Partida Rol por web

Becquet te llevó por una ruta conocida, y lo hizo con premura, acabaste en el caserón al que te llevara Milliner hacía tres noches, solo que esta vez estaba más tranquilo.
Creo que ya conoces el sitio. te dijo. A lo largo y ancho del mundo hay sitios como este, Eliseos, lugares de descanso. Si uno es respetuoso con los lugareños, con pedir asilo basta para porder encontrar un techo bajo el que refugiarte durante el día, mañana veremos al regente del lugar.
Podías sentir esa claridad brillante que dañaba tus ojos si mirabas hacia el horizonte oriental.
Llegamos demasiado justos. te dijo entrando en la casa, hay gente que muere por cosas como esta.

Dentro, un hombre que tenía pinta de mayordomo os guió sin hacer pregunta a los sotanos, allí había una especie de catacumba con nichos a los lados. Becquet se recostó en uno de los nichos. Pudiste ver que había otras figuras en aquella crypta, parecían dormir y mientras observabas la estancia el hombre cerró tras de ti.

–Eliseos –me dije a mi misma. Cuando vine aquí hace solo tres noches fue una fiesta total, conocí gente, no sabía lo que estaba conociendo.

El que me dolieran los ojos me hacía tener una punzada de dolor en mi ser, no sabía aún cuanto me había cambiado la vida por todo lo sucedido. La cabeza me daba mil vueltas y más aún si pensaba en como iba a poder solucionar todo aquello. Seguí camino abajo hacia la cripta hasta que cerraron tras de mi. Hubiera chillado asustada por aquella situación, pensé que esto sería más intimo. Esto parecía como una especie de hostal o una especie de albergue juvenil, solo que en este caso tétrico y con gente en nichos. Horroroso, sin glamour y apestoso.

Si algún día salía de esta yo no iba a estar metida en un sucio nicho. Pero pese a todo algo me inclinaba a recostarme, una especie de cansancio que me hacía querer abrazar el sueño. Hubiera hablado con alguien pero se hubiese oído en toda la estancia, no sabía quien era amigo o enemigo o si todos éramos viajeros. Así que de la manera más prudente posible me recosté en un nicho para dormir.

Te dormiste muy rápido y muy profundo, con un sopor que no sabías de donde salía, no estabas tan cansada en apariencia. Despertaste a la noche siguiente, Becquet no estaba y solo unos pocos nichos seguían ocupados, la puerta de la cripta estaba abierta y al salir el humano que os hubiera recibido estaba allí, al verte, te miró con prudencia desde un par de pasos de distancia, en una bandeja llevaba un cáliz tapado, te lo ofreció.
La guardiana y el señor becquet la esperan en el jardín, no lo destape aquí abajo, alejese de los que todavía duermen, por lo que pueda pasar.

Intenté adaptar los ojos a la oscuridad, parecía increible que hubiese dormido tanto. No podía creer que mi cuerpo estuviera convirtíendose de verdad en un cuento para asustar adolescentes en una maratón de cine.

Tomé el cáliz, podía intuir lo que había dentro. Por un lado pensarlo era algo asqueroso por otro, solo recordar el aroma y la sensación que tuve con aquel chico en el callejón... Ardía en deseos de abrirla y beber pero no quería incumplir normas, ya me habían avisado que debía ir con cuidado.

Anduve unos pasos hasta que salí de la estancia, no quería perturbar el sueño de nadie –¿Por qué dormían más? –había tantas cosas que no sabía.

Una vez fuera, y habiéndome alejado unos metros destapé la copa y la apuré con ganas.

Tras acabarla la devolví al mayordomo, o lo que fuera, –¿Por dónde voy al jardín? –pregunté mientras meditaba que no sabía qué iba a decir, y que no podía ni imaginar cómo acabaría aquello.

Tras unas indicaciones llegaste al jardín en que la carpa del dj estaba instalada la última vez que estuviste aquí. Por el camino bebiste de aquel cáliz y aunque fue reconfortante, era sangre y su mero olor abrió un apetito que se antojo repulsivo.
Allí viste a la mujer del lobo y a Becquet, Milliner estaba llegando también con Jack.

Buenas noches. Estamos todos... dijo la mujer al observarte mientras acariciaba la cabeza de aquel lobo, no era tan enorme como el lobo de Grunewald pero te preguntaste si hablaba también.
Tenéis que dar muchas putas explicaciones o esto va a acabar muy mal. dijo con autoridad. Becquet me ha dado algunas ideas de lo que ha ocurrido, pero quiero que me contéis vuestra versión, sé que Becquet no miente, pero quiero saber lo mismo sobre vosotros. os miró con mala leche.
Y Jack y Milliner callarón, Milliner en concreto miró al suelo.

Mientras sorbía la copa, por un lado tenía ganas de apurarla y por el otro pensar en lo que estaba haciendo era asqueroso, nadie en su sano juicio querría hacerlo, y allí estaba yo, bebiendo. A mi me encanta comer, o me encantaba, esto está siendo una pesadilla.

Me detuve al ver al lobo, era otro, por suerte. Escuché a Becquet aunque no asentí, pero tenía razón. Lo único que me quedó claro de todo lo que me habían dicho es que no podía contar que me habían inyectado algo y ahora era un vampiro. Y no había hablado con Becquet sobre la coartada, ¿Y qué se supone que debía contar yo?

Miré de reojo a Milliner, ahora que me percataba, no me estaba hablando solo a mi, estaba hablándonos a todos. Si ellos callaban yo iba a hacerlo mismo, no sabía ni por donde me estaba dando el aire ahora.

La mujer se impacientó.
Bien: ¿Tengo que dirigir la conversación como la gestapo? se impacientó. Hace menos de una semana eras humana, así que no eres de donde digas venir, además se conoce a tu padre, lleva pugnando por el derecho a tener colmillos décadas. Y lo lleva haciendo con nuestros enemigos declarados. dijo mirando a Norb. Eso lo sabíamso todos, bueno, los que se preocuparon en saberlo, al menos. dirigió una mirada a Milliner.
Y cambió de objetivo.
Nos darás una gota de tu sangre para establecer si eres de nuestra familia, sé que no te hizo Jack, pero solo mantendré esta farsa si puede mantenerse. le espetó O empezáis a hablar o me desentiendo de vosotros y dejo que gustav y wilhem dispongan de vosotros como quieran.
Y por último miró a Jack
¿Ha llegado el día que se te acabó el sentido del humor? le preguntó con una ironía maliciosa. Ver para creer.
La mujer te miró a ti, parecía que empezabas turno de declaraciones tú, se quedo esperando.

Qué querría decir con eso de que no era de donde digo venir, no he dicho nada aún. ¿Y esos Gustav y Wilhem? Cuanto más oía, menos sabía qué decir. Lo mejor sería… mentir, era mi modus operandi de siempre, mentir, escapar, huir hasta que acabe la fiesta y descanse. Pero aquí no había ninguna fiesta.

–Yo… –extendí el brazo para que me extrajeran sangre, aunque ahora que me fijaba aquí no había ninguna enfermera, pensándolo bien, seguro que no van a hacerlo a la manera ortodoxa, así que retiré el brazo, –no se nada de mi padre hace días, me fui de casa, discutí con él y luego... no me acuerdo muy bien, fui a buscar a mi amiga Marie, y todo estaba oscuro, y alguien me habló en mi cabeza, y dormí, y me desperté así. No recuerdo mucho más –opté por mirar al suelo, cuanto más hablara peor, esta era mi versión y me iba a ajustar a ella lo más posible.

Becquet te miró.
Bueno, aunque vaga esa parece una verdad al menos, progresamos. se cruzó de hombros. Quizá podamos hacer algo al fin y al cabo. Gustav y Whilhem son los dos que mandan en esta ciudad, están en guerra, pero nadie da el primer paso. Los que apoyan a uno y los que apoyan a otro querrán culpar a sus enemigos por esto, por el incendio, por alterar a los lobos.... pero vosotros dijisteis que no fue así, que es cosa de un investigador humano... Quizá eso salve la situación y vuestros cuellos. Pero el perdón no saldrá barato, ni para vosotros ni para nosotros si optamos por daros cobijo en nuestra familia. aseguró mirando a Jack desafiante.
Aunque debería ser el cabrón que dices que soy y daros la patada, claro está. carraspeó A cambio quiero lo que cogiste de Paulov, desviaste la mirada cuando hablaron de las notas, callaste, ergo sabes donde están. No es mucho, Milliner sigue vivo y tu te quedas como estabas antes, no es mal trato. extendió la mano en su dirección.
Jack de mala gana sacó una libreta que llevaba escondida bajo la ropa, en la zona lumbar, el chaleco impedía que se viera.

No me juzgues demasiado duro, quería saber si había una solución antes de que te hicieras ilusiones. dijo Jack, pensaste que te lo decía a ti, pero realmente lo decía a Milliner que le miró con cara sorprendida y dolida por enterarse de ese modo.
No tiene ni pies ni cabeza lo que pone ahí, pronto te darás cuenta de lo que os ha hecho. Esas inyecciones eran una segunda fase de su experimento, pero no he entendido para que, ni el propósito, es un galimatías.

–No entiendo nada –respondí con voz lastimera, sabía de que iba todo, pero quizá me tocaba interpretar el papel de humana asustada, miré a Becquet, luego a Jack para acabar mirando el libro –¿Qué hay qué hacer? –hubiese añadido para volver a la normalidad, pero no creo que se lo tomaran a bien.

Becquet ojeó las páginas antes de pasarlas a Luna.
Tenemos un cazador desde 1870.... se lamentó. Luego miró a Jack y no dijo nada más.

Jack rió una vez más cuando becquet le fulminó con la mirada.
No me mires así, hay otro bombazo.... dijo dejando sus palabras en el aire. Grunewald ha despertado, el bueno del Varon, lo he visto, y ellos dos. os señaló con el indice.Para que luego digas que no te digo las cosas ni no colaboro. Ahora ya no tenemos tan claro quien es ese cazador amarillo ¿eh? y tras la pulla volvió a soltar una de esas risillas.

- Sí -respondi, levanté la mano y señalé -es como ese, o él o... -no quería que se sintiera ofendido el maldito lobo.

-¿Ese es el cazador amarillo?¿El lobo? -aquello se estaba liando.

Grunewald es un vampiro muy viejo, de nuestra familia se señaló, pero haciendo un circulo con el dedo hizo extensible a todos los presentes esa afirmación.
El caso es que solo se alimenta de vampiros o siervos de vampiros, es muy viejo y estaba durmiendo, el cazador es él, o pasteur o los dos, dado que parece que están aliados... De nada por la información, por cierto, ya me compensaréis. dijo Jack como si no fuera importante. Becquet le miró furioso, pero se contuvo de palabra y acción, aunque esa mirada te hizo creer que de pensamiento no había sido así.

–¡Joder, ¿Pero el lobo también es vampiro? –me estaba volviendo loca a pasos agigantados, no sabía qué decir o a quien. Por lo que sé el propio Jack es muy viejo, “una leyenda” me dijeron, así que quien coño será este al que la leyenda llama “muy viejo”.

–¿Pero todos juntos podéis con él, no? –aquí había un montón presente que parecían tener rencillas unos con otros pero se miraban con temor así que supongo que son poderosos.

-No- dijo sentenciando y nadie puso cara de ir a corregirla.

-Si está despierto los problemas son mas serios de lo que creímos.- admitió. - ¿Que busca? - preguntó frustrada.

Milliner habló por primera vez.

-Curarnos- explicó en pocas palabras. - Curarnos a todos y conseguir el secreto de la inmortalidad. Creemos que podemos hacerle salir, a Pasteur, le podemos capturar e interrogar, esas notas serán su cebo.... pero Grunewald.... es otro tema... - Agacho la cabeza hasta mirarse los pies