Partida Rol por web

Por favor master podrías decirme la cantidad de exp que he ganado desde que entramos en el bosque, he perdido la cuenta y se me paso ir apuntándola. ;P

El suelo vuelve a temblar. Han sido tres segundos, pero parece proceder del mismo sitio de antes.
Desde luego los temblores no habían sido parte de la hipnosis.
A pesar de ese movimiento las estatuas de madera siguen firmes en su sitio.

No me gustaría tener que romper esas estatuas para poder salir. Son lo que quedan de los habitantes de esta aldea... Así les dejó la maldición... Supongo que nosotros hemos superado la prueba, aunque partes de nosotros ya habían empezado la metamorfosis...

Busquemos la forma de salir de este lugar y luego nos tratamos las heridas, o si estais muy mal lo hacemos al revés, aunque se me eriza el pescuezo de estar aquí...

"Y de la figura imponente de aquel frondoso árbol, que no era otro ser que la Valier, Yavanna, se extendían largas ramas, que como brazos esparcían sus frutos, en forma de rocío dorado que al contacto con la tierra estéril, hacía brotar el trigo".*​

Veamos si podemos apartarlos. Me gustaría eliminar su maldición y que la luz volviera a brillar en este lugar.

Presiento que Daedîn está muy cerca...

Era momento de continuar con el camino. Unas personas, que por lo que parecía no habían tenido la misma fortuna que nosotros, Apartémoslas para poder continuar, dije mientras me encaminaba a una de ellas y la movía con cuidado de que no sufriera daños.

Tras el comentario del enano toque mis barbas, en verdad que necesitaban un retoque había trozos que eran pelos de madera.
Luego nos comentó su experiencia.
Por todas las cosas extrañas que nos han pasado esta ha sido la mas rara de todas, apareció una versión del gran Malleus pero mas envejecida.
Luego mi hermano se puso a filosofear.
Hermano también a mi me gustaría, ayudar pero el asunto que tenemos entre manos es más urgente, si no actuamos pronto toda esta parte de la tierra media será poseída por Ündemë
Nada mas Tritón se puso con las estatuas me puse a ayudarle, estas le sobrepasaban media cintura y el enano se perdía entre ellas.
Deja que te ayude, quiero salir de aquí cuanto antes.

Hermano, te recuerdo que solo las gentes de buen corazón se libran de la maldición de este lugar. Seguro que quieres liarte a repartir estopa entre estas pobres gentes atrapadas? Tu y o y el gran Tritón hemos estado a punto de quedarnos en su mismo estado por siglos...

A ver, hacedme sitio. Tu coge de los pies y yo del otro lado, entre los tres acabaremos antes...

Las figuras de madera son apartadas poco a poco, es extraño pero parecen calientes.
Los barrotes de la puerta se llenan de ramas.
Les cuesta dejaros salir de alli.
No sabéis por qué pero mientras habéis apartado las estatuas vuestro pasado ha germinado en ese momento, ahora que no hay corrupción algo os está sondeando la mente.
Y el grupo lo percibe.

Mientras en las montañas una superficie parece helarse, todo se forma hielo la tierra se mueve como una botella con gas.
Una explosión de piedra y hielo escupe toda una abertura ancha 7 metros de roca se eleva en todas direcciones.
De ese agujero sale una partida de Huargos corriendo desesperados, con los ojos azules , en busca de algo, en busca de la Hermandad.
Del agujero recién hecho se ve primero una mano demoníaca y luego asoma la cabeza Es... Es ¡Ündome!.

Luego de haber superado el estar a punto de convertirnos en títeres y participar en funciones infantiles o de ser el centro de atención en fiestas reales nos dispusimos a despejar el camino de las grandes figuras de madera que nos cortaban el paso.

Tritón y mi hermano agarraban las figuras de donde podían y yo hacía lo propio. Al tacto, las figuras inertes de madera, estaban calientes - está claro que la madera no es tan fría como el acero, pero de ahí a que estén calientes...... y pensar que podíamos estar nosotros así también.... - y no se me pasó por la cabeza otra cosa que no fuera la suerte que habíamos tenido de no acabar así. De repente algo pasó en el interior de mi cabeza...

Recuerdos de la aldea de donde nos criamos Llorense y yo y una imagen de la aldea arrasada que me hizo plantearme el que hubiera pasado de haber estado yo allí ¿habría muerto también o habría sido capaz de poder defender a mi familia y amigos? Pero la cosa no se había quedado ahí, más pensamientos y recuerdos llegaban a mi cabeza ¿hice verdaderamente todo lo que se pudo para evitar la muerte de Ergala?... ¿hubiera perecido Bandobras en aquella cueva de haber estado todos juntos?... los recuerdos de todas y cada una de las monturas que La Hermandad ha dejado atrás, que no han sido pocas, llegaban una detrás de otra... el Gran Lycyn también llegaba a mis pensamientos y una montaña de dudas acerca de lo ocurrido haciendo resurgir la duda sobre si se actuó correctamente o se pensó solamente en la supervivencia de uno mismo........... - Hermanos, esto es una locura ¿porque ahora todo esto? - comenté echándome las manos a la cabeza - ¿porque ahora toda esta duda y remordimiento por el pasado? ¿estamos haciendo lo correcto? - comenté cayendo de rodillas y dando un fuerte puñetazo al suelo...

Pero de repente algo hizo que saliera de esa espiral de dudas que me asaltaba - ¿que ha sido ese estruendo? mirad que lluvia de piedra, roca y hielo de lo alto de la montaña.... - comenté extrañado. Pero lo peor fue ver como varias figuras cuadrúpedas conocidas salían a galope tendido del agujero que había surgido de la explosión - Creo que estamos tardando en poner pies en polvorosa y.... - no acabé la frase cuando vi algo que apareció del mismo sitio de donde habían salido y que me dejó sin palabras - es...... es.............. sssss.................................. - y señalé con el dedo índice tembloroso..........

Al despejar el camino sentí que aun quedaba algo de vida en aquella estatuas, sin duda la sangre aun fluía por ellas. Ramas y hojas comenzaban a crecer en la salida, como si el lugar aun quisiera retenernos.

Al apartar una de las estatuas en mi cabeza empezaron a surgir imágenes del pasado, recordé a mi padre alentándome para que no abandonase el hogar y aprendiera todo sobre sus dominios que algún día serían los míos. De repente estaba en el barco de vuelta a Ciudad Gris de Isla Ith, allí habíamos perdido a muchos amigos y le daba vuelta a todo lo que hicimos y en que nos equivocamos. Recordé el primer enfrentamiento con el conjurados, ¿Pudimos derrotarlo?, todo habría sido más fácil así, habíamos pasado por tantas pruebas ¿Qué hemos hecho mal para a ver llegado hasta donde estábamos con tantas perdidas?  

Un ruido me saco del ensimismamiento, y por lo que note no fui el único, el bosque estaba haciendo otra vez de las suyas, pero lo peor vino después....como de un geiser ser tratase un gran agujero se creo tras una explosión, del él salieron fieras con los ojos azules, sin duda alguna éramos su objetivo, y Undome les seguía.

Salgamos de aquí, y rápido o todo lo que hemos hecho no servirá para nada. Corrí hacia la abertura a sabiendas de la desventaja que teníamos por correr con aquellos cuadrúpedos pero lo que no podíamos hacer ahora era luchar contra ellos.   

Ayude a Tritón, que aunque fuerte y duro como la roca, su corta estatura le dificultaba el mover esas estatuas de madera.

Tenían un tacto sorprendente. Como si se notara que la sabia de un arbol, recorriera su interior, solo que eran personas, atrapados, pero parecía que vivos, tal debía ser la maldición... Quizás aun tenian una esperanza, si la Hermandad conseguía su objetivo.

Vinieron a mi cabeza recuerdos... Mi infancia junto a mi hermano en nuestra aldea natal... como crecimos y vimos morir a muchos en el ataque a la aldea, y de como luchamos pero yo caí malherido. Perdí el conocimiento. Al volver en sí no había rastro de Malleus. 

Deambulé buscándole, enterré a mis familiares, a los que pude encontrar. No lo vi a él. Porqué el destino nos separaba con tan cruel arrebato? Encontré a mi buen amigo nocturno al que llamé Daedîn, mi guia, mi pozo de sabiduría, aun siendo un polluelo.

No todo lo que hice es digno de recordar ni motivo de orgullo. Trabajé para Beth el Hechicero oscuro, aun sin saberlo, y me ordenó matar a alguien... Resultó ser mi hermano y a su grupo de amigos. Que suerte la mía... Por entonces era un hombre amargado, sin muchos escrúpulos... pero recordé... Y un punto de luz apareció en mi interior, alimentada por las palabras no dichas de el Autillo.

Desterré la obligación que me ataba a Beth, y me uní a la Hermandad, y vi morir a varios de sus miembros. algunos ni los conocía y  con otros conviví. La Elfa fue un duro golpe verla caer. hice un esfuerzo, lo juro, lo juro, pero no la alcancé, cayó y murió por mi error de cálculo. Otros cayeron, se sacrificaron como el Gran Shaman. Cada muerte me taladraba el cerebro haciéndome preguntar porqué ellos y no yo... De pronto vi como Sam, el Gran Oso, caía fulminado, y yo huyendo sin recuperar su cuerpo... las lagrimas empezaron a aflorar en mis ojos... derrotado una vez más por los fracasos atesorados.

De pronto, un estrépito. Un estruendo de gran magnitud. Rocas volando desde lo alto de la montaña a mas de 7 metros de altura... Llorense se secó los ojos, no había tiempo para llorar a los caídos, o la lista sería mayor. Varios wargos de ojos azules aparecieron y detrás de ellos el propio Undomë, liberado de su prisión momentánea.

Por todos los Ainur, hay que salir corriendo de aquí. Vamos, esos Wargos nos darán alcance fácilmente si el bosque no os detiene.

Señora del Bosque, las almas que quieren cruzar este lugar no son puras, nos persiguen para arrebatarnos la vida, son corruptas. Detenedlo cuanto podáis y volveré a por vos., si no muero antes.

Tras los recuerdos vividos y tras apartar las figuras de madera, las rejas son despejadas de raíces y ramas. La puerta de salida de ese lugar queda libre.
El camino continua, fuera de él se ven imágenes de una joven tapada su rostro por el velo de una novia que nunca lo uso, Una novia embarazada que nunca lo tuvo, y una muerte que nunca tuvo que ser.
Las voces OS continúan llamando, fuera del caminos arbolesvmuertos y tierra rojiza, dominan el paisaje. De tanto en tanto montañas de cenizas y bancos de neblina por esta.
Una nana siniestra se escucha en el lugar.
Pero el senderonesta despejado, y queda menos para llegar a la casa.
Si queréis apresuraros y correr tener encuenta vuestros zapatos de madera que os molestan al paso. Y vuestros ropajes yvarmaduras solidosbde madera que habría que intentar romper y quitarnull

Spoiler (marca el texto para leerlo):

Llorense y sus compañeros consiguieron atravesar la puerta que les encerraba en el poblado, y seguir su camino, pero la rigidez que afectaba a su equipación, botas armaduras, etc.. les impedían ir rápido

Llorense dijo:

Hermanos, creo que es mejor perder un poco de tiempo ahora a querer seguir con esta impedimenta. Si al final por ello nos alcanzan, también lucharemos con dificultades. Yo prefiero quitarme las botas. El resto aunque muy incómodo, creo que puede protegernos igual o mejor...

dicho lo cual se detuvo para forzar las botas y sacárseloas.

Salimos por patas como pudimos y conseguimos atravesar las ramas e impedimentos que nos mantenían al otro lado.

Se escuchaban nuestros pesados zapatazos en el suelo - Menudo asco tener que correr con estas cosas en los pies... - comenté mientras se seguían escuchando los "plock, plock, plock" en el suelo. Mi hermano paró y comenzó a forzar la madera que cubrían sus pies - buena idea hermano... - me propuse dejar libres mis dedos, que pedían aire como si de una prisión quisieran salir, pero me costaba mucho - ¡por todos los Valares! esta madera no es normal, no me la puedo quitar... - pensé mientras intentaba buscar la forma de quitarlos sin hacerme daño...

- ¿me podéis echar una manita a quitarme los chismes estos? no tengo forma de sacarlos, creo que los pies se han hinchado dentro de estas botas de pinocho...... - comenté mientras mi cara se empezaba a enrojecer del esfuerzo.

Al dar el primer paso para huir de la situación note como si pisara con unos grilletes que me impedían realizar los movimientos fluidos. 

Estas botas de madera son un estorbo, como no me las quite me atrapan enseguida.

Y entonces vi como los hermanos se estaban quitando las botas de madera, Llorensen ya estaba con los pies descalzos preparado para salir de allí, pero Malleus era otra cosa, le estaba costando quitarse esos zuecos. Una vez me los había quitado me acerque a su posición y le ayude a quitarse el calzado, pero me daba la sensación que sus pies se habían hinchado un poquito.

No puede ser que se te hayan ajustado tanto los pies, usa las espadas, porque como use mi hacha quizás corte algo más de las botas.

Llorense parece que se apaña en despojarse de la molesta madera, a Tritón le cuesta un poco más pero lo consigue.
Malleus es diferente ni con ayuda. Tendría que romper en un punto determinado de la madera para quitarse el calzado.
Tritón con Artesanía, tal vez pueda hacerlo NO 8.

Por otro lado, y si fuera esto una pantalla de cine, se vería a los Huargos por las montañas, corriendo con un objetivo encontraros, algunos caen montaña abajo, otros se despeñan, pero como si fueran inmortales o seres que la vida les a abandonado, esto no les detiene, se levantan y continúan desesperados hacia su objetivo.
Undome desde la zona mas alta que ha podido encontrar parece mirar hacia el centro del bosque maldito.
El aire helado de la montaña sopla con fuerza a su alrededor, pero este, parece no atreverse a tocar al Demonio.
Undome siente cerca su Piedra. Y espera que esta haga alguna de las suyas.
Todo sera poco para unirse ambos de nuevo como un ser completo.