En algún bar de Sakurami City, un joven de cabellos rubios se sube al escenario para tocar una canción; un artista más de los cientos y miles que habitaban la ciudad, nada extraño que resaltar al respecto, salvo que, este joven, tenía una canción que a muchos podría sonar, si no fuera porque esos muchos ya habían muerto.
Con aquella guitarra en mano, el muchacho tocó un par de acordes para llamar la atención de las personas que se encontraban dentro del bar y, sin hacerse esperar más tiempo, este cantó.
Pensarás que los inocentes deben vencer
y a un lugar seguro llegarán
Y al secuestrador verán perecer,
y a sus complices capturarán.
Mas finales felices aquí no hallarás,
desdicha y pesar hay aquí
Esperas justicia y paz al final,
pero esta historia no es así.
Tú querrás que algunos vivieran aún,
eso sí sería una bella ilusión
No puedes usar el sentido común,
en Sakurami ya han bajado el telón.
Pero este final no es feliz, es tal cual,
Con pena, tristeza y horror.
Justicia y paz que vosotros queréis,
pero las cosas así aquí no son.
A una mujer una vez yo amé,
Ansiando una felicidad.
Ahora muy solo estoy, es así
Porque ella enterrada está.
Finales felices aquí no hallarás,
desdicha y pesar hay aquí
Tú esperas justicia y paz al final,
pero esta historia no es así.
El mundo es como esa rima suelta
que te molesta dejarla un montón.
Imagina unos supervivientes felices
pero las cosas así no son.
Algunos sonríen alguna vez,
y otros un mogollón
Pero yo no sonrío porque triste estoy
Porque las cosas así no son
Las cosas así no... son...
El muchacho luego de tocar aquella canción bajaría de la tarima y se sentaría en una de las sillas de una de las mesas ocupadas, con una sonrisa galante, al parecer este pudo divisar entre los focos la sensual silueta de dos jóvenes muchachas que no habían venido acompañadas de ningún hombre, por lo que este no dudó.
-Buenas tardes, Señoritas. -Dijo mientras se acostumbraba a la oscuridad luego de ser cegado por los focos- ¿Queréis que os firme algo?. Yo que sé... he escuchado que por occidente se lleva mucho firmar en los pechos... ¿Os apetecerí... Ah. -El muchacho se quedó completamente pálido al verlas y reconocerlas.
En efecto, al parecer tanto Lena Nanami como Yugiri Senkyo habían permanecido juntas y más importante aún, al parecer habían conseguido localizar a Shinichi Kirimura en aquel lugar... o quizás simplemente fuera una coincidencia más del destino; sea como fuera allí estaban.
Gracias por todo Sinichi. Finalmente has logrado cumplir tu sueño... verdad?... como me alegro. De verdad. Cuando me enteré de que te votaron se me rompió el corazón. Intenté ayudarte todo lo que pude, pero cuando quedé inconsciente no hubo nada que pudiera hacer. Cuando Ichigo me dijo que sobreviviste sentí un alivio inmediato!.
Miré a Lena, y la cogí de la mano. Gracias a Lena pude salir de allí con vida. Me alegro de haberte encontrado Sinichi, eres un gran músico...
Lena estaba viendo la actuación sentada tomando un buen vino dulce. Aún había secuelas de todo cuanto hubo vivido. Se levantaba por las noches aturdida por las pesadillas de las votaciones y el olor a muerte. Lo único que le reconfortaba era ver a su querida Yugiri cada día al despertar en aquel pisito alquilado a pie de playa.
Cuando la actuación terminó, Yugiri decidió acercarse para saludarlo. Lena sabía lo importante que era el cantante para ella, pero tal vez por remordimientos o por lo que fuera, Lena evitó el contacto hasta que Yugiri le hizo una señal invisible a ojos de los demás para que se acercase a saludar. Vio como empalideció. Ella también lo haría...
Igualmente, no habló. Se limitó a escuchar y a sonreír y, tras ello, volvió a la barra del bar a observar como su (ahora establecida) novia hablaba con su amigo. Se alegraba por ella.En ocasiones, era mejor ser un mero espectador.
Miro con dulzura a mi queridísima novia establecida. Aquellos días de vacaciones, playa, y relax, fueron los mejores días que hube vivido en toda mi existencia. Y no hablemos del sexo... Que horrible y a la vez que bueno era haber vivido todo aquello. ¿Si pudiera retroceder en el tiempo... repetiría lo mismo?...
... La sensual figura de mi adorada Lena acomodándose en la barra era una respuesta más que suficiente. Sí.
...
Entonces me volví de nuevo a Sinichi. Totalmente seria. Lamento oír que una vez amaste a una mujer y la perdiste... ¿o no?. Si algún día deseas nuestra ayuda, te la debo, no dudes en pedirla. Y más seria todavía, incliné mi cabeza hacia él para que sólo pudiera oírme él... y le susurré... y si todavía estás en contacto con la 8ª... Dile que pienso ayudarla en todo lo posible con tal de evitar que ese 4º siga saliéndose con la suya. Podía verse el evidente odio en mi mirada.
...
Piénsalo. me incorporo con normalidad recuperando mi expresión habitual... y luego le miro de arriba a abajo, sonriendo. MMMmmm... parece que te hayas vuelto más adulto durante estos días... si no estuviera ya pillada por alguien... Le sonreí picaronamente para ponerle más nerviosito y me levante de la mesa para regresar junto a mi amorcita en la barra... pero antes me giré para decirle... me conformaré con ser tu fan nº1...
Y le guiñé un ojo al boquiabierto y pálido Sinichi, dejándolo sentado en la mesa, y volviendo al lado de Lena. Para beber buen vino y seguir disfrutando de nuestro amor y nuestro tiempo juntas... durase lo que durase.
El muchacho seguía viéndose bastante nervioso con la presencia de aquellas dos mujeres en el local; a pesar de los intentos de ambas de aparentar ser cordiales, este joven no se sentía del todo a gusto con aquellas dos; quizás porque recordaba que una de ellas le votó para ser achicharrado o que la otra lo había "abandonado para echarse una siestecita".
-Sí... en cuanto a eso... -Dijo, titubeante- yo...
Pero no dijo absolutamente nada más; la partida había llegado a su fin, por lo que se podría considerar esta pequeña escena de epílogo como un extraño "Cliffhanger" para un futuro que, para la mayoría es incierto y para algunos, tan solo pueden tratar de vislumbrar usando aquellos diarios.