Partida Rol por web

Miro a Fisk con una dulce y encantadora sonrisa.

-Gracias por renunciar. Ahora alguien útil puede tomar su puesto. Y ya que estamos, ¿sería tan amable de pegarse un tiro en la sien para demostrar que no es cylon? Todos dormiríamos mucho más tranquilos. Sin duda, usted el que más.- sugiero en tono meloso y tranquilo, antes de que salga por la puerta.

Tom golpeo con rabia la mesa donde se encontraba, su teoria la unica teoria habia sido echada abajo y lo peor de todo es que habia condenado a toro inocente con sus acusaciones.

Sin atreverse a mirar a nadie a la cara guarda silencio apretando el puño con fuerza.

Fisk se gira, en sus ojos, arde la rabia, la ira, se acerca, casi embistiendo, su mano, el puño cerrado, aparentemente se dispone a descargarlo contra Caprica.

Un par de soldados se alertan, pero es tarde. Detiene su carga, unos centímetros cerca del rostro de la rubia. -No vales la pena, niñata- y escupe a sus pies, su puño se descarga contra la pared vecina.

-Jódete- le da la espalda mientras le muestra su último gesto antes de desaparecer por el ascensor.

Sigo sonriendo, se que algún día veré a esa tostadora muerta.

-Las verdades duelen.- contesto.

Cojo la bata que el pobre doctor Cottle dejó en la silla antes de morir y limpio mis zapatos.

-Nooooo....- susurra Tory mientras ve como se llevan a Sherman. Y mira con odio a Fisk, habian sido sus acusaciones las que habian llevado a aquello. Ante las últimas palabras del doctor, una pequeña lagrima cae, imperceptible. La única que habia derramado en aquella nave. -Eso decimos todos- dijo en voz baja, en contestación silenciosa a aquel gran hombre. Junto a Adama, el galáctica habia perdido su ser, el humanidad estaba perdida aunque se llegara a aniquilar a aquellas temibles tostadoras.

La mujer nota como Caprica se coloca a su lado, y asiente a sus palabras: -No hay ninguna duda, ya estamos muertos. Incluso los jugadores de segunda de Piramide tendrian más opciones de ganar la copa galáctica que nosotros de sobrevivir- aquel pequeño apoyo lo notaba.

Presenció la rabieta del Coronel, y no pudo hacer otra cosa más que negar con la cabeza. Todos a los que había acusado, habian resultado ser humanos. Ya era hora que se sintiera culpable por su papel en aquello. No eran los cylons los que los matarian a  todos, sino Fisk.

Fisk vuelve a sus niñerías y lamentos de colegiala. Si realmente es un traidor o un imbécil sigo sin saberlo, pero desde luego ese cabrón me pone de los nervios. El desgraciado intentó matarme, y cuando vuelvo a aparecer dice sentir compasión de mí pero ataca al médico que me atendía. Sus estupideces no tienen cavida en esta nave. Yo creo que nunca las ha tenido, pero ha seguido haciendo lo que ha querido. ¿Este será un numerito más o se ha dado cuenta de que acusando a la gente para luego matarla es una locura hasta para un cerdo como él?

No sé la respuesta, pero sé que nadie llorará por su dimisión. Lo único que ha hecho hasta ahora es crear confusión y jugar con las vidas de las personas. Si volvía a ver a ese bastardo, le pegaría un puñetazo. Tras el tiempo que estuve inconsciente no sabía si había cambiado o no, pero ya veo al mismo gilipollas que me acusó sin razón y que me torturó sin soltar una lágrima.

-¿Ahora escupe a jóvenes cuando es usted el que se equivocaba? Sigue siendo el mismo, Fisk, ¿cuando cambiará?

Starbuck desvía la mirada cansada hacia Caprica, esperando algún numerito como el de antes... cuando se ha puesto a llorar como una niñita desvalida... Un numerito que no llega. En su lugar, la rubia de bote carga con palabras afiladas contra Fisk. Por un momento está a punto de alzar la voz, pero Fisk se ha adelantado y parpadea un par de veces, sorprendida, al ver su reacción.

Cuando ya se ha ido, y como respuesta a Conoy, en tono frío y distante añade.

Él acusó, pero fueron cinco los votos.

Empieza a caminar con las manos en los bolsillos y paso chulesco hacia su camarote, pero antes de salir por la puerta, para en el umbral y añade unas palabras más.

Qué rápido se te ha pasado el susto, ¿eh? Parece que te has hecho resistente a las muertes por fin...

No puede evitar esbozar una sonrisa sarcástica de medio lado al pasar junto a Caprica, mirándola de reojo.

Respondame a una cosa, si tan claro tienen de que Fisk es un Cylon por que el asesino que a dado con Lampkin aun no le ha atacado directamente?¿ Creo que a estas alturas ya estaria muerto.

- Porque el asesino es Fisk... O eso se desprende de su pregunta... - Sentencia Simon en apenas un murmullo siguiendo el hilo de lo expuesto por Zarek. Tenía la mirada clavada en el suelo y las manos en los bolsillos. Se sentía culpable de la muerte del buen doctor. Se había dejado llevar por las suposiciones de Fisk, que otra vez habían estado erradas, y por las de Zarek, que parecía muy seguro de sí mismo. Y ahora un hombre inocente, y no solo eso, sino un hombre bueno, había sido incinerado hasta quedar reducido a polvo.

- Solo se que de aquí en adelante votaré a Fisk, pase lo que pase... No voy a volver a dejarme llevar por sus argumentos o por lo de quien sea.- La determinación se leía claramente en sus palabras... Aunque para sus adentros sabía que, si no lo mataban los cylons aquella noche, lo haría el sanguinario del ex-coronel del Pegasus que a tantos se había llevado por delante en su caza de brujas...

 Kara estaba afectada, se fué a su cuarto, mirándome fríamente diciendo que Fisk no fue el único en participar en la muerte del doctor y que me acostumbraba a las muertes. No sé qué quería insinuar.

-Yo solo he dicho que Fisk es gilipollas, y no hace nada por dejar de serlo. No creo equivocarme en eso, él nunca ha dejado de acusar a la gente y olvidarse de las consecuencias. Solo ahora parece haberse dado cuenta, pero no sé cuanto tardará en volver a ser él mismo. Y estoy de acuerdo en que no solo Fisk votó al doctor, pero también sé que yo no le voté a él, y tú tampoco. Me olía a pobre chivo expiatorio... y por desgracia lo era.

Cabreado, salgo de la sala. Los nervios de mi vuelta, y el ver que las cosas tras mi desaparición no solo no mejoraban, sino que iban a peor, me ponían de mal humor. Estaba encerrado con alguien que asesinaba sin miramientos, y ese alguien seguía escondido, y haciéndose pasar por uno de nosotros.