Shingetsu había salido de su cuarto tras tener una serie de pesadillas y recuerdos traumáticos de su pasado, una tras otra y no se sentía muy bien, pero seguía a pesar de todo, no era alguien que pudiese ni debiese fallarle a los suyos y la carga que llevaba era poca, porque aunque no lo fuese debía poder con dicha y seguir, seguir y seguir sin parar. ¿Cómo más si no?
Y entre las sombras se hizo la luz, la revelación y esta vez ni se molestó en enfurecerse o molestarse con el imbécil de la televisión, permitiéndose improperios de pensamiento, pero cuando lo vió es que entonces sintió algo. Al ver a la víctima lo que no pasó antes se dejó ver, se retorció en él. No podía mostrar algo así, mucho menos siendo el encargado de unir a todos pero...
Una lágrima cayó con sus ojos plenamente abiertos entonces, uno solo.
Se quedó ahí, mirando mientras los demás parecían tener sus mismos problemas. Algo logró escuchar mientras Yuugiri hacía un gesto con el mismo símbolo que él le dió antes, algo que agradecía porque si su símbolo podía servir como una forma de unción hacia esta víctima es que podría proceder. Parpadeó y se arrodilló paulatinamente ahí, en la entrada a la habitación, tomando aire y concentrándose, superando su propia tristeza irrelevante.
- Señor, tu siervo se arrodilla ante tí quebrantado para pedirte perdón por ser sino un pecador más. Mírame con tu omnipotencia entre las sombras, mira lo numerosos que son mis enemigos y el odio que me tienen... -Pausó, conteniendo su voz, y luego soltándola de nuevo.- Perdóname por mis faltas y mi ceguera, y permita a esta, tu cachorra, que camine un sendero hacia tu forma ausente y absoluta.
Cerró los ojos entonces con su símbolo en la mano, recitaba los versos parcialmente y mayormente de memoria. Muchas veces se le bromeaba de improvisar, pero solía acertar o aceptar esas burlas. Pensó en eso y su corazón se entibió un poco. Una cruz cristiana habitual en su mano concretaba un intento de ceremonia para la compañera caída, la hermana que ahora descansaría en la justicia y fidelidad.
Así, se levantó sin más. Tomó a Happosai y lo separó de Lena, suspirando, aunque se sabía que este viejales no pararía.
- Al menos compórtese como su sabiduría y edad lo representan, hermano Happosai. -Suspiró entonces y al pasar por el lado de Nanami Lena acarició su mentón brevemente y uno de sus mechones de cabello apenas, sonriendo aún con algo de pesar en su rostro. Se secó las lágrimas y aclaró su voz, buscando la carne de conejo de antes y así mezclarla con lo que hubiese,conservarla en lo posible. Sintió unas ganas notorias de romper la pantalla de la TV a patadas pero recordó a alguien decir que... ¿Qué? Seguramente alucinaba, entre anoche y ahora era bastante. A medida que cocinaba algo mucho mejor que ayer con las raciones necesarias, dejándose apenas bocado útil, comentó sobre el asunto.- ¿Esto tiene que ver con él, no? No creo que seamos nosotros, hermanos y hermanas, meros elegidos aleatorios para que un supervillano nos haya metido aquí... Si está asociado con...
No osó decir su nombre, Shingetsu creía mucho en el valor de los nombres personales e incluso apodos, pero su nombre era su apodo, y todos lo sabían, el supervillano más poderoso, el ser más poderoso que se suponía que existía, si estaba asociado con aquel tal Bolivar Trask por cierto sería que el encierro de todos aquí no era coincidencia. Procedería a buscar servir a quién quisiera.
Todos aquí, en la mesa del Señor.
Kaito salió de su habitación y se lo notaba cansado, pero no muy diferente al primer día. En cuanto se hubieran reunido y antes de comer diría
- Para quien le interese...según el examen del cuerpo y las pistas del día anterior, puedo decir por descarte que el asesino de panda, fue nada mas que la misma chica con cuernos. - suspira.
- Tal vez alguien la descubrió con las manos en la masa y por eso la apuñalaron. Eso no lo sé. Pero si lo que dijo la voz el día anterior es cierto y uno de los dos muertos era un objetivo, entonces no queda otra opción que esa. Pueden creerme o no.-
Dicho eso y notablemente cansado como si hubiera dormido mal, buscaría sentarse en algún sitio, para comer algo del conejo asado por las circunstancias, ajeno aún al secuestrado faltante, no tenia cabeza aun para contarles
Fui separado forzosamente de Lena y me enfadé.
Soltadme, os digo. Jovencito no le han enseñado a tratar con respeto a tus mayores.
Comentaba mientras pataleaba en sus brazos y le golpeaba con los pantis de Mae Mia.
El agraciado chico sacó una pequeña pajita de plástico de su bolsillo, la recortó en diagonal e hizo un par de pruebas soplando, increíblemente empezó a sonar como si fuera una gaita. Dio tres pitidos para que todos prestaran atención.
Esto me recuerda a la historia de "Un monstruo en la fábrica de dulces" ¿La conocéis? ¿No? Pues en ese caso tendré que recitaros parte de ella, dice así:
Un día, un excéntrico millonario una llamada realizó
y a todos lados la señal llegaría
a los niños buenos de todo el mundo a la fábrica invitó
pues elegir a su sucesor debía
pero por desgracia para todos a pocos de estos reclamó
y más pervertidos de los deseados había.
Hasta hombres disfrazados de niños llegaron
y con excusas estúpidas entraron,
incluso nuestro protagonista, un feo monstruo, "Maurice" llamado y "Perv" apellidado
Consiguió optar a ser el nuevo jefe del dulce hacendado.
Todos consiguieron la puerta atravesar
excepto un niño llamado pomodaro
que con un billete falso a todos quiso engañar,
conseguirlo no pudo, pero a la larga, fue el más afortunado.
El monstruo, contra todo pronóstico
a la primera noche consiguió vencer,
y a una niña llamada Michiko
consiguió sabotear y hacer fenecer.
Mucha sangre y cosas fálicas en la fabrica aparecieron
y todos, una por una, todas se comieron.
Más a la última noche el monstruo logró llegar
y nada más se supo del dueño del lugar
así que se piensa, y sentido no tiene llegar a dudar
que aquel asqueroso llegó a ganar.
La conclusión de todo esto ya llega
y es que, aún cuando creas, duda, pues
un lobo vestido de lobo balando
es más peligroso que un lobo con piel de cordero gruñendo.
Akira Takahashi se encontraba en medio del grupo, con su mirada. La Habitación β parecía envuelta en un aura de misterio y desesperación, y Akira sentía la necesidad de compartir una revelación perturbadora.
-Escuchen atentamente, murmuró Akira en tono grave. -He descubierto algo inquietante sobre el brutal asesinato de Sofia Mirotsuji. Al parecer, alguien ha arrancado su corazón, dejando tras de sí una escena macabra y sin sentido.
El silencio pesado llenó la habitación mientras todos absorbían la impactante revelación. Akira continuó, su voz apenas un susurro en medio de la tensión. -No solo eso, las formas en que las personas han sido asesinadas son extrañas y perturbadoras. Estamos enfrentando a un enemigo astuto y despiadado. Debemos mantenernos alerta y prestar atención a cualquier indicio o palabra de Kaito Takashi, quien podría tener información crucial.
El joven se movió inquieto por la habitación, sus ojos escudriñando cada rincón en busca de pistas. -Mientras seguimos buscando respuestas, debemos recordar que nuestra supervivencia depende de nosotros mismos. Si no encontramos nada para comer, podríamos recurrir a los conejos que merodean por aquí. Sería mejor aprovechar cualquier recurso disponible en este juego mortal en el que nos encontramos, cabe recalcar que pese a la muerte por la que votaron, el secuestrador no nos avisó de alguna baja de los que originalmente eran 4 que se esconden entre nosotros, aprovecho el momento y su atención para instar a aquellos que permanecen callados a comentar algo.
Ichigo levanto la mano.
-Ehm, si, la primera mañana nos aviso que uno de los cuatro habia caido. Y por las palabras de Kaito, diria que era la chica con cuernos, lo que me preocupa y me entristece, creia que era una pobre chica indefensa, claramente no nos podemos fiar de nadie.
Comentaria cruzandose de brazos pensativa.
Ichigo sintio un escalofrio cuando mentaron lo del monstruo de la fabrica de dulces...
-Si, por lo que se alli habia un monstruo... uno temible y que ninguno quiere llegar a conocer, pero, no creo que sea del que habla esa historia...
Lena agradeció el gesto de Shingetsu, pues de un momento a otro se había visto envuelta en unas acciones un tanto groseras por parte de aquel anciano. No obstante, mientras se sentaba al lado del padre para empezar a comer (pese a que estaba en contra de su ética comer ciertos animales) escuchó lo que sus compañeros decían acerca de una empresa, un tal B-Tesk o como se llamase y...
-No entiendo nada. -Terminó por concretar intentándose secar los dedos del aceite de la comida con lo primero que encontraba. ¿Entonces estamos aquí por deseo de ese hombre robots? ¿Y con qué propósito? ¿Matarnos unos a otros? ¿Y luego...? ¿Si ganamos? O si perdemos ...-Iba a seguir con su discurso, pero Happosai había decidido molestar al padre, así que le ofreció conejo para que se sentase y se tranquilizara. Padre, deberíamos rezar un réquiem por estas almas. Si esta noche decide dar una misa, me gustaría unirme a usted. -Se tragó lo que andaba masticando con sutileza y decidió que ya había comido suficiente.
-¿Y si hacemos guarda esta noche ? Podemos, por parejas, hacer rondas. De tal forma que si "x" decide acabar con su compañero "Y", sabremos que "X" es uno de los ...malos.
Mire un poco aturdida a toda la situación.
mmmm, esto... Lo siento ayer estuve un poco fuera de mi. Estaba un poco paranoica con toda esta situación y durante el día estuve dormida... ¿Me podéis explicar que está pasando aquí y por qué estamos aquí?
Estaba en posesión de un rico sandwich con lo que podría ser lechuga, pollo y tomate, aunque no estaba del todo seguro que aquel sabor fuera de tomate, pollo y lechuga. Observaba ocupado masticando en silencio como aquel día solo hubiera una muerta. -Bueno, bueno... las marcas avisan de un asesino teriomorfo entre nosotros, pero es curioso que no haya ninguno ¿Verdad?-Me encogí de hombros.-Supongo que alguien es capaz de cambiar o le gusta jugar con armas poco comunes.
Le di un gran mordisco a los que fuera pollo o algo y proseguí a contestar a la chica acosada.
-Creo yo que nada tiene que ver, ese robot desnudo con nosotros. Mas bien es el lugar, este sitio ha debido ser teatro de otro Royal antes que el nuestro, porque en mi habitación también encontré otro nombre: Limstella. -Termine sonriente al poder ayudar.
-Bueno, es sencillo a la vez que trágico. Entre nosotros hay tres villanos y hemos sido elegidos para encontrarlos. Mientras nosotros los cazamos de día ellos lo hacen de noche. Pero este juicio sin supervisión, tiene una pega, no sabemos si quien acusamos es o no culpable al 100%. -Mantuve la sonrisa para la tranquilidad de Ai -Al menos por ahora.
-De lo único que estamos seguros es que el anciano de palmo y medio le gusta robar ropa interior femenina sin importarle falda o pantalón.
Menos mal. no fui la única que encontró un nombre grabado en su habitación. Empezaba a pensar que sólo yo había investigado mi habitación. Si esto fue una especie de prisión de otros villanos, el de la televisión debería ser un aliado de la policía... es una suposición. Y sobre la información del móvil del Detective T. nadie parecía hablar de ello pero a mí me parecía evidente recalcarlo. Dudé sobre si se refería a la habitación 7ª y la 12ª, pero la 7ª es de Kaito quien es hombre, por lo que no puede ser eso. ¿creéis que se refería a las primeras víctimas y asesina?. Si no recordaba mal, el mensaje decía algo de que la 7ª había mirado a la 12ª. ¿o quizás habían pillado a la Chica de los conejos y por eso ella lo atacó?
Akira por su parte tenía razón, el secuestrador no dijo nada sobre que habíamos acabado con uno de los cuatro enemigos cuando murió la chica de los conejos.
Suspiro largamente. Pasaban muchas cosas y no tenía certeza de casi nada. Yo estoy de acuerdo en pasar la noche con alguien. En la mía ya he investigado todo lo posible y no quiero quedarme esperando a quedarme dormida o que me... arranquen el corazón. Que mal sonaba eso.
Luego de comer, digerir y escucharles, se levantaría y entraría a la habitación de Erika, no sin antes tomar una bocanada de aire y valor, para entrar.
Desde fuera podrían ver como comenzaría a observar el cuerpo, los alrededores y todo lo que pudiera servir como pista, buscando incluso debajo de las camas, escritorios y demas.
Tiempo después saldría y diría.
- Necesitaré tiempo para armar el rompecabezas de la escena del crimen. Sobre compartir cuarto...- miraría a todos.
- También estoy disponible a compartir...- la pregunta seria, con quién.
Al salir de la habitación encontramos otro cadáver, el de una chica. Procuré no entrar en la habitación para no ver la sangre e intenté entretenerme con otra cosa.
- Yo en mi habitación encontré un objeto que creo que está poseído o maldito - dije con un escalofrío - es sólo una lupa rota, pero hay algo en él que me causa mucho repelús. Ponía que le pertenecía a un tal Mamoru Ai, sea quien sea.
Lo más interesante que había allí era un anciano de lo más majo que gustaba de prendas femenina que luego cuidaba muy bien.
- Pero qué abuelito más majo - dije acercándome - es todo un detalle que decidas guardar bien la ropa interior de las chicas y que se las planches y todo. No seáis malos con él - dije echando la bronca a los que lo molestaban.
Agradeció tener un momento de paz en buena compañía, concordando con esas palabras.
- Así es, hermana Lena. Podemos rezar ahora en calma y silencio mientras nos encontramos todos juntos.
Alzó su mano entonces, con la palma hacia arriba, instando a la hermana Lena que la tomara, si bien le bastaba con que hiciera la misma postura y a otros alrededor, aunque tampoco les obligaría, rezaría con los ojos cerrados por unos segundos, pensando en aquellos que cayeron antes, el día anterior, pensando en sus almas y esperando que Su Señor las guiara por el sendero más allá de las sombras y hacia la luz que traía por su propia mano y mediante su previsión sagrada.
Sujetó el símbolo en su colgante, ahora el del ojo dorado mientras había vuelto a poner la cruz debajo de su ropa y así, terminó de comer, viendo que todos estuvieran bien. Miró a la hermana Lena y le asintió sobre el tema de la misa, por así decirlo y además su idea, hablando hacia todos aún así.
- Me parece una excelente idea, hermanos y hermanas, juntos podremos protegernos del mal, si este se esconde, la luz le expondrá.
Concordaba con los hermanos que hablaban sobre investigaciones aunque no se metía en eso, él era más bien un gestor y un guía. Con eso, se sentía listo para volver a su habitación pero antes buscaría lavar los platos o al menos ordenar, costumbre.
Alimentarse de conejos no era algo que le fascinaba hacer, aun más cuando se trataba de unos para nada herbívoros, pero hay que mantenerse con vida dentro de este bunque caluroso.
Así escuchó todas las conversaciones y pudo opinar. - Si el posible asesino es un cybor encubierto ¿Una idea sería que los chicos se desnudasen para ver cuál es? - Propuso, pero era más una broma que otra cosa. - Podemos compartir, de desearlo, Kaito. - Propuso antes de dirigirse a Lena - ¿Por qué crees que está maldito? Y ¿Cómo sabes que era de esa persona? - Preguntó con curiosidad.
Lena imitó a Shingetsu siguiéndolo en la oración por las almas de aquellas desdichadas personas. Tras ello, observó con curiosidad el símbolo del ojo. Ya que tenía el suyo guardado en el pantalón, lo sacó y se lo enseñó sin decir nada pues un silencio valía más que mil palabras ''Fuiste tú''. (Aunque no era ninguna novedad ni sorpresa, pues era el único que mostraba su fe con tanta pasión).
Al acabar, se giró hacia Mami Ahoyama y frunció el ceño algo confusa:
¿Por qué crees que está maldito? Y ¿Cómo sabes que era de esa persona? ¿Por qué crees que está maldito? Y ¿Cómo sabes que era de esa persona?
-Creo que...te has equivocado. Yo no he dicho nada...Aunque ya que lo preguntas, a mí también me gustaría saber acerca de esa lupa. -Miró a Ena Ahane. Entonces...¿hacemos guardia esta noche por pareja?
Steven ha estado en un rincón de la sala hasta ahora, la primera cosa que vio al salir de su habitación fue el cadáver de la muchacha y eso lo dejó en shock. Se acerca al sacerdote y se une a sus plegarias, buscando la salvación en estos momentos de desesperación y ya que no encuentra comida, intenta encontrar al señor.
-Está claro que robar es algo que hacen los villanos; pero teniendo en cuenta lo que roba este anciano, no creo que sea tan sospechoso. Sin embargo me surge la duda de porqué usted. -Señala al 17. -Tiene tanta información del asesinato.
Shingetsu rió entonces y miró aquel símbolo que le tráia fe, júbilo y motivación entre muchos otros sentimientos, que le habían permitido erigir un templo desde sus cimientos cenicientos, sin ser poético aunque pudiese parecelro con esto que estaba pensando y sintiendo en su mente, feliz de que estuviese en manos de alguien que lo apreciase. Solo sonrió y le dió un toque suave en la nariz para luego ir a terminar de lavar y ordenar como pudiese.
Al tener esto en cuenta, pensó en que la paciencia hacía a los santos pero él no era un santo, solo un predicador del bien.
- Pienso, mis hermanos y hermanas, que deberíamos anotar estos nombres ajenos y considerarlos. Siento, tras mis reflexiones personales y las múltiples circumstancias que nos definen, que no hemos sido puestos aquí por las puras, algo tenemos en Sakurami City o algo buscan de nosotros que nos hace elegidos, fuera de todo el asunto de... -Miró en dirección a las habitaciones de los caídos, con pesar, y siguió.- Lo que nos sucede, según nos han dicho. Tengamos previsión y miremos más allá.
Pero no podía pedirle lo que no querían a quienes no lo querían. Se prepararía para ir a su habitación si es que nadie más agregaba algo. Ya era hora.
Akira Takahashi observó a Steven Salt con una mezcla de curiosidad y suspicacia. Su mirada era penetrante, como la de un lobo acechando a su presa en la oscuridad. Las palabras de Steven revelaban cierta sorpresa por la cantidad de información que poseía sobre el asesinato de Sofia Mirotsuji.
-Es cierto, Steven, respondió Akira con un tono enigmático. -No es común que alguien decida investigar a fondo en esta situación. Pero también es cierto que posiblemente fue el único que lo hizo en esa habitación.
Akira se acercó un poco más a Steven, manteniendo una actitud cautelosa. -Me resulta curioso que hasta este momento hayas decidido hablar y señalar directamente a alguien-, señaló, sus ojos escudriñando cada gesto y expresión de Steven en busca de cualquier pista que pudiera revelar la verdad detrás de sus palabras.
Al parecer, ya no por una mayoría aplastante, sino más bien por la propia culpa del hombre, lo que la gente del lugar había decidido era que la persona más votada fuera, no otro que Steven Salt, quizás por ser la primera y única intervención que hizo a escasos minutos de esta votación, o por el hecho de ser una de las personas más fáciles de colocar en el punto de mira debido a su silencio constante... aunque todos sabemos que fue porque era extranjero y no parecerse esteticamente al resto de los presentes; por lo que tomaron y lo lanzaron al exterior por la puerta principal, y cuando terminaron, cerraron la compuerta...
Aquel día había sido largo, o quizás no... sea como fuera, todos los presentes que se habían atrevido a tomar el toro por los cuernos, o en este caso a los conejos por las orejas, así como aquellos que se quedaron más rezagados viendo aquella masacre, todos ellos concordaron en lo mismo: Era mejor dormir y ya mañana salir para ver qué hacer.
Por lo que uno, a uno, estos fueron regresando a aquellos ruinosos aposentos en donde se encontraban, con el misterio aún pendiente por resolver, pero con la conciencia tranquila de que podrían hacerlo si permanecían todos juntos y nadie era brutalmente asesinado en las próximas horas... esta vez sí que sí.