Quizás por desesperación, quizás por un efecto llamada, o quizás por haber incumplido el límite de posteo durante el día en dos ocasiones distintas; Akira Takahashi también se aventuró a las llamas para no dejar ni rastro del muchacho. A fin de cuentas, uno más rostizado nunca vendría mal.
Y entre tanto suicido colectivo, la gente asombrada no se olvidó que la más votada seguía siendo Mae Mia, por lo que, aunque esta no quisiera salirse a tener un bronceado con lanzallamas; aún así, la empujaron al exterior, por segunda vez, para dar por finalizado con eso.
En total aquel día se había saldado con cuatro víctimas más, reduciendo en gran medida el número de participantes que aún seguían encerrados tras esos muros, participantes que aún seguían con vida y que no habían sido completamente rostizados ni asesinados, al menos de momento.
Aquel día había sido largo, o quizás no... sea como fuera, al ver suicidarse a dos extras como si nada, todos ellos concordaron en lo mismo: Era mejor dormir y ya mañana salir para ver qué hacer. A fin de cuentas, la democracia había hablado... y algun par de voluntades suicidas también.
Por lo que uno, a uno, estos fueron regresando a aquellos ruinosos aposentos en donde se encontraban, con el misterio aún pendiente por resolver, pero con la conciencia tranquila de que podrían hacerlo si permanecían todos juntos y nadie era brutalmente asesinado en las próximas horas... esta vez sí que sí.
Mientras el resto del grupo continuaba su camino hacia las respectivas habitaciones, algo extraño ocurrió; tanto Kaito Takashi como Yugiri Senkyo se desplomaron, cayendo al suelo como sendos sacos de patatas.
Si alguien comprobara su estado, podría notar que aún seguían vivas, pero estaban completamente inconscientes, al menos de momento. Cuando despertarían sería un misterio.