzallamas que, sin esperar ni un instante abrieron fuego... Pero nada salió de aquellas armas plantadas...
En el fondo de aquella cueva parecía haber una verja bloqueando la salida que, se abrió, dejando ver la luz del exterior y una figura.
A medida que aquella figura se acercaba a ellos, estos pudieron reconocer a un hombre joven, probablemente apenas entrados en sus treintas o en sus veinti-muchos pero, a pesar de ello, tenía un enorme bigote negro que no concordaba con su color de cabellos y que parecía ser tan grande y exagerado -y por algún motivo con olor a ardilla- que casi parecía irreal, incluso tenía una etiqueta sobresaliéndole.
-No os alarméis. -Dijo el hombre mientras sacaba una pistola reglamentaria de la policía y apuntaba hacia la cara de ambos- Porque yo estoy más asustado que vosotros y si me asusto más quizás dispare y si lo hago todos vamos a salir con los oídos dañados porque esto es un tunel... y alguien muerto, probablemente yo y no quiero eso.
El hombre dejó ver que tenía entre manos un bidón de una substancia extraña que, acercándose a una de las torretas, este empezó a rellenar.
-Y bueno... podéis esperar aquí a que termine de rellenar esto que me dijo el jefe pero... ¿Por que dos?. -Indicó mientras seguía vertiendo el contenido usando la garrafa, echando parte de este por fuera- No me digas que uno de vosotros se equivocó buscando el baño. Para ser sincero, lo bloquee con una pared falsa porque ahí había fantasmas.
Aquel tipo no parecía tener muchas luces, por lo que con rapidez y celeridad y sin dejar de tener las manos levantadas sobre su cabeza, Shinichi Kirimura trató de buscar la forma de zafarse de la situación de la mejor forma posible, siendo esta, evidentemente, tratando de aprovecharse del hombre armado.
-¡Ha habido unas votaciones para encontrar al culpable y ella salió como la elegida!. -Dijo señalandola con un dedo, manteniendo sus manos arriba- ¡Yo solo estoy aquí porque me dijeron que tenía que ayudarte a rellenar esas cosas por si no había gasolina, napalm o lo que sea que le eches!. ¡Así que por favor, no me mates!.
El hombre miró fijamente a Shinichi Kirimura durante unos cuantos segundos, segundos que se hicieron eternos y... finalmente, el hombre habló, asintiendo con la cabeza con cierta alegría a las palabras del muchacho.
-¡Pues menos mal que vienes a ayudarme!. -Exclamó el señor del bigote que, poco a poco se estaba despegando- El Jefe me dijo que los prisioneros de aquí son peligrosos y "después de la que armé" tan solo esperaba que alguno me matara... Está de mal humor.
Con ello, este tan solo apuntó a Ichigo Momomiya.
-Así que, "Señorita Tipa Mala" -Dijo para acto seguido arrepentirse- O "Señorito Tipo Malo" o "Señorite Tipe Male", no se debe asumir el género de nadie, es lo que aprendí en la academia de policía- Probablemente lo único que aprendiera- puedes esperar a que terminemos de rellenar esto o puedes volver al interior y pensar en lo que has hecho.
Y así fue como aquel hombre misterioso que claramente no era Mamoru Ai Yastis, así como Shinichi Kirimura abandonaban la estancia luego de recargar los lanzallamas de todas aquellas torretas de seguridad, quizás como amigos, aunque probablemente como un secuestrador y una persona que se acababa de librar del Battle Royale. (Al parecer Shinichi Kirimura SÍ que había prestado atención en clase).
Al cabo de unos minutos, las puertas de aquel bunker se volvieron a abrir, y del exterior, volviendo a entrar apareció no otra que la propia Ichigo Momomiya, completamente sana y salva después de aquel extraño periplo en el exterior. Sin lugar a dudas, algo había pasado, puesto que ni herida se encontraba la muchacha.
Aquel día había sido largo, o quizás no... sea como fuera, al ver regresar como si nada a Ichigo Momomiya de lo que era pata todos una situación de muerte segura, todos ellos concordaron en lo mismo: Era mejor dormir y ya mañana salir para ver qué hacer. A fin de cuentas, la democracia había hablado.
Por lo que uno, a uno, estos fueron regresando a aquellos ruinosos aposentos en donde se encontraban, con el misterio aún pendiente por resolver, pero con la conciencia tranquila de que podrían hacerlo si permanecían todos juntos y nadie era brutalmente asesinado en las próximas horas... esta vez sí que sí.
Mientras el resto del grupo continuaba su camino hacia las respectivas habitaciones, algo extraño ocurrió; tanto Kaito Takashi como Yugiri Senkyo se despertaron, levantándose del suelo como sendos sacos de patatas animados.
Si alguien comprobara su estado, podría notar que aún seguían vivas -por lo que no eran zombies-, y estaban completamente sanas, al menos de momento. Aunque ya hablarían con ellos mañana a la mañana.
Mientras el resto del grupo continuaba su camino hacia las respectivas habitaciones, algo extraño ocurrió; tanto Kaito Takashi como Yugiri Senkyo se despertaron, levantándose del suelo como sendos sacos de patatas animados.
Si alguien comprobara su estado, podría notar que aún seguían vivas -por lo que no eran zombies-, y estaban completamente sanas, al menos de momento. Aunque ya hablarían con ellos mañana a la mañana.
Estos dos justamente despertaron al momento tras las votaciones y aunque tan solo pudieron ver las espaldas de Lena Nanami, Fukuzou Moguru e Ichigo Momomiya... El único que faltaba era Shinichi Kirimura. Al parecer los tres primeros habían sobrevivido al día anterior (tanto noche como el día).