Partida Rol por web

Hay cosas superiores a las mentes de cada cual, aquel miedo se superpuso a todo, durante unos minutos perdiste la capacidad de hablar, te limitabas a forcejear y a gritar como un animal desbocado.
No sabes cuanto tiempo paso mientras la luz avanzaba por el firmamento, al final pudiste ver como la luz empezaba a bañar los arboles que podíais ver por la cristalera. Aquel ataque de pánico comenzó a remitir levemente, pero no podías hacer nada y la angustia que te provocaba el avance de la luz seguía ahí irracionalmente.
El tiempo pasaba y la luz se fue acercando.
Milliner estaba como tu, salvo forcejear no podía hacer gran cosa más. También estaba en un estado mental similar al tuyo, no sabías que te había hecho ese médico ni entendias como te podía afectar de semejante modo.
Marie no recobraba el conocimiento. Y vuestros gritos no obtuvieron respuesta.
El perro ya no estaba presente pero note habías fijado de cuando se había ido.
Al final la luz os alcanzó, quemaba como si estuvieras abñandote en agua demasiada caliente, la sensación era desagradable, pero cuando la luz alcanzó a Marie esta desperto de golpe con un agudo griuto que hizo que os sonaran los oidos, pudiste ver como ella comenzó a arder al poco rato, murio allí, ardiendo hasta quedar calcinada, un cuerpo negro carbonizado sujeto por las correas de la cama que estaba llena de hoyin ahora. Hoyin de lo que antes hubiera sido Marie.
¿Por que a vosotros no os había apsado nada?
A partir de entonces pasaste las horas con la sensación horrible de que alguien te estaba hirviendo poco a poco, pero conforme pasaban las horas la sensación de quemadura comenzaba a aumentar. Dejaste de poder abrir los ojos de lo que te dolía tenerlos abiertos, y tras varias horas parecía que estuvieras ardiendo. Pero en ese momento el sol se había movido lo bastante por el cielo para que el angulo del ventanal os comenzara a proporcionar sombra.... fue entonces cuando tu razón comenzó a volver, fuiste consciente del olor a quemado, no sabías si era tuyo, de Milliner o de Maire... La luz del sol la había convertido en ceniza, ni siquiera su cadaver conservaba forma humana, era un amasijo de cenizas en aquella cama.
Te dolía todo el cuerpo, tu misma estabas llena de quemaduras, la piel que te podías ver estaba llena de quemaduras, abrasiones y ampollas....
Milliner no estaba mucho mejor.

Grité y grité el nombre de Marie al verla arder. Cuando no quedó nada de ella solo pude más que llenar los ojos de lágrimas, había sido todo mi culpa, si no le hubiera mandado aquellos mensajes, si no la hubiese hecho entrar, si... Mi amiga del alma. —Noooo, maldito hijo de puta —.

Pero el dolor que me provocaba haber visto desaparecer a Marie casi se eclipsó al comprobar como estaba mi cuerpo, me dolía todo y estaba lleno de ampollas. —¿Qué ha pasado? —le pregunté a Milliner mientras trataba de sacudirme de las correas pero el dolor era demasiado... Le miré a los ojos —¿Qué somos? —.

Estaba tan castigado como tú y su voz apenas era un hilo....
No lo sé dijo Milliner Somos vampiros, pero por un momento pareció como sino lo fuéramos, como si casi nos hubiera curado... había mas asombro que rabia en aquellas palabras, era como si acabara de presenciar un milagro que no se acabara de creer.

No había quien entendiera nada, así pues eso solo había sido un experimento...

Nos dijo que nos dejaría marchar, ¿Cumplirá? lo dudaba pero era lo que nos había dicho el doctor.

Tenemos que soltarnos comenté con voz cansada, además tenía que decir de alguna manera a la familia de Marie lo que había pasado.

Las quemaduras hacían mella en tu resolución, además un sopor que no comprendias se hacía presa de ti .... no querías dormirte, luchaste contra ello pero aquel sueño era mas pesado que una roca de las piramides.
Cuando abriste los ojos era de noche, Milliner estaba a tu lado profundamente dormido. El doctor deambulaba por el fondo del sotano haciendo y deshaciendo, la cama de Marie había desaparecido y había perros de esos a docenas, todos igual de escalofriantes.

Aquel tipo había vuelto, nos inyectó lo que quiso y ahora no sé ni qué iba a pasar. Recordé lo que dijo Milliner de no gritar y con un tono de voz no muy alto hablé —por favor, ya ha hecho lo que ha querido, déjenos ir —aunque dudaba que nos dejara marchar después de todo este tipo de experimentos.

El doctor silbaba alegremente mientras trabajaba de espaldas a ti, parecía satisfecho, y alegremente agitaba un matraz con oscilaciones rítmicas con su mano. Cuando hablaste miro por encima del hombro sin volverse.
Buenas noches dijo sonriente. Es un placer verte hoy aquí estaba exultante de alegría. He visto los videos de lo que ocurrió y es fascinante ¿No crees? Sobrevivisteis a 5 horas de exposición solar directa... Mis mecenas están mas que satisfechos con mis avances. dijo el Doctor. Y milliner con casi 200 años sigue ahí, de una pieza... dejo el matraz en un soporte para juntar las palmas de las manos en auto regocijo de su logro. Si tan solo sospecharas lo importante que es esto...

No éramos más que experimentaciones —no somos conejillos de indias —protesté refunfuñada, como pude señalé hacia donde estaba el espacio vacío que antes ocupaba Marie —ha muerto gente inocente, Marie no sabía nada de nada, y ahora ¡ha muerto! —no me hacía a la idea que ya nunca más volvería a verla.

—No sé quienes son los mecenas de estos crueles experimentos, pero suéltenos, ya ha podido hacer las pruebas que quería. Tengo que volver a casa —este hombre hacia caso omiso a todo lo que decía.

El doctor te miró extrañado
¿Marie? pregunto para luego comprender El sujeto de control...Lo siento tiene que haber sido traumático saber que la has arrastrado a esta situación ¿Quieres que te lo haga olvidar? preguntó el doctor.

¡¡¡Lo que queremos es que nos sueltes y luego quiero matarte, sádico hijo de puta!!!!! dijo Milliner que acababa de volver en si. ¡Sueltanos! ¡Cumple tu palabra! le ordenó milliner, pero el doctor se volvió a Girar y siguió a lo suyo.
¿No le pusiste nada mas que un placebo, verdad? la convertiste como a nosotros, pero la dejaste arder para ver si habías hecho bien tu conversión. inquirió Milliner. ¿Dios mio que sangre has usado? ¿Que somos? Milliner sonó realmente aterrado, conforme iba hablando el mismo iba comprendiendo más.

El doctor volvió a dejar el Matraz algo irritado.
¡No me escuchas! le espetó con rabia No he usado ninguna sangre, sino un suero de mi invención, del mismo modo que hay un suero que lo deshace... pero por alguna razón no ha durado todo lo que esperaba, lo habéis metabolizado demasiado pronto. Un tropiezo de nada... acabo diciendo la ultima frase de buen humor y con una sonrisa demente en la boca.
Pero felicidades, sigues siendo ese Milliner listo que recordaba, el sujeto de pruebas estaba ahi solo para ver a que ritmo arderíais de no ser por el suero. confesó sin culpa alguna. Ahora estate callado o no podre arreglar el suero y seguirás siendo esto para siempre. hizo un gesto señalando a Milliner cuando dijo la palabra esto, había un deje de asco y desprecio por la actual condición de Milliner pese a ser el causante de ella.

El oír la crueldad de este hombre hizo que me salieran lágrimas de los ojos, y una sensación de rabia e impotencia se apoderó de mi, —¡maldito veterinario de chuchos! No es culpa mía que hagas experimentos —hice un inciso —TÚ —remarqué la palabra, —la has matado —.

Oí las palabras de Milliner y luego cuando escuché su confesión algo ardió en mi interior, la pobre Marie, víctima de la crueldad de este ser inhumano, —¡te odio! Ojalá algún día alguien te haga algo así! —.

¿Quien te ha dicho que no me han hecho algo todavía peor? pregunto el profesor aún de espaldas, acabo de revolver entre sus trastos y se llevo un cuaderno con notas que envolvió en un trapo con mucho cuidado y una serie de viales que había llenado con bastante cuidado de ciertos líquidos, de forma metódica.
Nos veremos al amanecer, nuevamente. Y os lo prometo, esta vez será permanente la cura que os proporcione.os sonrió confiado y desapareció por la puerta mientras por la claraboya veíais como La Luz del día comenzaba a extinguirse.