Como afortunadamente mencionó a otra persona, en especial a una tetona alcohólica de oxigenada cabellera, Phryne lo escuchó con calma, cada una de sus palabras y sus intentos de calmarla o de quizás, de convencerla de que lo dejaría atrás de ser el caso, la joven lo contempló, y de hecho no hizo nada cuando la llamó pequeña, al contrario, se abalanzó sobre él y besó su labios con una pasión inusitada, claro, el que sean así de románticos y suicidas ponía a cualquiera, más a una chica como Phry, no muy dada a la protección e otros.
— no hay escapatoria de este lugar si no es juntos, Gin, afuera, nadie me extrañará, Nero sólo me tendrá como una anécdota y Holger, a él, no le faltaría dinero y cuidados,— tenía cuentas con demasiados euros como para que le pasara algo hasta el final de sus días, y realmente ahora... poco era lo que la recordaba. Ella lo extrañaría más a él la verdad — pero vamos, no pensemos en eso — le dio otro beso, mientras se acomodaba sobre él, apresándolo con sus piernas — aún hay que hacer cosas y ver como está la mano... aunque... — cerró el ceño — hay posibilidades de que Nero no esté vivo, que no lo hubieran dejado bajar... — no lo había considerado, si era la luna negra, quizás jamás dejaron que abandonara la prueba, o quizás sí, hasta donde él sabía, esa era una prueba oficial de cazadores — pero también, puede que sí, — se acomodó en su pecho, no necesitaba decirle lo que sentía, ese gesto era suficientemente claro.
— venga, manos a la obra— se levantó, pero al hacerlo, puso su rodilla en su ingle, al levantarse — eso es por llamarme pequeña — le dice mordiéndose la punta de la lengua y volviendo su silla de hacker — a jugar — susurró, programando el moogle que enviaré a Kuroko una vez que el grupo de dementes se hubiera dispersado, no es que no confiara en ellos, no necesariamente, pero no quería elementos tan volátiles como esos en una misión tan delicada, es más, la chica de las llamas debería quedarse fuera.